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DOCUMENTO DE DAMASCO (DOC. SADOQUITA)
COL. I
1 Oíd ahora todos los que conocéis la justicia y comprendéis las obras 2 de Dios. Él abre proceso contra toda carne y fulmina su condenación contra todos los que lo desprecian. 3 A causa de la infidelidad que habían cometido al abandonarlo, 4 él los entregó a la muerte por el filo de la espada; pero acordándose del pacto que había hecho con los antiguos, 5 preservó un resto para Israel y no lo entregó a la destrucción.
6 Durante el período de cólera, trescientos noventa años después de haberlos entregado a Nabucodonosor, rey de Babilonia, 7 él los visitó e hizo surgir de Israel y de Aarón la raíz de una planta que heredase 8 su tierra y disfrutase de los productos de su suelo. 9 Ellos reconocieron sus faltas y admitieron que eran culpables y semejantes a los ciegos que caminaron 10 a tientas durante veinte años.
EL MAESTRO DE JUSTICIA
Dios consideró sus obras, y como ellos lo buscaban con corazón sincero, 11 entonces Dios suscitó entre ellos al Maestro de Justicia para que los condujese por el camino recto, según su corazón.
12 Hizo conocer a las generaciones nuevas lo que había hecho con la generación anterior, con la asamblea de los traidores, con aquellos que 13 se habían desviado. Este fue el tiempo del cual se había escrito antes: «como una vaca rebelde, 14 así se descaminó Israel» (Oseas 4, 16).
También entonces se levantó el hombre de mentira. Él derramó sobre Israel 15 las aguas del engaño y los extravió por un laberinto sin salida.
16 Abajaron las alturas eternas, se alejaron de los caminos de la justicia, rompieron los límites que los antiguos habían fijado en su heredad. 17 De esta suerte atrajeron sobre sí las maldiciones de la Alianza. Dios los entregó a la espada que venga 18 el pacto.
Buscaron engaños. Escogieron imposturas. Rompieron brechas. 19 Se mostraron insolentes. Absolvieron al impío y condenaron al justo. Rompieron la Alianza. Transgredieron el precepto. 20 Atentaron contra la vida del justo. Abominaron a todos los que caminan por la senda de la integridad. 21 Espada en mano los persiguieron y se deleitaron en armar desórdenes entre el pueblo.
COL. II
1 Entonces se encendió la cólera de Dios en contra de su asamblea. Exterminó a toda su gente porque sus obras eran impuras en su presencia.
2 Oídme ahora todos los que entrasteis en la Alianza; yo abriré vuestros oídos para que sepáis conocer la conducta 3 de los impíos. Dios ama la ciencia y dispone delante de sí la sabiduría y la prudencia. 4 La inteligencia y el saber están a su servicio. Él posee la longanimidad, abundante misericordia 5 para perdonar a todos los que se arrepienten de su pecado.
Tiene fuerza, poder, ira terrible, 6 llamas de fuego, esto es: ángeles de destrucción para castigar a los que se alejan del camino y a los que odian el mandamiento justo.
7 No quedará nadie, ni un resto, ni un fugitivo, porque desde el origen del mundo Dios no los escogió. Antes mismo de que fueran creados, 8 él ya conocía sus obras. Desde siempre abomina las generaciones sanguinarias, por eso 9 ocultará su rostro a la tierra hasta que sean exterminadas estas gentes. Él conocía los años de sus existencias y la medida de sus tiempos.
10 Conoce lo concerniente a todos los seres en todos los tiempos, todo lo que habrá de pasar durante todos los años del mundo.
11 Pero en todo tiempo escogió hombres, marcados por el «nombre», a fin de dejar para sí 12 un grupo de escogidos y repoblar la superficie de la tierra con su posteridad. Por medio de su ungido les hace conocer el espíritu santo. 13 Él es la verdad y en su nombre son salvados todos ellos.
Por el contrario, abandona al error a aquellos que abomina.
14 Ahora, hijos míos, oídme: Yo abriré vuestros ojos para que veáis y comprendáis las obras 15 de Dios; para que escojáis lo que es de su agrado y detestéis lo que él odia.
16 Yo os haré caminar por todos sus caminos, para no errar siguiendo los deseos de la inclinación malvada y los atractivos de la lujuria, 17 pues por ese camino cayeron muchos, aun de entre los más fuertes. Por ahí muchos se perdieron y así sigue siendo hasta hoy. 18 Los vigías celestes cayeron, fueron presa de la fornicación por no haberse mantenido firmes en los preceptos de Dios.
19 Sus hijos, que eran elevados como cedros, altos como montañas, también cayeron. 20 Toda carne que estaba sobre la tierra árida pereció. Vinieron a ser como si nunca hubieran existido.
21 Porque obraron como bien les pareció, no guardaron las leyes de su creador, y así continuaron hasta que su cólera se inflamó contra ellos.
COL. III
1 Así se extraviaron los hijos de Noé y sus familias. Por esa causa fueron aniquilados. 2 En cambio Abrahán no se condujo de esta manera y por eso fue elevado a la dignidad de amigo. 3 Él observó las prescripciones y no se dejó llevar por una voluntad caprichosa. 4 Él transmitió este ejemplo a Isaac y a Jacob, por él se guiaron y por eso merecieron también ser llamados amigos de Dios y poseedores de la Alianza por toda la eternidad.
5 Los hijos de Jacob se extraviaron y fueron castigados por sus errores. Los hijos de sus hijos marcharon en la obstinación de su corazón, 6 tomando partido contra los deseos de Dios, obrando como bien les parecía; comieron sangre. 7 Dios diezmó sus hombres en el desierto, cuando dijo en Cades: «Subid y tomad posesión del país» (Deuteronomio 9, 23). Pero ellos no escucharon la voz de su creador, 8 las instrucciones de su guía. Murmuraron en sus tiendas y la cólera de Dios se inflamó contra 9 su bando; por eso sus hijos perecieron y sus reyes fueron aniquilados.
10 Por eso sucumbieron sus valientes y su país fue devastado. Así los primeros miembros de la Alianza se hicieron culpables. 11 Fueron entregados a la espada por haber abandonado la Alianza de Dios.
Prefirieron hacer su propia voluntad. 12 Anduvieron errantes en la obstinación de su corazón, siguiendo sus caprichos. Sólo algunos permanecieron fieles a las prescripciones, persistiendo en observarlas 13 porque sabían que Dios había hecho un pacto con Israel para siempre. A éstos 14 Dios les reveló las cosas escondidas, todo lo que se refería a la suerte futura de Israel. Les mostró en qué se habían equivocado, 15 pues les enseñó sus sábados sagrados, sus fiestas gloriosas, sus testimonios justos y sus 16 caminos verdaderos. Les mostró los deseos de su voluntad y cómo, si los cumplían, habrían de vivir.
17 Ellos excavaron una fuente de aguas abundantes, y todo aquel que la desprecie no vivirá.
INFIDELIDAD DE LOS ELEGIDOS
Pero algunos se dejaron arrastrar por la debilidad humana, por caminos de impureza. 18 Dijeron: Somos libres.
A pesar de esto, Dios, en sus maravillosos designios, les concedió la expiación de sus faltas y el perdón de sus pecados.
LOS SADOQUITAS
19 Edificó para ellos una casa sólida en Israel, como no hubo igual ni antes ni hasta ahora. 20 Los que permanezcan ligados a ella alcanzarán la vida eterna y les pertenecerá toda gloria humana. 21 Así lo estableció Dios cuando dijo por el profeta Ezequiel:
COL. IV
1 «Los sacerdotes y los levitas que observen las ceremonias de mi santuario cuando los hijos de Israel se extravíen, ellos se aproximarán a mí para servirme como ministros. Estarán en mi presencia para ofrecerme la grasa y la sangre».
2 Los sacerdotes son los penitentes de Israel, todos aquellos hombres que abandonaron el país de Judá. 3 Los levitas son los que vinieron con ellos. Los hijos de Sadoc son los elegidos de Israel, 4 los que fueron convocados por su nombre y desempeñarán sus funciones hasta el final de los tiempos.
5 Sus nombres fueron especificados, sus lugares fijados para el tiempo de su servicio; el número de sus tribulaciones 6 y los años de su exilio estuvieron bien limitados. Sus obras eran bien conocidas. Los primeros justos 7 que Dios perdonó llamaron justo al justo e impío al impío. Todos aquellos que lo siguieron 8 se condujeron conforme al mandato de la ley, en la cual fueron formados los primeros.
De esta manera se procederá 9 hasta que se haya completado el tiempo prefijado. Les será confirmado el puesto en la Alianza hecha por Dios con los primeros. 10 Dios les perdonará sus faltas. Les concederá la expiación. Cuando acabe este período y el número de sus años, 11 nadie necesitará más aliarse a la casa de Judá; antes al contrario, 12 cada uno deberá permanecer en su propia fortaleza. Para esto fue reconstruida la muralla de protección y fue agrandado el muro.
APOSTASÍA DE ISRAEL
13 Durante todo este tiempo Belial andaba suelto en Israel, como Dios lo había anunciado por el profeta Isaías, hijo de Amós:
14 «Terror, fosa, red sobre ti, oh habitante del país» (Isaías 24, 17).
15 La interpretación de esto se refiere a los tres lazos de Belial, de los cuales habló «Leví, el hijo de Jacob». 16 Con ellos Belial capturó a los hijos de Israel presentándoles 17 tres atractivos. El primero es la lujuria, el segundo el licor, 18 el tercero la profanación del santuario. El que escapa del primero caerá en el segundo, 19 el que escapa del segundo caerá en el tercero.
20 Los que corren detrás de charlatanes (del charlatán se dijo: «Nunca deja de hablar») cayeron presos en los lazos de la lujuria, 21 pues desposaron dos mujeres estando las dos vivas, siendo que el principio de la creación es: «Hombre y mujer los creaste».
COL. V
1 Los que entraron en el arca entraron por parejas, de dos en dos. Del príncipe está escrito: 2 «No tendrá varias mujeres». David no pudo haber leído el libro de la ley porque entonces estaba todavía sellado 3 y guardado dentro del arca de la Alianza. Porque no había sido 4 abierto para Israel después de la muerte de Eleazar y de Josué. Este fue el motivo por el que 5 los antiguos sirvieron a Astarté. [El libro] fue conservado oculto hasta que se levantó Sadoc. Por eso se alaban las obras de David. 6 Menos aquello de la sangre de Urías, aun cuando Dios lo haya perdonado.
LA PROFANACIÓN
Ellos profanaron también el santuario, pues no guardaron 7 la separación prescrita por la ley. Tienen comercio con aquella que ve correr su sangre. 8 Contraen matrimonio con la hija de su hermano y con la hija de su hermana. Sin embargo, 9 Moisés dijo: «No te aproximarás a la hermana de tu madre, porque es carne de tu carne» (Levítico18, 13).
10 La ley relativa a la impureza escrita para los hombres vale también para las mujeres. Por eso, si la hija del hermano 11 descubre la desnudez del hermano de su padre, hace cosa prohibida. 12 Mancharon el espíritu santo que está en ellos. Hablarán con lengua burlona de los preceptos de la Alianza de Dios diciendo: «No son verdaderos».
