Libro de Enoc 3, Sobre la muerte y la ley de simpatía universal

En este video conoceremos la revelación sobre la muerte, el momento cuando dejamos el cuerpo terrenal y lo que sucede en instante, según lo revelado por el Libro de Enoch 3.

También conoceremos  una gran descripción sobre las hermosas mansiones y paraísos celestiales a los cuales ascienden los espíritus y estas están acordes a lo que buscaron en su vida terrenal.


Texto:

 SOBRE LA MUERTE

El hombre cuando sale de su vida humana,

Se levanta como sí fuera de un nublado sueño;

Una gloria de Celestial esplendor lo rodea.

Sueña que está en una Visión de Belleza,

Pero abriendo sus ojos, y extendiendo sus extremidades,

Encuentra que él es un espíritu viviente.

Ve su alma alrededor de él como un vestido,

 Pero que es completamente destituido del cuerpo físico.

Y es perturbado en dolor y temor.

No sabe a donde esta yendo.

Flota a través de un etéreo Océano;

Se siente llevado en un viento;

Pero elevando sus siempre puros pensamientos

Al más alto Dios de su adoración;

Quién ha sido para él mientras estaba en la carne:

Su Padre, su Consolador, su Guía;

Él llega a llenarse con una celestial paz.

Percibe una armonía en todas sus sensaciones.

Su alma y espíritu se deslizan igual a un musical himno,

A través de un mar de centelleante gloria. 

Entonces mira a los objetos que lo rodean,

Los ve diferentes, en su pura luz.

Revelado en brillo de Sol y Estrella

Como los fulgores resplandecientes del firmamento

Y para siempre como esplendores celestiales.

Rayos de arriba, radiantemente y muy brillantes.

Y sus castos pensamientos son elevados a su Padre,

El Alto, el Santo y el Divino.

El ve alrededor de él, semejantes a un círculo de rayos de Sol,

Un hermoso Coro de Sagrados Espíritus,

De cuya muy ardiente presencia es derramado;

Un perfume más dulce que las violetas.

Espíritus de Amor,

Espíritus de verdad,

Espíritus de Conocimiento,

Espíritus de Sabiduría,

Espíritus de Caridad,

Espíritus de Pureza,

Espíritus de Luz y

Espíritus de Dios.

Desde estas trascendentes formas es derramado,

Un resplandor tan divino y deslumbrante,

Que eclipsa los ojos del Sol,

Cuando ellos resplandecen con la más ardiente radiación.

Y estos espíritus por su naturaleza celestial,

Ven la esencia del hombre;

Ellos penetran lo más recóndito de sus pensamientos internos.

Conocen a una mirada todos sus deseos,

Y a estos, de acuerdo a sus atributos.

Los espíritus benditos se inclinan,

Porque los Espíritus de Amor se unen a aquél 

Cuyo espíritu ha sido siempre encontrado en amor;

Y los Espíritus de Verdad se unen con aquél

Cuyo espíritu siempre ha sido encontrado en Verdad;

Y los espíritus de Caridad le dan la bienvenida a aquél

Cuyo espíritu ha sido siempre encontrado en Caridad.

Porque semejante a lo que buscó, es su parecido en los Cielos

Aun semejante a lo que buscó sobre la Tierra.

Y el Puro evita lo opuesto a la pureza, 

Tanto en la esfera celestial como en la terrenal.
Por lo tanto, cualquier virtud que el hombre sembró
En su frágil y transitoria vida de barro,
Lo mismo él cosecha unas mil veces
Cuando él transmigra a la vida celestial.
Por la Simpatía Mística que invade el Universo
Inmediatamente él se une a aquello que él semeja.
Y la antipatía que existe entre la Luz y su opuesto,
Lo separa de algo que no este al unísono con sus deseos.
Y todos los habitantes de aquellos Benditos Lugares
Participan en el gozo del recién llegado.

Percibiendo un crecimiento en su propia felicidad,
Por la felicidad de este nuevo miembro en su Circulo.



Entonces los espíritus ascienden a un glorioso Paraíso;
Allí hay Árboles  de infinita belleza,
Verdes, sublimes y extensamente diseminados,
Floreciendo en miles de flores.
Y hay Enramadas  de delicioso verdor,
Y hierbas con la fragancia de la brisa matinal,
Y fuentes más puras que el cristal (...)
Fluyen en melodía alrededor de esos Árboles
E innumerables Coros de Angélicos Espíritus
Más brillantes que la Luz que se desliza en medio del Paraíso.
Respirando música, emanando belleza,
 Y entrelazados como las constelaciones estelares.
Miles de Arco Iris relucen en el firmamento,
Y muestran sus muy brillantes colores.
 Relámpagos  vibran a lo largo del terreno,
 Semejante a arroyos de agua corriente.
 Las mansiones en esta Tierra Celestial,
Destellan con muchos Tesoros 
 Están hechos de Piedras Preciosas.
 Están incrustadas con flores doradas
 Están techadas y pavimentadas con diamantes, 


 Que relucen irradiaciones con la forma del Sol,

 Las que cambian miles de veces en un minuto,

 Más espléndidas que la Luz de la aurora.

 La belleza de estos Palacios Celestiales,

 Esta en armonía con la belleza de los espíritus,

 Que en pureza habitan allí dentro,

 Aspirando siempre por más seráficos lugares.

LA VIRTUD Y LA INTELIGENCIA

 En cuanto a la Virtud es la más hermosa de Todas las Cosas,

 La trascendente Imagen de Dios en sí mismo.

 Por lo tanto, es agradable a las Leyes de Justicia16

 Que esas mansiones sean dignas de los espíritus.

 Así son los Palacios del Paraíso magnífico;

 Y no una vacía y vacante atmósfera.

 Porque los habitantes de la Hermosura Celestial

 Son de Hermosura Celestial también.

 No pienses que el espíritu anda vagando al azar,

 Como algún descuidado supone,

 Volando a través del aire vasto y vacío

 Sin ningún propósito firme, y sin ningún hogar seguro.

 Pero esta no es en verdad la condición de los Benditos.

 Sus palacios son majestuosas estructuras.

 Ellos tienen Jardines, Ríos y Fuentes;

 Y Todas las Cosas 17 están en armonía con su grandeza.

 Y algunos son de diamantes de blanco-nieve como la Verdad;

 Y algunos de transparentes esmeraldas como la Sabiduría

 Para que el semejante a Dios viva en lugares semejantes a Dios

 Cuyo esplendor es un símbolo de los habitantes.

 Así las Inteligencias de lo Supracelestial

. Comprenden a una mirada los atributos de los habitantes,

 Por el brillante aspecto de sus hogares,

 Y las apariencias que corresponde con esto. 


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