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Los Hechos de Tomás es una serie de actos episódicos (latin passio) que ocurrieron durante la misión evangelística de Judas Tomás ("Judas el Gemelo") a la India. Termina con su martirio: muere atravesado por lanzas, habiendo ganado la ire del monarca Misdaeus (Vasudeva I) debido a su conversión de las esposas de Misdaeus y un pariente, Charisius. Fue encarcelado mientras convertía a los seguidores indios ganados a través de la realización de milagros.
En el texto de abajo, M.R. James utiliza corchetes [] y los paréntesis () para contener las notas en las lagunas, palabras dudosas y las versiones de los manuscritos utilizadas en su traducción. Palabras entre corchetes son a menudo las traducciones literales del texto original y no son siempre fáciles de entender.
Esencialmente todas las copias digitales de los Hechos de Tomás que se encuentran en Internet son copias del único archivo que ha residido en nuestro Archivo desde 1994. Por desgracia, recientemente hemos descubierto que este documento original - ahora ampliamente reproducido por otros sitios de internet tuvieron un error interno de formato HTML en la reproducción de los símbolos de corchete. Como resultado, muchas de las palabras que aparecen entre los corchetes se perdieron por completo en las versiones piratas de este archivo, haciendo las incomprensibles en varios lugares. Así, nos encontramos tristemente responsables del tipo de corrupción textual común en la antigua tradición de la copia de los manuscritos.... En la versión actual hemos tratado de corregir este error, y pedimos a otros sitios de internet de este archivo que vuelvan a examinar y corregir sus copias.
Los hechos del Santo Tomás Apóstol
El Primer hecho: Cuando él entró en la India con Abbanes el comerciante.
En esa temporada, todos nosotros, los apóstoles estábamos en Jerusalén, Simón el cual es llamado Pedro y Andrés su hermano, Jacobo (Jaime) hijo de Zebedeo y Juan su hermano, Felipe, Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Cananeo, y Judas hermano de Jacobo; y nosotros nos hemos dividido las regiones del mundo, que cada uno de nosotros deberá ir a la región, que cayó a él y a la nación a cual Él Señor le envié.
De acuerdo con el lote, por lo tanto, la India cayó a Judas Tomás, la cual es también el doble: pero él no quiso ir, diciendo que por razón de la debilidad de la carne que él no podía viajar, y "Yo soy un hombre hebreo; ¿cómo puedo ir yo entre los indios y predicar la verdad?" Y mientras tanto, razonó y habló, el Salvador se le apareció de noche y le dijo: No temáis, Tomás, ve tú a la India y predicar la palabra ahí, porque mi gracia es contigo. Pero él no quería obedecer, diciendo: ¿Hacia dónde habías de enviarme, envíame, pero a otro lugar, porque a los indios yo no voy a ir?
2 Y mientras tanto que hablaba así y pensaba, sucedió que había allí cierto mercader venido de la India cuyo nombre era Abbanes, enviado por el rey Gundaphorus [Gundaphorus es un personaje histórico que reinó sobre una parte de la India en el siglo I después de Cristo. Sus monedas llevan su nombre en griego, como el de Hyndopheres], y teniendo él mandamiento de él para comprar un carpintero y traerlo a él.
Ahora al verlo el Señor caminando en la plaza del mercado al medio día le dijo: ¿quieres tú comprar un carpintero? Y él le dijo: Sí. Y el Señor le dijo: Yo tengo un esclavo que es carpintero y deseo venderlo. Y, diciendo esto, le mostró a Tomás de lejos, y se puso de acuerdo con él por tres litrae (montones) de plata sin estampa, y escribió una escritura de compraventa, diciendo: Yo, Jesús, el hijo de José el carpintero, reconozco que he vendido a mi esclavo, Judas por su nombre, a ti Abbanes, un comerciante de Gundaphorus, rey de los indios. Y cuando la escritura estaba terminada, el Salvador tomó a Judas Tomás, y lo guio hacia Abbanes del comerciante, y cuando Abbanes lo vi le dijo: ¿Es este tu amo? Y el apóstol dijo: Sí, él es mi Señor. Y él dijo: yo te he comprado de él. Y el apóstol mantuvo su paz.
3 Y al día siguiente el apóstol se levantó temprano, y oró, y después de haber rogado al Señor dijo: Yo iré a donde tú quieras, Señor Jesús: hágase tu voluntad. Y él se fue hacia Abbanes del comerciante, llevando consigo nada en absoluto salve sólo su precio. Porque Él Señor se lo había dado a él, diciendo: Deja que tu precio sea también contigo, junto con mi gracia, a donde quiera que vayas.
Y el apóstol encontró Abbanes llevando su equipaje a bordo del barco; así que él también comenzó a llevarlo a bordo con él. Y cuando ellos estaban dentro del barco y fueron establecidos Abbanes cuestionó el apóstol, diciendo: ¿Qué artesanía sabes tú? Y él dijo: En madera puedo hacer arados y yugos y los sinfines de buey (aguijones, Sir.), Y los barcos y los remos de los barcos y los mástiles y las poleas, y en piedra, columnas, templos y casas de corte para los reyes. Y Abbanes el comerciante le dijo: Sí, es de tal obrero que tenemos necesidad. Comenzaron entonces a navegar hacia la casa; y tuvieron un viento favorable, y navegaron prósperamente hasta que llegaron a Andrapolis, una ciudad real (de gente rica).
4 Y se fueron de la nave y entraron en la ciudad, y he aquí, había ruidos de flautas y órganos de agua, y sonaron las trompetas sobre ellos, y el apóstol preguntó, diciendo: ¿Qué es este festival que esta ciudad? Y los que estaban allí le dijeron: Tú también tienen a los dioses que son traídos para casar en esta ciudad. Porque el rey tiene una hija única, y ahora se la da en matrimonio a un esposo: esto por lo tanto regocijando, y reuniendo la boda hoy es la fiesta que has visto. Y el rey ha enviado mensajeros a proclamar por todas partes que todos deberán venir al matrimonio, ricos y pobres, esclavos e libres, extraños y ciudadanos: y si alguno se niegan y no vienen a la boda él responderá por eso ante el rey. Y Abbanes al oír eso, le dijo al apóstol: vamos nosotros también, no vaya a ser que ofendamos al rey, sobre todo viendo que somos extraños. Y él dijo: Vamos.
Y después de que se había establecido en la posada y descansado un poco de tiempo se fueron a la boda; y el apóstol viendo a todos sentados (reclinados), se estableció, también, en medio, y todos le miraban, como sobre a un extraño y uno que proviene de otro país extranjero: pero Abbanes el comerciante, al ser su amo, se puso en otro lugar.
5 Y mientras cenaban y bebían, el apóstol saboreaba nada; así que los que estaban con él le dijeron: ¿Por qué has venido aquí, sin no comes ni beber? pero él les respondió, diciendo: Yo he venido aquí por algo mayor que la comida o la bebida, y que yo pueda cumplir con la voluntad del rey. Porque los heraldos proclamaron el mensaje del rey, y cualquiera que no obedece a los heraldos estará sujeto al juicio del rey.
Así que cuando hubieron comido y bebido, y guirnaldas y ungüentos fueron traídos a ellos, cada uno tomó del ungüento, y uno se ungió el rostro y otro la barba y otros en otras partes de su cuerpo, pero el apóstol se ungió de la parte superior de su cabeza y se unto un poco sobre su nariz, y lo dejó caer en sus oídos y se tocó los dientes con ello, y cuidadosamente ungió las partes sobre su corazón: y la corona que fue traída a él, tejidos de mirto y otras flores, él lo tomó, y lo puso sobre su cabeza, y tomó una rama de cálamo y la sostuvo en la mano.
Ahora la muchacha de la flauta, deteniendo su flauta en la mano, se dirigió a todos ellos y toco, pero cuando ella llegó al lugar donde el apóstol estaba, se detuvo sobre él y tocó sobre su cabeza por un largo tiempo: ahora esta chica de la flauta era de la raza hebrea.
6 Y mientras el apóstol continuaba mirando al suelo, uno de los coperos, extendiendo la mano y le dio un golpe; y el apóstol levantó los ojos y miró a aquel que lo golpeo y le dijo: Mi Dios te perdonara en la vida por hacer esta iniquidad, pero en este mundo, has de manifestar sus maravillas e incluso ahora veré esta mano que me ha golpeado ser arrastrada por los perros. Así que, habiendo dicho esto, comenzó a cantar y decir esta canción:
La doncella es la hija de la luz, en la cual consiste y habita el orgulloso brillo de los reyes, y a la vista ella es encantadora, ella brilla con belleza y alegría. Sus ropas son como las flores de la primavera, y de ellas una ráfaga de perfume nace; y en la corona de su cabeza el rey está establecido con la cual con su comida inmortal (ambrosía) nutre a los que se basan en él; y en su cabeza se establece la verdad, y con los pies, ella progresivamente demuestra alegría. Y su boca se abre, y se vuelve en su fuente: treinta y dos son los que cantan alabanzas a ella. Su lengua es como la cortina de la puerta, la cual se mueve de un lado a otro para los que entran adentro: el cuello está fijada en la forma de gradas la cual el primer fabricante ha obrado, y sus dos manos representan y muestran, proclamando el baile de la años felices, y sus dedos señalan a las puertas de la ciudad. Su habitación es brillante con la luz y respira progresivamente el olor de bálsamo y todas las especias, y da un dulce aroma de mirra y de hoja de la India, y por dentro hay mirtos tirados en el suelo, y [GUIRNALDAS] de toda clase de flores olorosas, y los postes de la puerta (?) están adornados con libertad. 7 Y a su alrededor sus padrinos de boda la guardan, el número de los cuales es siete, a quien ella misma ha escogido. Y sus damas de honor son siete, y ellas bailan delante de ella. Y doce es el número de los que sirven ante ella y están sujetos a ella, los cuales tienen su objetivo y su mirada hacia el novio, que por verlo a él puedan ser ilustrados y para siempre ellos estarán con ella en la alegría eterna, y estará en el matrimonio en el cual los príncipes son reunieron juntos y deberán asistir en el banquete del cual los eternos son tenidos por dignos, y se pondrán vestiduras magnificas y estarán alegres con ropas brillantes; y en la alegría y el júbilo deberán ellos dos ser y se glorificar al Padre de todos, cuyo orgullosa luz ellos han recibido, y son ilustrados por el ver a su señor; cuyo inmortal alimento ellos han recibido, que no tiene ningún defecto (excremento, Sir.), y han bebido del vino que les da entonces ni sed ni deseo. Y ellos han glorificado y alabado con el espíritu viviente, el Padre de la verdad y la madre de la sabiduría.
8 Y cuando él había cantado y terminó esta canción, todos los que estaban allí presentes se quedaron viéndolo a él, y se quedaron en silencio, y vieron que su imagen había cambiado, pero lo que fue dicho por él no había sido entendido por ellos, porque él era un hebreo y lo que él dijo lo dijo en la lengua hebrea. Sin embargo, la chica de la flauta fue la única que oyó todo eso, porque era de la raza hebrea y ella se alejó de él y toco para el resto, pero por la mayoría ella lo contemplaba con la mirada y lo miraba, porque ella le gusto él, como hombre de su propia nación, por otra parte él era hermoso a mirar más allá de todos los que estaban allí. Y cuando la chica de la flauta había tocado a todos ellos y terminó, se sentó frente a él, viéndolo y mirando fijamente en él. Sin embargo, él no veía a nadie en absoluto, ni hacia caso de nadie pero sólo mantuvo los ojos mirando hacia el suelo, esperando el momento en que podría salir de allí.
Pero el copero que le había golpeado fue al pozo para sacar agua; y no por casualidad había un león allí, y lo mató y lo dejaron tirado en ese lugar, después de haber quebrado sus miembros en pedazos, y de ahí se apoderaron los perros de sus miembros, y entre ellos un perro negro sosteniendo su mano derecha en el hocico lo dio a ver en el lugar del banquete.
9 Y todos cuando lo vieron se quedaron asombrados y preguntaron cuál de ellos era que faltaba. Y cuando se hizo evidente que era la mano del copero que había golpeado al apóstol, la chica de la flauta quebró su flauta y la arrojado a la basura y se fue a sentar a los pies del apóstol, diciendo: Este es un dios o un apóstol de Dios, porque lo oí decir en la lengua hebrea: "Ahora voy he de ver la mano que me golpeo arrastrada por los perros", la cual cosa vosotros también han visto; porque como él dijo, así ha sucedido. Y algunos le creyeron y otros no.
Pero cuando el rey lo oyó, él se acercó y le dijo al apóstol: ¡Levántate y ven conmigo, y ora por mi hija, porque ella es mía unigénita, y hoy la he dado en casamiento! Pero el apóstol no estaba dispuesto a ir con él, porque el Señor no había sido revelado a él en ese lugar. Pero el rey le llevo en contra de su voluntad a la cámara nupcial para que él pudiera orar por ellos.
10 Y el apóstol estando de pie comenzó a orar y hablar de esta manera: ¡Mi Señor y mi Dios, que viajas con tus siervos, y que guías corriges a los que creen en ti, el refugio y el descanso de los oprimidos, la esperanza de los pobres y rescatados de cautivos, el médico de las almas que se encuentran enfermas y salvador de toda la creación, que das vida al mundo y fortaleces las almas; tú sabes las cosas que van a pasar, y por nuestros medios las logras: tú Señor eres él que revelas los misterios ocultos y pones en manifiesto las palabras que son secretas: Tú Señor eres él que planta el árbol bueno, y de tus manos se engendran todas las buenas obras: tú Señor eres él que estas dentro de todas las cosas y pasas través de todas, y te encuentra en todas tus obras, y te manifiestas en el trabajo de todas ellas. Jesucristo, el Hijo de la compasivo y perfecto salvador, Cristo, Hijo del Dios viviente, el poder indomable que ha derrotado al enemigo, y la voz que fue escuchada de los gobernantes, e hizo todos sus poderes temblar, el embajador que fuiste enviado de la altura y viniste abajo hasta aun al infierno, tu quien abriste las puertas y de allí sacaste a los que durante muchos siglos se encerraban en la tesorería de la oscuridad, y les enseñaste el camino que lleva hasta a la altura: Yo te suplico a ti Señor Jesús, y ofrezco la súplica de ti por estas personas jóvenes, para que tú hagas por ellos lo que les ayudara y sea conveniente y provechoso para ellos. Y él puso sus manos sobre ellos y les dijo: El Señor estará con ustedes, y les dejo en ese lugar y se fue.
11 Y el rey deseo que los padrinos de boda salieran de la cámara nupcial, y cuando todos se habían ido y las puertas fueron cerradas, el esposo levantó la cortina de la cámara nupcial para traer a la novia a él. Y vio el Señor Jesús con el parecido de Judas Tomás y hablar con la novia; aun de él que para ahora los había bendecido y se había marchado de ellos, el apóstol, y él le dijo a él: ¿No te fuiste tú a la vista de todos? ¿Cómo pues, tú te encuentras aquí? Pero el Señor le dijo: Yo no soy Judas, a quien también se le llama Thomas pero yo soy su hermano. Y el Señor se sentó en la cama y les pidió a ellos que también se sentaran en sillas, y comenzó a decir a ellos;
12 Recuerden, mis niños, lo que les habló mi hermano a usted y lo que con palabras entrego a vosotros, y lo saben, que si ustedes se abstienen de esa sucia penetración (relación sexual), ustedes llegaran a ser templos santos, puros, siendo así abstenidos de impulsos y dolores, visibles e invisibles, y ustedes no adquirirán preocupaciones de la vida o de niños, cuyo fin es la destrucción: y si en realidad ustedes tienen muchos niños, por el bien de ellos ustedes llegaran a ser codiciosos y avaros, desnudando huérfanos y sobre llevando a viudas, y al hacerlo ustedes mismos se sujetaran a castigos graves. Por la mayor parte de los niños se vuelven inútiles a la opresión de los demonios, algunos abiertamente y algunos invisible, porque se convierten en locos o medio secos o ciegos o sordos o mudos o paralíticos o tontos, y si están en buen estado, he aquí será en vano, haciendo actos inútiles o abominables, porque ellos serán atrapados, ya sea en el adulterio o el asesinato o el robo o la fornicación, y por todo esto ustedes serán afligidos.
Pero si ustedes son persuadidos y mantienen sus almas castas ante Dios, vendrá a ustedes niños vivientes a quienes estos defectos no tocaran, y ustedes estarán sin cuidado, viviendo una vida tranquila sin pesares o la ansiedad, tratando de recibir ese matrimonio incorruptible y verdadero, y ustedes serán con eso padrinos de boda entrando en la recamara nupcial, la cual está llena de inmortalidad y de luz.
13 Y cuando la pareja de jóvenes oyeron estas cosas, ellos creyeron en el Señor y se entregaron a él, y se abstuvieron de los sucios deseos y continuaron así, pasando la noche en ese lugar. Y el Señor se apartó de delante de ellos, diciendo así: La gracia del Señor estará con vosotros.
Y cuando llegó la mañana el rey fue al encuentro de ellos y amueblo una mesa y la llevó ante el novio y la novia. Y los encontró sentados uno frente al otro y la cara de la novia se encontraba con velo, y el novio estaba bien feliz.
Y la madre vino a la novia y le dijo: ¿Por qué te sientas así, muchacha y no tienes vergüenza, sino que estas como si hubieras vivido con tu marido, una larga temporada? Y su padre le dijo: ¿Por tu gran amor hacia tu marido, tú ni siquiera te has quitado el velo?
14 Y la novia respondió y dijo: De verdad padre, estoy en un gran amor, y le pido a mi Señor que el amor que he percibido esta noche esté con mí, y yo voy a pedir por ese marido de quien he aprendido ahora, y por lo tanto, no me pondré más el velo, porque el espejo (velo) de la vergüenza se ha quitado de mí, y por lo tanto, no tengo más vergüenza o avergonzada, porque el acto de la vergüenza y la confusión se ha apartado lejos de mí; y No estoy confundida, es porque mi asombro no ha permanecido conmigo; y yo estoy alegre y feliz, es porque el día de mi alegría no ha sido una angustia, y que he tenido en nada a este esposo y este matrimonio ha pasado delante de mis ojos, es porque me he unido a otro matrimonio; y no he tenido relaciones sexuales con un marido que es temporal, lo cual al final es con la lascivia y la amargura de alma, es porque yo he sido sujetada a un verdadero marido.
15 Y mientras que la novia estaba diciendo aún más que esto, el novio respondió y dijo: Yo te doy gracias, oh Señor, tú que has sido proclamados por el extraño, y encontraste en nosotros, quien me has removido lejos de la corrupción y ha sembrado la vida en mí; quien me has librado de esta enfermedad que es difícil de ser curada y permanece para siempre, y has implantado la salud sobria en mí, quien se ha mostrado ante mí y me ha revelado a mí todo mi estado en el que estoy; quien me has redimido de la caída y me llevó a lo cual es mejor, y me ha librado de las cosas temporales y me ha hecho digno de aquellos que son inmortales y eterno; que te has hecho a ti mismo humilde, incluso hasta mi pequeñez, que tú puedas presentarme a tu grandeza y unirme a ti mismo; quien no has rehusado tus entrañas de mí que estaba a punto de perecer, pero me has enseñado a mí como buscarme y saber quién yo era, y quién y en qué manera yo ahora soy, que yo pueda volver a convertirme en lo que era: a quien no conocía, pero Tú mismo me buscaste: de quien yo no sabía, pero Tú mismo me has tomado para a ti: a quien he percibido, y ahora no soy capaz de ignorarlo: ¿Tú amor de quién arde dentro de mí, y yo no puedo hablar de cómo es en forma, pero lo que soy capaz de decir es poco y escaso, y no bien coordinado, en proporción a su gloria: sin embargo, Él no me culpa que presumo decir a él, incluso lo que yo no sé: porque es a causa de su amor que digo incluso esta cantidad.
16 Ahora bien, cuando el rey oyó estas cosas del novio y la novia, rasgó sus vestidos, y dijo a los que estaban junto a él: Vayan con rapidez a toda la ciudad, y traigan me a ese hombre que es un hechicero que por la mala fortuna vino a esta ciudad; porque con mis propias manos lo he traído a esta casa, y yo le dije que orara por esta mi desdichada hija; y quien lo halle Y lo traiga a mí, yo le daré todo lo que él demande de mí. Fueron, pues, y anduvieron alrededor, buscándolo a él, y no lo hallaron; porque él había zarpado. Fueron también a la posada donde había quedado y encontraron a la muchacha de la flauta y llorando y conmovida porque él no se la había llevado con él. Y cuando le dijeron el asunto que había ocurrido con la pareja ella se alegró grandemente al oírlo, y guardo su dolor y dijo: Ahora yo he encontrado descanso aquí. Y ella se levantó y se dirigió a ellos, y estuvo con ellos mucho tiempo, hasta que había dado instrucciones también al rey. Y muchos de los hermanos también se reunieron allí hasta que escucharon el informe del apóstol, que él había llegado a las ciudades de la India y estaba enseñando allí: y se marcharon y se unieron con él.
El segundo hecho: Concierne la venida de Él hacia él rey Gundaphorus.
17 Ahora bien, cuando el apóstol había entrado en las ciudades de la India con Abbanes el comerciante, Abbanes fue a saludar al rey Gundaphorus, y le informó del carpintero que él había traído con él. Y el rey se alegró, y le ordenó que viniera a él. Así que cuando él se acercó el rey le dijo: ¿Qué oficio has entendido? El apóstol le dijo a él: El oficio de la carpintería y de construcción. El rey dijo a él: ¿Qué artesanía, entonces, tú sabes en madera, y en la piedra? El apóstol dice: En madera: arados, yugos, picas, poleas, y los botes y remos y mástiles, y en la piedra: columnas, templos y casas de la corte para los reyes. Y el rey dijo: ¿Podrías acaso construirme un palacio? Y él respondió: Sí, yo puedo construir y amueblarlo, porque para ello he venido, para construir y hacer el trabajo de un carpintero.
18 Y el rey lo tomó y salió de la puertas de la ciudad y comenzó a hablar con él en el camino sobre la construcción la casa de corte, y de las fundaciones, cómo deben de ser establecidas, hasta que llegaron al lugar en donde él desea que el edificio debía estar; y él dijo: He aquí yo quiero que el edificio este. Y el apóstol dijo: Sí, porque este lugar es adecuado para el edificio. Pero el lugar era leñoso y había allí muchas aguas. Así que el rey dijo: Comenzar a construir. Pero él dijo: No puedo comenzar a construir ahora en esta temporada. Y el rey dijo: ¿Cuándo puedes tú comenzar? Y él dijo: voy a empezar en el mes de Dius y terminar en Xanthicus. Pero el rey se maravilló y dijo: ¿Cada edificio está construido en el verano, y tú puedes en este invierno muy construir y preparar un palacio? Y el apóstol dijo: Así debe ser, y no puede ser posible de otra forma. Y el rey dijo: Si, pues, esto parece bien a ti, que me dibuje un plan, de cómo el trabajo debe ser, porque yo volveré aquí, después de un largo tiempo. Y el apóstol tomó una caña y señaló, midiendo el lugar; y las puertas él las puso en la dirección al nacimiento del sol para mirar hacia la luz y las ventanas en dirección al oeste hacia a las brisas, y la casa de cocina la puso hacia el sur y el acueducto para el servicio hacia el norte. Y el rey lo vio y le dijo al apóstol: Verdaderamente tú eres un artesano y te empequeñece a ti ser un siervo de los reyes. Y le dejó mucho dinero con él y se apartó de él.
19 Y de vez en cuando enviaba dinero y provisiones y víveres para él y para el resto de los trabajadores. Pero Thomas al recibirlo todo lo repartía, pasando por las ciudades y los pueblos de alrededor, distribuyéndolo y dando limosna a los pobres y afligidos, y aliviándolos, diciendo: El rey sabe cómo obtener recompensa justa para reyes, pero en este momento es necesario que los pobres tengan un refrigerio.
Después de esto, el rey envió a un embajador al apóstol, y escribió lo siguiente: Explícame lo que has hecho o que te debo de enviar, o de lo que tú tienes necesidad. Y el apóstol envió a él, diciendo: El palacio (Pretorio) está construido y sólo queda el techo. Y el rey al oírlo le envió una vez más oro y plata (lat. sin estampa), y le escribió a él: Deja que el palacio sea techado, si ya está hecho. Y el apóstol dijo al Señor: Doy gracias a ti, oh Señor, en todas las cosas, que tú moriste por un poco de tiempo a fin de yo vivir para siempre en ti, y tú me has vendido a mí, para que yo así pueda dejar libres a muchos. Y no cesaban de enseñar y alimentar a los afligidos, diciendo: Esto es repartido por Él Señor para vosotros, y él da a cada hombre su comida: porque Él es el alimentador de los huérfanos y las viudas de mayordomo, y a todos los que están afligidos Él es el alivio y descanso.