PERORACIÓN
13 Todos ellos no hacen otra cosa que encender el fuego y preparar sus flechas, 14 su veneno. Sus telas son telas de araña; su semilla, huevos de serpiente. 15 El que se acerca a ellos no quedará impune, ni tampoco su posteridad. Será destruido, ciertamente será aniquilado.
16 Porque Dios ya examinó sus obras y su cólera se inflama contra sus acciones. Así está escrito: 17 «No es un pueblo inteligente, no hay Dios en ellos» (Isaías 27, 2), y, «Es una nación desprovista de ideas, sin inteligencia» (Deuteronomio 3, 25).
Porque antes mismo de que 18 Moisés y Aarón hubiesen recibido sus funciones de príncipes de la luz, Belial suscitó a Janés 19 y a su hermano, llenándolos de malicia, cuando Israel se salvó la primera vez.
CAUSAS QUE OCASIONARON LA SECTA
20 Cuando llegó el tiempo en que el país fue entregado a la destrucción se levantaron unos hombres que cambiaron los límites 21 y que se habían propuesto extraviar a Israel. Devastaron el país porque incitaban a la revolución contra las órdenes de Dios, promulgadas por Moisés
COL. VI
1 y por su santo Ungido.
2 Anunciaban la mentira para desviar a Israel de Dios. Dios se acordó de la alianza concluida con los antiguos y suscitó de Aarón un grupo de inteligentes y de Israel un grupo de sabios. Los hizo dóciles a su voz: «Ellos excavaron un pozo. Los dignatarios del pueblo lo abrieron» (Números 21, 18).
4 Fueron los jefes del pueblo los que lo abrieron bajo la dirección del Conductor.
5 Es la fuente de la ley. Los que la abrieron son los penitentes de Israel que salieron de Judá y emigraron 6 a Damasco. A todos ellos Dios los llamó príncipes por haberse mantenido fieles en su seguimiento.7 Jamás su nombre (de Dios) se alejó de la boca de alguno de ellos. 8 El Conductor es aquel que escruta la ley. De él es de quien Isaías dijo: « Él prepara el instrumento para su obra».
9 Los jefes del pueblo son aquellos que vinieron para trabajar en la excavación de la fuente, 10 según las órdenes que les fueron comunicadas por el Conductor.
A ellas se deben atener durante todo el tiempo de impiedad. 11 Sin eso jamás llegarán [a perseverar]. Hasta el día aquel en que se mostrará la oportunidad de la justicia al final de los tiempos.
PRESCRIPCIÓN DEL CULTO LEGÍTIMO
12 Todos los que han venido a formar parte de esta Alianza jamás deben volver a entrar al santuario para encender fuego en el altar; 13 esto sería cosa vana. Antes al contrario, que cierren la puerta. Así lo dijo Dios: «¿Quién de entre ustedes cerrará su puerta y no encenderá más en vano el fuego en mi altar?» (Malaquías 1, 10).
14 De este modo se mantendrán sujetos a la verdadera interpretación de la ley, la que es válida para el tiempo de la impiedad. Esto es:
15 Que se separen de los hombres de perdición. Que se abstengan de las riquezas de iniquidad y de los bienes provenientes de los votos de Corbán 16 y de los anatemas. Que se guarden de defraudar a los pobres de su pueblo. 17 Que no se apropien de los bienes de las viudas ni exploten la fortuna de los huérfanos. 18 Que distingan lo impuro de lo puro, lo sagrado de lo profano. Que observen el día del sábado conforme a la verdadera interpretación; 19 las festividades y los días de ayuno, según el cómputo de los miembros de la nueva Alianza, pactada en el país de Damasco.
20 Que participen de las cosas santas, siempre y cuando guarden las condiciones requeridas. 21 Que cada cual ame a su hermano como a sí mismo y que ayude al pobre y sustente al mendigo y al extranjero.
COL. VII
1 Que procure cada uno estar en paz con su hermano. Que no se vuelva culpable por uniones impuras. 2 Que se abstengan de la fornicación, según la ley. Que se corrijan uno a otro como está mandado. Que no se guarden rencor entre sí. 3 Que se alejen de toda impureza conforme a las leyes. 4 Que no profanen el espíritu santo que está en ellos, puesto que Dios los ha colocado aparte de los demás.
5 Todos los que se conduzcan de esta manera, según la perfección santa, siguiendo todas las instrucciones de la alianza 6 establecida para ellos, tendrán la garantía de vivir mil generaciones.
DERECHO FAMILIAR
Documento «A»
Si viven en el campo, conforme a la regla del país. 7 Si contraen matrimonio y tienen hijos, que se comporten según la ley y sus disposiciones.
8 Según las instrucciones de las reglas de la ley, como fue dicho: «Entre un marido y su mujer, 9 entre el padre y su hijo» (Números 30, 17).
Cuando Dios visite el país dará a los impíos 10 la retribución que merecen, a todos los que desprecian estos mandamientos. Entonces se cumplirá 11 la profecía de Isaías, hijo de Amós: «Vendrán para ti y para tu pueblo días 12 que nunca había habido desde que Efraín se separó de Judá» (Isaías 7, 17).
Cuando las dos casas de Israel 13 se separaron, cuando Efraín se separó de Judá, todos los que no guardaron la ley fueron entregados a la espada.
14 Todos los fieles se refugiaron en la región Norte. Así lo había dicho Dios:
15 «Transportaré las tiendas de vuestro rey y de Kiyyum, vuestro ídolo, al otro lado de las tiendas de Damasco» (Amós 5, 21).
16 Los libros de la ley son la tienda del rey. Así él mismo lo dijo: «Yo restableceré las tiendas de David que se habían caído» (Amós 11, 11).
17 El rey es la comunidad, los Kiyyum o ídolos son los libros de los profetas, 18 cuyas palabras despreció Israel.
La estrella es el escrutador de la ley 19 que vino al país de Damasco, como estaba escrito: «Una estrella se levantó de Jacob 20 y un cetro se levantó de Israel» (Números 24, 17).
El cetro es el príncipe de toda la asamblea, el cual cuando venga destruirá a todos los rebeldes.
Documento «B»
1 … establecido para ellos, tendrán la garantía de vivir mil generaciones. Así está escrito:
2 «Él guarda su alianza y su misericordia con los que observan sus mandamientos, hasta mil generaciones» (Números 30, 7).
Si habitan en el campo, conforme 3 a la regla del país, que existe desde el tiempo antiguo, que tome mujer conforme 4 a la ley y engendren sus hijos.
Que se conduzcan según las palabras de la ley y según las instrucciones de las reglas de la ley. 5 Así fue que él dijo: «Entre el marido y su mujer, entre el padre y el hijo» (Números 30, 17). 6 Cuando Dios visite el país dará su merecido a los que desprecian estos mandamientos, y a todos los impíos.
7 Entonces se cumplirá la profecía escrita por la mano de Zacarías, 8 profeta: «¡Espada, despierta contra mi pastor, contra el hombre que es mi amigo! Hiere al pastor y se dispersarán las ovejas. 9 Yo extenderé mi mano sobre los pequeños».
Documento «A»
COL. VIII
1 Los que se habían librado al tiempo de la primera visita serán pasados al filo de la espada. Igual suerte
2 tendrán todos los que habiendo entrado en la Alianza no perseveraron en sus preceptos.
3 Serán visitados para ser destruidos por la mano de Belial. [Como está escrito:]
«Sobre los príncipes de Judá se derramará mi cólera».
4 Ellos estaban demasiado podridos para poder ser salvados. Excedían a los más rebeldes.
5 Lejos de apartarse del camino de los traidores, se dejaron rodar cuesta abajo por los declives de la lujuria. Se permitieron el lucro indebido. Aceptaron la venganza.
6 Se alimentaron con el rencor. Esto hicieron para con su hermano y para con su prójimo. 7 Contrajeron matrimonios prohibidos. Juntáronse en acciones infames. Se enorgullecieron del lucro y de sus ganancias. Realizaron sus caprichos.
8 Se comportaron como les dictaba su corazón endurecido. No se separaron del pueblo. De modo insolente se marcharon por el camino de los impíos.
9 Se empeñaron en andar por aquellos caminos de los cuales dijo Dios: «Su vino es veneno 10 de dragón, veneno mortal de áspides» (Deuteronomio 32, 33).
Los dragones son los reyes de los goim. Su «vino» son 11 sus caminos.
El veneno de áspides es el jefe de los reyes de Javán, que vino para ejercer venganza contra ellos.
Documento «B»
COL. VIII
10 Estos son los que quedaron al tiempo de la primera visita y que serán entregados a la espada cuando llegue la visita del 11 Mesías, que saldrá de Aarón y de Israel. Así hablará desde la primera vez 12 como fue dicho por Ezequiel: «Que se imprima una señal en la frente de los que gimen y de los que sufren» (Ezequiel 9, 4).
13 Los que quedaran sin señal fueran entregados a la espada vengadora de la Alianza.
Pero igual será la suerte 14 de los que entraron en la Alianza y no perseveraron en sus preceptos.
Serán visitados para ser destruidos por la mano de Belial.
15 Este será el día en que Dios haga su visita. Así está dicho: «Los príncipes de Judá son como los que alejan los límites. Sobre ellos se derramará mi ira como si fuese agua» (Oseas 5, 10).
16 En efecto, sé muy bien que si hubiesen entrado de veras 17 en la Alianza de penitencia no se habrían apartado entrando en la fornicación.
Pero lo que sucedió fue que persistieron en la riqueza mal habida, en el rencor, 18 en el odio de cada uno para con su prójimo.
19 Se entrelazaron en matrimonios ilícitos, se unieron en acciones infames, se enorgullecieron del lucro y de sus ganancias. Hicieron su capricho. 20 Se comportaron como les dictaba su interesado corazón.
21 No se separaron del pueblo. De modo insolente se permitieron ir siguiendo las
maldades de los impíos.
22 De ellos dijo Dios: «Su vino es veneno de dragón, veneno mortal de áspides» (Deuteronomio 32, 33).
23 Los dragones son los reyes de los goim. Su «vino» son sus caminos.
24 El veneno de áspides es el rey de Javán, que vino a atarlos para ejercer en ellos su venganza.
SEGUNDA ETAPA DE LA APOSTASÍA
Documento «A»
12 A pesar de este castigo, los que construyen la muralla y la fortifican con la argamasa no comprendieron, 13 porque aquel que da fuerza a los vientos y descubre la mentira los sedujo de nuevo, de modo que la ira de Dios se encendió contra toda la asamblea.
14 Esto es lo que Dios había dicho:
«No es por causa de toda justicia ni por tener el corazón justo por lo que tomaste posesión 15 de estas naciones, sino por causa del amor que Yahvé tiene a tus padres y por la fidelidad de él a su juramento» (Deuteronomio 9, 9).
16 Dijo a los penitentes de Israel que se alejaran del camino de la plebe.
17 El mismo amor que Dios mostró por los antiguos, mostró ahora por los que llamó a seguirlo en su pueblo, 18 porque es a éstos a quienes pertenece la Alianza de los padres.
Como Dios odia a los «constructores de murallas», su cólera se encendió [contra ellos].
