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Apócrifos, Primer y segundo apocalipsis de Santiago Audiolibro y texto
Imágenes ocultas en la Biblia hebrea codificadas en código binario, breve introducción
Profecías sobre los Últimos Días, de las tablas Celestiales Leídas por Enoc
En este video se basa en palabras de Enoc que nos habla sobre el fin de los días y el destino del justo y del inicuo, y la formación de nuevos cielos.
El Señor sale desde los cielos;
Él va a poner en vigor sus Leyes.
Los hacedores de iniquidad son barridos lejos;
Ellos perecerán bajo la faz del Sol.
Cada Torre indigna se desmoronará
Y será quemada con sus guardas en fuego.
El arado esparcirá sus ruinas
Ellos caerán en un juicio de muerte.
El vientre ardiente del infierno los recibirá;
Ellos son investidos de oscuridad y confusión.
De la divina presencia, ellos son expulsados.
La Espada de llama les advierte desde lejos.
El puro se levantará como si fuera de un sueño.
La Sabiduría será altamente exaltada.
Pero por la Espada perecerán los pecadores;
En llama languidecerán los blasfemos.
Cada obra del impío desaparecerá;
Las habitaciones del inicuo se pudrirán.
Pero la Casa del Gran Rey y juez,
Se levantará en majestad para siempre.
Los vestidos de vida están con el Señor de los Espíritus,
Puras túnicas de eterna luz;
En la presencia de Él, ellos no envejecerán.
Ni disminuirá el esplendor de los suyos.
Y cuando los primeros cielos pasen,
Un nuevo cielo aparecerá en su lugar.
Los justos brillarán con una luz siete veces mayor,
En la majestad del esplendor del Señor.
ESPERANZA PARA LOS JUSTOS
Pero tu no te aflijas a causa de los tiempos;
Hay un período prescrito para Todas las Cosas.
Que el verdadero bien se levante y se ciña
Con virtud, santidad y amor.
El amor descenderá en una lluvia de luz,
Sobre aquél que ama verdaderamente;
Su camino será una senda de rosas;
Él caminará en eterna luz de Sol,
Con místicas visiones, del Espíritu Santo.
Mi alma ha aprendido estas Cosas;
Las he leído en las Tablas de los Cielos; Recíbanlas los hombres en el corazón.
EL ESFUERZO DE LA BÚSQUEDA Libro de Enoc 3
Oh mortal que eres inmortal;
Tu que en barro participas de lo eterno;
¿Está tu alma forzada a atravesar la oscuridad?
¿Puedes tu Leer lo Oculto?
Aquellas cosas que he visto en lo alto
Aquellas cosas que he develado
Son para los esclavos de la Tierra un enigma
Oscuro como las Voces de las Estrellas.
Si tu no das a tu mismo corazón y alma,
Si, y tu eterno espíritu a su contemplación,
Trabajando de día, meditando en la noche,
Rechazando La Tierra, y dirigiéndote hacia lo espiritual.
Si tu no haces estas cosas seriamente,
Orando también al Supremo por ayuda,
Entiende esto, de mi, El Mensajero,
Nunca leerás su significado.
Pensarás, y pensarás, y aun te esforzarás
Pero no llegará a ti la Luz que Baja.
Tu serás como uno quien, mientras es un mortal
Trabaja afanosamente para remontarse al Sol.
Pero si abandonando Todas las Cosas terrenales
Entregas tu entera naturaleza a la búsqueda,
Tu propia alma será iluminada;
Tu espíritu participará de la Sabiduría de Dios.
ENOC LEE LAS TABLILLAS CELESTIALES Y ENTREGA LIBROS A LAS GENERACIONES DEL MUNDO
Esta parte del libro de Enoc nos podría explicar el origen del mismo, que seria que Enoc mismo lo escribió, ya que el escribió toda la sabiduría aprendida en los cielos para dársela a su hijo Matusalén y así el entregárselo a las generaciones venideras.
El ángel Uriel le dijo a Enoc:
"Mira Enoc estas tablillas celestiales, lee lo que está escrito allí y señala cada dato". Miré las tablillas celestiales y leí todo lo que estaba escrito y lo comprendí todo; leí el libro de todas las acciones de la humanidad y de todos los hijos de la carne que están sobre la tierra, hasta las generaciones remotas. En seguida bendije al gran Señor, Rey de Gloria por la eternidad, porque ha hecho todas las criaturas del universo y alabé al Señor por su paciencia y le bendije por los hijos de Adán. Entonces dije: Bienaventurado el hombre que muera en justicia y bondad y contra el cual no se haya escrito un libro de injusticia ni se encuentre uno el día del juicio .
Esos siete santos me llevaron y me colocaron sobre la tierra frente al portón de mi casa y me dijeron: "Da a conocer todo a Matusalén tu hijo; enseña a todos sus hijos que ningún ser de carne es justo ante el Señor, porque Él es su Creador.
"Te dejaremos un año al lado de tu hijo hasta que des tus instrucciones, para que enseñes a tus hijos, escribir para ellos lo que has visto y lo testifiques a todos tus hijos; luego, en el segundo año se te separará de ellos.
"Que tu corazón sea fuerte porque los buenos anunciarán la justicia a los buenos, los justos con los justos se alegrarán y se felicitarán el uno al otro. "En cambio el pecador morirá con el pecador y el apóstata se hundirá con el apóstata. "Los que practican la justicia morirán por obra de los hombres y serán llevados a causa de las acciones de los malvados". En esos días terminaron de hablarme y yo regresé con mi gente, bendiciendo al Señor del universo.
Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre y entrégalo a las generaciones del mundo. Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos. Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito. Dichosos todos los justos; dichosos todos los que caminan por el camino de la justicia y que no pecan como los pecadores en el cálculo de los días: cuando el sol recorre los cielos, entra y sale por cada puerta durante treinta días, junto con los jefes de millar de la especie de las estrellas, añadiendo los cuatro días que son intercalados para separar las cuatro partes del año, las cuales los guían y entran con ellas cuatro días.
Debido a ello los hombres se equivocan y no los cuentan dentro del cómputo completo del año, están en el error y no lo reconocen debidamente, porque ellos están incluidos en el cómputo de los años y están verdaderamente asignados para siempre, uno a la primera puerta, otro a la tercera, otro a la cuarta y otro a la sexta y el año está completo en trescientos sesenta y cuatro días. El cómputo de ellos es correcto y la cuenta registrada de ellos exacta, de las luminarias, meses, fiestas, años y días; me lo ha mostrado y revelado Uriel a quien es Señor de la creación del mundo ha subordinado las huestes de los cielos. Él tiene poder sobre la noche y sobre el día, para hacer brillar la luz sobre los humanos: el sol, la luna , las estrellas y todas las potencias de los cielos que giran sobre sus órbitas. Esta es la ley de las estrellas con relación a sus constelaciones, sus lunas nuevas y sus signos....
Ahora, Matusalén, hijo mío, te manifestaré todas las visiones que he tenido y las recapitularé ante ti.