20 Ahora bien, cuando el rey llegó a la ciudad él preguntó a sus amigos sobre el palacio, que a Judas quien se llama Thomas estaba construyendo para él. Y ellos le dijeron: Ni ha construido un palacio, ni hacer ninguna otra cosa de la que prometió llevar a cabo, pero él va por las ciudades y países, y todo lo que tiene se lo da a los pobres, y enseña sobre un nuevo Dios, y sana los enfermos, y ahuyenta a los demonios, y las hace muchas otras cosas maravillosas; y nosotros pensamos que es un brujo. Sin embargo, sus bondades y sus curas que se hacen de él libremente, y además, la sencillez y la amabilidad de él y de su fe, declaramos que él es un hombre justo o un apóstol del nuevo Dios a quien él predica; porque él ayuna continuamente y ora , y sólo come pan, con sal, y su bebida es el agua, y se pone solamente una ropa en buen tiempo y en invierno, y no recibe nada de ningún hombre, y lo que tiene se lo da a los demás. Y cuando el rey oyó esto, se frotó la cara con las manos, y sacudió la cabeza por un largo tiempo.
21 Y envió por él comerciante que lo había traído, y por el apóstol, y le dijo a él: ¿Me has construido el palacio? Y él dijo: Sí. Y el rey dijo: ¿Cuándo, entonces, vamos a ir a verlo? pero él le respondió y dijo: Tú no puedes verlo ahora, pero cuando te vayas de esta vida, entonces has de verlo. Y el rey se enojó mucho, y mandó al comerciante y al Judas, quien se llama Thomas a ser puestos en ataduras y puesto en prisión hasta que él investigara y aprenda a quien le había dado el dinero del rey, y así destruir a él y al comerciante.
Y el apóstol fue a la cárcel regocijando, y le dijo al comerciante: No temas tú, sólo creo en el Dios que yo predico, y tú serás realmente liberado de este mundo, pero en el mundo venidero tú recibirás la vida. Y el rey se puso a reflexionar con cual muerte había de destruirlos. Y cuando él había decidido a despellejarlos vivos y quemarlos con el fuego, en la misma noche Gad el hermano del rey cayó enfermo, y por razón de su enojo y el engaño que el rey había sufrido era en gran medida oprimido; y enviado por el rey y le dijo: Oh rey mi hermano, te comprometo a ti mi casa y mis hijos, porque yo estoy irritado a causa de la provocación que ha caído sobre ti, y he aquí, yo muero; y si no visitas la venganza sobre la cabeza de ese hechicero, tú no darás descanso a mi alma en el infierno. Y el rey dijo a su hermano: Toda esta noche he considerado cómo lo pondré a la muerte y esto me parece bien, le despellejarlo y quemarlo con el fuego, tanto a él como el comerciante que lo trajo (Sir. Entonces el hermano del rey le dijo: ¿Y si hay cualquier otra cosa que es peor que esto, hacedlo a él, y yo te doy el control de mi casa y mis hijos)?
22 Y a medida que iban hablando entre sí, el alma de su hermano Gad falleció. Y el rey lloró dolido por Gad, por lo amaba mucho, y mandó que fuera enterrado en ropa real y preciosa (Sir. sepulcro). Ahora después de estos ángeles tomaron el alma de Gad, hermano del rey y lo llevaron al cielo, mostrando a él los lugares y las viviendas que estaban allí, y les preguntó: ¿En qué lugar habías de vivir? Y cuando se acercaban a la construcción de Tomás, el apóstol la cual había construido para el rey, Gad lo vio y dijo a los ángeles: os ruego, señores míos, que me permitas vivir en uno de los más bajos de estos cuartos. Y ellos le dijeron: Tú no puedes vivir en este edificio. Y él dijo: ¿Por qué? Y ellos dijeron: Este es el palacio el cual ese cristiano ha edificado a tu hermano. Y él dijo: Yo os ruego, señores míos, que me permitas que vaya a mi hermano, para que pueda comprar este palacio de él, porque mi hermano no sabe de qué tipo es, y él me lo va a vender a mí.
23 Entonces los ángeles dejaron ir el alma de Gad. Y mientras que estaban poniéndola sus lienzos sobre él, su alma entró en él y él les dijo a los que estaba alrededor de él: Llame a mi hermano hacía mí, que yo tengo una petición de él. Inmediatamente, por tanto ellos le dijeron al rey: Tu hermano ha revivido. Y el rey corrió hacía el con una gran compañía y llegó a su hermano y entró y se paró junto a su cama como uno asombro, no siendo capaz de hablar con él. Y su hermano, dijo: Yo sé, y estoy persuadido, mi hermano, que si alguien había pedido de ti la mitad de tu reino, tú habrías dándosela a él por causa de mí; por lo tanto te ruego que me concedas un favor lo cual te pido, que tú me vendas lo que te pido. Y el rey respondió y dijo: ¿Y qué es lo que tú me pides que te venda? Y él dijo: Convénceme a mí por un juramento que me lo concederás. Y el rey se lo juró a él: Uno de mis bienes, todo lo que pidas, yo te daré. Y él le dijo: ¿Véndeme ese palacio que tú tienes en los cielos? Y el rey dijo: ¿De dónde puedo tener un palacio en el cielo? Y él dijo: Aun eso lo cual ese cristiano construyo él cual ahora está en la cárcel, a quien el comerciante trajo a ti, habiéndolo comprado de un tal Jesús: Yo me refiero a ese esclavo hebreo que tú deseas castigar por haberte hecho sufrir con engaño: por lo que entristecí y morí, y he revivido ahora.
24 Entonces el rey examino la cuestión, lo entendió de esos beneficios eternos los cuales deben venir a él y loa cuales le preocupaban, y dijo: Ese palacio no te lo puedo vender, pero oro el poder entrar en él y habitar en él y ser tenidos por dignos de los moradores de él, pero si verdad deseas comprar tal palacio, he aquí que el hombre vive y te deberá edificar uno mejor que ese. Y en seguida envió y sacó de la prisión al apóstol y al comerciante que estaban encerrados en ella, diciendo: Yo te ruego, como a un hombre que suplica el ministro de Dios, que tú ores por mí y le supliques a él de quien tú eres ministro que me perdone y pasar por alto lo que he hecho a ti o pensaba hacerte, y que yo pueda ser considerado en un habitante digno de esa vivienda por la cual yo no estoy molestó, pero tú la has construido para mí, trabajando solitariamente, con la gracia de tu Dios trabajando contigo, y que también pueda convertirme en un siervo y servir a este Dios a quien tú predicas. Y su hermano también se postro delante del apóstol y le dijo: Yo te suplico y te pido delante tú Dios, que yo pueda llegar a ser dignos de su ministerio y servicio, y que pueda llegar yo a ser dignos de las cosas que se mostraron a mí por sus ángeles.
25 Y el apóstol, lleno de alegría, dijo: Yo te alabo a ti, oh Señor Jesús, que has revelado tu verdad en estos hombres; porque sólo tú eres el Dios de la verdad, y ningún otro, y tú eres el que conoce todas las cosas que son desconocidas por la mayoría; tú, Señor, eres el que en todas las cosas enseñas compasión y perdonas a los hombres. Por los hombres por razón del error que hay en ellos te han pasado por alto (sean olvidado de ti), pero tú no has pasado por alto (tú no te has olvidado de ellos). Y ahora, en mi súplica y petición, ¿Recibir tú al rey y su hermano y únelos a tu rebaño, limpiándolos con tu lavado y ungiéndolos con tu aceite del error que los rodea a ellos: y mantenerlos también de los lobos, que los lleva hacia las praderas? Y dales a beber de tu fuente inmortal, la cual no es ni sucia ni se seca, porque ellos te ruegan y suplican a ti y desean convertirse en tus siervos y ministros, y por esto ello están contenidos incluso a ser perseguido de tus enemigos, y por tu bien el ser odiados de ellos y burlado, y el morir, al igual que tú sufrir por nuestro beneficio todas estas cosas, que tú nos puedas preservar, tú que eres el Señor y en verdad el buen pastor. Y concédeles que tengan confianza en ti solamente, y el auxilio que viene de ti y la esperanza de su salvación, que buscan solo de ti; y que pueden estar conectados a la tierra en tus misterios y recibir el perfecto bien de tus gracias y regalos, y florecer en tu ministerio y llegar a la perfección en tu Padre.
26 Siendo por lo tanto totalmente puestos sobre el apóstol, tanto Gundaphorus el rey y su hermano Gad le siguieron y no se apartaron de él en absoluto, y también aliviaron a los que necesitados dando a todos y refrigerando a todos. Y le rogaban que también a partir de ahora podría recibir ellos el sello de la palabra, diciéndole: En vista de que nuestras almas están en libre y ansiosas hacia Dios, danos tú el sello, porque te hemos oído decir que el Dios que tú predicas conoce a sus ovejas por su sello. Y el apóstol les dijo: Me alegro, y además os ruego que reciban este sello, y que participen conmigo en esta eucaristía y la bendición del Señor, y que sean hechos perfectos en él. Pues este es el Señor y Dios de todos, incluso Jesucristo, a quien yo predico, y él es el padre de la verdad, en quien yo os he enseñado a creer. Y les mandó a que trajeran aceite, para que ellos pudieran recibir el sello del aceite. Ellos trajeron el aceite, y encendieron muchas lámparas, porque era de noche (Sir. A quien yo predico: y el rey dio orden de que las tinas de baño deberían ser cerradas por siete días, y que ningún hombre debería bañarse en ellas: y cuando los siete días se realizaron, en el octavo día los tres entraron por la noche en el baño para que Judas pudiera bautizarlos. Y muchas lámparas se encendieron en el baño).
27 Y el apóstol se levantó y los selló. Y el Señor se reveló a ellos a través de una voz, diciendo: Paz a vosotros hermanos. Y ellos oyeron su voz solamente, pero su imagen no la vieron, porque no había aún recibido el sello adicional del sellamiento (Sir. no había sido bautizado). Y el apóstol tomó el aceite, y lo derramó sobre sus cabezas y los ungió a ellos, y empezó a decir (Sir. Y Judas se subió y se paró en el borde de la cisterna y derramó aceite sobre la cabeza y dice):
Ven, tu santo nombre de Cristo que está sobre todo nombre.
Ven, tú poder del Altísimo, y la compasión que es perfecta.
Ven, da (carisma) del Altísimo.
Ven, madre compasiva.
Ven, comunión de los varones.
Ven, ella que revela los misterios ocultos.
Ven, madre de las siete casas, para que tu descanso sea en la octava casa.
Ven, anciano mayor de los cinco miembros, la mente, el pensamiento, la reflexión, la consideración, la razón; comunícate con estos muchachos jóvenes.
Ven, Espíritu Santo, y limpiar sus riendas y su corazón, y darles el sello añadido, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Y cuando fueron sellados, se les aparecieron a un joven sosteniendo una antorcha encendida, tanto que sus lámparas se oscurecieron en el acercamiento de la luz misma. Y él salió adelante, y no fue visto más por ellos. Y el apóstol dijo al Señor: Tu luz, O Señor, no debe ser contenida por nosotros, y nosotros no somos capaces de soportarla, porque es demasiado grandiosa para nuestra vista.
Y cuando llegó el amanecer y fue la mañana, él partió el pan y los hizo partícipes de la Eucaristía de Cristo. Ellos se alegraron y se regocijaron.
Y muchos otros también, creyeron, se han añadieron a ellos, y entraron a el refugio del Salvador.
28 Y el apóstol no cesaba de predicar y diles: Ustedes hombres y mujeres, niños y niñas, jóvenes y doncellas, hombres fuertes y los ancianos, sean esclavos o libres, absténganse de la fornicación y la codicia y el servicio de la panza: por bajo de estas tres cabezas toda iniquidad viene. Porque la fornicación ciega a la mente y oscurece los ojos del alma, y es un impedimento para la vida (conversación) del cuerpo, convirtiendo al hombre entero a la debilidad y echando todo su cuerpo en la enfermedad. Y la codicia echa el alma en el miedo y la vergüenza, estando dentro del cuerpo se apodera sobre los bienes de los demás, y se encuentra bajo temor no baya hacer que restaura los bienes de otros hombres a su dueño he sea puesto en vergüenza. Y el servicio de la barriga echa el alma en los pensamientos y preocupaciones y disgustos, teniendo pensado para que no venga a pasar necesidad, y no tenga necesidad de esas cosas que son mucho menos. Sí, entonces, ustedes se deshacen de estas ustedes llegaran a ser libres de la atención y el dolor y el miedo, y lo que permanece con ustedes lo cual fue dicho por el Salvador: No os preocupéis por el mañana, porque el mañana se preocupará de las cosas de sí mismo. Recuerde también la palabra de él de quien yo hable: Mira a los cuervos y vean a las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y Dios les reparte a ellos, ¿Cuánto más a vosotros, hombres de poca la fe? Pero ustedes busquen su venida y pongan sus esperanzas en él y crean en su nombre. Porque él es el juez de vivos y muertos, y él da a cada uno según sus obras, y en su venida y en su última aparición ningún hombre tendrá ninguna palabra de excusa cuando ha de ser juzgado por él, como si él no hubiera oído. Por sus mensajeros se proclaman en los cuatro trimestres (clima) del mundo. Arrepiéntanse, por lo tanto, y creer en la promesa y recibir el yugo de la mansedumbre y la carga más liviana, para que podáis vivir y no morir. Estas cosas agarren, estas mantengan. ¡Salid de la oscuridad para que la luz pueda recibirles! Venid a él que es realmente bueno, para que podáis recibir la gracia de él y que él implante su señal en las almas de ustedes.
29 Y cuando hubo dicho esto, algunos de ellos que estaban presentes dijeron: Es hora de que el prestamista reciba la deuda. Y él les dijo a ellos: El que es señor de la deuda siempre desea recibir más; pero vamos a darle lo cual le debemos. Y él los bendijo, y tomó el pan y el aceite y las hierbas y la sal y los bendijo y les dio a ellos; pero él continuó su ayuno, por el día del Señor se acercaba (Sir. Y él mismo comió, porque el domingo estaba amaneciendo).
Y cuando cayó la noche y mientras éste dormía, el Señor vino y se paró por su cabeza, diciendo: Tomas, levantarse temprano, habiendo bendecido a todos, después de la oración y el ministerio ve por el camino del este por dos kilómetros y allí te mostraré mi gloria: para que con tú ir muchos se refugian conmigo, y tu deberás sacar a la luz la naturaleza y el poder del enemigo. Y él se levantó de su sueño y dijo a los hermanos que estaban con él: Muchachos, Él Señor llevara a cabo algo a través de mí ahora, pero vamos a orar, y rogar a él que podamos no tener ningún impedimento hacia él, pero que a medida que en todo momento, por lo que ahora también se puede hacer de acuerdo a su deseo y voluntad por nuestra parte. Y habiendo dicho esto, puso sus manos sobre ellos y los bendijo, y partió el pan de la eucaristía y se lo dio, diciendo: Esta Eucaristía será para vosotros la compasión y la misericordia, y no para el juicio y la retribución. Y ellos respondieron: Amén.
Notas por el Profesor F. C. Burliitt, D.D.:
En los Hechos de Tomás, 27, el apóstol, siendo a punto de bautizar a Gundaphorus el rey de la India con su hermano Gad, invoca el santo nombre de Cristo, y entre otras invocaciones dice (de acuerdo con el mejor texto griego):
"Ven, oh mayor de los cinco miembros, la mente, una idea, el pensamiento, la consideración, el razonamiento, se comunican con estos jóvenes."
¿Cuál es la diferencia esencial de estas cinco palabras para la "mente", y lo que quería decir con el "anciano" (presbíteros, griego)? Nos dirigimos a la siria, como el idioma original en que fue compuesta nuestra historia a través de nuestro texto actual, que se basa aquí en dos manuscritos, ha sido censurado y luego en la dirección de la fraseología más convencional, un proceso que el griego a menudo escapa. Aquí, en el siríaco encontramos (Escrito, p.193, L.13; E.Tr., p.166, penúltima línea):
"Ven, Mensajero de la reconciliación, y comunicarse con las mentes de estos jóvenes."
La palabra "Ven" es femenino., Mientras que 'El mensajero' (Izgadda) es masculino. Esto se debe a toda la oración es una invocación del Espíritu Santo, lo cual en siríaco viejo siempre es tratados como femenino. La palabra para Mensajero es esa usada en el Maniquea cosmogonía por un espíritu celestial enviado de la Luz Divina: este Espíritu apareció como andrógino, por lo que el uso de la palabra aquí con el verbo femenino no es inapropiado. Además, nos dirige a que nos fijemos por otras indicaciones de la fraseología maniquea que se encuentren en el pasaje. Pero primero nos sugiere que [presbíteros] en nuestro pasaje es una corrupción de, o se utiliza para, [presbeutes], 'un embajador'.
En cuanto a las cinco palabras para la "mente", son claramente los equivalentes de [hauna, mad'a, re'yana, mahshebhatha, tar'itha], nombrado por Theodore bar Khoni como los Cinco Shekhinas o viviendas, o manifestaciones, del Padre de la Grandeza, el título por el cual los maniqueos hablaban de la maxima fuente de Luz. Hay una buena discusión de estas cinco palabras por M.A. Kugener en F. Cumont [Recherche sur le Manicheisme] i, p. 10, nota 3. En inglés, podemos decir:
hauna significa "sensatez", mad'a significa "razón", re'yana significa "mente", mahshabhetha significa "imaginación", tar'itha significa "intención"
Los términos griegos, que se utilizan aquí y también en el Acta Archelai, son en mi opinión, simplemente los equivalentes de los términos siríacos.
Tercer hecho: En cuanto la sirviente
30 Y el apóstol salió adelante para donde el Señor le había mandado; y cuando estaba cerca de la segunda milla (piedra de la milla) y se había desviado un poco fuera del camino, vio el cuerpo de un hermoso joven caído, y dijo: ¿Señor, es por esto que me has traído hacia delante, para venir hasta aquí para que pueda ver esta (prueba) tentación? Tú voluntad por lo tanto, se hará como tú deseas. Y se puso a orar y decir: ¡Oh, Señor, juez de los vivos y muertos, de los vivos que están presentes cerca y los muertos que se encuentran aquí, y maestro y padre de todas las cosas; y el padre no sólo de las almas que están en cuerpos, pero de las que han salido de ellos, por de las almas que también se encuentran en las contaminaciones (cuerpos al.) tú eres Señor y Juez; ven tú en esta hora en cual yo te invoco y manifiesta tu gloria sobre él que esta caído aquí. Y él se dio la vuelta hacia los que le seguían, diciendo: Esta cosa no ha venido a pasar sin causa, pero el enemigo lo ha efectuado y lo trajo alrededor para que él pudiera asaltarlo (?) nosotros por lo tanto; y vean ustedes que no ha hecho uso de otro tipo, ni ha sido hecho a través de cualquier otra criatura más que lo cual es su tema.
31 Y cuando hubo dicho esto, una gran serpiente (Sir. negra) (dragón) salió de un agujero, golpeando con la cabeza y meneando la cola en el suelo, y con (con) una gran voz dijo al apóstol: te diré delante de ti la causa por la cual mate a este hombre, ya que has venido acá, para el propósito, de reprenderme de mis obras. Y el apóstol dijo: Sí, prosigue. Y la serpiente: Hay una cierta mujer hermosa en esta aldea que está en contra de nosotros; y al pasar cerca de mí (o mi lugar) me vio y me enamore de ella, y yo la seguí y vigilaba sobre ella; y descubrí a este joven besándola, y él tuvo relaciones con ella e hizo otros actos vergonzosos con ella: y para mí fue fácil de declararlos ante ti, porque yo sé que tú eres el hermano gemelo de Cristo y siempre eliminas nuestra naturaleza (Sir . fácil para mí decirlo, pero a ti no me atrevo a decirlas, porque sé que el océano de las inundaciones del Mesías destruirá nuestra naturaleza): pero porque no la quería asustar a ella, yo no lo mate en ese momento, pero espere hasta que él pasó por la tarde, e lo herí y lo mate, y sobre todo porque se aventuró a hacer esto en el día del Señor.
Y el apóstol preguntó a él, diciendo: Dime de que semilla y de qué raza eres tú.
32 Y él le dijo: Yo soy un reptil de la naturaleza reptilita, y el hijo nocivo del padre nocivo: de él que golpeo y derroto a los cuatro hermanos los cuales estaban firmes (om. Sir: Los elementos o los cuatro puntos cardinales pueden ser significados) Yo soy el hijo de aquel que está sentado en un trono sobre toda la tierra que recibe de nuevo los suyos de los que piden prestado: Yo soy el hijo al que rodea alrededor de la esfera: y yo soy pariente de él que está fuera del océano, cuya cola está colocada en su propia boca: Yo soy el que entró a través de la barrera (muro) al paraíso y habló con Eva las cosas que mi padre me mando a que la hablara a ella: Yo soy el que encendió y la inflama a Caín a matar a su propio hermano, y a mi cuenta crecieron las espinas y cardos en la tierra: Yo soy el que derribo a los ángeles de arriba y los ate en la lujuria tras las mujeres, que niños nacidos de la tierra puedan surgir de ellos y yo podría trabajar mi voluntad en ellos: Yo soy el que endureció el corazón del Faraón que él debía matar a los niños de Israel y esclavizar con el yugo de la crueldad: Yo soy el que hizo que la multitud errara en el desierto cuando hicieron el becerro: Yo soy el que enojo a Herodes y encendí a Caifás a una falsa acusación de mentira ante Pilato; porque esto era apropiado para mí: yo soy el que provoco a Judas y lo soborne a entregar a Él Cristo: Yo soy el que habita y posee las profundidades del infierno (el Tártaro), pero el Hijo de Dios me ha perjudicado, en contra de mi voluntad, y se ha llevado (elegido) a ellos que eran suyos de mí: yo soy pariente de él que ha de venir desde el este, a quien también se le da el poder para hacer lo que quiera sobre la tierra .
33 Y cuando la serpiente había dicho estas cosas en la audiencia de toda la gente, el apóstol levantó su voz en alto y le dijo: Detente de seguir adelante, o tu sumamente sinvergüenza, y se puesta a la confusión y mueren en su totalidad, porque el final de tu destrucción ha llegado, y no te atrevas a contar lo que has hecho a través de ellos quienes se han sometido a ti. Y yo te mando en el nombre de ese Jesús quien hasta ahora contiende contigo por los hombres que son suyos, que tú le chupes tu veneno el cual tú le has puesto a este hombre, y sacar adelante y que lo toman de él. Pero la serpiente le dijo: No hay todavía llegado el final de nuestro tiempo como tú has dicho. ¿Porque me obligas tú a mí para recuperar lo que he puesto en este hombre, y que yo muera antes de tiempo? porque mi propio padre, cuando él deberá salir adelante y chupar fuera lo que él ha echado en la creación, entonces su fin va a venir. Y el apóstol le dijo: Muestra, entonces, ahora la naturaleza de tu padre. Y la serpiente se acercó y puso su boca sobre la herida del joven y lo chupó la hiel sucesivamente de ella. Y poco a poco el color del joven, que era de color morado, se convirtió en blanco, pero la serpiente se hinchó. Y cuando la serpiente había elaborado todo la hiel en sí misma, el joven se levantó de un salto y se paró y corrió y se postró a los pies del apóstol: pero la serpiente habiendo sido hinchada, estalló y murió, y su veneno y su hiel fueron derramados; y en el lugar donde se derramó su veneno se produjo un gran abismo, y la serpiente fue tragada en el mismo. Y el apóstol dijo al rey y su hermano: Toma trabajadores y llenen ese lugar, y sienten bases y construir casas sobre ellas, que pueda ser un lugar de morada para los extraños.
Notas de Carlos Polanco: Parece que esta serpiente o dragón es el hijo de Satanás llamado Salpanas a quien Satanás menciona que despertó después de los 40 años de haber caído del cielo en el libro de Bartolomé. En Genesis Eva culpa a la serpiente y con esto nos damos cuenta que no culpo a Satanás si no que a su hijo Salpanas.
34 Pero el joven dijo al apóstol con muchas lágrimas: ¿En qué he pecado contra ti? porque tú eres un hombre que tiene dos formas, y por donde tú quieras, allí tú eres encontrado, y eres restringido por ningún hombre, como yo he visto. Porque yo vi a ese hombre que estaba junto a ti y te dijo: Yo tengo muchas maravillas para manifestar a través de ti y tengo grandes obras de lograr a través de ti, por cuales has de recibir una recompensa; y tu harás a muchos que vivan, y ellos estarán en el descanso de la luz eterna como hijos de Dios. ¿Actúa tú, entonces, dice él, hablando a ti de mí, agarra a este joven que ha sido atacado por el enemigo y ser en todo momento su supervisor? Bueno, por lo tanto, ¿has venido acá, y así has de salir de nuevo a él, y sin embargo él nunca te deja en cualquier momento? Pero yo me he hecho sin cuidado ni reproche: y él me ha iluminado del cuidado de la noche y yo estoy en reposo de la fatiga del día: y yo estoy liberado del que me provocaba que yo hiciera así, pecando contra el que me enseñó a hacer contrario a ellos: ya lo he perdido a aquel que es el pariente de la noche que me obligaba a pecar por sus propios hechos, y he encontrado a él que es de la luz, y es mi pariente. He perdido a aquel que oscurece y ciega a sus propios súbditos que no saben lo que hacen, y son avergonzados por sus propias obras, podrá apartarse de él, y sus obras llegan a su fin; y he encontrado a él cuyas obras son la luz y sus obras la verdad, de cuales el hombre no se arrepiente de ellas. Y yo he dejado a él con quien la mentira permanece, y antes quien la oscuridad va, como un velo, y detrás de él sigue, la vergüenza, vergüenza en la indolencia; y yo he encontrado a él que me enseña las cosas justas para que yo me agarre de ellas, incluso el hijo de la verdad que es similar a la concordia, quien dispersa la niebla y alumbra a su propia creación, y sana las heridas de los mismos y derroca a los enemigos por la misma. Pero te ruego, oh hombre de Dios, déjame que yo lo vea otra vez, y ver a quien ahora se oculta de mí, que yo también pueda escuchar su voz de la cual, yo no soy capaz de expresar la maravilla, ya que no pertenezco a la naturaleza de este órgano de cuerpo.