Documento «B»
25 A pesar de este castigo, los que construyen la muralla y la enderezan con argamasa no comprendieron, porque aquel que impulsa los vientos y prepara las tempestades infunde en los hombres la mentira. 26 De modo que la cólera de Dios […]
Pero lo que Moisés dijo a Israel:
27 «No es a causa de tu justicia ni por la rectitud de tu corazón por lo que 28 heredaste estas naciones, sino por causa del amor de Yahvé a tus padres y por la fidelidad a su juramento» (Deuteronomio 9, 9).
29 Esto es lo que servirá de regla para los penitentes de Israel, que se deben separar de la plebe.
El mismo amor que Dios mostró a los antiguos 30 que habían convocado al pueblo para que les siguiese, muestra ahora a estos que vienen después, 31 porque es a ellos a quienes pertenece la Alianza de los padres.
Pero su odio (de Dios) contra los «constructores de murallas» se inflamó y
32 su cólera contra todos los que los siguen.
CONMINACIÓN GENERAL
Documento «A»
19 Esta regla vale para todo aquel que rechaza los preceptos de Dios y los abandona para caminar en la terquedad de su corazón.
20 Esta fue la palabra que Jeremías dijo a Baruc, hijo de Nerías, y a Eliseo, y a Guejazí, su siervo.
Documento «B»
Esta regla vale también para todos los que desprecian a los sacerdotes 33 de Dios y para los que los abandonan para caminar según la dureza de su corazón.
NUEVAS CONSTITUCIONES EMANADAS DESPUÉS
DE LA MUERTE DEL MAESTRO DE JUSTICIA
Documento «A»
21 Todos los hombres que entraron en la Alianza en la tierra de Damasco [. . .]
y se continuará procediendo hasta la venida del Mesías, salido de Aarón y de Israel.
Documento «B»
Lo mismo sucederá con todos los hombres que entraron en la Alianza en el país de Damasco y se separaron.
Son los traidores, los que se alejaron de las fuentes de agua viva. Estos no deben ser contados en la asamblea del pueblo ni tampoco inscritos en su libro. Así se procederá desde el día de la desaparición del Maestro de Justicia y se continuará procediendo hasta la venida del Mesías, salido de Aarón y de Israel.
COL. IX
1 Aquel que dé al anatema a un miembro de la comunidad, entregándole a la justicia de los goim (gentiles), que sea condenado a muerte.
2 En cuanto a aquello que él dijo: «No te vengarás ni guardarás rencor a un hijo de tu pueblo» (Levítico 19, 18), 3 aquel de entre los miembros de la Alianza que acuse a su prójimo sin haberlo reprendido delante de dos testigos, 4 o que haga su acusación movido por la cólera, o denuncie al hermano a sus superiores con el fin de que éstos lo desprecien, 5 éste es el que «se venga y guarda rencor».
Está escrito: «Solamente el Señor tomará venganza de sus enemigos y guardará rencor contra sus adversarios» (Nahum 1, 2). 6 Si alguien guardó silencio de un día para otro y, todavía bajo el efecto de la cólera, hace una acusación de un crimen de muerte, 7 contra sí mismo está testimoniando, porque no guardó el precepto de Dios 8 que le ordena: «Reprenderás antes a tu hermano, para no cargarte con pecado por su causa» (Levítico 19, 17).
9 Con referencia al juramento del cual él dijo: «Tu propia mano no te salvará», si un hombre obligara a otro a prestar juramento en el campo, 10 y no delante de los jueces o habiendo recibido permiso de ellos, en ese caso será su mano la que lo salve.
11 Si se llegara a perder alguna cosa y no se supiera quién la sustrajo del lugar donde estaba, el propietario pronunciará 12 juramento de execración contra todos. Quien lo oyere y estuviere al corriente del robo y no lo denuncie, será culpado.
13 Todo objeto mal habido y que deba ser restituido, si no apareciese el dueño, aquel a quien incumbe la restitución lo declarará 14 al sacerdote, y el sacerdote quedará como dueño del objeto, descontando el cordero para la expiación. De igual manera, todo objeto perdido que sea hallado 15 y no se encuentre su propietario, aquel a quien le toque restituir que lo declare delante del sacerdote; 16 y puesto que nadie sabe a quién pertenece, que los mismos sacerdotes lo guarden.
DISPOSICIONES SOBRE LOS TESTIGOS
16b Respecto a cualquier violación de la ley, cometida por quienquiera que sea, si alguien lo ve y es el único testigo, debe denunciarlo al vigilante.
17 Si se trata de un crimen que merece la pena de muerte, el vigilante lo escribirá por su propia mano.
18 Si después el acusado vuelve a cometer la misma falta en presencia del mismo o de otro testigo, y éste a su vez lo hace saber al vigilante, 19 y si una tercera vez vuelve a ser sorprendido en presencia de un tercer testigo, está ya condenado sin necesidad de juicio.
20 Pero si hubiere solamente dos testigos y éstos testimonian hechos diversos, el culpable será solamente separado de la purificación 21 con tal que los testigos sean dignos de fe y hayan presentado su denuncia al vigilante el mismo día en que presenciaron el delito.
22 Tratándose de un caso de dinero, bastará con dos testigos. Para ser separado de la purificación bastará un solo testigo.
COL. X
1 Los jueces no aceptarán como testigo, sobre todo tratándose de una denuncia en cargos de pena de muerte, a aquel que no tuviera 2 la edad suficiente para presentarse delante de los jueces, y tampoco aquel que no sea temeroso de Dios.
3 No se dará crédito al testimonio de aquel que haya transgredido abiertamente algún precepto de la ley y no haya hecho suficiente penitencia para poder reintegrarse.
4 He aquí la regla para los jueces de la comunidad:
Deberán ser diez hombres 5 escogidos en la comunidad conforme a las exigencias de ésta. 6 Cuatro serán de la tribu de Leví y Aarón y seis de Israel. Serán versados en el libro de Hegou (Libro de Estudio) y en los estatutos de la Alianza. Deberán ser tomados ocho de entre aquellos que tengan de veinticinco 7 a sesenta años de edad. 8 A partir de sesenta años nadie será escogido para 9 juzgar a la comunidad. Porque por causa del pecado del hombre sus días fueron abreviados y, en su disgusto contra los habitantes 10 de la tierra, Dios decidió quitarles el uso de la razón antes incluso de que terminen sus días.
REGLAS DE PURIFICACIÓN
10b En lo que concierne a la purificación del agua, 11 que nadie tome baño con agua poluta ni con cantidad inferior a la que es necesaria para sumergirse; que 12 nadie se purifique con el agua de un vaso, ni con el agua que haya quedado en la cavidad de una piedra 13 si en ella no hay agua suficiente para la inmersión.
Si el hombre impuro toca esta agua se convertirá en impuro, como ocurriría con las aguas del vaso.
EL SÁBADO
14 En lo concerniente al sábado, para observarlo como es debido, que nadie haga en el sexto día 15 ningún trabajo cuando el sol ya está llegando al ocaso y se puede contemplar su disco.
16 Es lo que Dios dijo: «Guardarás el día del sábado para santificarlo». (Deuteronomio 5, 12). Que nadie diga en el día del sábado palabras inútiles.
17 Que nada sea dado en préstamo al prójimo.
18 Que en ese día no se haga nada que pueda proporcionar algún lucro o alguna ganancia.
19 Que no se hable del trabajo o de la labor que debe ser hecha al día siguiente.
20 Que nadie pasee por los campos planeando el trabajo que deba hacer.
21 En el sábado, que nadie se aleje de la ciudad más de mil pasos (1000 codos).
22 Que nadie coma en el día del sábado sino lo que haya preparado 23 en el día anterior. Lo que se encuentra perdido en el campo, que no lo coma; que no lo beba sino en el campo.
COL. XI
1 Si alguien va de camino y baja para bañarse, que beba en cuanto esté abajo, pero que no recoja agua con algún recipiente.
2 Que no envíe a un hijo de extranjero para que haga lo que él mismo desearía hacer en el día del sábado.
3 Que en ese día nadie vista vestidos sucios o que hubieren sido usados por un goín (gentil), 4 a no ser que hubiesen sido perfectamente lavados y frotados con incienso.
5 Que nadie ayune por su propia iniciativa en el día del sábado ni nadie conduzca a pastar el ganado fuera de la ciudad 6 a distancia mayor de dos mil codos. Ni levante su mano para arrearlo. 7 Si se trata de un animal indócil, que no lo saque fuera de la casa.
8 Que nadie traslade nada de fuera de la casa para adentro ni de dentro para afuera.
9 Que en el día del sábado no abra ningún recipiente que esté todavía lacrado.
10 Que nadie vaya perfumado cuando sale en el día del sábado.
11 Que en el día del sábado nadie mueva en su casa ni siquiera una piedra ni sacuda el polvo.
12 Que el padre del lactante no pasee a su niño en el día de sábado ni dé órdenes a su siervo, a su sierva o a sus empleados.
13 Que nadie ayude a una bestia a dar a luz en día de sábado.
14 Si un animal cae en una fosa o en un pozo, que no lo retire en el día del sábado.
15 Que nadie festeje el sábado cerca de los paganos ni nadie lo profane por el lucro o la ganancia.
16 Si acaso una persona llegase a caer en un lugar lleno de agua o en una cisterna, 17 que nadie se sirva de una escalera, de una cuerda o de cualquier otro instrumento.
18 Que nada sea ofrecido sobre altar a no ser los holocaustos, porque está escrito: «Excepto vuestros holocaustos» (Levítico 23, 28).
REQUISITOS PARA EL SACRIFICIO
19 Que nadie envíe al altar un holocausto o una ofrenda por medio de un hombre contaminado 20 con alguna impureza, para que no contamine el altar. Pues está escrito: 21 «El sacrificio de los impíos es abominable, pero la oración de los justos es como una grata ofrenda» (Proverbios 15, 8).
22 Que todo el que deba entrar en la casa de adoración, no entre si estuviese impuro y se deba todavía purificar.
23 Cuando suenen las trompetas de la reunión, que no lo hagan más temprano o más tarde y que no interrumpan el servicio.
COL. XII
1 El sábado es santo; por eso, que ningún hombre tenga relaciones con su mujer 2 para no manchar la ciudad del santuario con su impureza.
3 El que esté bajo el dominio del espíritu de Belial y profiera palabras rebeldes será juzgado de la misma manera que los magos y los adivinos.
4 Todos aquellos que por inadvertencia violen el sábado o algunas de las fiestas no serán condenados 5 a muerte, pero que sean puestos en observación para ver si se corrigen. 6 Este tratamiento se continuará durante siete años y después volverán a entrar en la asamblea.
RELACIONES CON LOS PAGANOS
Que nadie tienda la mano para derramar la sangre de un pagano 7 por afán de lucro o de ganancia.
Que nadie tome tampoco nada de los bienes de ellos, 8 para que no blasfeme, a no ser que la decisión venga del alto Consejo de Israel.
9 Que nadie venda un cordero o un pájaro de los considerados puros a un pagano, porque está destinado al sacrificio.
10 Que no les sea vendido nada ni del granero ni del lagar, a ningún precio.
11 Y tampoco le venda nada a su siervo ni a su sierva si éstos hubieren entrado en la Alianza de Abrahán.
12 Que nadie contraiga impureza comiendo animal salvaje, o reptil, o larvas de abejas, 13 o cualquiera de los animales que nadan en el agua.
Que nadie coma peces, a no ser que hayan sido partidos 14 estando aún vivos y que su sangre haya sido derramada.
Que se arroje toda especie de langostas en el agua, 15 mientras están todavía vivas, porque de esta materia fueron ellas creadas.
16 Cualquier pedazo de madera o de piedra o de barro que haya sido tocado por la impureza del hombre, 17 contrae la misma impureza, y todo hombre que lo toque quedará igualmente impuro.
18 Cualquier clavo o estaca clavados en un muro del lugar donde haya un muerto contraerá la misma impureza que los utensilios de trabajo del difunto.
GOBIERNO E INSTALACIÓN DE LA COMUNIDAD
19 Disposiciones por las cuales se regirán las sociedades de Israel en lo que respecta a lo puro y a lo impuro, 20 de modo que sea patente la distinción entre lo profano y lo sagrado. Estos son los preceptos que servirán 21 de norma al instructor para dirigir a todos los vivientes de acuerdo con la regla marcada para cada tiempo. 22 Por estas normas se deberá conducir todo Israel y así no incurrirá en maldición.
23 Esta es la regla que debe observarse en la instalación del campo. A ella se atendrá durante el tiempo de impiedad hasta que surja el Mesías de Aarón y de Israel.
COL. XIII
1 Cada campo contará por lo menos diez hombres, pero también podrá tener hasta mil, pasando por centenas y cincuentenas.
2 Regla para las decenas:
Donde hubiera un grupo por lo menos de diez, que no falte un sacerdote versado en el libro de Hegou (Libro de Estudio).
3 Y todos se deben atener a sus decisiones. Si él no fuere versado en todas estas reglas y hubiere allí 4 un levita que sí lo sea, entonces las decisiones serán tomadas según el consejo del levita.
5 Pero si sucediere que se debiese aplicar a alguien la ley de la lepra, que en ese caso el sacerdote ocupe su lugar en el campo.
6 El levita lo podrá instruir (al leproso) en las leyes, pero será el sacerdote quien le imponga la reclusión, 7 aun cuando el sacerdote sea ignorante, porque ése es su derecho.
LOS INSPECTORES
Esta es la regla para el inspector del campo:
8 Que enseñe a los demás todo lo que pueda de las obras de Dios; que les haga comprender la grandeza de sus maravillas; que les narre con todos sus pormenores los acontecimientos que sucedieron en el pasado; 9 que los ame como un padre a sus hijos y que cargue todas sus aflicciones como un pastor a su rebaño. 10 Él desatará todos los nudos de sus ataduras, de modo que en la asamblea nadie se sienta oprimido o sobrecargado.
11 Que examine también a todo aquel que desee unirse a la asamblea: sus obras, su instrucción, su capacidad, sus fuerzas, sus bienes. 12 Si el candidato merece ser admitido, que lo inscriba en el lugar que le compete, según su condición hacia su destino de luz.
13 Que ninguno de los miembros del campo se permita introducir a nadie en la asamblea sin la autorización del inspector del campo.
14 Que ninguno de los que entren en la Alianza de Dios reciba nada de un hijo de perdición. Tampoco le regale nada, a no ser que se trate de un intercambio.
15 Que nadie inicie un negocio de compraventa sin haber avisado antes al inspector del campo. 16 Después de haberlo hecho podrá comenzar el trato.
17 [. . .] tendrá cuidado de expulsar [al que se lo merezca (?)].
18 Mostrará preferencia por aquellos que [. . .]
19 [. . .]
20 Esta es la organización del campo [. . .] 21 que se tratará de instalar en todos los puntos de la tierra, [como está dicho:]
COL. XIV
1 «Vendrán para ti y para tu pueblo y para la casa de tu padre días como no los ha habido desde el tiempo en que Efraín se separó de Judá» (Isaías 7, 17).
2 Para todos los que así se conduzcan, la Alianza de Dios será prenda de salvación. Los librará de los peligros de la fosa y serán oídos con prontitud.
3 Normas válidas para todos los campos:
Que en cada uno de ellos se haga un censo nominal. En primer lugar se nombrarán los sacerdotes, 4 en segundo los levitas, en tercer lugar los hijos de Israel, en cuarto lugar los prosélitos.
5 Que sean inscritos nominalmente uno después de otro. Primero los sacerdotes, después los levitas, en tercer lugar los hijos de Israel y por último 6 los prosélitos. En este orden tomarán asiento y también en este orden podrán hacer preguntas sobre cualquier asunto.
7 El sacerdote que está encargado de gobernar a los del primer orden deberá tener de treinta a sesenta años. 8 Deberá ser versado en el libro de Hegou (Libro de Estudio) en todos los decretos de la ley para que sepa dirigir la asamblea según lo que está prescrito.
9 El inspector de todos los campos deberá tener de treinta a cincuenta años y ser conocedor de todos 10 los conocimientos humanos y de todas las lenguas.
Según sus decisiones, se aproximarán 11 todos los miembros de la congregación, respetando su escalafón. Cuando alguien desee hablar de algún asunto, que antes hable con el inspector, 12 especialmente tratándose de queja de juicio.
REGLAS PARA LOS SUPERIORES
12b Estas son las disposiciones que los «grandes» deben observar para atender a las necesidades de todos:
13 Que se dé el salario de dos días por mes al inspector y a los jueces.
14 Que del depósito común se retire lo necesario para cubrir las necesidades de los súbditos.
15 Que ayuden al pobre, al indigente, al viejo, al hombre castigado, al cautivo de una nación 16 extranjera, a la virgen que no tiene dote y a aquel que no tiene quien cuide de él.
17 Estos son los estatutos de la congregación, 18 [que se deben observar hasta que llegue]
19 el Mesías de Aarón y de Israel. Él expiará nuestras faltas.
20 El que engañe a otro conscientemente en algo de dinero [. . .] 21 será castigado durante seis días [. . .] el que hable [. . .].
COL. XV
1 Que no se jure por el «nombre» ni por Alef ni por Daleth, sino por el juramento de la Alianza 2 y por las maldiciones de la Alianza.
Que nadie mencione en el juramento la ley de Moisés, 3 porque si jura y vale el juramento habrá profanado también el nombre.
4 Si juró por las maldiciones de la Alianza, el culpado será conducido delante de los jueces. Si de hecho las transgredió, será condenado. 5 Pero si confiesa su falta y ofrece una compensación, no será reo de la pena de muerte.
Aquel que entre en la Alianza con sus hijos 6 lo hace para un estatuto eterno. Si sus hijos no tuvieren edad suficiente, que haga el juramento de la Alianza en nombre de ellos.
7 Esta regla estará en vigor durante el tiempo de impiedad para todo aquel que quiere dejar los caminos de perdición.
8 En el día que él ya no se entienda con el inspector de los «grandes», le será aplicado el rigor del juramento de la Alianza que Moisés concluyó con Israel.
9 Esta es la Alianza de aquellos que se proponen regresar a la ley con todo el corazón 10 y con toda el alma. Todo aquello que se debe practicar durante el tiempo de impiedad se encuentra en ella.
11 Que nadie enseñe a otro los estatutos sin haber hablado antes con el inspector, no sea que se encuentre como perdido en medio de ellos.
12 Pero si se deja llevar por la traición después de haberse comprometido a volver a la ley de Moisés 13 con todo el corazón y con toda el alma, que los demás se alejen de el.
COL. XVI
1 El pactó con vosotros una alianza —con todo Israel—. Esta es la razón por la cual todos se deben comprometer en su camino 2 y regresar a la ley de Moisés. En ella todo está exactamente explicado, y 3 la distribución de los tiempos para que Israel se acuerde exactamente de ellos, 4 división de los tiempos conforme a sus jubileos y sus semanas.
5 El día en que alguien se comprometa a regresar a la ley de Moisés, el ángel Masterna se alejará de él si observa su compromiso. 6 Esta es la razón por la cual Abrahán se circuncidó en el día en que fue informado de eso.
En cuanto a aquello que él dijo: 7 «Cumplirás lo que tus labios prometen» (Deuteronomio 23, 24), 8 que no se viole el juramento hecho de seguir la ley aun cuando sea con peligro de muerte. 9 Todo juramento que alguien haga de alejarse de la ley no debe ser observado aunque sea al precio de su vida.
10 ¿Qué debe hacer la mujer con su juramento si el marido le ordena anularlo? 11 Pues que el marido no anule ese juramento para no tornarla impía. 12 Pero si el juramento lleva a la violación de la ley, que el marido lo anule sin vacilar. Lo mismo puede hacer el padre [con los hijos].
13 Respecto a las ofrendas, que nadie ofrezca sobre el altar un donativo robado. 14 Que los sacerdotes no lo admitan en Israel. 15 Que nadie ofrezca alimento de su casa a Dios, porque él fue quien dijo: 16 «El hombre busca a su siervo para la muerte» (Miqueas 7, 2).
COL. XVII
1 [. . .]
2 Tal será la ley para todos los que entran en la Alianza de los hombres que buscan la perfecta santidad.
3 El hombre que experimenta disgusto en la práctica de las disposiciones justas será probado en el horno.
4 Desde el momento en que sus obras sean conocidas, que se le expulse de la congregación como si nunca hubiese ocupado un lugar en medio de los discípulos de Dios.
5 Que las personas más autorizadas lo reprendan conforme a sus culpas hasta que pueda volver a ocupar su lugar en la asamblea de los hombres íntegros.
6 Hasta que sus obras hayan sido aprobadas conforme a la ley en la justicia, nadie se asocie con él 7 en el trabajo, en el lucro, puesto que está maldito por todos los santos del 8 Altísimo.
Esta razón valdrá para todos aquellos que desprecien las órdenes antiguas 9 y las que seguirán; 10 para aquellos que pusieron ídolos en su corazón y caminan en la impenitencia del mismo.
Ya no tienen parte con la casa de la ley. 11 Como sus semejantes que se alejaron siguiendo al hombre de mentira, así serán ellos juzgados, porque prefirieron los errores 12 a los estatutos justos, despreciaron la Alianza fiel establecida en el país de Damasco 13 hasta hacer nueva Alianza, y no habrá para ellos ni para sus familias lugar en la casa 14 de la ley.
Desde el día de la desaparición del Maestro de Justicia hasta el día en que 15 murieron todos los hombres de guerra que marcharon con el hombre de mentira, pasaron cerca de cuarenta años.
16 En ese tiempo se inflamó la cólera de Dios contra Israel, como dijo: 17 «No hay ni rey ni príncipe, ni juicio, nadie que reprenda con justicia» (Oseas 3, 4; Isaías 11, 4). Pero los penitentes de Israel que se arrepintieron de su iniquidad 18 guardan la Alianza de Dios. «Entonces dirá uno al otro que cada cual fortifique a su hermano» (Malaquías 3, 18).
19 Dios prestó atención a sus palabras, él las oyó. «Un memorial fue escrito directamente de él para los 20 que temen a Dios y estiman su nombre», hasta que se manifiesten la justicia y la salvación para aquellos que temen a Dios.
21 Veréis de nuevo la diferencia entre un justo y un impío, entre el que sirve a Dios y el que no lo sirve.
22 Él colmará de gracias a los que lo aman y a aquellos que le permanecen fieles, por mil generaciones.