[Antes de esto discurso Sir. (Escrito) insertado uno de igual longitud, principalmente acerca de la voluntad libre del hombre y caída. Sin embargo, el palimpsesto del siglo V, editado por la señora Lewis está de acuerdo con el griego.]
35 Y el apóstol le respondió, diciendo: si tú te alejas de estas cosas has recibido inteligencia, como tú has dicho, y si sabes quién es el que ha hecho esto en ti, y aprender y convertirse en un oyente de él quien ahora en tu ferviente amor tú buscas; ustedes los dos lo verán y estar con él para siempre, y en su reposo ustedes descansaran, y estarán en su alegría. Pero si tú eres flojamente dispuesto hacia él y vuelve a tus acciones pasadas, y dejar que la belleza y el rostro brillante él cual ahora te ha sido mostrado, y olvidas el brillo de su luz, la cual ahora tú deseas, no sólo has de ser privado de este vida, sino que también de eso lo cual está por venir y tú te iras hacia él a quien tú dijiste has perdido, y no más lo veras, a quien tú dijiste has encontrado.
36 Y cuando el apóstol había dicho esto, se fue a la ciudad agarrándole la mano al joven, y le decía: Estas cosas que has visto, hijo mío, son sólo algunos de las muchas las cuales Dios tiene, pues Él No nos dan buenas noticias acerca de estas cosas que se ven, pero cosas mayores que éstas Él nos prometen; pero mientras estamos en el cuerpo nosotros no son capaces de hablar y manifestar lo cual Él nos dará a nuestras almas. Si nosotros decimos que nos da la luz, es esto que hemos visto, y lo tenemos: y si decimos que es la riqueza, lo cual está y aparece en el mundo, nosotros lo nombramos (nosotros hablamos de algo que está en el mundo, Sir.), y nosotros no lo necesitamos, porque ya ha sido dicho: Un hombre rico apenas entrar en el reino de los cielos: y si hablamos de prendas de vestir de ropas de gala con las cuales ellos que son lujosos en esta vida son felices, esta nombrado (nosotros mencionamos algo que los nobles se ponen, Sir.), y se ha dicho: ellos que usan vestiduras delicadas, están en las casas de los reyes. Y si de banquetes costosos, en relación con éstos hemos recibido un mandamiento de tener cuidado de ellos, el no ser cargados de glotonerías y borracheras y preocupaciones de esta vida –hablando de cosas que son- y ha sido dicho: No os preocupéis por el vida (alma), lo que habéis de comer o lo qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir, porque el alma es más que la carne y el cuerpo que el vestido. Y de descanso, si hablamos de este descanso temporal, y un juzgado está establecido para esto también. Pero nosotros hablamos del mundo que está arriba, de Dios y los ángeles, de observadores y santos del inmortal (ambrosía) las comidas y el beber del verdadero vino, de vestidos que persevere y no es vuelven viejos, de las cosas las cuales el ojo no ha visto, ni oído ha oído, ni han entrado en corazón de hombres pecadores, las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman. De estas cosas nosotros conversamos y de éstos, nosotros traen buenas noticias. ¿Tú cree, por lo tanto también en él para que puedas vivas, y pongas tu confianza en él, y tú no morirás? Porque a él no lo puedes convencer con regalos, para que tú los ofrezcas a él, ni él está en la necesidad de sacrificios, para que tú sacrifiques a Él. Pero tú mira hacia a él, y él no te sobre mirara; y recurre a él, y él no te abandonara. Porque su hermosura y su belleza te hará totalmente deseosos de amarlo: y en verdad Él no te permitirá alejarte.
37 Y cuando el apóstol había dicho estas cosas al joven, una gran multitud se unió a ellos. Y el apóstol miró y vio que se subían a lo alto para poder verlo a él, y se iban hacia arriba en lugares altos, y el apóstol les dijo a ellos: ustedes Varones que se han acercado a la asamblea de Cristo, y van a creer en Jesús, tomen ejemplo de este medio, y vean que si no se suben en alto, ustedes no me pueden ver a mi quien soy pequeño, y no son capaces de espiarme a mí, que soy como vosotros. Sí, entonces, ustedes no me pueden ver que soy como ustedes a menos que ustedes se levanten un poco de la tierra, ¿cómo podéis verlo a él que mora en la altura y ahora se encuentra en la profundidades, a menos que ustedes primero se levanten fuera de su conversación anterior, y sus obras infructíferas, y sus deseos que no permanece, y la riqueza que se queda aquí, y la posesión de la tierra que envejece, y los vestidos que corrompen, y la belleza que se envejece y se desvanece, y aún más fuera de todo el cuerpo en el que todas estas cosas se guardan, y él cual va envejeciendo y se hace polvo, volviendo a su propia naturaleza? Porque es el cuerpo que mantiene todas estas cosas. Pero en lugar crean en nuestro Señor Jesucristo, A quien nosotros predicamos, que su esperanza puede estar en él y en él tengáis vida eterna mundo sin fin, que él pueda llegar a ser su compañero de viaje en esta tierra de error, y que pueda ser para ustedes un puerto en este mar turbulento. Y él será una fuente que brota en esta tierra sedienta y un cuarto lleno de comida en este lugar de ellos que tienen hambre, y descansan en vuestras almas, sí, y un médico para sus cuerpos.
38 Entonces la multitud de los que estaban reunidos escuchando estas cosas lloraron, y le dijeron al apóstol: oh hombre de Dios, el Dios que tú predicas, no nos atrevemos a decir que son suyos, porque las obras que hemos hecho son ajenas a él y no le agrada a él; pero si él tiene misericordia de nosotros y piedad y nos salva, sobre mirando nuestras acciones pasadas, y nos hace libres de los males los cuales hemos cometido es un error, y no nos imputa ellas a nosotros ni recuerda nuestros pecados anteriores, nosotros nos convertiremos en sus servidores y cumpliremos su voluntad hasta el fin. Y el apóstol les respondió y dijo: Él no hizo cuentas en contra de usted, ni tomo en cuenta los pecados que habéis cometido es un error, pero sobre mira vuestras transgresiones las cuales habéis hecho en la ignorancia.
El Cuarto Hecho: En relación con el potro
39 Y mientras que el apóstol aún estaba en la carretera y habló con la multitud, una burra potra vino y se puso delante de él (Sir. añade: Y Judas dijo: No es sin la dirección de Dios, que está potra ha llegado a venir aquí. Pero a ti te digo, oh potra que por la gracia de nuestro Señor se te dará a ti el hablar ante estas multitudes que están aquí; y di cuanto tú quieras, para que ellos puedan creer en el Dios de la verdad a quien predicamos. Y la boca de la burra se abrió y habló por el poder de nuestro Señor y le dijo) y abrió su boca y dijo: Tú gemelo de Cristo, apóstol del Altísimo e inicia en el mundo oculto de cristo, quien recibe sus oráculos secretos, compañero de trabajo con el Hijo de Dios, que siendo libre se ha convertido en un siervo, y siendo vendido has traído a muchos a la libertad. Tú pariente de la gran raza que ha condenado al enemigo y redimido a tu propio, que te has convertido en un motivo de vida para el hombre en la tierra de los indios, porque tú has venido (en contra de tu voluntad, Sir.) A los hombres que estaban en el error, y por tú aparecer y tus palabras divinas están recurriendo al Dios de la verdad que te envío: móntate y siéntate sobre mí y el reposa a ti mismo hasta que entres en la ciudad. Y el apóstol respondió y dijo: ¡Oh Jesucristo (Hijo) que entiendes la misericordia perfecta! O ¡tranquilidad y calma que ahora no se menciona (habla, Sir.) Por (entre) las bestias brutas! O ¡oculto descanso, que eres manifestado por tu trabajo, Salvador de nosotros y alimentador, Guardándonos y descansando en cuerpos fuera de este mundo! O ¡Salvador de nuestras almas! Primavera, que eres dulce e inagotable; manantial seguro y claro y nunca contaminado; defensor y ayudante en la pelea de tus siervos, volteando fuera y asustando a los enemigos de nosotros, que peleas en muchas batallas por nosotros y nos haces los conquistadores en todo; nuestro verdadero campeón y el invicto (atleta), nuestro santo y victorioso capitán: glorioso y dando a los tuyos una alegría que nunca se aleja, y un alivio en cual no ahí aflicción; buen pastor que te das a ti mismo por tus ovejas, y has vencido el lobo y redimido a tu corderos y los has dirigido a un buen pasto: nosotros te glorificamos y alabamos a ti y a tu Padre invisible y tu espíritu santo [y] la madre de toda la creación.
40 Y cuando el apóstol había dicho estas cosas, toda la multitud que estaba allí lo miró, esperando oír lo que él le iba a responder a la potra. Y el apóstol se quedó parado un largo tiempo, como si estuviera asombrado, y miró hacia el cielo y le dijo a la potra: ¿De quién eres tú y a quien le perteneces tú? porque maravillosas son las cosas que se muestran a través por tu boca, y sorprendente, y como tales son ocultas de la mayoría. Y el potro respondió y dijo: Yo soy de la población que sirve a Balaam, y tú Señor y el maestro se sentó sobre una que pertenecía a mí a través de mi raza. Y yo también he sido enviada ahora a ti para daré descanso a través de que tú te sientes sobre mí: y (que) yo pueda recibir (Sir. éstos pueda ser confirmada en) la fe, y para mí se puede añadir la parte la cual ahora voy a recibir por el servicio con que yo te serviré; y cuando haya ministrado hacia ti, será quitado de mí. Y el apóstol le dijo: Él es capaz quien te ha concedido este don, para hacerlo que sea fructífero hasta el fin en ti y en los que pertenecen a ti a través de tu raza: porque hacia este misterio me siento débil e impotente. Y él no se sentaría en ella. Pero la potra le rogaba que fuese bendecida por él a través de ministrarle a él. Luego el apóstol lo montó y se sentó sobre ella; y ellos le siguieron, algunos hiendo antes y unos hiendo después, y todos ellos corrían, deseando ver el final, y cómo iba a despedir a la potra.
41 Pero cuando se acercaron a las puertas de la ciudad se bajó de ella, diciendo: Apártate, y se guardada segura donde tú estabas. Y enseguida la potra cayó al suelo a los pies del apóstol y murió. Y todos los que estaban presentes estaban tristes y le dijo al apóstol: Tráela a la vida y resucitarla a ella. Pero él respondió y les dijo: Yo a la verdad soy capaz de resucitarla por el nombre de Jesucristo: pero esto es por todos los medios convenientes (o, esto [NO] es de ninguna manera conveniente). Porque el que le dio el habla para que ella pudiera hablar era capaz de hacer que ella no muriera; y yo no la resucite, no por ser incapaces, sino porque esto es lo conveniente y provechoso para él. Y él les dejo a los que estaban presentes que cavaran una zanja y enterrar su cuerpo y ellos hicieron lo que se les había mandado.
El Quinto Hecho: En relación con el diablo que tomó su domicilio en la mujer
42 Y el apóstol entró en la ciudad y toda la multitud lo siguió. Y pensó en ir a los padres de la joven a quien él había resucitado cuando él había sido asesinado por la serpiente: porque ellos le rogaban encarecidamente a que viniera a ellos y entrara en su casa. Pero, una mujer muy hermosa de repente lanzó un grito superior a voz alta, diciendo: ¡Oh apóstol del nuevo Dios que has entrado en la India, y siervo del santo y bueno Dios único; porque por ti él es predicado, el Salvador de las almas que se acercan a él, y por ti son curados los cuerpos de los que son atormentados por el enemigo, y tú eres el que ha venido a ser una razón de vida a todos los que recurren a él: manda que sea traída ante ti para que yo pueda decirte lo que me ha sucedido, y tal vez, de ti voy a tener esperanza, y estos que está a tu alrededor puedan tener más confianza en el Dios que tú predicas. Porque yo no estoy un poco atormentada por el adversario ya hace cinco años espacio [un Manuscrito griego, la esclerosis múltiple. Y el apóstol le ordenó que se acercan a él, y la mujer se puso delante de él y dijo: Yo, oh siervo de él que es realmente Dios, soy una mujer: el resto tiene, como una mujer] Yo estaba sentada al principio en silencio, y la paz me rodeaban por todos lados y yo no tenía cuidado de nada, porque yo no me ocupaba de ningún otro.
43 Y paso un día que cuando salía del baño me encontré con un hombre inquieto y perturbado, y su voz y palabra me pareció superablemente débil y oscura, y se paró frente a mí y me dijo: tú y yo seremos en uno amor y vamos a tener relaciones sexuales como un hombre con su esposa; y yo le respondí y le dije: ¿Yo nunca he tenido nada que ver con mi noviazgo, porque me negó a casarme, y cómo me voy a doblegar a mí misma por ti que tendrá relaciones sexuales conmigo en forma adúltera? Y habiendo dicho esto, seguí adelante, y yo le dije a mi esclava que estaba conmigo: ¿has visto a ese joven y su descaro, con cual valentía habló él conmigo, y no tubo vergüenza? pero ella me dijo: Yo vi a un anciano hablándote a ti. Y cuando yo estaba en mi casa y cenamos surgió en mi alma cierto sospecho y, sobre todo porque se me apareció a mí en dos formas; y teniendo esto en mi mente me quedé dormida. El vino, por lo tanto, en esa noche y se unió a mí en su sucio acto sexual. Y cuando era de día lo vi y hui de él, y en la noche después él se acercó y abusó de mí; y ahora como me ves he pasado cinco años molestada por él, y él no se ha apartado de mí. Pero sé y estoy convencida de que tanto los demonios y los espíritus y los destructores están sujetos a ti y se llenan con temblor por tus oraciones: ruega, pues por mí y para alejar de mí a el demonio que siempre me atormenta, que yo también pueda ser puesto en libertad y ser reunida con la naturaleza que es la mía desde el principio, y recibir la gracia que ha sido dado a mi parentela.
44 Y el apóstol dijo: ¡O maldad que no puede ser restringida! ¡O la desvergonzada del enemigo! ¡O envidioso que nunca está en reposo! ¡O horrible que sometes a los hermosos! ¡Oh tú, de muchas formas! Como él quiere él se manifiesta, pero su esencia no se puede ser cambiada. ¡Oh, astuto y sin fe! ¡Oh, el árbol amargo cuyo fruto son como él! ¡O diablo que vence a ellos que son ajenos a él! ¡O el engaño que adorna a la impudicia! ¡Oh, la maldad que se arrastra como una serpiente, y es de su parentela! (Sir. erróneamente agrega una cláusula mandado el diablo se muestran.) Y cuando el apóstol dice esto, el malvado vino y se puso delante de él, nadie pudo verlo más que la mujer y el apóstol, y con una voz superior a voz alta, dijo en el escuchar de todo:
45 ¡Qué vamos a hacer contigo apóstol del más Altísimo! ¿Qué tenemos que ver contigo, siervo de Jesucristo? ¿Qué tenemos que ver contigo, consejero del santo Hijo de Dios? ¿Para qué has de destruirnos, mientras que nuestro tiempo no ha llegado todavía? ¿Por qué has quitarnos nuestro poder? porque a esta esta hora nosotros teníamos esperanza y nos queda tiempo. ¿Qué tenemos que ver contigo? Tú tienes poder sobre ti mismo, y nosotros sobre el nuestro. ¿Para qué has de actúan tiránicamente en contra de nosotros, cuando tú mismo enseñas a no actuar tiránicamente? ¿Por qué anhelan los bienes de otros hombres y no te basta con el tuyo? ¿Por qué estas hecho semejante al Hijo de Dios que nos ha hecho mal? Porque tú te pareces a él por completo, como si tú has nacido de él. Porque nosotros pensamos que lo habíamos llevado bajo el yugo, así como nosotros tienen los demás, pero dio media vuelta y nos ha hecho sujetos a él: porque no le conocíamos; pero él nos engañó con su forma de ser sin hermosura y su pobreza y su necesidad: porque al verlo como tal, pensamos que era un hombre de solo carne, y no sabíamos que él es el que da vida a los hombres. Y él nos dio el poder sobre nosotros mismos, y que no debemos en este tiempo dejarlos, sino que tenga nuestro modo en ellos: pero tú obtendrías más que tu carga y lo cual se te fue dado, y nos castigaras a todos juntos.
46 Y habiendo dicho esto el demonio lloro, diciendo: Yo te dejo, mi bella consorte, a quien desde hace mucho tiempo encontré y descansaba en ti; yo te dejo a ti, mi segura hermana, mi amada en quien tenía contentamiento. ¿Qué voy a hacer no sé, o a quien llamaré para que me escuche y me ayude? Yo sé lo que voy a hacer: voy a salir a algún lugar donde el reporte de este hombre no ha sido escuchado, y tal vez, yo te llame, mi amada con otro nombre (Sir. para ti mi amada encontrare una sustituta). Y alzó la voz y dijo: Permanezcan en la paz porque has tomado refugio en alguien más grande que yo, pero yo me marcharé y buscare a una como tú, y si no la encuentro, yo volveré a ti otra vez: porque yo sé que mientras que tú estés cerca a este hombre tu tendrás un refugio en él, pero cuando él se vaya tú serás como eras antes de que él apareciera, y tú te olvidaras de él, y yo tendré la oportunidad y la confianza, pero ahora temo al nombre que te ha salvado. Y habiendo dicho esto el diablo desapareció de la vista: sólo cuando él se fue fuego y humo se observaron allí: y todos los que estaban presente se quedaron atónitos.
47 Y el apóstol al verlo, les dijo a ellos: Este diablo no ha demostrado nada que sea ajeno o extraño a él, pero su propia naturaleza, en la cual también será él consumido, porque en verdad el fuego lo destruirá a él por completo y el humo del mismo se dispersara alrededor. Y él comenzó a decirles:
¡Jesús, el misterio oculto que se ha revelado a nosotros, tú eres él que ha demostrado a nosotros muchos misterios; tú que eres el que me llamo aparte de todos mis compañeros y hablaste a mí tres palabras (Uno, Sir.) con cuales yo me inflamo, y no soy capaz de hablar a los demás! ¡Jesús, el hombre que fue asesinado, enterrado muerto! ¡Jesús, Dios de Dios, Salvador revives a los muertos, y sanaste a los enfermos! ¡Jesús, que fuiste en la necesidad como [un hombre pobre] y salvas como uno que no tiene necesidad, que atrapaste a los peces para el desayuno y la cena e hiciste a todos satisfechos con un poco de pan. ¡Jesús, que hiciste descansar de la fatiga como un hombre, y los caminantes sobre las olas como un Dios!
48 Jesús más altísimo, voz surgente de la perfecta misericordia, Salvador de todos, la mano derecha de la luz, derrocar a lo malvado uno en su propia naturaleza, y recolectando a toda su naturaleza en un solo lugar; tú de muchas formas, que eres el unigénito, primogénito de muchos hermanos Dios de Él más Altísimo Dios, hombre despreciado hasta ahora (Sir. y humilde).
Jesucristo que no nos niegas cuando hacemos un llamado a ti, que te has convertido en un motivo de vida para toda la humanidad, que por nosotros fuiste juzgado y encerrado en la cárcel, y liberas a todos los que están en amarrados, que fuiste llamado mentiroso y redimiste tu propio error: te ruego por estos que están aquí y creen en ti, porque ellos ruegan para obtener tu regalo, teniendo buena esperanza en tu ayuda, y teniendo su refugio en tu grandeza; detienen su oído dispuesto a escuchar a las palabras que se hablan por nosotros. Que tu paz venga y sea tabernáculo en ellos y renuévalos de sus acciones pasadas, y dejar que ellos se despojen del viejito con sus obras, y se pongan lo nuevo que ahora se proclama a ellos por mí.
49 Y él puso las manos sobre ellos y los bendijo, diciendo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo estará sobre vosotros para siempre. Y ellos respondieron: Amén. Y la mujer le rogaba, diciendo: ¡Oh apóstol del Altísimo, dame el sello, para que el enemigo no retorne nuevamente hacia mí! Luego la hizo acercarse a él (Sir. fueron a un río que estaba cerca de allí), y puso sus manos sobre ella y la selló en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y muchos otros también fueron sellados junto con ella. Y el apóstol ordenó a su ministro (diácono) que estableciera una mesa; y él estableció un taburete que se encontraba allí, y extendió una tela de lino sobre ella y situó el pan de bendición, y el apóstol se paró ante él dijo: ¡Jesús, que nos has tienes en cuenta de ser dignos de participar de la eucaristía de tu santo cuerpo y sangre, he aquí, nos atrevemos a acercarnos a tu eucaristía y llamar a tu santo nombre: Ven tú y comunícate con nosotros (Sir. añade más).
50 Y él comenzó a decir: ¡Ven, oh perfecta compasión, Ven o comunión de los varones: Ven, ella que conoce los misterios del que se elegido, Ven, ella que tiene parte en todos los combates del noble campeón (atleta), Ven, silencio que revelas las grandes cosas de toda la grandeza, ven, ella que se manifiesta las cosas ocultas y hace las cosas indecibles normal, la santa paloma que da testimonio del gemelo joven, Ven, la madre oculta, Ven, ella que es manifiesta en sus obras y da gozo y descanso a los que se unen a ella: Ven y comunícate con nosotros en esta eucaristía que celebramos en tu nombre, y en la fiesta de amor en donde nos hemos reunido en tu convocación. (Sir. tiene otras cláusulas y no muchas variantes). Y habiendo dicho esto marcó la cruz sobre el pan y lo partió, y comenzó a distribuirlo. Y primero se lo dio a la mujer, diciendo: Esto será para ti por la remisión de los pecados y transgresiones eternas (Sir. y para la resurrección eterna). Y después de ella él lo dio a todos los demás también, los cuales había recibido el sello (Sir. y les dijo a ellos: Que sea esta eucaristía para vosotros para la vida y el descanso, y no para el juicio y la venganza. Y ellos respondieron: Amén Cf. 29 Fin.).
El Sexto Hecho: Del joven que asesinó a la mujer.
51 Ahora bien, había un cierto joven quién había hecho un acto abominable, y él se acercó y recibió de la eucaristía con la boca: pero sus dos manos se marchitaron, por lo que no podía ponerlas más en su propia boca. Y los que estaban allí lo vieron y le dijeron al Apóstol lo que había sucedido, y el apóstol lo llamó y le dijo: ¿Dime, hijo mío, y no te avergüences, qué fue lo que hiciste, y viniste acá? Porque la eucaristía del Señor te ha condenado. Porque este regalo siempre pasa entre los muchos y más bien sana a ellos que con fe y amor se acercan al mismo, pero a ti te ha marchitado; y lo que ha venido a pasar ha ocurrido, no sin alguna eficaz causa. Y el joven, siendo convicto por la Eucaristía del Señor, vino y decirle a los pies del apóstol y le rogaba, diciendo: Yo he hecho una mala acción, sin embargo, pensé que hacía algo bueno. Yo estaba enamorado de una mujer que habita en una posada fuera de la ciudad, y ella también me amaba; y cuando oí hablar de ti, y creí, que tú proclamabas a un Dios viviente, yo vine y recibí de ti el sello con el resto; por Tú has dicho: Todo aquel que participe en la unión contaminado y, especialmente, en el adulterio, él no tendrá vida con el Dios que predico. Considerando que, por lo tanto, yo la amaba mucho, yo le rogué y le habría convencido para convertirse en mi consorte en la castidad y pura conversación, lo cual tú también enseñas: pero ella no lo haría. Cuando, por lo tanto, ella no accedió, tome una espada y la mate: porque yo no podía soportar verla que ella adultere con otro hombre.
52 Cuando el apóstol oyó esto, dijo: ¡O loca unión como arruinas tú hacia la desvergüenza! O lujuria desenfrenada, ¡cómo has hecho a este hombre a hacer esto! O trabajo de la serpiente, ¡cómo has enfurecido contra los tuyos! Y el apóstol pidió agua para que le trajeran en un guacal, y cuando llevaron el agua, le dijo: Ven, tu aguas de las aguas de vida, que fueron enviados a nosotros, lo verdadero de lo verdadero, el resto que se envió a nosotros del resto, el poder de la salvación que viene de ese poder que conquista todas las cosas y las doma a su propia voluntad: ven y vive en estas aguas, para que el don del Espíritu Santo pueda ser perfectamente consumado en ellas. Y él le dijo al joven: Ve a lava tus manos en estas aguas. Y cuando acabó de lavarles fueron restauradas; y el apóstol le dijo a él: ¿Crees en nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de hacer todas las cosas? Y él dijo: Aunque yo sea el menor, sin embargo, creo. Pero he cometido este hecho pensar que yo estaba haciendo algo bueno, porque yo le rogué como te he dicho, pero ella no me obedeció, para mantenerse casta.