1 Oíd ahora todos los que conocéis la justicia y comprendéis las obras 2 de Dios. Él abre proceso contra toda carne y fulmina su condenación contra todos los que lo desprecian. 3 A causa de la infidelidad que habían cometido al abandonarlo, 4 él los entregó a la muerte por el filo de la espada; pero acordándose del pacto que había hecho con los antiguos, 5 preservó un resto para Israel y no lo entregó a la destrucción.
6 Durante el período de cólera, trescientos noventa años después de haberlos entregado a Nabucodonosor, rey de Babilonia, 7 él los visitó e hizo surgir de Israel y de Aarón la raíz de una planta que heredase 8 su tierra y disfrutase de los productos de su suelo. 9 Ellos reconocieron sus faltas y admitieron que eran culpables y semejantes a los ciegos que caminaron 10 a tientas durante veinte años.
EL MAESTRO DE JUSTICIA
Dios consideró sus obras, y como ellos lo buscaban con corazón sincero, 11 entonces Dios suscitó entre ellos al Maestro de Justicia para que los condujese por el camino recto, según su corazón.
12 Hizo conocer a las generaciones nuevas lo que había hecho con la generación anterior, con la asamblea de los traidores, con aquellos que 13 se habían desviado. Este fue el tiempo del cual se había escrito antes: «como una vaca rebelde, 14 así se descaminó Israel» (Oseas 4, 16).
También entonces se levantó el hombre de mentira. Él derramó sobre Israel 15 las aguas del engaño y los extravió por un laberinto sin salida.
16 Abajaron las alturas eternas, se alejaron de los caminos de la justicia, rompieron los límites que los antiguos habían fijado en su heredad. 17 De esta suerte atrajeron sobre sí las maldiciones de la Alianza. Dios los entregó a la espada que venga 18 el pacto.
Buscaron engaños. Escogieron imposturas. Rompieron brechas. 19 Se mostraron insolentes. Absolvieron al impío y condenaron al justo. Rompieron la Alianza. Transgredieron el precepto. 20 Atentaron contra la vida del justo. Abominaron a todos los que caminan por la senda de la integridad. 21 Espada en mano los persiguieron y se deleitaron en armar desórdenes entre el pueblo.
COL. II
1 Entonces se encendió la cólera de Dios en contra de su asamblea. Exterminó a toda su gente porque sus obras eran impuras en su presencia.
2 Oídme ahora todos los que entrasteis en la Alianza; yo abriré vuestros oídos para que sepáis conocer la conducta 3 de los impíos. Dios ama la ciencia y dispone delante de sí la sabiduría y la prudencia. 4 La inteligencia y el saber están a su servicio. Él posee la longanimidad, abundante misericordia 5 para perdonar a todos los que se arrepienten de su pecado.
Tiene fuerza, poder, ira terrible, 6 llamas de fuego, esto es: ángeles de destrucción para castigar a los que se alejan del camino y a los que odian el mandamiento justo.
7 No quedará nadie, ni un resto, ni un fugitivo, porque desde el origen del mundo Dios no los escogió. Antes mismo de que fueran creados, 8 él ya conocía sus obras. Desde siempre abomina las generaciones sanguinarias, por eso 9 ocultará su rostro a la tierra hasta que sean exterminadas estas gentes. Él conocía los años de sus existencias y la medida de sus tiempos.
10 Conoce lo concerniente a todos los seres en todos los tiempos, todo lo que habrá de pasar durante todos los años del mundo.
11 Pero en todo tiempo escogió hombres, marcados por el «nombre», a fin de dejar para sí 12 un grupo de escogidos y repoblar la superficie de la tierra con su posteridad. Por medio de su ungido les hace conocer el espíritu santo. 13 Él es la verdad y en su nombre son salvados todos ellos.
Por el contrario, abandona al error a aquellos que abomina.
14 Ahora, hijos míos, oídme: Yo abriré vuestros ojos para que veáis y comprendáis las obras 15 de Dios; para que escojáis lo que es de su agrado y detestéis lo que él odia.
16 Yo os haré caminar por todos sus caminos, para no errar siguiendo los deseos de la inclinación malvada y los atractivos de la lujuria, 17 pues por ese camino cayeron muchos, aun de entre los más fuertes. Por ahí muchos se perdieron y así sigue siendo hasta hoy. 18 Los vigías celestes cayeron, fueron presa de la fornicación por no haberse mantenido firmes en los preceptos de Dios.
19 Sus hijos, que eran elevados como cedros, altos como montañas, también cayeron. 20 Toda carne que estaba sobre la tierra árida pereció. Vinieron a ser como si nunca hubieran existido.
21 Porque obraron como bien les pareció, no guardaron las leyes de su creador, y así continuaron hasta que su cólera se inflamó contra ellos.
COL. III
1 Así se extraviaron los hijos de Noé y sus familias. Por esa causa fueron aniquilados. 2 En cambio Abrahán no se condujo de esta manera y por eso fue elevado a la dignidad de amigo. 3 Él observó las prescripciones y no se dejó llevar por una voluntad caprichosa. 4 Él transmitió este ejemplo a Isaac y a Jacob, por él se guiaron y por eso merecieron también ser llamados amigos de Dios y poseedores de la Alianza por toda la eternidad.
5 Los hijos de Jacob se extraviaron y fueron castigados por sus errores. Los hijos de sus hijos marcharon en la obstinación de su corazón, 6 tomando partido contra los deseos de Dios, obrando como bien les parecía; comieron sangre. 7 Dios diezmó sus hombres en el desierto, cuando dijo en Cades: «Subid y tomad posesión del país» (Deuteronomio 9, 23). Pero ellos no escucharon la voz de su creador, 8 las instrucciones de su guía. Murmuraron en sus tiendas y la cólera de Dios se inflamó contra 9 su bando; por eso sus hijos perecieron y sus reyes fueron aniquilados.
10 Por eso sucumbieron sus valientes y su país fue devastado. Así los primeros miembros de la Alianza se hicieron culpables. 11 Fueron entregados a la espada por haber abandonado la Alianza de Dios.
Prefirieron hacer su propia voluntad. 12 Anduvieron errantes en la obstinación de su corazón, siguiendo sus caprichos. Sólo algunos permanecieron fieles a las prescripciones, persistiendo en observarlas 13 porque sabían que Dios había hecho un pacto con Israel para siempre. A éstos 14 Dios les reveló las cosas escondidas, todo lo que se refería a la suerte futura de Israel. Les mostró en qué se habían equivocado, 15 pues les enseñó sus sábados sagrados, sus fiestas gloriosas, sus testimonios justos y sus 16 caminos verdaderos. Les mostró los deseos de su voluntad y cómo, si los cumplían, habrían de vivir.
17 Ellos excavaron una fuente de aguas abundantes, y todo aquel que la desprecie no vivirá.
INFIDELIDAD DE LOS ELEGIDOS
Pero algunos se dejaron arrastrar por la debilidad humana, por caminos de impureza. 18 Dijeron: Somos libres.
A pesar de esto, Dios, en sus maravillosos designios, les concedió la expiación de sus faltas y el perdón de sus pecados.
LOS SADOQUITAS
19 Edificó para ellos una casa sólida en Israel, como no hubo igual ni antes ni hasta ahora. 20 Los que permanezcan ligados a ella alcanzarán la vida eterna y les pertenecerá toda gloria humana. 21 Así lo estableció Dios cuando dijo por el profeta Ezequiel:
COL. IV
1 «Los sacerdotes y los levitas que observen las ceremonias de mi santuario cuando los hijos de Israel se extravíen, ellos se aproximarán a mí para servirme como ministros. Estarán en mi presencia para ofrecerme la grasa y la sangre».
2 Los sacerdotes son los penitentes de Israel, todos aquellos hombres que abandonaron el país de Judá. 3 Los levitas son los que vinieron con ellos. Los hijos de Sadoc son los elegidos de Israel, 4 los que fueron convocados por su nombre y desempeñarán sus funciones hasta el final de los tiempos.
5 Sus nombres fueron especificados, sus lugares fijados para el tiempo de su servicio; el número de sus tribulaciones 6 y los años de su exilio estuvieron bien limitados. Sus obras eran bien conocidas. Los primeros justos 7 que Dios perdonó llamaron justo al justo e impío al impío. Todos aquellos que lo siguieron 8 se condujeron conforme al mandato de la ley, en la cual fueron formados los primeros.
De esta manera se procederá 9 hasta que se haya completado el tiempo prefijado. Les será confirmado el puesto en la Alianza hecha por Dios con los primeros. 10 Dios les perdonará sus faltas. Les concederá la expiación. Cuando acabe este período y el número de sus años, 11 nadie necesitará más aliarse a la casa de Judá; antes al contrario, 12 cada uno deberá permanecer en su propia fortaleza. Para esto fue reconstruida la muralla de protección y fue agrandado el muro.
APOSTASÍA DE ISRAEL
13 Durante todo este tiempo Belial andaba suelto en Israel, como Dios lo había anunciado por el profeta Isaías, hijo de Amós:
14 «Terror, fosa, red sobre ti, oh habitante del país» (Isaías 24, 17).
15 La interpretación de esto se refiere a los tres lazos de Belial, de los cuales habló «Leví, el hijo de Jacob». 16 Con ellos Belial capturó a los hijos de Israel presentándoles 17 tres atractivos. El primero es la lujuria, el segundo el licor, 18 el tercero la profanación del santuario. El que escapa del primero caerá en el segundo, 19 el que escapa del segundo caerá en el tercero.
20 Los que corren detrás de charlatanes (del charlatán se dijo: «Nunca deja de hablar») cayeron presos en los lazos de la lujuria, 21 pues desposaron dos mujeres estando las dos vivas, siendo que el principio de la creación es: «Hombre y mujer los creaste».
COL. V
1 Los que entraron en el arca entraron por parejas, de dos en dos. Del príncipe está escrito: 2 «No tendrá varias mujeres». David no pudo haber leído el libro de la ley porque entonces estaba todavía sellado 3 y guardado dentro del arca de la Alianza. Porque no había sido 4 abierto para Israel después de la muerte de Eleazar y de Josué. Este fue el motivo por el que 5 los antiguos sirvieron a Astarté. [El libro] fue conservado oculto hasta que se levantó Sadoc. Por eso se alaban las obras de David. 6 Menos aquello de la sangre de Urías, aun cuando Dios lo haya perdonado.
LA PROFANACIÓN
Ellos profanaron también el santuario, pues no guardaron 7 la separación prescrita por la ley. Tienen comercio con aquella que ve correr su sangre. 8 Contraen matrimonio con la hija de su hermano y con la hija de su hermana. Sin embargo, 9 Moisés dijo: «No te aproximarás a la hermana de tu madre, porque es carne de tu carne» (Levítico18, 13).
10 La ley relativa a la impureza escrita para los hombres vale también para las mujeres. Por eso, si la hija del hermano 11 descubre la desnudez del hermano de su padre, hace cosa prohibida. 12 Mancharon el espíritu santo que está en ellos. Hablarán con lengua burlona de los preceptos de la Alianza de Dios diciendo: «No son verdaderos».