53 Y el apóstol le dijo a él: Ven, vamos a ir a la posada donde tú cometiste este acto. Y el joven se fue antes del apóstol en el camino, y cuando llegaron a la posada la encontraron en el suelo muerta. Y el apóstol cuando la vio se sentía mal, porque ella era una muchacha hermosa. Y él ordenó que fuera puesta en medio de la posada: y la pusieron en una cama y la trajeron adelante y la sentaron en el medio del atrio de la posada. Y el apóstol puso su mano sobre ella y comenzó a decir: ¡Jesús, quien siempre te muestras a nosotros; porque esta es tu voluntad, que en todo momento te busquemos, y tú mismo nos has dado este poder, del pedir y recibir , y no sólo has permitido esto, pero nos has enseñado a rezar: quien no eres visto por nuestros ojos del cuerpo, pero nunca te ocultas de los ojos de nuestra alma, y en tu aspecto eres oculto, pero en tus obras te nos manifiestas: y en tus muchos hechos te hemos conocido hasta el momento como somos capaces, y tú mismo nos has dado tus dones sin medida, diciendo: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá: te suplicamos, por lo tanto, teniendo el temor (sospecha) de nuestros pecados; y le pedimos de ti, ni riqueza, ni oro, ni plata, ni las posesiones, y ni alguna otra cosa que vienen de la tierra y el retorna otra vez a la tierra; pero esto te pedimos a ti y rogamos, que en tu santo nombre levantes a la mujer que yace aquí, por tu poder, para la gloria y fe de los que están aquí.
54 Y él le dijo al joven (Sir. Extiende tú mente nuestro Señor, y él lo sello con la cruz), después de haberlo firmado (sellado) a él: ve y tómala de la mano y decir a ella: yo con mis manos te mató con el hierro, y con las manos en la fe de Jesús yo te resucito. Así que el joven se acercó a ella, diciendo: Yo he creído en ti, Cristo Jesús. Y miró a Judas Tomás el apóstol, y le dijo: Orad por mí que mi Señor pueda venir en mi ayuda, a quien también hago un llamamiento. Y él puso su mano sobre ella y dijo: ¡Ven, Señor Jesucristo a ella otórgale vida y a mí fervoroso de fe en ti! Y luego, mientras dejaba ir su mano, ella se levantó y se sentó, mirando a la gran compañía que estaba allí de pie. Y vio el apóstol también de pie enfrente de ella, y al salir de la cama, ella saltó, y se postro a sus pies y se agarró de sus vestiduras, diciendo: Te ruego, mi señor, ¿dónde está ese otro que estaba contigo, quien no me dejó permanecer en ese lugar terrible y cruel, pero me entregó a ti, diciendo: toma tú a esta mujer, que pueda ser perfeccionada, y en el futuro sea reunida en su lugar?
55 Y el apóstol dice a ella: Relaciona a nosotros, donde tú has estado. Y ella respondió: ¿Tienes tú, quien estabas conmigo y a quien fui entregada el deseo de escuchar? Y ella empezó a decir: [Esta descripción de los tormentos del infierno son derivados en gran medida del Apocalipsis de Pedro] Un hombre totalmente negro me llevó, a quien era odioso el mirarlo, y sus vestiduras extremamente sucias, y me llevaron a un lugar en donde habían muchos pozos (simas), y un gran hedor y mal olor salía de allí. Y él me hizo mirar en cada hoyo, y yo vi en (el primer) pozo fuego llameante, y ruedas de fuego corrían por ahí, y las almas estaban colgadas en las ruedas, y estaban trazadas (rotas) una contra la otra; y un gran lloro y grito estaba allí, y no había nadie que los rescatara. Y ese hombre me dijo: Estas son las almas de tu tribu, y cuando el número de sus días se haya acabado (lat. en los días de la cantidad) ellas son (fueron) entregados a tormento y a la aflicción, y luego se traen a otros en su lugar, e igualmente éstos a otro lugar. Estos son los que han invertido la relación de hombre y mujer. Y miré, y vi a niños amontonados uno sobre otro y luchando unos con otros mientras ellos estaban sobre ellos. Y él respondió y me dijo: Estos son los hijos de los demás, y por lo tanto, ¿Están aquí para testimonio a ellos? (Sir. omite esta cláusula de los niños, y se alarga y se diluye el discurso anterior.)
56 Y me llevó a otro pozo, y me incliné y miré y vi fango y gusanos que brotan, y almas se revolcaban allí, y un gran crujir de dientes se escuchó allí de ellas. Y ese hombre me dijo a mí: Estas son las almas de las mujeres que abandonaron sus maridos y cometieron adulterio con otros, y son traídas a este tormento. Otro pozo que me mostró en el cual me incliné y miré y vi almas colgadas, algunas por la lengua, algunas por los cabellos, algunas por las manos, y un poco de cabeza hacia abajo por los pies, y atormentadas (ahumadas) con humo y azufre, sobre los que el hombre que estaba conmigo me respondió: Las almas que están colgadas por la lengua son los calumniadores, que pronuncian palabras de mentira y vergonzosas, y no se avergonzaban, y las que están colgadas por el pelo son desvergonzadas que no eran modestas e iban por el mundo con la cabeza descubierta; y las que están colgadas por las manos, éstas son las que se llevaron y le robaron los bienes de otros hombres, y nunca le dieron nada a los necesitados, ni ayudaron a los afligidos, pero en sí, deseaban tomar todo, y no tenía pensamiento en absoluto de la justicia o de la ley; y las que cuelgan boca abajo por los pies, éstas son a la ligeras y de fácil correr en malos caminos y senderos desordenados, no visitando a los enfermos, ni acompañando a los que parten de la vida, y por lo tanto cada una y cada alma recibe lo que había hecho por ella. (Sir. omite casi toda la sección.)
57 Una vez más me llevó y me mostró una cueva extremadamente oscura, exhalando un grande hedor, y muchas almas miraban hacia fuera con el deseo de conseguir algo del aire, pero sus cuidadores forzaban a no mirar hacia delante. Y el que estaba conmigo dijo: Esta es la prisión de esas almas que viste: porque cuando han cumplido sus penas por lo cual cada uno hizo, a partir de entonces otros los remplazan: y hay algunas que están totalmente consumidas y (algunas, Sir.) que son entregadas a otros tormentos. Y los que mantenían las almas que estaban en la cueva oscura, dijeron al hombre que me había llevado: Dánosla a nosotros para que podamos llevarla a ver al resto hasta que venga el tiempo de entregarla a su tormento. Pero él les respondió: Yo no la daré a ustedes, porque temo al que me la entrego a mí: porque yo no fui encargado de dejarla aquí, pero yo la llevaré conmigo hasta que reciba orden relativas a ella. Y me llevó y me trajo a otro lugar en el cual habían hombres siendo fuertemente atormentados (Sir. donde los hombres estaban). Y el que se parecía a ti me tomó y me entregó a ti, diciéndote así a ti: Tómala, pues ella es una de las ovejas que se han extraviado. Y yo fui llevada por ti, y ahora estoy delante de ti. Te ruego, por lo tanto, y te suplico que yo no pueda ir a esos lugares de castigo que he visto.
58 Y el apóstol dijo: Habéis oído lo que esta mujer ha relacionado: y no hay sólo estos tormentos, pero también hay otros, peor que estos; y vosotros, si vosotros no recurren a este Dios a quien predico, y se abstienen de sus anteriores obras y hechos que habéis cometido sin conocimiento, tendrán su fin en esos tormentos. Crean por lo tanto, en Cristo Jesús, y él les perdonará los pecados que habéis cometido hasta ahora, y los purificara de todas vuestras lujuria carnal que vive en la tierra, y los curará de todos sus traspasos los cuales los seguirán y saldrán con ustedes y son encontrado en (frente a) ustedes. Quiten por lo tanto, cada uno de ustedes el viejo hombre y revístanse del nuevo, y abandonen su anterior camino y conversación; y deja que eso que robaban no robe más, sino que vivan obrando y trabajando, y dejar que el adúltero ya no fornique más, no sea que sea entregado a un tormento eterno; porque el adulterio es delante de Dios el peor mal más allá de otros pecados. Y pongan lejos de ustedes la codicia y la mentira y la embriaguez y la calumnia, y hagan mal por mal: por todas estas cosas son extrañas y ajenas al Dios que está siendo anunciado por mí, sino antes bien anden en la fe y la mansedumbre y la santidad y la esperanza, donde Dios se deleita, que lleguéis a ser suyos, esperando de él los dones que sólo unos pocos reciben.
59 Toda la gente creyó he por lo tanto, y dieron sus almas, obedientemente a Dios vivo y a Jesucristo, regocijándose en las obras benditas del Altísimo, y en su santo servicio. Y trajeron mucho dinero para el servicio de las viudas, porque el apóstol las tenía reunidas en las ciudades, y a todas ellas envió provisiones por sus propios ministros (diáconos), tanto de ropa y alimento. Y él mismo no dejó de predicar y hablar con ellos y mostrando que este era Jesucristo, a quien las Escrituras proclamaban, quien había venido y fue crucificado, y resucito al tercer día de entre los muertos. Y a continuación les enseño claramente, a partir de los profetas, las cosas referentes al Cristo, que era necesario que él viniera, y que en él se cumplieron todas las cosas que fueron predichas de él. Y la fama de él salió en todas las ciudades y países, y todos los que tenían enfermos o los que estaban oprimidos por espíritus inmundos los trajeron, y algunos se pusieron en el camino por el cual él debía pasar, y los sanaba a todos por el poder del Señor. Entonces todo lo que fueron curados por él, dijeron al unísono: ¡Gloria a Ti, Jesús, que has dado a todos por igual curación a través de tu siervo y apóstol Tomás! Y ahora estando completos y gozosos, te suplicamos que podamos ser de tu rebaño, y ser contados entre tus ovejas; recíbenos por lo tanto, Señor, y no nos imputes a nosotros nuestras rebeliones y nuestras faltas anteriores que hemos cometido por estar en la ignorancia.
60 Y el apóstol dijo: ¡Gloria sea al Unigénito del Padre! ¡Gloria al primogénito de muchos hermanos! ¡Gloria a ti, el defensor y ayudante de los que vienen a tu refugio! ¡Que no duerme, y despierta a los que están dormidos que vive y da vida a los que se encuentran en la muerte! Oh Dios Jesucristo, Hijo del Dios viviente, Redentor y ayudante, refugio y descanso de todos los que están cansados (trabajados) en tu trabajo, dador de la curación a los que por amor de tu nombre cargan con el peso y el calor del día: Nosotros damos gracias por (a) los regalos que se nos ha dado de ti y nos fueron otorgados por tu ayuda y tu dispensación que viene a nosotros de ti.
61 Perfecta tú, por lo tanto estas cosas en nosotros hasta el final que podamos tener la audacia que hay en ti: Pon tus ojos sobre nosotros porque por tu causa hemos abandonado a nuestros hogares y a nuestros padres, y por tu causa nos hemos gustosamente y voluntariamente convertido en extraños: Acuérdate de nosotros, Señor, porque nosotros hemos dejado nuestras posesiones por tu causa, que nosotros podamos obtener la posesión que no se puede quitar: Pon tus ojos sobre nosotros, Señor, porque hemos dejado a los que pertenecen a nosotros por raza, que nosotros podamos unirnos a tu parentesco: Pon tus ojos sobre nosotros, Señor, que hemos dejado a nuestros padres y madres y lo que nos favorecía, para que nosotros podamos poner nuestros ojos en tu Padre, y ser satisfechos con su divino alimento: Pon tu ojos sobre nosotros, Señor, que por tu causa hemos dejado a nuestro consortes del cuerpo y nuestros frutos terrenales, para que podamos ser partícipes de esa comunión duradera y verdadera, y traer hacia delante verdaderos frutos, cuya naturaleza es de lo alto, lo cual ningún hombre nos puede quitar, con el quien nosotros viviremos y quien vivirá con nosotros.
El Séptimo Hecho: Del capitán.
62 Ahora mientras el apóstol Tomás estaba proclamando la palabra de Dios por toda la India, un cierto capitán del rey Misdaeus (Mazdai, Sir.) se acercó a él y le dijo: He oído hablar de ti que no aceptas recompensa de ningún hombre, pero aun así das tú a los que necesitan. Por si tú recibieras recompensa, yo te enviaría una gran suma, y no hubiera venido yo mismo, porque el rey, no hace nada sin mí: porque yo tengo mucha sustancia y soy rico, aun uno de los hombres ricos de la India. Y nunca he hecho mal a ninguno; pero lo contrario me ha ocurrido. Tengo una esposa y de ella yo tengo una hija y soy muy afectuoso hacia ella, a como la naturaleza requiere y nunca he hecho prueba de otra esposa. Ahora bien, sucedió que hubo una boda en nuestra ciudad, y los que hicieron la fiesta de matrimonio eran muy amados por mí: vinieron por lo tanto, y me invitaron a la misma, invitando también a mi esposa y su hija. Así que, como eran mis buenos amigos no podía rechazarlos: por lo tanto la envié, a pesar de que desea no ir, y con ellos envié también muchos siervos: así que ellas se fueron, tanto ella como su hija, adornadas con muchos prendas.
63 Y cuando era de noche y había llegado el momento de irse de la boda envié lámparas y antorchas a su encuentro: y yo me quedé en la calle para espiar cuando ella llegara y yo la viera con mi hija. Y mientras yo estaba parado oí un sonido de lamentos. ¡Ay de ella! Se oyó de la boca de todos. Y mis siervos con sus vestidos rasgados se acercaron y me dijeron lo que había sucedido. Nosotros vimos, dijeron a un hombre y un niño con él. Y el hombre puso su mano sobre tu esposa y el niño sobre tu hija: las cuales huyeron de ellos, y nosotros los golpeamos (herimos) con nuestras espadas, las espadas, pero nuestras espadas cayeron al suelo. Y la misma hora las mujeres cayeron al suelo, rechinando los dientes y golpeando su cabeza sobre la tierra y viendo esto nosotros venimos a decírtelo. Y cuando me enteré de esto por mis siervos me rompí la ropa y me golpeé la cara con mis manos, y volviéndome como un loco enojado yo corrí a lo largo de la calle, y llegue y las encontré echadas en la plaza del mercado; y yo las agarre y las lleve a mi casa, y después de un largo tiempo despertaron y se levantaron y se sentaron.
64 Yo por lo tanto, comencé a preguntar a mi mujer: ¿Qué es lo que te ha sucedido? Y ella me dijo: ¿No sabes tú lo que me has hecho a mí? Pues yo te rogaba que no yo no fuera a la boda, porque yo no era de buena salud en mi cuerpo; y mientras iba en el camino y me acerque al acueducto en el cual el agua fluye, vi a un hombre negro enfrente a mí y cabeceando hacia mí con la cabeza, y un niño como él de pie junto a él; y yo le dije a mi hija: Mira a esos dos hombres horribles, cuyos dientes son como la leche y sus labios como el hollín. Y los dejamos y nos fuimos hacia el acueducto; y cuando fue la puesta del sol y nos fuimos de la boda, medida que pasábamos con los jóvenes y íbamos hacia el acueducto, mi hija los vio primero, y se asustó y huyó hacia mí; y después de ella, yo también los vi venir contra nosotros: y los siervos que estaban con nosotros huyeron de ellos (Sir.) y ellos nos golpearon, y se echaron al suelo con migo y mi hija. Y cuando ella me había dicho estas cosas, los demonios vinieron a ellas de nuevo y las jalo hacia abajo: y desde esa hora no son capaces de venir hacia delante, sino que se encierran en una habitación u otra (Sir. en una habitación dentro de otra): y en su causa sufro mucho, y estoy preocupado: porque los demonios las tira abajo en dondequiera que las encuentren, y las desnuda. Os ruego y suplico a ti, delante de Dios, ayúdame y ten lástima de mí, por ahora hace tres años que una mesa no ha sido establecida en mi casa, y mi esposa y mi hija no se han sentado a una mesa: y, especialmente, por mí desdichada hija, la cual no ha visto nada bueno en absoluto en este mundo.
65 Y el apóstol, al oír estas cosas del capitán, estaba muy afligido por él, y le dijo a él: ¿Cree tú que Jesús las va a sanar? Y el capitán dijo: Sí. Y el apóstol dijo: Comprométete tú mismo, entonces a Jesús, y él las va a curar y procurara socorrerlas. Y el capitán dijo: Muéstramelo a él, para que yo le suplique y crea en él. Y el apóstol dijo: Él no se aparece a los ojos del cuerpo, pero se encuentra a través de los ojos de la mente. El capitán por lo tanto, alzó su voz y dijo: Yo te creo en ti, Jesús, y ruego y suplico a ti, ayuda a mi poca fe que tengo en ti. Y el apóstol ordenó Jenofonte (Sir. Jantipo) el diácono que reuniera a todos los hermanos, y cuando toda la multitud se reunió, el apóstol se puso en medio y dijo:
66 Los niños y los hermanos que han creído en el Señor, permanece en esta fe, predicando a Jesús, quien ha sido proclamado a ti por mí, para darte esperanza en él; y no abandonarlo a (no ser despreciado de) él, y él no te abandonará . Mientras dormís en este sueño que sobre carga (sobre lleva) a los durmientes, Él no duerme, vela sobre vosotros; y cuando ustedes navegan y están en peligro y no puede ayudar, que camina sobre las aguas la soporta y ayuda. Por ahora me iré de ustedes, y no se manifiesta si me volverán a ver de acuerdo a la carne. No sean ustedes por lo tanto, semejantes a los hijos de Israel, que perdiendo de vista a sus pastores durante una hora, se tropiezan. Pero yo les dejo Jenofonte el diácono en mi lugar; porque él también proclama a Jesús: porque ni yo soy nada, ni él, sino a Jesús solamente; porque también yo soy un hombre arropado con cuerpo, un hijo de hombre como uno de ustedes; porque ni tengo riquezas, como se encuentran en algunos, las cuales también les condena que las poseen, siendo completamente inútiles, y siendo dejadas en la tierra, de donde también salieron, y se llevan con ellos las transgresiones y los defectos de pecados los cuales caen a los hombres por sus medios. Y escasamente son hombres ricos que dan a los pobres: pero los misericordiosos y humildes de corazón, ellos heredarán el reino de Dios: porque no es la belleza que perdura con los hombres, porque los que confían en ella, cuando venga sobre ellos la edad, de repente será avergonzados: por lo tanto, todas las cosas tienen su tiempo, en su temporada se ama y odia. Dejen que su esperanza entonces ser en Jesucristo, el Hijo de Dios, quien es siempre amado y siempre deseado: y sean conscientes de nosotros, como nosotros de ustedes: porque también nosotros, si no cumplimos con la carga de los mandamientos no somos dignos de ser predicadores de este nombre, y en el futuro vamos a pagar el precio (el castigo) de nuestra propia cabeza.
67 Y oró con ellos y siguió con ellos mucho tiempo en oración y suplico, y los comprometió al Señor, él dijo: ¡Oh Señor, que gobiernas a toda alma que está en el cuerpo; Señor, Padre de las almas que tienen su esperanza en ti y esperar tu misericordia: que redimes del error a los hombres que son tuyos y los pones libre de la esclavitud y la corrupción que vienen a tu refugio: se tú en el rebaño de Jenofonte y ungirlos con aceite santo, y sanarlos de las llagas, y presérvalos de los lobos rapaces. Y él puso su mano sobre ellos y les dijo: La paz del Señor será con vosotros y viajara con nosotros.
El Octavo Hecho: De los asnos (Burros) salvajes.
68 El apóstol por lo tanto, salió hacia delante para irse: y todos ellos lo acompañaron, llorando y conjurándolo para que él hiciera memoria de ellos en sus oraciones y no olvidarse de ellos. Entonces se subió y se sentó en el carruaje, dejando a todos los hermanos, y el capitán vino y despertó al conductor, diciendo: Yo suplico y ruego que me puede llegar a ser dignos de sentarse bajo sus pies, y yo seré su conductor en este camino, que él también pueda llegar a ser mi guía en ese camino por el cual pocos van.
69 Y cuando había viajado a unas tres millas, el apóstol rogó al capitán y le hizo levantarse y le hizo sentarse a su lado, haciendo al conductor que se sentare en su propio lugar. Y a medida que iban por el camino, aconteció que los animales estaban fatigados con el gran calor y no podían ser conducidos en absoluto. Y el capitán se enfadó mucho y totalmente abatido, y pensó el correr en sus propios pies y traer otros animales para el uso del carruaje; pero el apóstol dijo: No dejes que tu corazón se turbe, ni tengáis miedo, pero creen en Jesucristo, a quien he proclamado a ti, y tú verás grandes maravillas. Y él miro y vio a una manada de burros salvajes que se alimentan en el camino, y le dijo al capitán: Si has creído en Cristo Jesús, ve a esa manada de burros salvajes y deles: Judas Tomás el apóstol de Cristo, el nuevo Dios dijo a ustedes: Vengan cuatro de ustedes, de quienes nosotros tenemos necesidad (o, de los cuales se puede tener un uso).
70 Y el capitán se fue con miedo, porque eran muchos, y ha como él iba, ellos vinieron a su encuentro; y cuando estaban cerca, les dijo: Judas Tomás, el apóstol del nuevo Dios os manda: Dejen que cuatro de ustedes vengan, a quienes yo necesito. Y cuando los burros salvajes, lo oyeron, ellos corrieron juntos y vinieron a él, y cuando llegaron le hicieron reverencia. [Sir. Tiene una larga oración: Y Judas Tomás, el apóstol de nuestro Señor levantó su voz en la alabanza y me dijo: glorioso eres tú, Dios de la verdad y Señor de todas las naturalezas, por qué tú hiciste la voluntad con tu voluntad, y hacer todas tus obras y terminar a todas tus criaturas, y las traes a la ordenanza de su naturaleza, y pones sobre ellos todo tu temor para que ellos puedan ser el objeto de tu mando. Y tu voluntad recorre el camino de tu secreto a la manifestación, y fue él cuidadosa con cada alma que tú hiciste, y se habló por boca de todos los profetas, en todas las visiones y los sonidos y las voces, pero Israel no obedeció a causa de su malvada inclinación. Y tú, porque tú eres el Señor de todos, tienes un cuidado de las criaturas, de modo que tú riegas sobre nosotros tu misericordia en él, quien vino por tu voluntad y se puso el cuerpo, tu criatura a quien hiciste con tu voluntad y formaste conforme a tu gloriosa sabiduría. El a quien tú señalaste en tu secreto y estableciste en tu manifestación, a Él le has dado el nombre de Hijo, a Él que fue tu voluntad, el poder de tu pensamiento; de modo que vosotros sois con varios nombres, el Padre y el Hijo y él Espíritu, por el bien del gobierno de tus criaturas, para la nutrición de todas las naturalezas, y vosotros sois uno en la gloria y el poder y la voluntad; y vosotros sois divididos sin ser separados, y son uno pensamiento aunque dividido, y todas subsisten en ti y está sujeto a ti, porque todo es tuyo. Y yo confío en ti, Señor, y por tu mandato, he sometido a estas bestias tontas, que tú puedas mostrar tu ministrerioso poder sobre nosotros y sobre ellos porque se necesita, y que tu nombre sea glorificado en nosotros y en los animales que no pueden hablar.] Y el apóstol les dijo: Paz a vosotros. Yugo a vosotros cuatro en el lugar de estas bestias que han llegado a detenerse (a una parada). Y cada uno de ellos se acercaron y presionaron a ser en yugados: había entonces cuatro más fuertes que el resto, los cuales también fueron yugados. Y el resto, algunos se fueron antes y otros siguieron. Y cuando había viajado un poco de espacio él despidió a los potros, diciendo: Yo os digo a ustedes los que moran en el desierto, salgan a sus pastos, por si yo hubiera tenido necesidad de todo, todos vosotros habría ido conmigo; pero ir ahora váyanse su lugar en el que habitáis. Y se fueron en silencio hasta que no eran más vistos.
71 Ahora bien, a como el apóstol y el capitán y el conductor continuaban, los burros salvajes jalaban la carroza silenciosamente y lisamente, no fuera a hacer que molestaran al apóstol de Dios. Y cuando se acercaron a la puerta de la ciudad se fueron a un lado y se detuvieron ante las puertas de la casa del capitán. Y el capitán dijo: No se me hace posible relacionar lo que ha sucedido, pero cuando vea el final te lo voy a contar. La ciudad entera vino por lo tanto, a ver a los asnos salvajes bajo el yugo; y también había oído el informe del apóstol de que él iba a venir a visitarlos. Y el apóstol le preguntó al capitán: ¿A dónde tu morada, y a dónde tú nos has traído? Y él le dijo a él: Tú mismo sabes que estamos ante las puertas, y estos que por tu mandamiento han venido contigo sabe mejor que yo.
72 Y habiendo dicho esto, bajó de la carroza. El apóstol por lo tanto, comenzó a decir: ¡Jesús Cristo, quien eres blasfemado por la ignorancia de ti en este país; ¡Jesús, el reporte de quien es extraño en esta ciudad, Jesús, quien recibes a todos (Sir. envías a los apóstoles a todos los países y en cada ciudad, y todos los que son dignos se glorifican en ti, ¡Jesús, que si tomaste una forma y te convertiste en un hombre, y fuiste visto por todos nosotros, que tú no nos separaras de tu amor: tú, Señor, eres el que te estregaste a ti mismo por nosotros, y con tu sangre nos has comprado y adquirido a nosotros como una posesión de gran valor: y ¿qué tenemos para darte, Señor, a cambio de tu vida que diste por nosotros? Por eso lo cual nosotros daríamos, tú nos diste: y esto es, que deberíamos implorar de ti y vivir.
73 Y cuando hubo dicho esto, muchos se reunieron de todas partes para ver el apóstol del nuevo Dios. Y de nuevo el apóstol dijo: ¿Por qué nos detenemos ociosamente? Jesús, Señor, la hora ha llegado: ¿qué quieres tu hacer? Manda, por lo tanto, que lo que se tenga que cumplir sea hecho. Ahora bien la esposa del capitán y su hija estaban bien sufragadas por los demonios, por lo que los de la casa pensaron que ya no más se levantarían: porque ellos no las sufrían ni participaban en nada, sino que arrojándolas sobre sus camas y no reconociendo a ningún hombre hasta el día en que el apóstol llegó hasta allí. Y el apóstol dijo a uno de los asnos salvajes que estaba uncidos a la mano derecha: entrar tú por la puerta, y párate allí y llama a los demonios y diles: Judas Tomás el apóstol y discípulo de Jesucristo, os dice a ustedes: Vengan hacia delante aquí: porque por ustedes he sido enviado y a los que pertenecen a usted por su raza, para destruir y perseguirlos a vosotros a su lugar, hasta el momento de que llegue el fin, y ustedes se irán hacia abajo en su propia profundidad de la oscuridad.
74 Y ese burro salvaje entró, una gran multitud estando con él, y dijo: A vosotros hablo, a los enemigos de Jesús que es llamado Cristo: a ustedes les hablo quienes cierran los ojos, no sea que vean la luz: a ustedes os hablo, niños de la Gehena y de la destrucción, de él que no cesa del mal hasta ahora, que siempre renueva sus labores y las cosas que corresponden a su ser: a ustedes os hablo, sin vergüenzas, quienes perecerán, por sus propias manos. ¿Y qué podre decir de su destrucción y fin, y que diré, no lo sé? Porque hay muchas cosas e innumerables al oído: y mayores son sus obras que el tormento que está reservado para usted (Sir. En si grandes sus cuerpos, son demasiado pequeños para sus retribuciones). Pero a ti te hablo, el diablo, y a tu hijo al te sigue, porque ahora he sido enviado en su contra. ¿Y por qué tengo que hacer muchas palabras acerca de tu naturaleza y la raíz, las cuales ustedes mismos conocen y no se avergüenzan? pero Judas Tomás, el apóstol de Cristo Jesús dice a ustedes: El que por mucho amor y afecto es enviado aquí: Ante toda esta multitud que están aquí, sal fuera y dime de qué raza eres.
75 Y enseguida la mujer salió con su hija, como unas personas muertas y deshonradas en un aspecto: y él apóstol al verlas se preocupó, especialmente por la niña, y dijo a los demonios: no quiera Dios que por ti haya perdón (excusa) o propiciación, porque ustedes no saben de perdón, ni tener piedad: pero en el nombre de Jesús, apártense de ellas y pónganse a su lado. Y cuando el apóstol había dicho esto, las mujeres cayeron al suelo y quedaron como muertas; porque ni respiraban ni tenían pronuncia palabra: pero los demonios le contestaron con una voz fuerte y dijeron: ¿Has venido nuevamente hasta aquí, tú que ridiculizas a nuestra naturaleza y raza? ¿Has venido otra vez, que destruyes nuestros aparatos? y como yo lo tomo, tú no quieres que ni siquiera estemos en la tierra: pero esto en este momento tú no lo puedes lograr. Y el apóstol supuso que este demonio que había sido expulsado de la otra mujer.
76 Y el diablo dijo: Yo te ruego déjame ir aun a donde tú quieras, y mora allí y ser ordenado por ti, y no temeré el gobernante que tiene autoridad sobre mí. Porque así como has venido a predicar buenas nuevas, así también he venido para destruir; y a sí mismo, si tú no cumples la voluntad del que te envió, él traerá castigo sobre tu cabeza, así yo también si no hago la voluntad del que me envió, antes del tiempo y el día señalado, seré enviado a mi propia naturaleza; y así como tú Cristo te ayuda en lo que tú haces, así también mi padre me ayuda en lo que hago, y a si para ti él prepara lugares dignos para tu habitar, así también para mí, él busca a los cuerpos por el cual yo pueda cumplir con sus hechos, y así como él se sustenta y provee para sus súbditos, así también para mi él prepara castigos y tormentos, con los que se convierten en mis moradas (Sir. aquellos en los cuales yo habito), y por tu recompensa de tu trabajo Él te da la vida eterna, por lo que también a mí me da una recompensa por mi trabajo eterna destrucción; y a si como eres refrescado por tu oración y tus buenas obras y espirituales acciones de gracias, así también yo soy refrescado por los asesinatos y adulterios y sacrificios hechos por el vino en los altares (Sir. sacrificios y libaciones de vino), y así como tú conviertes a los hombres hacia la vida eterna, así también yo pervierto a ellos que escuchan mi voz a la eterna destrucción y tormento: y tú recibes tu propia y yo la mía.
77 Y cuando el diablo le había dicho estas cosas y aún más el apóstol dijo: Jesús te manda a ti y tu hijo por mí que no entres más en habitación humana: sino que sal y vete y viven totalmente aparte de la morada en los hombres. Y los demonios le dijeron: Tú nos has puesto a nosotros un mandamiento duro: pero ¿qué harás tú a los que ahora se ocultan de ti? ¿Porque ellos que han causado todas las imágenes se regocijan en ellas más de tu? y muchos de ellos hacen la mayor parte adorar, y llevar a cabo su voluntad, sacrificando a ellos y llevándoles comida, por las libaciones, y por el vino y el agua y ofreciendo con ofrendas. Y el apóstol dijo: Ellos también ahora serán eliminados, con sus obras. Y de repente, los demonios se desvanecieron: pero las mujeres estaba echadas sobre la tierra como si estuviera muertas, y sin habla.
78 Y los burros salvajes se unieron y no se separaron uno del otro; pero aquel a quien por el poder del Señor se le había dado el habla, mientras todos los hombres guardaban silencio y miraban a ver qué era lo que harían-el burro salvaje le dijo al apóstol: ¿Por qué estás en reposo, oh apóstol de Cristo, el Altísimo, quien te mira para que tú le pidas lo mejor de aprender? ¿Pues de qué te detienes? (Sir. que tú deberías preguntarle, y él te dará? ¿Por qué tardar buen discípulo?) Porque he aquí, tu maestro quiere demostrar a través de tus manos sus poderosas obras. ¿Por qué te quedas quieto, oh anunciador del escondido? porque tu (Señor) quiere manifestar a través de ti sus cosas indecibles; las cuales Él reserva para los que son dignos de escuchar a él. ¿Por qué no te apoyas tú, hacedor de milagros en el nombre del Señor? Por qué tu Señor te alienta y engendra audacia en ti. No temas, por lo tanto, pues Él no abandonará el alma que pertenece a ti por nacimiento. Asiendo por lo tanto, un llamamiento a él y él listamente te escucharán. ¿Por qué te quedas parado maravillado a todos sus hechos y sus labores? pues estas son pequeñas cosas que él ha demostrado por tus medios. ¿Y qué dirás acerca de sus grandes dotes? Porque tú no serás suficiente para declararlos. ¿Y por qué te maravillas tú a sus curaciones del cuerpo las cuales él obra? (Sir. Las cuales llegan a su fin), especialmente cuando sabes que la curación de Él es segura y duradera, la cual Él trae a la luz por su propia naturaleza? ¿Y por qué tú atiendes a esta vida temporal, y no has pensado de eso lo cual es eterno (Sir. cuando tú puedes todos los días pensar en lo que es eterno)?
79 Más a vosotros la multitudes que está situada cerca y miran a ver a estos que están derribados ser resucitados, digo yo, crean en el apóstol de Cristo Jesús: crean en el maestro de la verdad, crean le a Él que os enseña la verdad, crean en Jesús, crean en el Cristo que nació, que los nacidos puedan vivir por su vida: quien también creció a través de la infancia, que la perfección pueda aparecer por su hombría (hombre). Él le enseñó a sus propios discípulos: porque él es el maestro de la verdad y hace a hombres sabios, sabios (Sir. quien fue a la escuela para que a través de él la sabiduría perfecta pudiera ser conocida: él enseñó a su maestro, porque él era el maestro de la verdad [palabra buena, verdaderos dichos] y el maestro de los sabios). Quién también ofreció el regalo en el templo para él poder mostrar que toda (cada) la oferta era santificada. Este es su apóstol, Él enseñador progresivo de la verdad: este es el quien cumple la voluntad del que lo envió. Pero vendrán falsos apóstoles y profetas de la anarquía, cuyo fin será conforme a sus obras; predicando de hecho y ordenando a huir de la impiedad, pero ellos mismos en todo momento detectados en pecados, de hecho vestidos de ovejas, pero por dentro, lobos rapaces. ¿A quiénes no les basta una esposa, pero corrompen a muchas mujeres; quienes diciendo que ellos desprecian a los niños, destruyen a muchos niños (niños), por quienes ellos van a pagar la pena; que no se contentan con sus propias posesiones, pero desean que todas las cosas inútiles sean ministradas a ellos solamente, profesando ser sus discípulos, y con su boca hablan una cosa, pero en su corazón ellos piensan otra; culpando a otros hombres a tener cuidado con el mal, pero ellos mismos realizan nada que es bueno; quienes son contados templados, y cargan a otros hombres a abstenerse de la fornicación, el robo, y la codicia, pero en todas estas cosas ellos mismos caminan en secreto, enseñando a otros hombres no hacerlas.
80 Y cuando el burro salvaje había declarado todas estas cosas, todos los hombres lo observaban. Y cuando él sé detuvo el apóstol dijo: ¿Qué voy a pensar acerca de tu belleza, Oh, Jesús, y que diré de ti, no lo sé, o mejor dicho, no soy capaz, porque yo no tengo poder para declararlo, oh Cristo, que estas en el descanso, y único sabio que solamente conoces el interior del corazón y entiendes los pensamientos. ¡Gloria a ti, misericordioso y tranquilo! Gloria a ti, la palabra sabia. Gloria a ti compasión que nació a nosotros. ¡Gloria a tu misericordia, que se extendió sobre nosotros! ¡Gloria a tu grandeza que fue hecha pequeña para nosotros! Gloria a tu más alto reinado que fue humillado (humilde) por nosotros. ¡Gloria a tu poder, que se debilitó por nosotros! Gloria a tu Deidad (cabeza de Dios) que por nosotros se ha visto en semejanza a los hombres. Gloria a tu hombría que murió por nosotros para que nos podamos vivir. Gloria a tu resurrección de entre los muertos, porque por eso resucitamos y descanso viene a nuestras almas. Gloria y alabanza (buen reporte) a tu ascendencia a los cielos; porque por eso nos has enseñado el camino de la altura, y has prometido que nos sentaremos contigo a tu derecha y juzgaremos a las doce tribus de Israel. Tú eres la palabra celestial del Padre: tú eres la luz oculta de la comprensión, enseñador del camino de la verdad, echas fuera a la oscuridad, y anulador del error.
81 Habiendo dicho esto, el apóstol se detuvo sobre las mujeres, diciendo: ¡Señor mío y mi Dios, yo no estoy separado de ti (o no dudo acerca de ti), ni como un incrédulo llamo a ti, quien eres siempre nuestra ayuda y auxiliador y resucitador, quien respiras su propio poder dentro de nosotros y nos incita y nos das confianza en amor a tus propios siervos! Te ruego, que estas almas sean cuadas y se levanten y se vuelvan como estaban antes de ser heridas por los demonios. Y cuando así habló a las mujeres se voltearon y se sentaron. Y el apóstol ordenó al capitán que sus siervos deberían tomarlas y llevarlas dentro (Sir. y darles comida, porque no había comido en muchos días). Y cuando ya se habían ido adentro el apóstol dijo a los burros salvajes, Sigan me. Y se fueron tras de él hasta que él los había llevado fuera de la puerta de la ciudad. Y cuando había salido, él les dijo: Id en paz a sus pastos. Los burros salvajes por lo tanto, se fueron por su voluntad propia; y el apóstol se detuvo y puso atención a ellos para que no sufrieran dañados por alguno, hasta que se había ido lejos, y no eran más vistos. Y el apóstol volvió con la multitud a la casa del capitán.
El Noveno Hecho: De la Esposa del Charisius.
82 Ahora bien, sucedió que una mujer, la esposa de Charisius, que estaba al lado del rey, cuyo nombre era Migdonia, vino a ver y ver el nuevo nombre y el nuevo Dios que estaba siendo proclamado, y el nuevo apóstol que había venido a visitar su país: y ella fue llevada por sus propios siervos; y debido a la gran multitud y el angosto camino no fueron capaces de que ella se acercare a él. Y ella envió a su marido para que le enviara más para ministrar a ella; y ellos vinieron y se acercaron a ella, presionando sobre el pueblo y golpeándolos. Y el apóstol lo vio y les dijo: ¿Por lo cual derrocan a los que vienen a escuchar la palabra, y están ansiosos de tal? y ustedes desean estar cerca de mí, pero están lejanos, como se les dijo a la multitud que vino hacia Él Señor: ¿Teniendo ojos no ven, y teniendo oídos no escuchan, y dijo a las multitudes: El que tiene oídos para oír, que oiga, y: Vengan a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
83 Y mirando a ellos quienes la cargaban, él les dijo: Esta bendición y está amonestación [Aquí y en otros lugares existe una marcada divergencia entre los textos de la U y P, el Manuscrito romano y de París.: Bonnet, los imprime por separado. P es la mayoría más corta. Sir. Es diferente de ambos. Yo sigo U, pero está muy corrompido.] Lo cual se le prometió a ellos es para ustedes quienes están bastantemente agobiados ahora. Ustedes son los que llevan las cargas difíciles de llevar, y se acerca por su comando. Y aunque sois hombres, ellos ponen carga sobre ustedes como en las bestias, porque los que tienen autoridad sobre usted piensa que no son hombres como ellos mismos, sean esclavos o libres. Porque ni las posesiones son beneficiarias a los ricos, ni la pobreza salvar a los pobres del juicio; ni hemos recibido ningún mandamiento que no son capaces de realizar, ni nos a Él puesto a nosotros difíciles cargas de comprender, las cuales nosotros no somos capaces de cargar; ni construir lo cual los hombres construyen; ni labrar piedras y preparar casas, como sus artesanos hacen por su propio conocimiento. Pero este mandamiento hemos recibido del Señor, que lo que no nos agrada cuando se hace por otro esto no lo debemos hacer a ningún otro hombre.
84 Abstenerse por lo tanto, primero desde el adulterio, porque esto es el comienzo de todas maldad, y siguientemente del robo, lo cual sedujo a Judas Iscariote, y lo llevó a colgarse; (y de la codicia) porque muchos que se detiene a la codicia no ver lo que ellos hacer; y de la vanagloria y de todas las malas acciones, y mayormente de los del cuerpo, por el cual viene la condena eterna. Porque esta es la ciudad principal de todas las maldades; y a si mismo trae a los que alzan su cabeza (cuello) altamente a la tiranía y los arrastraba hacia abajo a las profundidades, y los doma en sus manos para que no vean lo que hacen; por lo que las cosas que hacen están oculta de ellos.
85 Pero si, ustedes vuélvanse bien agradables hacia Dios en toda cosa buena, en la mansedumbre y cayados (tranquilos), pues esto son los que Dios perdona, y otorga vida eterna y pone la muerte en la nada. Y en la dulzura la cual sigue en todas las cosas y sobre pasen a todos los enemigos y solitariamente recibirán la corona de la victoria: con dulzura (Sir.), y estrechando la mano de los pobres, y suministrar las necesidades de los más necesitados, y distribuyendo a ellos que están en necesidad, especialmente los que caminan en santidad. Porque esto es escogido delante de Dios y lleva a la vida eterna: porque esto es delante de Dios la principal ciudad de todo lo bueno: porque los que no se esfuerzan en el curso (estadio) de Cristo no van a obtener la santidad. Y la santidad si apareció de Dios, dejando de lado a la fornicación, derrocando al enemigo, bien agradable ante Dios: porque ella es una campeona invencible (atleta), teniendo honor de Dios, glorificada por muchos: ella es una embajadora de la paz, anunciando la paz: si alguien la obtiene él lo soporta sin importancia, agradando al Señor, esperando el momento de la redención: pues ella no hace nada malo, más da vida y descanso y alegría a todos los que la obtienen. [P no tiene nada de esto, y Sir. tiene más sentido, pero no es muy interesante.]
89 Ahora Charisius, el pariente de Misdaeus el rey, se bañó y volvió, y lo sentó para cenar. Y le preguntó acerca de su esposa, adonde ella estaba, porque ella no había salido de su propia habitación a su encuentro como era costumbre. Y su esclava le dijo: Ella no está bien. Y entró rápidamente a la cámara y la encontró tirada en la cama y con un velo: y él le quito el velo y la besó, diciendo: ¿Porque estás tú Por lo tanto triste en este día? Y ella dijo: Yo no estoy bien. Y él le dijo a ella: ¿Por qué pues, no has mantenido la apariencia de tu libertad (Sir. paga el debido respeto a tu posición como una mujer libre) y permanece en tu casa, sino que fuiste a escuchar discursos vanos y observar obras de la brujería? Pero levántate, y comer conmigo, porque yo no puedo comer sin ti. Pero ella le dijo: Hoy yo lo rechazo, porque yo estoy muy temerosa.
90 Y cuando Charisius escucho esto de Migdonia, él no salió a delante a cenar, pero ordenó a sus siervos llevarla a cenar con él (Sir. traigan comida para él que él pueda sorber en su presencia): cuando luego lo trajeron, él deseaba que ella cenaré con él, pero ella se excusó, y desde entonces ella no, él cenó solo, diciéndole a ella: Por tu cuenta me niego a comer con Misdaeus del rey, y tú no has querido cenar conmigo? pero ella dijo: Es porque no estoy bien. Por lo tanto Charisius, se levantó como solía y se acostó con ella, pero ella le dijo: No te dije que hoy yo me reusó?
91 Cuando él escucho eso se fue a otra cama y a dormir; y al despertar de su sueño dijo: Mi señora Migdonia, escucha el sueño que he visto. Me vi a mí mismo sentado a la mesa cerca de Misdaeus el rey, y un plato de todo tipo de cosas fue puesto delante de nosotros: y vi un águila que descendía del cielo y se llevó en frente de mí y el rey dos perdices, cuales él en contra de su corazón; y de nuevo se acercó a nosotros y voló sobre encima de nosotros, y el rey ordenó que se lo trajera un arco; y el águila de nuevo arrebató delante de nosotros a una paloma y una tórtola, y el rey disparó una flecha a ella, y pasó a través de ella de un lado a otro y no le hizo daño; y siendo él ilesa se levantó en su propio nido. Y me desperté, y estoy lleno de miedo y muy turbado, porque yo había probado de la perdiz, y él no me sufrido el no ponerla en mi boca. Y Migdonia le dijo: Tu sueño es bueno; porque tú comes perdices todos los días, pero el águila no había probado de una perdiz hasta ahora.
92 Y cuando era de mañana Charisius se fue y se vistió y puso el pie derecho con su zapato izquierdo; y se detuvo, y le dijo a Migdonia: ¿Que es entonces este asunto? ¡Porque mira, el sueño y esta acción mía! Pero Migdonia le dijo: ¿Y esto tampoco es malvado, sino que me parece muy bueno; porque de un acto sin suerte habrá un cambio a algo mejor? Y se lavó las manos y fue a saludar a Misdaeus el rey.
93 Y así mismo Migdonia se levantó temprano y fue a saludar a Judas Tomás el apóstol, y lo encontró platicando con el capitán y toda la multitud, y les estaba aconsejando y hablando de la mujer que había recibido del Señor en su alma, de quien era esposa ella, y el capitán dijo: Ella es la esposa de Charisius el pariente de Misdaeus el rey. Y Su marido es un hombre duro, y en cada cosa que él le dice al rey le obedece: y él no la sufrirá a continuar en esta mente a la que ella ha prometido; porque a menudo ella ha alabaron ante el rey, diciendo que no hay ninguna otra como ella en el amor: por lo tanto, todas las cosas que tú hablas a ella son extrañas a ella. Y el apóstol dijo: Si en verdad y sin duda el Señor ha nacido dentro su alma y ella ha recibido la semilla que fue echada en ella, ella no tendrá la atención (importancia) de esta vida temporal, ni miedo a la muerte, tampoco Charisius ser capaz de hacerle daño a ella en absoluto: porque mayor es el que ella ha recibido en su alma, si de hecho lo ha recibido.
94 Y Migdonia al oír esto le dijo al apóstol: En verdad, mi señor, he recibido la semilla de tus palabras, y voy a dar sus frutos semejantes a semillas. El apóstol dijo: Nuestras almas alaban y dar gracias a ti, oh Señor, porque tuyas son: nuestros cuerpos dan gracias a ti, cuales tú has tenidos por dignos de convertirse en la morada de tu don celestial. Y él dijo también a los que estaban allí cerca: Bienaventurados los santos, cuyas almas nunca los han condenado, porque las han adquirido y no se dividen en contra de sí mismos: benditos son los espíritus de los puros, y ellos que han recibido la corona celestial completa desde el mundo (edad) la cual les ha sido designada: benditos los cuerpos de los santos, porque ellos han hecho dignos de ser templos de Dios, el Cristo podrá habitar en ellos: Benditos ustedes, porque ustedes tiene el poder para perdonar pecados: benditos serán, si no pierden lo que se ha comprometido a vosotros, pero alégrense y vayan con ella dentro de ustedes: benditos son ustedes los santos, porque a vosotros os es dado a pedir y recibir: benditos son ustedes los mansos, porque a ustedes los ha tenido como dignos Dios para heredar el reino celestial. Benditos son los mansos, porque ustedes son los que han sobrepasado al enemigo. Benditos son los mansos, porque ustedes podrán ver la cara de Dios. Benditos los que tienen hambre por amor al Señor porque para usted es el reposo, y sus almas se regocijan de aquí en adelante. Benditos los que son cayados, (porque ustedes han sido contados dignos) de ser liberados del pecado [y de los intercambios de animales limpios e inmundos]. Y cuando el apóstol había dicho estas cosas a oídos de toda la multitud, Migdonia era el más confirmada en la fe y la gloria y la grandeza de Cristo.
95 Pero Charisius el pariente y amigo de Misdaeus el rey llegó a su desayuno y no encontró a su esposa en la casa; y le preguntó a todos los que estaban en su casa: ¿A dónde ha ido vuestra señora? Y uno de ellos respondió y dijo: Ella se ha ido a ese desconocido. Y al oír esto de su siervo, se enojó con los demás siervos porque no le había dicho seguida de lo que se hizo, y él se sentó y a esperarla. Y cuando llegó la noche y ella estaba entrando en la casa él le dijo: ¿A dónde estabas tú? Y ella respondió, y dijo: Con el médico. Y él dijo: ¿Es el extraño un médico? Y ella dijo: Sí, él es un médico de las almas: porque la mayoría de los médicos curan los cuerpos que se disuelven, pero él las almas que no se destruyen. Charisius, al oír esto, se enojó mucho en su mente con Migdonia por el apóstol, pero él no le contestó nada, porque él tuvo miedo; pues ella estaba por encima de él, tanto en la riqueza y el nacimiento: pero él se fue a cenar, y ella entró en su recamara. Y él dijo a los siervos: Llámela a cenar. Pero ella no quiso venir.
96 Y cuando oyó que no iba a salir de su habitación, él entró y le dijo a ella: ¿Por qué no quieres cenar conmigo y tal vez no dormir conmigo, como la costumbre es? sí, en relación con esto tengo una gran sospecha, porque he oído que ese hechicero y seductor enseña que un hombre no debe vivir con su esposa, y que lo cual la naturaleza requiere y la divinidad le ha ordenado que lo trastorne. Cuando Charisius dijo estas cosas, Migdonia guardó silencio. Le dijo a ella de nuevo: Mi señora y Migdonia mi consorte, no te dejes engañar por las palabras engañosas y vanas, ni por las obras de brujería que he escuchado que este hombre hace en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; porque aun nunca se ha escuchado en el mundo que cualquier resucite a los muertos y según me dicen, se ha informado de que este hombre resucita a los muertos. ¿Y para eso él ni come, ni bebe, no creas que por causa de razonamiento él ni come, ni bebe, pero esto Él lo hace porque el posee nada, porque debe hacer lo cual tiene ni siquiera su pan de cada día? Y él tiene una prenda de vestir porque es pobre, y en cuanto eso que no se recibe algo de nadie (él si recibe, para estar seguro, porque él sabe de sí mismo que el en si no cura verdaderamente a ningún hombre, Sir.).