PERORACIÓN
13 Todos ellos no hacen otra cosa que encender el fuego y preparar sus flechas, 14 su veneno. Sus telas son telas de araña; su semilla, huevos de serpiente. 15 El que se acerca a ellos no quedará impune, ni tampoco su posteridad. Será destruido, ciertamente será aniquilado.
16 Porque Dios ya examinó sus obras y su cólera se inflama contra sus acciones. Así está escrito: 17 «No es un pueblo inteligente, no hay Dios en ellos» (Isaías 27, 2), y, «Es una nación desprovista de ideas, sin inteligencia» (Deuteronomio 3, 25).
Porque antes mismo de que 18 Moisés y Aarón hubiesen recibido sus funciones de príncipes de la luz, Belial suscitó a Janés 19 y a su hermano, llenándolos de malicia, cuando Israel se salvó la primera vez.
CAUSAS QUE OCASIONARON LA SECTA
20 Cuando llegó el tiempo en que el país fue entregado a la destrucción se levantaron unos hombres que cambiaron los límites 21 y que se habían propuesto extraviar a Israel. Devastaron el país porque incitaban a la revolución contra las órdenes de Dios, promulgadas por Moisés
COL. VI
1 y por su santo Ungido.
2 Anunciaban la mentira para desviar a Israel de Dios. Dios se acordó de la alianza concluida con los antiguos y suscitó de Aarón un grupo de inteligentes y de Israel un grupo de sabios. Los hizo dóciles a su voz: «Ellos excavaron un pozo. Los dignatarios del pueblo lo abrieron» (Números 21, 18).
4 Fueron los jefes del pueblo los que lo abrieron bajo la dirección del Conductor.
5 Es la fuente de la ley. Los que la abrieron son los penitentes de Israel que salieron de Judá y emigraron 6 a Damasco. A todos ellos Dios los llamó príncipes por haberse mantenido fieles en su seguimiento.7 Jamás su nombre (de Dios) se alejó de la boca de alguno de ellos. 8 El Conductor es aquel que escruta la ley. De él es de quien Isaías dijo: « Él prepara el instrumento para su obra».
9 Los jefes del pueblo son aquellos que vinieron para trabajar en la excavación de la fuente, 10 según las órdenes que les fueron comunicadas por el Conductor.
A ellas se deben atener durante todo el tiempo de impiedad. 11 Sin eso jamás llegarán [a perseverar]. Hasta el día aquel en que se mostrará la oportunidad de la justicia al final de los tiempos.
PRESCRIPCIÓN DEL CULTO LEGÍTIMO
12 Todos los que han venido a formar parte de esta Alianza jamás deben volver a entrar al santuario para encender fuego en el altar; 13 esto sería cosa vana. Antes al contrario, que cierren la puerta. Así lo dijo Dios: «¿Quién de entre ustedes cerrará su puerta y no encenderá más en vano el fuego en mi altar?» (Malaquías 1, 10).
14 De este modo se mantendrán sujetos a la verdadera interpretación de la ley, la que es válida para el tiempo de la impiedad. Esto es:
15 Que se separen de los hombres de perdición. Que se abstengan de las riquezas de iniquidad y de los bienes provenientes de los votos de Corbán 16 y de los anatemas. Que se guarden de defraudar a los pobres de su pueblo. 17 Que no se apropien de los bienes de las viudas ni exploten la fortuna de los huérfanos. 18 Que distingan lo impuro de lo puro, lo sagrado de lo profano. Que observen el día del sábado conforme a la verdadera interpretación; 19 las festividades y los días de ayuno, según el cómputo de los miembros de la nueva Alianza, pactada en el país de Damasco.
20 Que participen de las cosas santas, siempre y cuando guarden las condiciones requeridas. 21 Que cada cual ame a su hermano como a sí mismo y que ayude al pobre y sustente al mendigo y al extranjero.
COL. VII
1 Que procure cada uno estar en paz con su hermano. Que no se vuelva culpable por uniones impuras. 2 Que se abstengan de la fornicación, según la ley. Que se corrijan uno a otro como está mandado. Que no se guarden rencor entre sí. 3 Que se alejen de toda impureza conforme a las leyes. 4 Que no profanen el espíritu santo que está en ellos, puesto que Dios los ha colocado aparte de los demás.
5 Todos los que se conduzcan de esta manera, según la perfección santa, siguiendo todas las instrucciones de la alianza 6 establecida para ellos, tendrán la garantía de vivir mil generaciones.
DERECHO FAMILIAR
Documento «A»
Si viven en el campo, conforme a la regla del país. 7 Si contraen matrimonio y tienen hijos, que se comporten según la ley y sus disposiciones.
8 Según las instrucciones de las reglas de la ley, como fue dicho: «Entre un marido y su mujer, 9 entre el padre y su hijo» (Números 30, 17).
Cuando Dios visite el país dará a los impíos 10 la retribución que merecen, a todos los que desprecian estos mandamientos. Entonces se cumplirá 11 la profecía de Isaías, hijo de Amós: «Vendrán para ti y para tu pueblo días 12 que nunca había habido desde que Efraín se separó de Judá» (Isaías 7, 17).
Cuando las dos casas de Israel 13 se separaron, cuando Efraín se separó de Judá, todos los que no guardaron la ley fueron entregados a la espada.
14 Todos los fieles se refugiaron en la región Norte. Así lo había dicho Dios:
15 «Transportaré las tiendas de vuestro rey y de Kiyyum, vuestro ídolo, al otro lado de las tiendas de Damasco» (Amós 5, 21).
16 Los libros de la ley son la tienda del rey. Así él mismo lo dijo: «Yo restableceré las tiendas de David que se habían caído» (Amós 11, 11).
17 El rey es la comunidad, los Kiyyum o ídolos son los libros de los profetas, 18 cuyas palabras despreció Israel.
La estrella es el escrutador de la ley 19 que vino al país de Damasco, como estaba escrito: «Una estrella se levantó de Jacob 20 y un cetro se levantó de Israel» (Números 24, 17).
El cetro es el príncipe de toda la asamblea, el cual cuando venga destruirá a todos los rebeldes.
Documento «B»
1 … establecido para ellos, tendrán la garantía de vivir mil generaciones. Así está escrito:
2 «Él guarda su alianza y su misericordia con los que observan sus mandamientos, hasta mil generaciones» (Números 30, 7).
Si habitan en el campo, conforme 3 a la regla del país, que existe desde el tiempo antiguo, que tome mujer conforme 4 a la ley y engendren sus hijos.
Que se conduzcan según las palabras de la ley y según las instrucciones de las reglas de la ley. 5 Así fue que él dijo: «Entre el marido y su mujer, entre el padre y el hijo» (Números 30, 17). 6 Cuando Dios visite el país dará su merecido a los que desprecian estos mandamientos, y a todos los impíos.
7 Entonces se cumplirá la profecía escrita por la mano de Zacarías, 8 profeta: «¡Espada, despierta contra mi pastor, contra el hombre que es mi amigo! Hiere al pastor y se dispersarán las ovejas. 9 Yo extenderé mi mano sobre los pequeños».
Documento «A»
COL. VIII
1 Los que se habían librado al tiempo de la primera visita serán pasados al filo de la espada. Igual suerte
2 tendrán todos los que habiendo entrado en la Alianza no perseveraron en sus preceptos.
3 Serán visitados para ser destruidos por la mano de Belial. [Como está escrito:]
«Sobre los príncipes de Judá se derramará mi cólera».
4 Ellos estaban demasiado podridos para poder ser salvados. Excedían a los más rebeldes.
5 Lejos de apartarse del camino de los traidores, se dejaron rodar cuesta abajo por los declives de la lujuria. Se permitieron el lucro indebido. Aceptaron la venganza.
6 Se alimentaron con el rencor. Esto hicieron para con su hermano y para con su prójimo. 7 Contrajeron matrimonios prohibidos. Juntáronse en acciones infames. Se enorgullecieron del lucro y de sus ganancias. Realizaron sus caprichos.
8 Se comportaron como les dictaba su corazón endurecido. No se separaron del pueblo. De modo insolente se marcharon por el camino de los impíos.
9 Se empeñaron en andar por aquellos caminos de los cuales dijo Dios: «Su vino es veneno 10 de dragón, veneno mortal de áspides» (Deuteronomio 32, 33).
Los dragones son los reyes de los goim. Su «vino» son 11 sus caminos.
El veneno de áspides es el jefe de los reyes de Javán, que vino para ejercer venganza contra ellos.
Documento «B»
COL. VIII
10 Estos son los que quedaron al tiempo de la primera visita y que serán entregados a la espada cuando llegue la visita del 11 Mesías, que saldrá de Aarón y de Israel. Así hablará desde la primera vez 12 como fue dicho por Ezequiel: «Que se imprima una señal en la frente de los que gimen y de los que sufren» (Ezequiel 9, 4).
13 Los que quedaran sin señal fueran entregados a la espada vengadora de la Alianza.
Pero igual será la suerte 14 de los que entraron en la Alianza y no perseveraron en sus preceptos.
Serán visitados para ser destruidos por la mano de Belial.
15 Este será el día en que Dios haga su visita. Así está dicho: «Los príncipes de Judá son como los que alejan los límites. Sobre ellos se derramará mi ira como si fuese agua» (Oseas 5, 10).
16 En efecto, sé muy bien que si hubiesen entrado de veras 17 en la Alianza de penitencia no se habrían apartado entrando en la fornicación.
Pero lo que sucedió fue que persistieron en la riqueza mal habida, en el rencor, 18 en el odio de cada uno para con su prójimo.
19 Se entrelazaron en matrimonios ilícitos, se unieron en acciones infames, se enorgullecieron del lucro y de sus ganancias. Hicieron su capricho. 20 Se comportaron como les dictaba su interesado corazón.
21 No se separaron del pueblo. De modo insolente se permitieron ir siguiendo las
maldades de los impíos.
22 De ellos dijo Dios: «Su vino es veneno de dragón, veneno mortal de áspides» (Deuteronomio 32, 33).
23 Los dragones son los reyes de los goim. Su «vino» son sus caminos.
24 El veneno de áspides es el rey de Javán, que vino a atarlos para ejercer en ellos su venganza.
SEGUNDA ETAPA DE LA APOSTASÍA
Documento «A»
12 A pesar de este castigo, los que construyen la muralla y la fortifican con la argamasa no comprendieron, 13 porque aquel que da fuerza a los vientos y descubre la mentira los sedujo de nuevo, de modo que la ira de Dios se encendió contra toda la asamblea.
14 Esto es lo que Dios había dicho:
«No es por causa de toda justicia ni por tener el corazón justo por lo que tomaste posesión 15 de estas naciones, sino por causa del amor que Yahvé tiene a tus padres y por la fidelidad de él a su juramento» (Deuteronomio 9, 9).
16 Dijo a los penitentes de Israel que se alejaran del camino de la plebe.
17 El mismo amor que Dios mostró por los antiguos, mostró ahora por los que llamó a seguirlo en su pueblo, 18 porque es a éstos a quienes pertenece la Alianza de los padres.
Como Dios odia a los «constructores de murallas», su cólera se encendió [contra ellos].