97 Y cuando dijo Charisius así, Migdonia se quedó en silencio como una piedra, pero ella oró, pidiendo, cuando debería ser la mañana, que ella podría ir al apóstol de Cristo. Y se apartó de ella y se fue a cenar con la mente pesada, porque él pensaba dormir con ella según la costumbre. Y cuando él salió, ella se arrodillo y oro y diciendo: Señor, Dios y Señor, Padre misericordioso, Cristo Salvador, dame la fuerza para superar la poca vergüenza de Charisius, y concédeme mantener la santidad en la que Tú te deleitas, que yo también pueda encontrar la vida eterna a través de ella. Y cuando hubo orado así ella se acostó en su cama y se puso el velo a sí misma.
98, pero Charisius habiendo cenado vino sobre ella, y ella gritó, diciendo: Tú no tienes más lugar cerca de mí: porque mi Señor Jesús es más mayor que tú, quien está conmigo y descansa en mí. Y él se rio y dijo: Bien has tú de burlarte, diciendo esto del brujo, y bien lo deseas a él quien dijo: Vosotros no tenéis la vida con Dios a menos que vosotros mismos se purifiquen. ¡Y cuando hubo dicho esto trató de echarse a dormir con ella, pero ella no lo soportó y gritó amargamente y dijo: Hago un llamado a ti, Señor Jesús, no me abandones! Por qué en ti he hecho mi refugio; porque cuando me enteré de que tú eres lo que buscas a ellos que están velados (en la oscuridad de) en la ignorancia y salvas a los que están detenidos en un error y ahora te ruego, a ti cuyo informe he escuchado y creído, llega a mi ayuda y sálvame de la desvergüenza de Charisius, que su suciedad no pueda obtener la ventaja de mí. Y él golpeó sus manos juntas (ataron sus manos, Sir.) Y huyó de él desnuda, y cuando ella huía ella jalo la cortina de la alcoba, y se envolvió en ella; y se fue a su enfermera, y durmió allí con ella.
99 Pero Charisius estaba con tristeza toda la noche, y se golpeó la cara con las manos, y él estaba dispuesto a ir a esa misma hora y decirle al rey acerca de la violencia que le fue hecha a él, pero él consideraba en sí mismo, diciendo: ¿Si la gran pesadez que está sobre mí me obliga a ir ahora al rey, quien me llevará a él? Porque yo sé que mi abuso me ha derribado de mi alto aspecto y mi vanagloria y majestad, y me ha echado abajo a esta vileza y me ha separado de mi hermana Migdonia. Sí, si el propio rey estuviera ante las puertas a esta hora, yo no podría salir y contestarle. Pero voy a esperar hasta el amanecer, y yo sé que todo lo que le pida al rey, él me lo concederá: y yo le diré de la locura de este extranjero, ¿cómo tiránicamente derribó a los grandes e ilustro a la profundidad? Porque no es esto lo que me preocupa, que estoy privado de su compañía, pero por ella soy yo entristecido, porque su grandeza de alma se ha hecho humilde: siendo una dama de honor en quien nadie de su casa había jamás encontrado fallos (condenado), ella ha huido desnuda, corriendo fuera de su propio dormitorio, y no sé adónde se ha ido; y puede ser que ella se ha vuelto loca por los medios de ese hechicero, y en su locura ha salido en la plaza del mercado a buscarlo a él; porque no hay nada que le interese a su adorable aspecto excepto él y las cosas que él hablan.
100 Y habiendo dicho eso él comenzó a lamentarse y decir: ¡Ay de mí, oh mi consorte, y a ti además! Porque he sido rápidamente despojado de ti. ¡Ay de mí, mi más querida, porque tú sobrepasas a todas mi raza: ni hijo ni hija he tenido de ti en quien yo pudiera encontrar descanso, ni has aún vivido conmigo un año completo, y un mal de ojo te ha tomado de mí! Ojalá que la violencia de la muerte te hubiera tomado, y sin embargo yo hubiera haberme contado entre los reyes y nobles: ¡Pero yo debo sufrir esto en las manos de un extraño, y ser él un esclavo que ha huido, para mí mala suerte y la tristeza de mi infeliz alma! Que no haya ningún impedimento para mí hasta que lo destruya a él y vengue esta noche, y que no pueda ser bien agradable ante Misdaeus el rey si no me venga con la cabeza de este extraño; (y yo también le diré) de Siphor el capitán que ha sido el motivo de esto. Porque por su medio se pareció el extraño aquí, y está de posada en su casa: y muchos son los que entran y salen a quienes enseña una nueva doctrina, diciendo que nadie puede vivir si no dejar toda su hacienda y convertirse en un renunciante al igual que a sí mismo: y él lucha, para hacer partícipes a muchos con él.
101 Y mientras Charisius pensaba en estas cosas, el día amaneció: y después de la noche (?) se puso un hábito medio, y se calzo a sí mismo, y fue abatido y con tristeza a saludar al rey. Y cuando el rey lo vio, él dijo: ¿Por qué estas triste, y vienes con vestimenta semejante? y veo que tu rostro ha cambiado. Y Charisius dijo al rey: Yo tengo una cosa nueva para decirte y una desolación nueva que ha traído Siphor a la India, incluso un cierto hebreo, un hechicero, a quien tiene sentado en su casa y él no se aparta de él: y muchos hay que van a él: a cuales también les enseña sobre un nuevo Dios, y pone sobre ellos nuevas leyes, sin embargo como nunca fueron escuchadas, diciendo: Es imposible para que ustedes pueda entrar en esa vida eterna que yo proclamo a vosotros, a menos que os lo libere de sus esposas, y lo mismo hicieron las esposas de sus maridos. Y dio la casualidad de que mujer por mala suerte también se acercó a él y se convirtió en un oyente de sus palabras, y ella les creyó, y en la noche me abandonó y corrió hacia el extranjero. Pero envía tú por los dos Siphor y el hechicero que está escondido con (en) él y visitarlo (?) en sus cabezas, no vaya a ser que todos lo de nuestra nación perezcan.
102 Y cuando Misdaeus su amigo oyó esto, le dijo a él: No estés dolido, ni pesado, porque yo enviare por él y te vengare a ti, y tú tendrás a tu mujer otra vez, y los otros que no puedan yo los vengare. Y el rey salió y se sentó en el trono del juicio, y cuando él se estableció, mandó por Siphor y el capitán a ser llamados. Fueron, pues, a su casa y lo encontraron sentado a la diestra del apóstol y Migdonia a sus pies, escuchándolo con toda la multitud. Y los que fueron enviados por el rey dijeron a Siphor: ¿Te sientas tú aquí escuchando palabras vanas, y Misdaeus el rey piensa en su ira destruirte, por este hechicero y seductor a quien has traído en tu casa? Y Siphor al oírlo se echó a tierra, no por la amenaza del rey, en contra de él, sino que por el apóstol, porque el rey estaba dispuesto en contra de él. Y él le dijo al apóstol: Yo estoy afligido por ti, porque yo te dije desde el principio que esa mujer es la esposa de Charisius amigo y pariente, del rey y él no la va a dejar llevar a cabo lo que ha prometido, y todo lo que él la pide al rey él rey le concede. Pero el apóstol dijo: Siphor: No temas nada, pero creer en Jesús, quien pelea por todos nosotros, porque a su refugio somos nosotros reunidos. Y Siphor, al oír eso, se puso su ropa y fue a Misdaeus el rey,
103 y el apóstol preguntó Migdonia: ¿Cuál fue la causa por cual tu marido se enojó contigo y elaborado esto en contra de nosotros? Y ella dijo: Porque yo no me entregué a él en su corrupción (destrucción), porque él desea ayer por la noche el seducirme y someterme a esa pasión a cual él sirve: y aquel a quien he dedicado mi alma me ha librado de sus manos, y yo hui de él desnuda, y me dormí con mi enfermera: pero lo que le sucedió a él yo no lo sé, porque él ha inventado esto. El apóstol dijo: Estas cosas no nos hará daño, pero cree tú en Jesús, y él derrocara a la ira de Charisius y su locura y su impulso; y será un compañero a ti de la forma temerosa, y él te guiará a su reino, y te llevará a ti a la vida eterna dándote esa confianza la cual no pasa (no se va ni cambia.
104 Ahora Siphor estaba delante del rey, y él preguntó a él: ¿Quién es ese hechicero y de dónde, y qué enseña que lo has escondido en tu casa? Y Siphor respondió al rey: tú no eres ignorante, oh rey, ¿qué problemas y el dolor yo, con mis amigos tenemos con respecto a mi esposa, a quien tú conoces y muchos otros recuerdan, y con respecto a mi hija, a quien yo valoro más que todas mis posesiones, que tiempo y el juicio yo sufro; porque yo me convertí en una burla y una maldición en todo nuestro país? Y oí el reporte de este hombre y me acerque a él y le rogué, y se lo agarre y lo traje hasta aquí. Y mientras he venido por el camino vi cosas maravillosas y sorprendentes cosas: y aquí también muchos oyeron a los burros salvajes y relacionado con el diablo a quien él echo fuera, y sanó a mi esposa e hija, y ahora están completas, y le no pide ninguna recompensa pero la fe y la santidad. Que los hombres tomen parte con él en lo que lo cual él ha hecho: y esto le enseña, el adorar y temer a un Dios, el soberano de todas las cosas, y a Jesucristo, su Hijo, para que tengan vida eterna. Y lo que él come es el pan y la sal, y su bebida es el agua desde la tarde hasta la noche, y él hace muchas oraciones; y todo lo que él pide de su Dios, él se lo da. Y él enseña que este Dios es santo y poderoso, y que Cristo vive y da vida, por lo cual también él demanda a ellos que están allí presentes para que vengan a él en la santidad y la pureza y el amor y la fe.
105 Y cuando Misdaeus el rey oyó estas cosas de Siphor él envió a muchos soldados a la casa de Siphor el capitán, para traer a Tomás el apóstol y todo lo que se encontraron allí. Y ellos que fueron enviados entraron y lo encontraron enseñando a mucha gente; y Migdonia estaba sentada a sus pies. Y cuando vieron a la gran multitud que estaban con él, ellos temieron, y se marcharon a su rey y le dijeron: Nosotros no nos atrevimos a decirle nada a él, pues había una gran multitud alrededor de él, y Migdonia sentada a sus pies estaba escuchando las cosas que fueron dichas por él. Y cuando el rey y Misdaeus Charisius oyeron estas cosas, Charisius saltó de delante del rey y atrajo a mucha gente con él y dijo: yo lo traeré, oh rey, y a Migdonia cuya comprensión él se ha llevado. Y él llegó a la casa de Siphor el capitán, muy preocupado, y lo encontró (a Tomás) enseñando: pero a Migdonia él no la encontró, pues ella se había retirado a su casa, habiendo aprendido que se le había dicho a su marido que ella estaba allí.
106 Y Charisius le dijo al apóstol: Levántate, tu malvado y destructor y enemigo de mi casa: por qué a mí no me daña tus hechicerías, porque yo visitare a tu hechicería en tu cabeza. Y cuando él dijo así, el apóstol lo miró y le dijo: Tus amenazas volverá sobre ti, por qué a mí tú no me dañar ninguna jota: por qué mayor que tú, y tu rey y todo su ejército es el Señor Jesucristo, en quien Yo tengo mi confianza. Y Chalisius tomó un pañuelo (turbante, Sir.) de uno de sus esclavos y lo echó sobre el cuello del Apóstol, diciendo: Agárrenlo y traerlo; déjame ver si su Dios es capaz de librarlo de las manos. Y ellos lo agarraron y se lo llevaron a Misdaeus el rey. Y el apóstol estaba delante del rey, y el rey le dijo: Dime quién, tú eres y por cual poder haces estas cosas. Pero el apóstol guardó silencio. Y el rey ordenó a sus funcionarios (sujetos) que él debería ser azotado con un ciento veinte ocho (ciento cincuenta, Sir.) golpes y atado, y ser echado en la cárcel; y lo ataron y se lo llevaron. Y el rey y Charisius consideraban la forma en que deberían darle muerte, por qué la multitud le adoraban como Dios. Y tenía en mente el decir: El extranjero a injuriado al rey y es un engañador.
107 Sin embargo, el apóstol fue a la cárcel alegre y exultante, y dijo: Yo te alabo, Jesús, por qué tú no solamente me has hecho digno de fe en ti, pero también el soportar mucho por tu causa. Por lo tanto, yo te doy gracias, Señor, que tú has tomado pensamiento en mí y me ha dado paciencia: yo te doy gracias Señor, por qué por tu causa soy llamado un hechicero y un mago. Recíbeme tú por lo tanto con una bendición (Sir. déjame recibir de la bendición) de los pobres, y del resto de los cansados, y de las bendiciones de ellos a quienes los hombres odian y persiguen, e insultan, y les dicen malvadas palabras a ellos. Porque he aquí, por tu causa yo soy odiado: he aquí por tu causa estoy separado de la mayoría, y por tu causa me llaman como alguien que yo no soy.
108 Y mientras oraba, todos los prisioneros lo veían, le rogaron a que orar por ellos: y cuando había orado y se sentó, empezó a pronunciar un salmo de esta manera:
[Aquí continúa el Himno del Alma: una composición extraordinaria, originalmente siriana, y, ciertamente, más antiguas que los hechos, con los cuales no tiene real conexión. Lo tenemos en griego en un manuscrito, el Vallicelliano, y en una paráfrasis por Nicetas de Tesalónica, encuentra do y editado por Bonnet.]
Cuando yo era un niño pequeño en el palacio de mi Padre y descansando en la riqueza y el lujo de mi crianza, dese el Oriente, nuestro país natal, mis padres me aprovisionaban y me enviaban.
Y de las riquezas de los tesoros ellos juntaron una carga grandiosa y liviana, que yo pudiera cargarla solo.
Oro es el de carga, de ellos que están por encima (o de la tierra de los Ellaeans o Gilaeans), y plata de los grandes tesoros (o de Gazzak la grande) y piedras, calcedonias de los indios y las perlas de [la tierra] la Kosani (Kushan).
Y ellos me armaron con firmes [lo cual el hierro quebranta] y ellos agarraron de mí (Gr. pusieron en mí) las ropas con piedras preciosas, lentejuelas de oro, las cuales habían hecho para mí, porque me aman y la túnica que era de color amarillo en el tono, hecha a mi estatura.
Y hicieron un pacto conmigo, y lo inscribieron a comprensión, que yo [no] lo olvidara, y dijeron:
Si tú te vas de Egipto, y traes de vuelta por lo tanto esa única perla la cual está allí [en el medio de la mar] ceñida por el devoradora serpiente con la cual tú te pondrás [otra vez] la prenda engastado con piedras preciosas, y la túnica en cual que en cual reposa (en la cual está) y llegar a ser con tu hermano que está junto a nosotros (Gr. del buen recordado) heredero (Gr. Herald) en nuestro reino.
109. Y salí del Este por un camino difícil y temible, con dos guías y yo era inexperto en viajar en él.
Y pasé por las fronteras de la Mosani (Mesena) donde se encuentra el complejo de los mercaderes de Oriente, y llegue a la tierra de los babilonios [Y llegue a la parel de Sarbuj].
Pero cuando entró a Egipto, los guías me dejaron, los cuales habían viajado conmigo.
Y yo me fui por el camino más rápido hacia la serpiente, y por su agujero yo permanecido atento a que el durmiera y reposara, que yo podría agarrar mi perla de él (ella).
Y por cuanto yo estaba solo he hice mi aspecto extraño, y aparecí como un extranjero a mi gente.
Y allí vi a mi pariente desde el Este, el Libremente nacido muchacho de gracia y belleza, un hijo de príncipes (o un ungido)
Él vino a mí y moro conmigo, y yo lo tuve como un compañero, y lo hice mi amigo y partícipe de mi viaje (o mercancías).
Y yo lo advertí de tener cuidado con los egipcios, y de participar de esas cosas inmundas (o confraternizar con esos hombres inmundos).
Y me vestí de sus vestiduras, no vaya a ser que yo pareciera extraño, como uno que había venido de afuera a recuperar la perla; y no sea que los egipcios fueran a despertar la serpiente contra mí.
Pero, yo no sé por qué motivo, ellos se enteraron de que yo no era de su país.
Y con astucia ellos mezclaron para mí un engaño, y yo probé de sus alimentos.
Y yo no supe más que yo era hijo de un rey, y me convertí en un siervo de su rey.
Y también me olvidé la perla por la cual mis padres me habían enviado, y por medio de la pesadez de sus alimentos caí en un sueño profundo.
110. Pero cuando esto me ocurrió, mis padres también lo supieron, y se afligieron por mí y una proclamación se publicó en nuestro reino, que todos se reunieran en nuestras puertas.
Y entonces los reyes de los partos y ellos los oficiales y los mayores de Oriente hicieron una solución con respecto a mí, que yo no deberían quedarme en Egipto, y los príncipes, escribieron a mí con este significado por lo tanto (y todo noble lo firmó con su nombre, Sir.):
Desde el (tu) Padre el Rey de reyes, y a tu madre que gobierna el Este, y tu hermano que está en segundo lugar a nosotros; a nuestro hijo que está en Egipto, la paz.
Levántate y despierta de tu sueño, y escucha las palabras de la carta y recuerda que tú eres hijo de reyes; he aquí, tú has llegado a estar bajo el yugo de la esclavitud.
¡Recuerda la perla por la cual fuiste enviado a Egipto (Gr. pone esto después de 46)!
Acuerda que tus vestiduras lentejaban de oro, [Y tú y tu mismo cubierto deberías estar con los cuales usabas tu manto glorioso] tu nombre es mencionado en el libro de la vida, y con tu hermano, a quien has recibido [tú eres serás] en nuestro reino.
111. [Y una carta era mía] y el rey [como embajador] la selló [Con mano derecha del] a causa de los malvados, incluso los hijos de los babilonios y tiránicos demonios de Labyrinthus (Sarbuj, Sir.).
Voló e ilumino así abajo en mí, y se convirtió en toda palabra.
Y yo a la voz de ella y la sensación de ella comenzó fuera de sueño y yo la tomé y la besé [Y el sello se quebró] y lo leí.
Y fue escrito respecto a lo que fue grabado en mi corazón.
Y me acordé inmediatamente de que era hijo de reyes, y mi libertad anhelada (buscado) según su especie.
Recordé también la perla por la cual fui enviado a Egipto y yo empecé (o vine), con amuletos contra la terrible serpiente, y yo la vencí (o la puse a dormir) con el nombrar el nombre de mi Padre sobre ella, y rebate la perla y me regrese a llevar a mis padres.
Y me quite la ropa sucia y la deje en su tierra, y de inmediato me dirigí camino hacia la luz de mi patria en el Este.
Y en el camino encontré mi carta que me había despertado, y ella, como que había tomado una voz y me despertó cuando yo dormía, así que también me guio con la luz que salía de ella.
Porque a veces la ropa real de seda [BRILLABA] ante mis ojos, y con amor me guiaba y me atraía hacia adelante, pasé por Labyrinthus (Sarbuj), y deje a Babilonia sobre mi mano izquierda y llegue a Mesón (Mesene, Mesena) la grande, que yace en la orilla del mar, desde las alturas de Warkan (¿Hircania?) había enviado allí a mis padres de la mano de sus tesoreros, a los cuales se comprometieron a causa de su fidelidad.
112. Pero yo no me recuerdo del brillo de la misma, porque yo era todavía un niño y muy joven cuando yo la deje en el palacio de mi padre, pero de repente, [cuando] yo vi la ropa hecha semejante a mí, como si estuviera en un espejo.
Y yo la miraba toda yo mismo (o lo vio por completa en mí) y me di cuenta y me vi a través de ella, que nosotros estábamos divididos en dos, siendo uno; y de nuevo éramos uno en una forma.
Sí, también los tesoreros los cuales me trajeron la ropa yo lo vi, que eran dos, pero solamente había una forma en ambos, un signo real fue puesto sobre ambos.
El dinero y la riqueza tenían ellos en sus manos, y me pagaron el precio debido, y la ropa preciosa, la cual variaba con colores brillantes con oro y piedras preciosas y perlas de hermoso color que estaban atadas por encima de (o en la altura).
Y la imagen del Rey de reyes estaba por completo en ella. Piedras de zafiro estaban establecidas en ella por encima (o, como la piedra de zafiro también eran sus colores múltiples).
113. Y otra vez vi eso que a través de movimientos de conocimiento estaban siendo enviados hacia delante, y estaba listo para el completo hablar.
Y la oí hablar:
Yo soy de aquel que es más valiente que todos los hombres, por cuya causa yo me erigido con el Padre mismo.
Y yo también percibo su estatura (así que Gr.- Sir. percibí en mí mismo que mi estatura crecía conforme con sus hacer [su trabajo en mi]).
Y todos sus movimientos reales se posaron sobre mí, como crecían hacia el impulso de ella (y con sus movimientos reales se estaba extendiendo así mismo hacia mí).
Y se apresuró, alcanzando de la mano de [él lo trajo que] a él que lo debería de recibir y también en mí el anhelo despertó el empezar adelante y reunirme y recibirlo.
Y me extendí hacia delante y lo recibí, y me adorne a mismo con la belleza de los colores de los mismos (en su mayoría Sir.; Gr. corrupto.) Y mi manto real sobresalió en belleza, yo me vestí completamente.
Y cuando yo me la había puesto, fui levantado hasta el lugar de la paz (saltación) y el homenaje y yo hicimos reverencia y adoramos a la luminosidad del Padre lo cual lo había enviado a mí. Porque yo había llevado a cabo sus mandamientos, y el por igual modo que lo cual él había prometido, y a las puertas de su palacio, las cuales eran desde el principio, me mezclé entre, y se alegró por mí y me recibió con él en su palacio, y todos sus siervos lo alaban con dulces voces.
Y él me prometió que con él voy a ser enviado a las puertas del rey, que con mis dones y mi perla nosotros podamos aparecer juntos ante el rey.
[Inmediatamente en esto, en el siríaco, sigue un canto de alabanza de Tomás, el apóstol que consta de cuarenta y dos atribuciones de alabanza y cuatro disposiciones finales (Wright, pp 245-51). No tiene ninguna relación con los hechos, y no es en sí mismo tan notable como para que sea necesario insertar aquí.]
114 Y Charisius se fue a casa contento, pensando que su esposa estaría con él, y que ella se había convertido, como ella era antes, incluso antes de oír la palabra divina y creían en Jesús. Y se fue, y la encontró con el pelo alborotado y la ropa rota, y cuando lo vio, le dijo a ella: Mi señora Migdonia, ¿Porque te tiene esta cruel enfermedad agarrada a ti? ¿Y Por qué tú hiciste esto? Yo soy tu marido de tu virginidad, y tanto los dioses y la ley me conceden tener dominio sobre ti, ¿Cual es esta gran locura tuya, que te has convertido en una burla en toda nuestra nación? pero quita el cuidado que viene de ese hechicero, y yo voy a quitar su cara de entre nosotros, para que tú no puedas verlo nunca más.
115 ¿Sin embargo, Migdonia cuando escucho eso se entregó a la pena, gimiendo y lamentándose y Charisius dijo de nuevo; he yo hecho tanto daño a los dioses que me han afligido con tal enfermedad? ¿Cuál es mi gran ofensa que me han echado en tal humillación? YO te lo suplico. Migdonia no pisotees mi alma más con tu lamentable espectáculo, y tu significante apariencia y no aflijas mi corazón con tu cuidado yo soy Charisius tu marido, a quien toda la nación honra y teme. ¿Qué debo hacer? No sé adónde ir (buscar). ¿Qué voy a pensar? ¿He de callar y aguantar? ¿Aún quién puede ser paciente cuando los hombres toman su tesoro? ¿Y quién pueden soportar perder tus dulces caminos? y ¿qué hay para mí? (Sir. tu belleza que están siempre delante de mí) tu fragancia está en mis narices, y tu brillante rostro está fijado en mis ojos. Ellos están quitando mi alma y el cuerpo hermoso el cual yo me alegro de ver. Ellos están destruyendo, y el puyar de ojo me ciega y me cortar la mano derecha: mi alegría se está convirtiendo en tristeza y mi vida es muerte, y la luz de la misma está siendo teñida (?) con oscuridad. Ningún hombre de mi parentela me mire de ahora en adelante; de ustedes no ha llegado ayuda a mí, ni voy yo de ahora en adelante a adorar a los dioses del este que me han envuelto en tales calamidades, ni rezar a ellos nunca más, ni sacrificar a ellos, porque yo estoy privado de mi esposa. ¿Y qué más debería yo pedir de ellos? Por qué toda mi gloria se me ha quitado, sin embargo, yo soy un príncipe y segundo al rey en el poder, pero Migdonia me ha hecho nada, y me ha quitado todas estas cosas. (¡Ojalá que alguien me segara uno de mis ojos, y que tus ojos me vieran a mí, como estaban acostumbrados, Sir. Los cuales tienen más cláusulas, en el mismo efecto!)
116 Y mientras Charisius hablaba así con lágrimas, Migdonia estaba sentada en silencio y mirando al suelo; y otra vez vino hasta ella y le dijo: Mi señora Migdonia, muy deseada por mí, recuerda que de todas las mujeres que se encuentran en la India yo te escogí a ti como la más bella, aunque yo hubiera podido unirme a muchas más bellas: Pero aun miento, Migdonia, por los dioses, no habría sido posible encontrar otra como tú en la tierra de la India; pero ¡ay de mí siempre, por qué tú no respondes ni siquiera una palabra: pero si quieres, maldecirme, para que yo pueda ser concedido una palabra de ti. Mírame a mí, por qué yo soy más hermoso que ese hechicero: pero tú eres mi riqueza y honor, y todos los hombres saben que no hay otro como yo: y tú eres mi raza y parentela; y he aquí, él te quita de mí.