Documento «B»
25 A pesar de este castigo, los que construyen la muralla y la enderezan con argamasa no comprendieron, porque aquel que impulsa los vientos y prepara las tempestades infunde en los hombres la mentira. 26 De modo que la cólera de Dios […]
Pero lo que Moisés dijo a Israel:
27 «No es a causa de tu justicia ni por la rectitud de tu corazón por lo que 28 heredaste estas naciones, sino por causa del amor de Yahvé a tus padres y por la fidelidad a su juramento» (Deuteronomio 9, 9).
29 Esto es lo que servirá de regla para los penitentes de Israel, que se deben separar de la plebe.
El mismo amor que Dios mostró a los antiguos 30 que habían convocado al pueblo para que les siguiese, muestra ahora a estos que vienen después, 31 porque es a ellos a quienes pertenece la Alianza de los padres.
Pero su odio (de Dios) contra los «constructores de murallas» se inflamó y
32 su cólera contra todos los que los siguen.
CONMINACIÓN GENERAL
Documento «A»
19 Esta regla vale para todo aquel que rechaza los preceptos de Dios y los abandona para caminar en la terquedad de su corazón.
20 Esta fue la palabra que Jeremías dijo a Baruc, hijo de Nerías, y a Eliseo, y a Guejazí, su siervo.
Documento «B»
Esta regla vale también para todos los que desprecian a los sacerdotes 33 de Dios y para los que los abandonan para caminar según la dureza de su corazón.
NUEVAS CONSTITUCIONES EMANADAS DESPUÉS
DE LA MUERTE DEL MAESTRO DE JUSTICIA
Documento «A»
21 Todos los hombres que entraron en la Alianza en la tierra de Damasco [. . .]
y se continuará procediendo hasta la venida del Mesías, salido de Aarón y de Israel.
Documento «B»
Lo mismo sucederá con todos los hombres que entraron en la Alianza en el país de Damasco y se separaron.
Son los traidores, los que se alejaron de las fuentes de agua viva. Estos no deben ser contados en la asamblea del pueblo ni tampoco inscritos en su libro. Así se procederá desde el día de la desaparición del Maestro de Justicia y se continuará procediendo hasta la venida del Mesías, salido de Aarón y de Israel.
COL. IX
1 Aquel que dé al anatema a un miembro de la comunidad, entregándole a la justicia de los goim (gentiles), que sea condenado a muerte.
2 En cuanto a aquello que él dijo: «No te vengarás ni guardarás rencor a un hijo de tu pueblo» (Levítico 19, 18), 3 aquel de entre los miembros de la Alianza que acuse a su prójimo sin haberlo reprendido delante de dos testigos, 4 o que haga su acusación movido por la cólera, o denuncie al hermano a sus superiores con el fin de que éstos lo desprecien, 5 éste es el que «se venga y guarda rencor».
Está escrito: «Solamente el Señor tomará venganza de sus enemigos y guardará rencor contra sus adversarios» (Nahum 1, 2). 6 Si alguien guardó silencio de un día para otro y, todavía bajo el efecto de la cólera, hace una acusación de un crimen de muerte, 7 contra sí mismo está testimoniando, porque no guardó el precepto de Dios 8 que le ordena: «Reprenderás antes a tu hermano, para no cargarte con pecado por su causa» (Levítico 19, 17).
9 Con referencia al juramento del cual él dijo: «Tu propia mano no te salvará», si un hombre obligara a otro a prestar juramento en el campo, 10 y no delante de los jueces o habiendo recibido permiso de ellos, en ese caso será su mano la que lo salve.
11 Si se llegara a perder alguna cosa y no se supiera quién la sustrajo del lugar donde estaba, el propietario pronunciará 12 juramento de execración contra todos. Quien lo oyere y estuviere al corriente del robo y no lo denuncie, será culpado.
13 Todo objeto mal habido y que deba ser restituido, si no apareciese el dueño, aquel a quien incumbe la restitución lo declarará 14 al sacerdote, y el sacerdote quedará como dueño del objeto, descontando el cordero para la expiación. De igual manera, todo objeto perdido que sea hallado 15 y no se encuentre su propietario, aquel a quien le toque restituir que lo declare delante del sacerdote; 16 y puesto que nadie sabe a quién pertenece, que los mismos sacerdotes lo guarden.
DISPOSICIONES SOBRE LOS TESTIGOS
16b Respecto a cualquier violación de la ley, cometida por quienquiera que sea, si alguien lo ve y es el único testigo, debe denunciarlo al vigilante.
17 Si se trata de un crimen que merece la pena de muerte, el vigilante lo escribirá por su propia mano.
18 Si después el acusado vuelve a cometer la misma falta en presencia del mismo o de otro testigo, y éste a su vez lo hace saber al vigilante, 19 y si una tercera vez vuelve a ser sorprendido en presencia de un tercer testigo, está ya condenado sin necesidad de juicio.
20 Pero si hubiere solamente dos testigos y éstos testimonian hechos diversos, el culpable será solamente separado de la purificación 21 con tal que los testigos sean dignos de fe y hayan presentado su denuncia al vigilante el mismo día en que presenciaron el delito.
22 Tratándose de un caso de dinero, bastará con dos testigos. Para ser separado de la purificación bastará un solo testigo.
COL. X
1 Los jueces no aceptarán como testigo, sobre todo tratándose de una denuncia en cargos de pena de muerte, a aquel que no tuviera 2 la edad suficiente para presentarse delante de los jueces, y tampoco aquel que no sea temeroso de Dios.
3 No se dará crédito al testimonio de aquel que haya transgredido abiertamente algún precepto de la ley y no haya hecho suficiente penitencia para poder reintegrarse.
4 He aquí la regla para los jueces de la comunidad:
Deberán ser diez hombres 5 escogidos en la comunidad conforme a las exigencias de ésta. 6 Cuatro serán de la tribu de Leví y Aarón y seis de Israel. Serán versados en el libro de Hegou (Libro de Estudio) y en los estatutos de la Alianza. Deberán ser tomados ocho de entre aquellos que tengan de veinticinco 7 a sesenta años de edad. 8 A partir de sesenta años nadie será escogido para 9 juzgar a la comunidad. Porque por causa del pecado del hombre sus días fueron abreviados y, en su disgusto contra los habitantes 10 de la tierra, Dios decidió quitarles el uso de la razón antes incluso de que terminen sus días.
REGLAS DE PURIFICACIÓN
10b En lo que concierne a la purificación del agua, 11 que nadie tome baño con agua poluta ni con cantidad inferior a la que es necesaria para sumergirse; que 12 nadie se purifique con el agua de un vaso, ni con el agua que haya quedado en la cavidad de una piedra 13 si en ella no hay agua suficiente para la inmersión.
Si el hombre impuro toca esta agua se convertirá en impuro, como ocurriría con las aguas del vaso.
EL SÁBADO
14 En lo concerniente al sábado, para observarlo como es debido, que nadie haga en el sexto día 15 ningún trabajo cuando el sol ya está llegando al ocaso y se puede contemplar su disco.
16 Es lo que Dios dijo: «Guardarás el día del sábado para santificarlo». (Deuteronomio 5, 12). Que nadie diga en el día del sábado palabras inútiles.
17 Que nada sea dado en préstamo al prójimo.
18 Que en ese día no se haga nada que pueda proporcionar algún lucro o alguna ganancia.
19 Que no se hable del trabajo o de la labor que debe ser hecha al día siguiente.
20 Que nadie pasee por los campos planeando el trabajo que deba hacer.
21 En el sábado, que nadie se aleje de la ciudad más de mil pasos (1000 codos).
22 Que nadie coma en el día del sábado sino lo que haya preparado 23 en el día anterior. Lo que se encuentra perdido en el campo, que no lo coma; que no lo beba sino en el campo.
COL. XI
1 Si alguien va de camino y baja para bañarse, que beba en cuanto esté abajo, pero que no recoja agua con algún recipiente.
2 Que no envíe a un hijo de extranjero para que haga lo que él mismo desearía hacer en el día del sábado.
3 Que en ese día nadie vista vestidos sucios o que hubieren sido usados por un goín (gentil), 4 a no ser que hubiesen sido perfectamente lavados y frotados con incienso.
5 Que nadie ayune por su propia iniciativa en el día del sábado ni nadie conduzca a pastar el ganado fuera de la ciudad 6 a distancia mayor de dos mil codos. Ni levante su mano para arrearlo. 7 Si se trata de un animal indócil, que no lo saque fuera de la casa.
8 Que nadie traslade nada de fuera de la casa para adentro ni de dentro para afuera.
9 Que en el día del sábado no abra ningún recipiente que esté todavía lacrado.
10 Que nadie vaya perfumado cuando sale en el día del sábado.
11 Que en el día del sábado nadie mueva en su casa ni siquiera una piedra ni sacuda el polvo.
12 Que el padre del lactante no pasee a su niño en el día de sábado ni dé órdenes a su siervo, a su sierva o a sus empleados.
13 Que nadie ayude a una bestia a dar a luz en día de sábado.
14 Si un animal cae en una fosa o en un pozo, que no lo retire en el día del sábado.
15 Que nadie festeje el sábado cerca de los paganos ni nadie lo profane por el lucro o la ganancia.
16 Si acaso una persona llegase a caer en un lugar lleno de agua o en una cisterna, 17 que nadie se sirva de una escalera, de una cuerda o de cualquier otro instrumento.
18 Que nada sea ofrecido sobre altar a no ser los holocaustos, porque está escrito: «Excepto vuestros holocaustos» (Levítico 23, 28).
REQUISITOS PARA EL SACRIFICIO
19 Que nadie envíe al altar un holocausto o una ofrenda por medio de un hombre contaminado 20 con alguna impureza, para que no contamine el altar. Pues está escrito: 21 «El sacrificio de los impíos es abominable, pero la oración de los justos es como una grata ofrenda» (Proverbios 15, 8).
22 Que todo el que deba entrar en la casa de adoración, no entre si estuviese impuro y se deba todavía purificar.
23 Cuando suenen las trompetas de la reunión, que no lo hagan más temprano o más tarde y que no interrumpan el servicio.
COL. XII
1 El sábado es santo; por eso, que ningún hombre tenga relaciones con su mujer 2 para no manchar la ciudad del santuario con su impureza.
3 El que esté bajo el dominio del espíritu de Belial y profiera palabras rebeldes será juzgado de la misma manera que los magos y los adivinos.
4 Todos aquellos que por inadvertencia violen el sábado o algunas de las fiestas no serán condenados 5 a muerte, pero que sean puestos en observación para ver si se corrigen. 6 Este tratamiento se continuará durante siete años y después volverán a entrar en la asamblea.
RELACIONES CON LOS PAGANOS
Que nadie tienda la mano para derramar la sangre de un pagano 7 por afán de lucro o de ganancia.
Que nadie tome tampoco nada de los bienes de ellos, 8 para que no blasfeme, a no ser que la decisión venga del alto Consejo de Israel.
9 Que nadie venda un cordero o un pájaro de los considerados puros a un pagano, porque está destinado al sacrificio.
10 Que no les sea vendido nada ni del granero ni del lagar, a ningún precio.
11 Y tampoco le venda nada a su siervo ni a su sierva si éstos hubieren entrado en la Alianza de Abrahán.
12 Que nadie contraiga impureza comiendo animal salvaje, o reptil, o larvas de abejas, 13 o cualquiera de los animales que nadan en el agua.
Que nadie coma peces, a no ser que hayan sido partidos 14 estando aún vivos y que su sangre haya sido derramada.
Que se arroje toda especie de langostas en el agua, 15 mientras están todavía vivas, porque de esta materia fueron ellas creadas.
16 Cualquier pedazo de madera o de piedra o de barro que haya sido tocado por la impureza del hombre, 17 contrae la misma impureza, y todo hombre que lo toque quedará igualmente impuro.
18 Cualquier clavo o estaca clavados en un muro del lugar donde haya un muerto contraerá la misma impureza que los utensilios de trabajo del difunto.
GOBIERNO E INSTALACIÓN DE LA COMUNIDAD
19 Disposiciones por las cuales se regirán las sociedades de Israel en lo que respecta a lo puro y a lo impuro, 20 de modo que sea patente la distinción entre lo profano y lo sagrado. Estos son los preceptos que servirán 21 de norma al instructor para dirigir a todos los vivientes de acuerdo con la regla marcada para cada tiempo. 22 Por estas normas se deberá conducir todo Israel y así no incurrirá en maldición.
23 Esta es la regla que debe observarse en la instalación del campo. A ella se atendrá durante el tiempo de impiedad hasta que surja el Mesías de Aarón y de Israel.
COL. XIII
1 Cada campo contará por lo menos diez hombres, pero también podrá tener hasta mil, pasando por centenas y cincuentenas.
2 Regla para las decenas:
Donde hubiera un grupo por lo menos de diez, que no falte un sacerdote versado en el libro de Hegou (Libro de Estudio).
3 Y todos se deben atener a sus decisiones. Si él no fuere versado en todas estas reglas y hubiere allí 4 un levita que sí lo sea, entonces las decisiones serán tomadas según el consejo del levita.
5 Pero si sucediere que se debiese aplicar a alguien la ley de la lepra, que en ese caso el sacerdote ocupe su lugar en el campo.
6 El levita lo podrá instruir (al leproso) en las leyes, pero será el sacerdote quien le imponga la reclusión, 7 aun cuando el sacerdote sea ignorante, porque ése es su derecho.
LOS INSPECTORES
Esta es la regla para el inspector del campo:
8 Que enseñe a los demás todo lo que pueda de las obras de Dios; que les haga comprender la grandeza de sus maravillas; que les narre con todos sus pormenores los acontecimientos que sucedieron en el pasado; 9 que los ame como un padre a sus hijos y que cargue todas sus aflicciones como un pastor a su rebaño. 10 Él desatará todos los nudos de sus ataduras, de modo que en la asamblea nadie se sienta oprimido o sobrecargado.
11 Que examine también a todo aquel que desee unirse a la asamblea: sus obras, su instrucción, su capacidad, sus fuerzas, sus bienes. 12 Si el candidato merece ser admitido, que lo inscriba en el lugar que le compete, según su condición hacia su destino de luz.
13 Que ninguno de los miembros del campo se permita introducir a nadie en la asamblea sin la autorización del inspector del campo.
14 Que ninguno de los que entren en la Alianza de Dios reciba nada de un hijo de perdición. Tampoco le regale nada, a no ser que se trate de un intercambio.
15 Que nadie inicie un negocio de compraventa sin haber avisado antes al inspector del campo. 16 Después de haberlo hecho podrá comenzar el trato.
17 [. . .] tendrá cuidado de expulsar [al que se lo merezca (?)].
18 Mostrará preferencia por aquellos que [. . .]
19 [. . .]
20 Esta es la organización del campo [. . .] 21 que se tratará de instalar en todos los puntos de la tierra, [como está dicho:]
COL. XIV
1 «Vendrán para ti y para tu pueblo y para la casa de tu padre días como no los ha habido desde el tiempo en que Efraín se separó de Judá» (Isaías 7, 17).
2 Para todos los que así se conduzcan, la Alianza de Dios será prenda de salvación. Los librará de los peligros de la fosa y serán oídos con prontitud.
3 Normas válidas para todos los campos:
Que en cada uno de ellos se haga un censo nominal. En primer lugar se nombrarán los sacerdotes, 4 en segundo los levitas, en tercer lugar los hijos de Israel, en cuarto lugar los prosélitos.
5 Que sean inscritos nominalmente uno después de otro. Primero los sacerdotes, después los levitas, en tercer lugar los hijos de Israel y por último 6 los prosélitos. En este orden tomarán asiento y también en este orden podrán hacer preguntas sobre cualquier asunto.
7 El sacerdote que está encargado de gobernar a los del primer orden deberá tener de treinta a sesenta años. 8 Deberá ser versado en el libro de Hegou (Libro de Estudio) en todos los decretos de la ley para que sepa dirigir la asamblea según lo que está prescrito.
9 El inspector de todos los campos deberá tener de treinta a cincuenta años y ser conocedor de todos 10 los conocimientos humanos y de todas las lenguas.
Según sus decisiones, se aproximarán 11 todos los miembros de la congregación, respetando su escalafón. Cuando alguien desee hablar de algún asunto, que antes hable con el inspector, 12 especialmente tratándose de queja de juicio.
REGLAS PARA LOS SUPERIORES
12b Estas son las disposiciones que los «grandes» deben observar para atender a las necesidades de todos:
13 Que se dé el salario de dos días por mes al inspector y a los jueces.
14 Que del depósito común se retire lo necesario para cubrir las necesidades de los súbditos.
15 Que ayuden al pobre, al indigente, al viejo, al hombre castigado, al cautivo de una nación 16 extranjera, a la virgen que no tiene dote y a aquel que no tiene quien cuide de él.
17 Estos son los estatutos de la congregación, 18 [que se deben observar hasta que llegue]
19 el Mesías de Aarón y de Israel. Él expiará nuestras faltas.
20 El que engañe a otro conscientemente en algo de dinero [. . .] 21 será castigado durante seis días [. . .] el que hable [. . .].
COL. XV
1 Que no se jure por el «nombre» ni por Alef ni por Daleth, sino por el juramento de la Alianza 2 y por las maldiciones de la Alianza.
Que nadie mencione en el juramento la ley de Moisés, 3 porque si jura y vale el juramento habrá profanado también el nombre.
4 Si juró por las maldiciones de la Alianza, el culpado será conducido delante de los jueces. Si de hecho las transgredió, será condenado. 5 Pero si confiesa su falta y ofrece una compensación, no será reo de la pena de muerte.
Aquel que entre en la Alianza con sus hijos 6 lo hace para un estatuto eterno. Si sus hijos no tuvieren edad suficiente, que haga el juramento de la Alianza en nombre de ellos.
7 Esta regla estará en vigor durante el tiempo de impiedad para todo aquel que quiere dejar los caminos de perdición.
8 En el día que él ya no se entienda con el inspector de los «grandes», le será aplicado el rigor del juramento de la Alianza que Moisés concluyó con Israel.
9 Esta es la Alianza de aquellos que se proponen regresar a la ley con todo el corazón 10 y con toda el alma. Todo aquello que se debe practicar durante el tiempo de impiedad se encuentra en ella.
11 Que nadie enseñe a otro los estatutos sin haber hablado antes con el inspector, no sea que se encuentre como perdido en medio de ellos.
12 Pero si se deja llevar por la traición después de haberse comprometido a volver a la ley de Moisés 13 con todo el corazón y con toda el alma, que los demás se alejen de el.
COL. XVI
1 El pactó con vosotros una alianza —con todo Israel—. Esta es la razón por la cual todos se deben comprometer en su camino 2 y regresar a la ley de Moisés. En ella todo está exactamente explicado, y 3 la distribución de los tiempos para que Israel se acuerde exactamente de ellos, 4 división de los tiempos conforme a sus jubileos y sus semanas.
5 El día en que alguien se comprometa a regresar a la ley de Moisés, el ángel Masterna se alejará de él si observa su compromiso. 6 Esta es la razón por la cual Abrahán se circuncidó en el día en que fue informado de eso.
En cuanto a aquello que él dijo: 7 «Cumplirás lo que tus labios prometen» (Deuteronomio 23, 24), 8 que no se viole el juramento hecho de seguir la ley aun cuando sea con peligro de muerte. 9 Todo juramento que alguien haga de alejarse de la ley no debe ser observado aunque sea al precio de su vida.
10 ¿Qué debe hacer la mujer con su juramento si el marido le ordena anularlo? 11 Pues que el marido no anule ese juramento para no tornarla impía. 12 Pero si el juramento lleva a la violación de la ley, que el marido lo anule sin vacilar. Lo mismo puede hacer el padre [con los hijos].
13 Respecto a las ofrendas, que nadie ofrezca sobre el altar un donativo robado. 14 Que los sacerdotes no lo admitan en Israel. 15 Que nadie ofrezca alimento de su casa a Dios, porque él fue quien dijo: 16 «El hombre busca a su siervo para la muerte» (Miqueas 7, 2).
COL. XVII
1 [. . .]
2 Tal será la ley para todos los que entran en la Alianza de los hombres que buscan la perfecta santidad.
3 El hombre que experimenta disgusto en la práctica de las disposiciones justas será probado en el horno.
4 Desde el momento en que sus obras sean conocidas, que se le expulse de la congregación como si nunca hubiese ocupado un lugar en medio de los discípulos de Dios.
5 Que las personas más autorizadas lo reprendan conforme a sus culpas hasta que pueda volver a ocupar su lugar en la asamblea de los hombres íntegros.
6 Hasta que sus obras hayan sido aprobadas conforme a la ley en la justicia, nadie se asocie con él 7 en el trabajo, en el lucro, puesto que está maldito por todos los santos del 8 Altísimo.
Esta razón valdrá para todos aquellos que desprecien las órdenes antiguas 9 y las que seguirán; 10 para aquellos que pusieron ídolos en su corazón y caminan en la impenitencia del mismo.
Ya no tienen parte con la casa de la ley. 11 Como sus semejantes que se alejaron siguiendo al hombre de mentira, así serán ellos juzgados, porque prefirieron los errores 12 a los estatutos justos, despreciaron la Alianza fiel establecida en el país de Damasco 13 hasta hacer nueva Alianza, y no habrá para ellos ni para sus familias lugar en la casa 14 de la ley.
Desde el día de la desaparición del Maestro de Justicia hasta el día en que 15 murieron todos los hombres de guerra que marcharon con el hombre de mentira, pasaron cerca de cuarenta años.
16 En ese tiempo se inflamó la cólera de Dios contra Israel, como dijo: 17 «No hay ni rey ni príncipe, ni juicio, nadie que reprenda con justicia» (Oseas 3, 4; Isaías 11, 4). Pero los penitentes de Israel que se arrepintieron de su iniquidad 18 guardan la Alianza de Dios. «Entonces dirá uno al otro que cada cual fortifique a su hermano» (Malaquías 3, 18).
19 Dios prestó atención a sus palabras, él las oyó. «Un memorial fue escrito directamente de él para los 20 que temen a Dios y estiman su nombre», hasta que se manifiesten la justicia y la salvación para aquellos que temen a Dios.
21 Veréis de nuevo la diferencia entre un justo y un impío, entre el que sirve a Dios y el que no lo sirve.
22 Él colmará de gracias a los que lo aman y a aquellos que le permanecen fieles, por mil generaciones.
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