117 Y cuando Charisius hubo dicho esto, Migdonia le dijo: Aquel a quien yo amo es mejor que tú y tus bienes: porque tus bienes son de la tierra y retornan a la tierra; pero él que yo amo es del cielo y me va a llevar a él hasta el cielo con Él. Tu riqueza pasarán, y tu belleza se desvanecerá, y tus ropas y tus muchas obras: y quedaras solo, desnudo, con tus transgresiones. No llames a mi memoria tus obras (a mí), porque yo ruego al Señor que te pueda olvidar, de manera que no recuerde nada más esos placeres antiguos y las costumbres del cuerpo; lo cual pasarán como una sombra, pero Jesús solamente permanece para siempre, y las almas quienes esperan en él. Jesús mismo, me quitara de los hechos vergonzosos que he hecho contigo. Y cuando Charisius oyó esto, él se volvió a dormir, molesto (disuelto) en el alma, diciéndole a ella: Considéralo por ti misma toda esta noche: y si quieres estar conmigo, como tú eras antes, y no ver a ese brujo, haré todo conforme a tu mente, y si tú quieres quitar tu afecto de él yo voy a sacarlo de la prisión y lo dejare ir y quitarlo hacia a otro país, y yo no te molestare, porque yo sé que tú piensas mucho sobre el extranjero. Y no contigo primero hizo este asunto, acerca, por qué muchas otras mujeres también él ha engañado como a ti; y ellas han despertado sobria y vuelto a sí mismas: no hagas nada de mis palabras y no me hagas ser un reproche entre los indios.
118 Y Habiendo dicho esto Charisius se fue a dormir: pero ella tomó diez denarios (20 Zuze, Sir.), Y se fue en secreto para darles a los carceleros para que ella pudiera entrar a ver al apóstol. Pero en el camino Judas Tomas llegó y la encontró, y ella lo vio y tuvo miedo, pues ella pensó que él era uno de los gobernantes: porque una gran luz iba delante de él. Y ella se dijo a sí misma mientras huía: ¡te he perdido, oh infeliz alma mía! Porque tú no volverás a ver a Judas el apóstol de [Jesús] el [Dios] viviente, y aún no has recibido el sello sagrado. Y ella huyó y salió corriendo a un lugar estrecho y ahí se escondió, diciendo: Yo prefiero optar por ser asesinada (tomada) por el peor valor, el cual es posible para persuadir, que caer en la mano de este poderoso gobernante, quién despreciara regalos.
El Décimo Hecho: ¿En el cual Migdonia recibe bautismo?
119 Y mientras que, Migdonia pensaba de esto en sí misma, Judas vino y se paró sobre (cercas de) ella, y ella lo vio y tuvo miedo, y cayó al suelo se puso como sin vida con terror. Pero él se paró junto a ella y la tomó de la mano y le dijo a ella: No tengas miedo, Migdonia: Jesús no te abandonara, ni tampoco el Señor a quien has encomendado tu alma te sobre mirara. Su descanso compasivo no te dejará a ti: el quien es bueno no te dejará a ti, por su bondad, ni el que es bueno por su él bondad. Levántate entonces de la tierra, tú que el has convertido por completa por encima de ella: Buscar la luz, por qué el Señor no abandona a los que lo aman para que caminen en la oscuridad: he aquí él que viaja con sus siervos, que él es a ellos un defensor en peligros. Y Migdonia se levantó y lo miró a él y le dijo: ¿A dónde te fuiste, mi señor? ¿Y quién es el que te saco de la cárcel para que veas el sol? Judas Tomás le dijo: Mi Señor Jesús es más poderoso que todos los poderes y todos los reyes y gobernantes.
120 Y Migdonia dijo: dame el sello de Jesucristo y yo (déjame) recibiré el regalo de tus manos antes de que te vayas de la vida. Y ella lo llevó con ella y entró en la corte y despertó a su enfermera, diciendo a ella: Narcia (Gr. Marcia), mi madre y enfermera, todo tus servicios que has hecho por mí re frescura desde mi infancia hasta mi edad actual son en vanas, y por ellas te debo dar las gracias lo cual es temporal; has por mí ahora también un favor, para que puedas recibir una recompensa de él que da grandes regalos. Y Narcia en respuesta dijo: ¿Qué quieres, mi hija Migdonia, y que se lo que se va a hacer para tu placer? porque los honores los cuales tú prometiste delante de mí, el extraño no se ha preocupado de cumplir, y tú me has hecho un reproche ante toda la nación. Y ahora, ¿qué es esta cosa nueva que tú me mandas? Y Migdonia dijo: Hazte tú partícipe conmigo en la vida eterna, para que pueda recibir de ti perfecto servicio maternal: toma pan y tráemelo, y vino mezclado con agua, y perdona mi libertad (ten piedad de mí una recién nacida libre mujer, Sir.). Y la enfermera dijo: yo te traeré muchos panes, y de agua jarras de vino, y cumplir tu deseo. Pero ella le dijo a la enfermera: jarras no deseo, ni muchos panes: pero esto solamente, trae vino mezclado con agua y un pan, y aceite [Aun ser una cosa Sir. lámpara, en el].
121 Y cuando Narcia había traído estas cosas, Migdonia se puso delante del apóstol con la cabeza descubierta, y él tomó el aceite y lo derramó sobre su cabeza, diciendo: Tú, santo aceite que has sido dado a nosotros para la santificación, el misterio secreto por el cual la cruz se muestra a nosotros, tú eres el enderezador de los miembros torcidos, tú eres el más humilde (suavizador) de las cosas duras (obras), tú eres el que hace ver los tesoros escondidos, tú eres el brote de la bondad, deja que tu poder vengar, dejar que se establezca sobre tu sierva Migdonia, y cúrala tú a través de esta libertad. Y cuando el aceite se derramó sobre ella, él le ordenó a su enfermera que la desnudara y le pusiera un paño de lino sobre ella; y había allí una fuente de agua en la cual el apóstol subió, y bautizó a Migdonia en el nombre del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Y cuando fue bautizada y vestida, él partió el pan y tomó una taza de agua y la hizo partícipe en el cuerpo de Cristo y de la copa del Hijo de Dios, y le dijo: Tú has recibido tu sello, obtén la vida eterna para ti. Y al instante se oyó desde el cielo una voz que decía: Sí, amen. Y cuando Narcia oyó esa voz, se quedó asombrada, y suplicó al apóstol que también ella pudiera recibir el sello; y el apóstol se lo dio y le dijo: Deja que el cuidado del Señor sea sobre ti como sobre el resto.
122 Y después de haber hecho estas cosas el apóstol regresó a la cárcel, y encontró las puertas abiertas y a los guardias durmiendo todavía. Y Tomás dijo: ¿Quién es como tú, oh Dios? quien detiene su afecto amoroso y cuidado (atención) de cualquiera que es como tú, el misericordioso, quien has rescatado a tus criaturas del mal. La vida que ha sometido a la muerte, el descanso que ha terminado en el trabajo duro. Gloria al Unigénito del Padre. Gloria al compasivo que fue enviado de su corazón. Y cuando hubo dicho esto, los guardias se despertaron y vieron a todas las puertas abiertas, y a los prisioneros (dormidos, Sir.), Y dijeron en sí mismos: ¿No sujetamos las puertas? ¿Y cómo es que ahora están abiertas, y los presos dentro?
123 Pero al amanecer Charisius fue a Migdonia [y Sir. la atendió, a ella], y los encontró orando y diciendo: ¡Oh nuevo Dios por quien el extraño has venido aquí a nosotros, Dios de los habitantes de la India (Sir. quien estás oculto); Dios, quien has demostrado tu gloria a través de tu apóstol Tomás, Dios, cuyo informe hemos escuchado y hemos creído en ti, Dios, a quien hemos venido para ser salvos; Dios, quien por amor al hombre y piedad has descendido a nuestra pequeñez, Dios, quien nos buscaste cuando no sabíamos de ti, Dios quien habitas en las alturas y de quien las profundidades no se esconden: aleja tú de nosotros la locura de Charisius. Y Charisius oyendo eso le dijo a Migdonia: Con razón me llamas malo y loco y sucio yo porque si yo no me hubiera dado a luz a tu desobediencia, y darte la libertad, tú no hubieras llamado a Dios contra mí e haber mencionado mi nombre ante Dios. Pero créanme, Migdonia que en ese brujo no hay beneficio, y lo que él promete llevar a cabo él no puede: pero yo realizare delante de tu vista todo lo que yo he prometido, para que tú puedas creer, y ponte atenta a mis palabras y se para mí como eras de tiempo atrás.
124 Y él se acercó y le rogó a su vez, diciendo: Si tú puedes ser persuadida por mí, a partir de ahora no tendrá ninguna preocupación, recuerda el día en que tú los me encontraste primero; di la verdad: ¿era yo más hermoso para ti en ese momento, o Jesús en este? Y Migdonia dijo: Ese tiempo requiere de su propio tiempo, y esta vez también, ese era el momento de comienzo, pero este del final; ese era el momento de la vida temporal; este de la vida eterna, ese de placer que pasa para siempre, pero este es de placer que permanece para siempre; que, de día y noche, esto de día sin noche. Tu miraste ese casamiento que estaba pasaba, y aquí, y solitario-ha pero este casamiento continua para siempre; eso era una asociación de la corrupción, pero esto de la vida eterna; los padrinos de boda (y doncellas) eran hombres y mujeres del tiempo, pero éstos permanecen hasta el final. El casamiento en la tierra pone en caída rocío del amor de los hombres (Sir. Esa unión fue fundada sobre la tierra donde hay una prensa sin cesar: esto está basado en el puente de fuego en el cual la gracia se rociada: Abas corruptas), esa recámara nupcial es traída abajo de nuevo, pero esto permanece para siempre; esa cama esta cobijada con colchas (que envejecen), pero esto con amor y fe. Tú eres un novio que serás olvidado y te desboronaras (cambiado), pero Jesús es un verdadero esposo, que permanece para siempre inmortal, que dote de dinero y ropas que envejecen, pero esto es de palabras vivientes que nunca mueren.
125 Y cuando Charisius oyó estas cosas se fue al rey y le dijo todo: y el rey ordenó a que Judas fuera traído, para que pudiera juzgarlo y destruirlo. Pero Charisius dijo: Ten un poco de paciencia, oh rey, y al principio persuadió al hombre poniéndole miedo, que él puede persuadir a Migdonia a ser para mí como antes. Y Misdaeus enviado en busca del apóstol de Cristo, y todos los prisioneros estaban preocupados, porque el apóstol se había ido de ellos, porque ellos anhelaban tras de él, diciendo: Aun la comodidad que hemos tenido han quitado de nosotros.
126 ¿Y Misdaeus le dijo a Judas: Por qué razón enseñas tú, esta nueva doctrina, la cual ambos los dioses y los hombres odian, y la cual no tiene nada del beneficio? Y Judas dijo: ¿Qué maldad les enseño? Y Misdaeus dijo: tú enseñas, diciendo que los hombres [NO pueden vivir castamente, excepto así] con el Dios que tú predicas. Judas dijo: Tú dices la verdad, oh rey, así es lo que yo enseño. Pues dime, ¿no te llenas tú de cólera contra tus soldados si esperan por ti en la ropa sucia? Si pues tú, siendo rey de la tierra y volverás a la tierra, puedes a tus siervos a ser venerables en sus obras, ¿os habéis enojado y dices tú que yo enseño maldades cuando digo que los que sirven a mi rey debe ser reverentes y puros y libres de todo el angustia y cuidado de niños y riquezas sin provecho y problemas vanos? Porque en verdad tú hubieras querido que tus siervos siguán tu conversaciones y tus modales, y tú los castigas si no siguen tus mandamientos: ¿cuánto más deben los que creen en él servir a mi Dios con mucha reverencia y limpieza y seguridad, y ser frenados de todos los placeres del cuerpo, el adulterio y la prodigalidad y el robo, la embriaguez y el servicio vientre y de fechorías?
127 Y al oír Misdaeus estas cosas, dijo: He aquí, yo te dejo ir: a continuación ve y persuade a Migdonia, la esposa de Charisius, de que no desee apartarse de él. Judas le dijo a el: No retrases si tú tienes algo que hacer: porque ella, si ella a en verdad recibido lo que ella ha aprendido, ni el hierro ni el fuego ni ninguna otra cosa más fuerte que éstos podrá herir o sacar de raíz a él que está dentro en su alma. Misdaeus dijo a Judas: Algunos venenos se disuelven otros venenos, y triaca cura la picadura de la víbora, y tú si puedes dar un disolvente de esas enfermedades, y hacer la paz y la concordia entre esta pareja: porque al hacerlo tú te salvaras a ti mismo, porque aún no estás harto de la vida; y sabes tú, que si tú no la convences, yo te voy a sacare de esta vida que es deseable para todos los hombres. Y Judas dijo: Esta vida ha sido dada como un préstamo, y esta vez es uno que cambia, pero esa vida de lo cual, yo enseño es incorruptible; y la belleza y la juventud que son vistos deberán en ratito cesar de ser. El rey le dijo a él: yo te he aconsejado lo mejor, pero tú conoces tus propios asuntos.
128 Y a medida que el apóstol salió de delante del rey, Charisius se le acercó y le rogó y le dijo: Yo te ruego, oh hombre: Yo no he pecado contra ti o cualquier otro en ningún momento, ni en contra de los dioses; ¿Por qué entonces has despertado esta gran calamidad en mi contra? ¿Y por qué causa has traído tal perturbación sobre mi casa? ¿Y en que te beneficia esto? pero si tú piensas que ganar algo, dime la ganancia, lo que es, y yo te lo voy a conseguir para ti sin trabajo. ¿A qué términos llegas tú a enojarme, y te echas a la destrucción? Porque si tú no la convences, yo voy las dos despedirte y, finalmente, me quitare de la vida. Pero si, como tú dices, después de nuestra salida de aquí hay ahí vida y la muerte, y también la condena y la victoria y un lugar de juicio, entonces yo también entrare allá para ser juzgado contigo: y si ese Dios a quien Tú predicas es justo y recompensa el castigo justamente, yo sé que voy a obtener mi causa contra ti; porque tú me has herido, habiendo no sufrido ningún mal en mis manos: de hecho incluso en este caso soy capaz de vengarme de ti y traer sobre ti todo aquello que me has hecho a mí. Por lo tanto sé persuadido, y venir a mí casa y persuadir a Migdonia para que este conmigo como era al principio, antes de que te viera. Y Judas le dijo: Créeme, mi hijo que si los hombres amaran a Dios tanto como se aman uno a otro, ellos podrían pedirle a él todas las cosas y recibirlas, y nadie les haría violencia (no habría nada que no les obedeciera ellos, Sir.).
129 Y a como Tomas dijo esto, ellos vinieron a la casa de Charisius y encontraron a Migdonia sentada y a Narcia de pie junto a ella, y su mejilla apoyada por su mano; y ella estaba diciendo: Deja que el resto de los días de mi vida, oh madre, que sean cortados de mí, y que todas las horas se vuelvan como una hora, y déjame irme de esta vida para que yo vaya cuanto antes, y ponga mis ojos en el hermoso, cuyo informe he oído, incluso ese viviente y dador de vida a los que creer en él, donde no es de día, ni de noche, ni luz y la oscuridad, ni el bien y el mal, ni pobres y los ricos, ni hombres y mujeres, ni libres y esclavos, ni orgulloso que humillan a los humildes. Y mientras ella hablaba el apóstol estaba a su lado, y de ahí en adelante ella se levantó y le hizo reverencia. Luego Charisius le dijo a el: ¿Ves tú como ella te teme y te honra y todo lo que le pidas ella lo hará de buena gana?
130 Y a como él hablo de esta forma, Judas le dijo a Migdonia: Mi hija Migdonia, obedece a lo que tu hermano Charisius dice. Y Migdonia dijo: ¿Si tú no fuiste capaz de [nombrar] el hecho en la palabra podrás tú obligarme a soportar el acto? Porque yo he oído de ti que esta vida no es de beneficio, y este desahogo es temporal, y estas posesiones son transitorias. Y otra vez dijiste que quien renuncie a esta vida recibirán la vida eterna, y el que aborrece la luz del día y la noche vera una luz que no es superada, que el que desprecia este dinero encontrara otro dinero y eterno. Pero ahora [tu estas cosas dices] porque estás en el temor. ¿Quién que ha hecho algo que y es alabado por el trabajo que cambia? ¿[Quien y edifica una torre] en seguida la derriba desde la fundación? ¿Quién escarba un manantial de agua en una tierra sedienta y en seguida se hinche en él? ¿Quién halla un tesoro y no lo usa? Y Charisius lo oyó. Y dijo: Yo no te voy a imitar, ni me apresurare a destruirte; ni aunque yo pueda hacerlo, voy a poner unos enlaces de ti (pero a ti te voy a amarrar, Sir.); y yo no te dejare que hables con este hechicero; y si tú me obedecen, bien, pero si no, sé lo que debo hacer.
131 Y Judas salió de la casa de Charisius y se fue a la casa de Siphor y se alojó allí con él. Y Siphor dijo: yo voy a preparar un salón para Judas (triclinio) en el que él pueda enseñar (Sir. Siphor dijo a Judas: Prepárate un apartamento, &c.). Y así lo hizo, y Siphor dijo: Yo y mi esposa y la hija viviremos de ahora en adelante en la santidad y en la castidad, y en un afecto. Te ruego que podamos recibir de ti el sello, y convertirnos en adoradores del Dios verdadero y ser contados entre sus ovejas y corderos. Y Judas dijo: tengo miedo de decir lo que pienso: sin embargo, sé algo que, y lo que yo sé no se me hace posible expresar.
132 Y él comenzó a decir con respecto al bautismo: Este bautismo es la remisión de los pecados (los manuscritos griegos U y P tienen textos divergentes, ambos oscuros.): esto trae hacia delante nuevamente luz que se derrama sobre nosotros: esto trae al nuevo nacimiento al nuevo hombre (este es el restaurador del entendimiento Sir.): esto mezcla a el espíritu (el cuerpo), resucita en triplicado un hombre nuevo y [lo hace a él] partícipe de la remisión de los pecados. ¡Gloria sea al, oculto, que son comunicados en el bautismo! Gloria a ti el poder invisible que se encuentra en el bautismo. Gloria a ti, la renovación, por el cual se renuevan los que son bautizados y con afecto se agarran de ti.
Y habiendo hablado así, derramó aceite sobre la cabeza de ellos y dijo: ¡Gloria a ti, el amor de la compasión (intestinos)! Gloria a ti nombre de Cristo. Gloria a ti, poder establecido en Cristo. Y mandó a que se trajera un recipiente, y los bautizos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
133 Y cuando fueron bautizados y vestidos, él puso sobre la mesa el pan y lo bendijo, y dijo: Pan de vida, el cual quien come mantiene incorruptible: pan que llena a las almas hambrientas con la bendición del mismo, tú eres el que condesciendes para recibir un don, para que tú puedas volverte para nosotros la remisión de los pecados, y que aquellos que coman de ti puedan llegar a ser inmortales: invocamos sobre ti el nombre de la madre, del misterio inefable de los poderes ocultos y autoridades (nosotros nombramos el nombre de del misterio inefable, que se oculta de todos & c.): invocamos sobre ti el nombre de [tú?] Jesús. Y él dijo: Dejad que los poderes de la bendición vengan, y se establezcan en este pan, que todas las almas que participen de él puedan ser lavadas de sus pecados. Y él rompió y dio a Siphor y su esposa e hija.
El hecho once: Referente a la esposa de Misdaeus.
134 Ahora el rey Misdaeus, cuando había dejado ir a Judas, cenó y se fue a casa, y le dijo a su esposa lo que había sucedido con Charisius su pariente, diciendo: Mira lo que le ha llegado a pasar a ese infeliz hombre, y tú misma lo sabes, mi hermana Tercia, que un hombre no tiene nada mejor que su propia esposa en quien el reposa; pero dio la casualidad de que su esposa fue a ese hechicero de quién has oído que él ha venido a la tierra de los indios, y cayó en sus encantos y se separó de su propio marido; y él no sabe lo que debe de hacer. Y cuando yo pude destruir al malhechor, él no lo quiso. Pero, ¿tú ve y háblale para que se incline a su marido, y abandone las vanas palabras del brujo?
135 Y tan pronto como se levantó Tercia se fue a la casa de Charisius [PARIENTE] de su marido, y encontró a Migdonia tirada sobre la tierra en la humillación, y cenizas y ropas de saco estaban extendidas debajo de ella, y ella estaba rezando para que el Señor le perdonara sus pecados anteriores y que ella pronto se apartara de la vida. Y Tercia le dijo: ¿Migdonia, mi querida hermana y compañera que es esta mano (Sir. esta locura)? ¿Cuál es la enfermedad que te ha sobre caído? ¿Y por qué haces las obras de los locos? Conócete a ti misma y vuélvete a tu propia forma de ser, acércate a tus muchos parientes, y perdona a tu verdadero esposo Charisius, y no pienses cosas indiferentes a una mujer libre. Migdonia le dijo a ella: ¡Oh Tercia, tú no has oído aún al predicador de la vida: aún no ha tocado tus oídos, aún no has probado la medicina de la vida ni eres liberada del luto corruptible! Tú estás parada en la vida de los tiempos, y la vida eterna y la salvación no la conoces, y no percibes la comunión incorruptible. Tu estas vestida con ropas que envejecen y no deseas las que son eternas, y estas orgullosa de esta belleza que se desvanece y no has pensado en la santidad de tu alma, y eres rica en una multitud de siervos, (y no has liberado tu alma de la servidumbre, Sir.) y te sientes orgullosa en la gloria que viene de muchos, pero no te redimes de la condenación de la muerte.
136 Y cuando Tercia oyó esto de Migdonia dijo: Te ruego a ti, hermana, llévame a ese extraño que enseña estas grandes cosas, para que yo también vaya y le oiga, y ser enseñada a adorar al Dios a quien él predica, y ser participante en sus oraciones, y compartidora de todo lo que tú me has hablado. Y Migdonia le dijo a ella: Él está en la casa de Siphor el capitán; porque él se ha convertido en la razón de la vida para todos los que se salvan, en la India. Y oyendo que, Tercia se dirigió rápidamente a la casa de Siphor, que ella pudiera ver el nuevo apóstol que había venido hasta allí. Y cuando entró, Judas le dijo: ¿Qué has venido a ver? A un hombre que es un desconocido y pobre y despreciable y los necesitados, no tiene ni riquezas ni la sustancia; sin embargo, una cosa yo poseo la cual ni los reyes ni gobernantes me pueden quitar, ni perece ni cesa, la cual es Jesús, el Salvador de toda la humanidad, el Hijo del Dios viviente, que ha dado vida a todos los que creen en él y se refugian con él y son conocidos como el número de sus siervos (ovejas, Sir.). A quien Tercia dijo: ¿Puedo llegar a ser participante de esta vida a cual tú prometes que todos deberán recibir quienes se unen a la asamblea de Dios? Y el apóstol dijo: El tesoro del rey santo está abierto ampliamente, y ellos quienes dignamente participan de las cosas buenas que hay en ella, si reposan y descansan si reinan: pero en primer lugar, ningún hombre viene a él que es inmundo y vil: por él conoce nuestros corazones y las profundidades más íntimas de nuestro pensamiento, y no es posible que alguien se le escape. Tú, entonces, si en verdad tú crees en él, serás digna de sus misterios; y él te ampliar y enriquecerá a ti, y te hará ser una heredera de su reino.
137 Y Tercia al haber escuchado esto regreso a casa contenta, y encontró a su marido esperándola, no habiendo comido, y cuando Misdaeus la vio, dijo: ¿De dónde es que tú al entrar este día estas más hermosa? y ¿Por qué vienes a pie, lo cual no parece mujer nacida libre como tú? Y Tercia le dijo a él: te debo la mayores de las gracias porque tú me enviaste a Migdonia, porque yo fui y oído hablar de una nueva vida, y vi al nuevo apóstol del Dios que da vida a los que creen en él y cumplen sus mandamientos; Yo por lo tanto, debo por mí misma recompensarte por este favor y amonestación con un buen consejo; porque tú has de ser un gran rey en el cielo si tú me obedeces y temes al Dios que es predicado por el extraño, y te mantienes a ti mismo santo para el Dios viviente. Porque este reino pasara, y tu comodidad se convertirán en aflicción: más ve tú a ese hombre, y creer en él, y tú has de vivir hasta el fin. Y cuando Misdaeus oyó estas cosas de su esposa, se golpeó el rostro con las manos y rasgó sus vestidos y dijo: Que el alma de Charisius no encuentre reposo, porque él me ha golpeado hasta el alma; y que él no tenga esperanza, por él me ha quitado mi esperanza. Y salió muy enojado.
138 Y se encontró a su amigo Charisius en la plaza del mercado, y le dijo: ¿Por qué me has echado al infierno para ser otro de tus compañeros? ¿Por qué has vaciado y defraudó a mí para ganar nada? ¿Por qué me has herido y no te has benefició en absoluto? ¿Por qué me has matado y tú mismo no vives? ¿Por qué me has hecho daño a ti mismo y no has hecho justicia? ¿Por qué no me has dejado destruir a ese hechicero antes de que él corrompiera mi casa con su maldad? Y él sujeto a (estaba reprendiendo, Sir.) Charisius. Y Charisius dice: ¿Por qué, que es lo que te ha sucedido a ti? Misdaeus dijo: Él ha embrujado a Tercia. Y se fueron ambos a la casa de Siphor el capitán, y encontraron a Judas sentado y enseñando. Y todos los que estaban allí se levantaron ante el rey, pero él no se levantó. Y Misdaeus percibió que era él, y agarro el asiento y desbordo, y tomó el asiento con ambas manos y le golpeó la cabeza tanto que él lo hirió, y lo entrego a sus soldados, diciendo: ¡Llévenselo fuera y, agárrenlo con violencia y no con cuidado, que su pena sea manifestada a todos los hombres! Y ellos lo encerraron y lo llevaron al lugar donde Misdaeus juzgaba, y el quedó allí, detenido por los soldados de Misdaeus.
El Hecho doce: Referente a Ouazanes (Iuzanes), hijo de Misdaeus.
139 y Ouazanes (Iuzanes, P; Vizan, Sir), el hijo de Misdaeus llego a los soldados y le dijo: Dámelo a él para yo pueda hablar con él hasta que llegue el rey. Y se lo dieron, y lo llevó en donde el rey daba juicio. Y Iuzanes dijo: ¿No sabes tú que yo soy el hijo de Misdaeus el rey, y tengo el poder para decir al rey lo que yo quiera, y él te dejara vivir? dime entonces, ¿quién es tu Dios, y que poder tú proclamas y te glorificas en él? Porque si es algo de poder o el arte de la magia, dímelo y enséñame, y yo te dejaré ir. Judas le dijo a el: Tú eres el hijo de Misdacus el rey que es rey por un tiempo, pero yo soy el siervo de Jesucristo, el rey eterno, y tú tienes el poder de decir a tu padre de salvar a quien tú quieras en la vida temporal en donde los hombres no continúan, la cual tú y tu padre permiten, pero yo ruego, a mi Señor e intercedo por los hombres, y él les da una vida nueva la cual es en totalidad permanente. Y tú te llenas a ti mismo de posesiones y sirvientes y trajes y lujo y sucias alcobas, pero yo me lleno de la pobreza y la filosofía y la humildad y ayunas y la oración y la comunión del Espíritu Santo y de mis hermanos que son dignos de Dios: y yo me lleno a mí mismo de la vida eterna. Y tú confías en (has tomado refugio con) en un hombre como tú mismo y no es capaz de salvar su propia alma del juicio y la muerte, pero yo confío en el Dios vivo, en el salvador de los reyes y príncipes, quien es el juez de todos hombres. Y ustedes de hecho hoy día por casualidad son, y mañana ya no existen, pero yo me he refugiado con él que permanece para siempre y él sabe todas nuestras temporadas y tiempos. Y si tú quieres ser el siervo de este Dios, tú pronto lo harás; pero muestra que quieres ser un siervo digno de él, por lo tanto: primeramente por la santidad (pureza), la cual es la cabeza de todas las cosas buenas, y luego por la comunión con este Dios que predico, y de la filosofía y la sencillez y el amor y la fe y [Buena Esperanza] en él, y la unidad de alimento puro (simplicidad de pureza, Sir.).
140 y el joven fue persuadido por el Señor y busco la ocasión como él podría dejar escapar a Judas: pero mientras él pensaba en esto, el rey llego, y los soldados agarraron a Judas y lo llevó hacia adelante. Y Iuzanes salió hacia delante con él y se quedó junto a él. Y cuando el rey estaba listo él mandó que Judas fuera traído, con las manos atadas detrás de él; y él se puso en medio y se quedó parado allí. Y dijo el rey: Dime quién tú eres y por cual poder haces tú estas cosas. Y Judas le dijo a el: Yo soy un hombre como tú, y por el poder de Jesucristo hago estas cosas. Y Misdaeus dijo: Dime la verdad antes de que te destruya. Y Judas dijo: Tú no tienes poder sobre mí, como tú supones, y tú no me podrás dañar nada. Y el rey se enojó por sus palabras, y mandó a calentar planchas de hierro y lo puso sobre ellas descalzo; y a como los soldados le quitaban los zapatos él dijo: La sabiduría de Dios es mejor que la sabiduría de los hombres. Tú, Señor y Rey (toma tú el concilio en contra de ellos, Sir.) Y deja que tu bondad resista a su enojo. Y trajeron las planchas que eran como el fuego, y pusieron al apóstol sobre ellas, y agua en seguida broto en abundancia de la tierra, de modo que las planchas fueron inundadas, y los que lo tenían agarrado lo dejaron ir y se retiraron a sí mismos.
141 Y el rey al ver la abundancia de agua, le dijo a Judas: Pídele a tu Dios que él me libre de esta muerte, que yo no perecerá en esta inundación. Y el apóstol oró y dijo: tú que uniste este elemento (naturaleza) y la uniste en un solo lugar y la envías a diversas tierras; que si trajiste el desorden en orden, que concedes milagros y grandes maravillas a través de las manos de Judas, tu siervo; que tienes piedad de mi alma, que yo siempre pueda recibir tu esplendor; que das los salarios a los que han trabajado; tu salvador de mi alma, que la restauración a su propia naturaleza, para que pueda no tener comunión con las cosas que hace daño; que siempre has sido el motivo de la vida: ¿Has tú frenar este elemento para que no se eleve a destruir; porque hay algunos de los que se encuentran aquí, que han de creer en ti y vivir. Y cuando hubo orado, el agua fue absorbida poco a poco, y el lugar se volvió seco. Y cuando Misdaeus lo vio él ordeno que se lo llevaran a la cárcel: Hasta que yo considere como él debe ser utilizado.
142 Y a como Judas fue llevado a la prisión todos ellos lo siguieron, y Iuzanes el hijo del rey caminaba a su mano derecha, y Siphor a la izquierda. Y él entró a la cárcel y se sentó, y Iuzanes y Siphor, y él persuadió a su esposa y a su hija que se sentara, porque ellos también habían venido a escuchar la palabra de vida. Porque ellos sabían que Misdaeus le iba a matar por el exceso de su enojo. Y Judas comenzó a decir: ¡Oh liberador de mi alma de la esclavitud de los muchos, porque yo me di a mí mismo la venta [a la Sir. uno,]; he aquí, yo me alegro y te glorifico, sabiendo que los tiempos se han cumplido para que yo entre y te reciba [A ti de mi Sir. descanso, que das]! He aquí yo voy a ser liberado de las preocupaciones que están en este mundo; he aquí, yo cumplo con mí esperanza y recibo la verdad; he aquí, yo soy liberado de la tristeza y pongo la alegría solamente; he aquí, yo me vuelvo descuidados (sin importancia) y sin preocupación y moro en el descanso, he aquí, yo soy liberado de la encarcelamiento y soy llamado a la libertad; he aquí, yo he servido mi tiempos y temporada, y soy levantado hacia arriba tiempo y temporada, he aquí yo recibo mi salario de mi recompensa, quien da sin medida (número), porque su riqueza basta con el don, [he aquí, y mi vestidura, me quito yo] y no me la voy a poner de nuevo, he aquí, yo duermo y despierto, y yo ya nunca más voy a dormir; he aquí que yo muero y vivo de nuevo, y yo no voy a saborear más de la muerte; he aquí, ellos se regocijan y me esperan, que yo pueda ir y estar con sus parientes y se establecido como una flor en sus coronas, he aquí, yo reino en el reino en el cual Yo pongo mi esperanza, incluso desde aquí; he aquí la caída rebelde delante de mí, porque yo los he escapado, he aquí (a mí) la paz que viene, a la cual se reunieron todos.
143 Y a como el apóstol habló así, todos los que estaban allí escucharon, suponiendo que en esa hora él se apartaría de la vida. Y otra vez él dijo: Crean en el médico de todos las [enfermedades], tanto visibles como invisibles, y en el salvador de las almas que necesitan la ayuda de él. ¿Este es el nacido libre [hijo] de reyes, este médico de sus criaturas; este es el que fue reprochado por sus propios esclavos; este es el Padre de la altura y el Señor de la naturaleza y el Juez (? Padre de la naturaleza y el Señor de la altura y juez supremo, Sir): El vino de los más grandiosos, el hijo unigénito del abismo, y fue llamado el hijo de (se hizo visible a través, Sir.) María la Virgen, y se denomina el hijo de José el carpintero: aquel cuya pequeñez (nosotros vimos) con los ojos de nuestro cuerpo, pero su grandeza recibimos por la fe, y lo vimos en sus obras, cuyo cuerpo humano sentimos también con nuestras manos, y su aspecto vimos transfigurado (cambiada) con nuestros ojos, pero su semblante celestial en el monte no éramos capaces de ver: el que hizo a los gobernantes tropezar e hizo violencia hasta la muerte: él, la verdad que no miente, que a lo último pagado el tributo de él y sus discípulos, a quien el príncipe mirándolo temió y los poderes que estaban con él se turbaron; y el príncipe dio testimonio (le pregunto, Sir.) quién él era y de dónde, y no sabía la verdad, porque él es ajeno a la verdad: el que teniendo autoridad sobre el mundo, y los placeres sobre el mundo y las posesiones y el comodidad, [rechazado] todas estas cosas y aparto a sus súbditos, que ellos no deben usarlos.
144 y habiendo cumplido estas palabras, se levantó y oró así: Padre nuestro, que estás en los cielos santificado sea tu nombre: venga tu reino: hágase tu voluntad, como en el cielo sobre la tierra: [danos el del Sir. día, el pan constante a nosotros] y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.
Mi Señor y Dios, esperanza y confianza y el Maestro, tú me has enseñado a rezar así, he aquí yo hago esta oración y cumplo tu mandamiento: quédate conmigo hasta el fin; tú eres el que desde la infancia has sembrado la vida mí y me mantuviste lejos de la corrupción; tú fuiste el que me has traído a la pobreza de este mundo, y me exhortaste a las verdaderas riquezas; tú fuiste el que me hiciste conocerme a mí mismo y me mostraste que yo soy tuyo; y yo me he guardado puro de la mujer, que lo que tú requieres no se encuentre en contaminación.
[En las palabras 'Mí Señor y Dios' comienza el texto doble, representado por un lado, por los manuscritos U y por el otro por el manuscrito de París. P, y tres (parcialmente cuatro) otros. Estos insertar la oración después de capítulo 167. Su texto, creo, puede ser el original griego. Yo lo sigo aquí, repitiendo el primer párrafo.]
144 ¡Mí Señor y Dios, mi esperanza y mi confianza y mi Maestro, que has implantado el valor en mí, tú me enseñaste a orar de esta forma; he aquí, yo oro tu oración y llevo tu voluntad a su cumplimiento: sé tú conmigo hasta el final! Tú eres el que desde mi juventud me diste la paciencia en la tentación y [sembraste en] mí la vida, y me preservaste de la corrupción; tú eres el que me trajiste a la pobreza de este mundo y me llenaste de las riquezas verdaderas; tú eres el que me enseñaste que yo soy tulló: ¿por esa rezón nunca me uní a una esposa, que el templo digno de ti, no se puede encontrar en la contaminación?
145 Mi boca me es suficiente para no alabarte, ni soy capaz de concebir la importancia y la providencia (cuidado), la cual ha sido de mí de ti lo cual tú has tenido para mí). Porque yo deseo ganar riquezas, pero a través de una visión tú me enseñaste que están llenas de perdición y daño a ellos que las ganan y yo creí en lo que me enseñaste, y continuó en la pobreza del mundo hasta que tú, las verdaderas riquezas fueron reveladas a mí, quien nos llenó a mí y al resto que eran dignos de ti con tus propias riquezas e hiciste libre tu propia por importancia y ansiedad. Yo por tanto, he cumplido tus mandamientos, oh Señor, y cumplí tu voluntad y me volví pobre, y necesitados, y un extraño y un siervo (esclavo), y listo en nada y un prisionero y hambriento y sediento, y desnudo y descalzos, y he trabajado por tu causa, que mi confianza no perezca, y mi esperanza que está en ti no pueda ser confundida y mi mucha mano de obra no sea en vano y mi cansancio no sea contado como nada: no dejes que mis oraciones y mis continuos ayunos perezcan, y mi gran entusiasmo hacia ti; no permitas que mi semilla de trigo sea cambiada por la cizaña fuera en tu tierra, No dejes que el enemigo se la lleve con ellos y mezcle sus propios defectos con el mismo; por tu tierra apenas no recibe su cizaña, ni tampoco en verdad pueden ellos acostarse en tu casa.
146 Yo he plantado tu viña en la tierra, ha enviado sus raíces a la profundidad y su crecimiento hacia fuera en la altura, y los frutos se extienden sobre la tierra, y los que son dignos de ti se alegran por ellos, a quienes tú también has ganado. El dinero el cual tú tienes de mí yo lo pongo sobre la mesa (el banco), esto, cuando tú lo requieras, restaurarlo a mí con usura, como tú has prometido. Con tu mente fija he cambiado y he hecho diez, tú has añadido más a mí además de lo que yo tenía, como tú hiciste el pacto. Yo he perdonado a los deudores míos, requiérelos tú no de mis manos. Yo fui llamados a la cena y vine: y yo rechace la tierra y la yunta de bueyes y la esposa, que yo no fuera por ellos ser rechazado; yo fui invitado a la boda, y me puse ropa blanca, que podría ser digno de ella y no ser sujeto de pies y manos y ser arrojado a las tinieblas exteriores. ¿Mi lámpara con su brillante luz esperaba la llegada del maestro del matrimonio, que yo pudiera recibirlo, y yo no puedo (? Él no puede) venla disminuirse porque el petróleo se gasta. Mis ojos, oh Cristo, miran hacia ti, y mi corazón se regocija con alegría, porque yo he cumplido tu voluntad y perfeccionado tus mandamientos; que yo pueda ser comparado a aquel siervo vigilante y cuidadoso quien en su afán él no negó el vigilar (otros manuscritos.: Yo no me he dormido sin hacer nada para mantener tus mandamientos: en el primer sueño y a la medianoche y al canto del gallo, que mis ojos puedan mirarte a ti, &c.). Toda la noche he trabajado para mantener a mi casa libre de los ladrones, no vaya a ser que sea quebrantada.
147 Mis entrañas he ceñido con la verdad y he atado mis zapatos en mis pies, que yo nunca los pueda verlos abiertos: mis manos he puesto sobre el arado yugo y no me he vuelto hacia atrás, no sea que mi surco se tuerza. La tierra arada se ha vuelto blanca, y la cosecha ha venido, para que yo pueda recibir mi salario. Mi ropa que se va envejeciendo se me ha gastado, y el trabajo que me ha traído al descanso yo he logrado. Yo he mantenido la primer vigilia y la segunda y la tercera, para que yo pueda vea tu rostro y adorar tu brillo sagrado. Yo he arrancado de raíz la peor (jalado a bajo mis graneros, Sir.) Y los dejó desolados en la tierra, para que yo pueda ser llenado completo de tus tesoros (Gr. Manuscritos añadir: Toda mi sustancia que he vendido, para que yo pueda ganar la perla para ti). La húmeda primavera que yo tenía en mí he secado, para que yo pueda vivir y descansar tu lado, en tu inagotable fuente (al. y Sir. Descansar al lado de tu fuente viviente). El cautivo a quien tú has comprometido a mí yo he matado, que el quien es liberado en mí, no pueda caer de su confianza. Él, que era hacia el interior yo he hecho hacia el exterior y lo exterior [interior], y toda tu plenitud se ha cumplido en mí. Yo no he vuelto a las cosas que están atrás, pero he ido hacia adelante a las cosas que están frente, que yo no me convierta en un reproche. El hombre muerto he resucitado, y al que vive he superado, y al que le faltaba he llenado (Sir. Wright, no el mayor, inserta negativos, "no resucitado", &c.), que yo pueda recibir la corona de la victoria, y el poder de Cristo se pueda cumplir en mí. Yo he recibido reproches sobre la tierra, pero dame tú devuelta y la retribución en los cielos. (U omite prácticamente todo este capítulo.)
148 No permitas que los poderes y los oficiales me perciban, y no dejes tener a ellos ningún pensamiento acerca de mí; no dejes que los publicanos y exactores ejercen su llamado hacia mí; no dejes que los débiles y los malos hablar contra mí, quien soy valiente y humilde, y cuando yo sea nacido hacia arriba no los dejes levantarse para páranse frente de mí, por tu poder, Oh, Jesús, quien me rodeas como a una corona: porque ellos si huyen y se esconden, ellos no puedo mirarte: pero (para) de repente si ellos caen sobre los que están sujetos a ellos, y la porción de los hijos sombre rudos del maligno si ellos mismos gritan y los condenan a ellos; y no es escondido de ellos, ni su naturaleza se da a conocer: los hijos del maligno son separados del. ¿Has tú entonces permitirme, Señor, que yo pueda pasar en el silencio y la alegría y la paz, y pasar por encima y pararme ante el juez, y no dejes que el diablo (o calumniador) me mire a mí; deja que sus ojos sean cegados por tu luz la cual tú has hecho habitar en mí; cierra tú (bozal) su boca: porque él no ha encontrado nada contra mí?
[Volvemos a U.]
149 Y él dijo de nuevo a los que estaban con él: [CREAN, de Dios y mi su Sir. en dar yo su siervo, ayudante creedor de vida predicar; a quien Cristo Jesús proclama, los niños] creer en el Salvador de los que han trabajado a su servicio: porque mi alma ya florece porque mi tiempo está cerca para recibirlo; porque él siendo bello me acerca siempre para hablar acerca de su belleza, que es, lo que es yo no soy capaz y lo suficiente para hablarlo dignamente: tú que eres la luz (alimentador, Sir.) de mi pobreza y el proveedor de mis defectos y me nutres en mi necesidad : es conmigo hasta que yo venga y te reciba a ti para siempre.
El Hecho Decimotercero: En donde recibe el bautismo Iuzanes con el resto.
150 Y el joven Iuzanes, busco al apóstol, diciendo: Yo te ruego, oh hombre, apóstol de Dios, déjame ir, y yo voy a persuadir al carcelero para permitirte que te vengas a casa conmigo, que a través de ti yo pueda recibir el sello, y convertirme en tu ministro y guardador de los mandamientos de Dios, a quien Tú predicas. Porque de cierto, anteriormente yo andaba en esas cosas las cuales tú enseñas, hasta que mi padre me obligó y me unió a una mujer por nombre Mnesara; porque yo estaba en mi primer y veinte año, y ahora son siete años de matrimonio, yo no he conocido ninguna otra mujer, por lo cual también me consideraba inútil a mi padre, ni he tenido hijo o hija de esta esposa y también mi esposa ha vivido conmigo en la castidad todo este tiempo, y ahora, si ella hubiera estado en buena salud, y te hubiera escuchado a ti, yo sé muy bien que ambos yo hubiera estado en reposo y ella hubiera recibido la vida eterna; pero ella está en peligro y afligida con una enfermedad muy grabe; yo por lo tanto, persuadiré al carcelero que él prometa venir conmigo, porque yo vivo solo; y tú también sanaras a esa infeliz. Y Judas, el apóstol del Altísimo, al oír esto, dijo a Iuzanes: Si tú crees, verás las maravillas de Dios, y cómo él dice a sus siervos.
151 Y mientras hablaba así juntos, Tercia y Migdonia y Narcia estaban a la puerta de la prisión, y le dieron el carcelero 363 de plata y para entrar a ver a Judas; y encontraron a Iuzanes y Siphor y su esposa e hija, y todos los presos sentados y escuchando la palabra. Y cuando estaban junto a él les dijo: ¿Quién os ha hecho venir a nosotros? ¿y quién os abrió la puerta sellada que ustedes vinieron hacia enfrente? Tercia le dijo: ¿Que no nos has abierto tú la puerta para que nosotros y nos dijiste que entráramos en la cárcel para que pudiéramos llevar a nuestros hermanos que estaban allí, y luego si el Señor muestra su gloria en nosotros? Y cuando él se acercó a la puerta, yo no sé cómo, tú fuiste separado de nosotros y te escondiste a ti mismo y viniste hasta aquí antes que nosotros, donde también hemos escuchado el ruido de la puerta, donde tú si nos dejaste fuera. Le dimos dinero, por tanto, a los guardias y venimos a dentro y he aquí, estamos aquí contigo rogándote para que te podamos persuadir y dejarte escapar hasta que el enojo del rey contra ti, cese. A quienes Judas dijo: díganos primero que todo, cómo habéis sido encerrado.
152 Y ella le dijo a él: ¿Tú estabas con nosotros, y nunca nos dejaste por una hora, y tú preguntas como nosotros estábamos encerrado? pero si tú deseas oír, oye. El rey Misdaeus envió por mí y me dijo: ¿Aún no ha ese hechicero prevalecido sobre ti, pues, como yo he escuchado, ¿él embruja a los hombres con aceite y agua y pan, y aun no te ha hechizado a ti, pero tú obedéceme, porque si No, yo te aprisionare y te agotare a ti, y a él lo destruiré; porque yo sé que si él no te ha dado todavía aceite, agua y el pan, él todavía no ha prevalecido a conseguir el poder sobre ti. Y yo le dije a él: Sobre mi cuerpo tú tienes autoridad, y haz tú lo que tú quieras, pero mi alma no voy a dejar que perezca contigo. Y oyendo él eso me encerró en una recamara (por debajo de su comedor-salón, Sir.): Y Charisius trajo Migdonia y la encerró conmigo: y tú nos sacaste fuera y nos trajiste incluso hasta aquí; pero tú danos el sello rápidamente, que la esperanza de Misdaeus quien aconseja así sea cortada fuera.
153 Y cuando el apóstol oyó esto, él dijo: ¡Gloria a ti, oh Jesús de muchas formas, gloria a ti que apareces en la apariencia de nuestra pobre humanidad: Gloria a ti que nos animas a nosotros y nos haces fuertes y nos das gracia y nos aconsejas y sitúas cerca de nosotros en todos los peligros, y fortaleces nuestra debilidad! Y ha como él decía así, el carcelero vino y dijo: Apaguen las luces, para que nadie los acuse ante el rey. Y entonces apagaron las luces, y se voltearon a dormir; pero el apóstol habló al Señor: Es el tiempo ahora, Oh, Jesús, para que tú te apresures; pues, he aquí los hijos de la oscuridad están sentados (haznos que nos sentemos, Sir.) en su propia oscuridad, ¿tú por lo tanto, ilumínanos con la luz de tu naturaleza? Y de repente toda la prisión fue iluminada como el día: y mientras todos los que estaban en la cárcel dormía un sueño profundo, ellos quienes solamente habían creído en el Señor siguieron despiertos.
154 Por tanto, Judas le dijo a Iuzanes: ¡Ve tú antes y prepara las cosas para nuestra necesidad! Iuzanes Por tanto, dijo: ¿Y quién me va a abrir las puertas de la prisión? Porque los carceleros cerraron y se fueron a dormir. Y Judas dijo: Cree en Jesús, y encontraras las puertas abiertas. Y cuando se fue, y se apartó de ellos, todos los demás lo siguieron. Y a medida que Iuzanes se había ido antes, Mnesara su esposa se reunió con él en la cárcel. Y ella lo conoció y dijo: ¿Mi hermano Iuzanes, eres tú? Y él respondió: ¿Sí, y eres tú Mnesara? y ella dijo Sí. Iuzanes dijo a ella, ¿A dónde caminas, especialmente a esta hora prematura? ¿Y cómo fuiste capaz de levantarte? Y ella dijo: Este joven puso su mano sobre mí y me levantó, y en un sueño yo dije que debería ir a donde el extraño está situado, y ser convertida perfectamente sana. Iuzanes le dijo a ella: ¿Cual joven está contigo? Y ella dijo: ¿No ves tú a él que está a mi mano derecha, que me guía de la mano?
155 Y mientras hablaban así ambos, Judas, con Siphor y su esposa y su hija y Tercia y Migdonia y Narcia llegaron a la casa de Iuzanes. Y Mnesara la esposa de Iuzanes viéndolo le hizo reverencia y dijo: ¿Has venido tú a salvarnos de la enfermedad de dolor? Tú eres el que yo vi en la noche entregándome a este joven para traerme a la prisión. Sin embargo, tu bondad me animo a no sentirme agotada, pero tú mismo has venido a mí. Y, diciendo esto se volvió y ya no vio al joven más; y no lo encontró, ella le dijo al apóstol: Yo no soy capaz de caminar sola: porque el joven que me diste a mí, no está aquí. Y Judas dijo: Jesús te guiara de ahora en adelante. Y después vino ella corriendo a él. Y cuando entró en la casa de Iuzanes él hijo de Misdaeus el rey pensó que todavía era aún de noche, una gran luz brilló y se derramó sobre ellos.
156 Y entonces Judas comenzó a orar y hablar de esta manera: ¡Oh compañero y defensor (aliado) y la esperanza de los débiles y la confianza de los pobres: refugio y alojamiento de los agotados: voz que salió de lo altísimo (dormir, Gr) consolador que moras en el centro: puerto y estación de los que pasan a través de las regiones de los gobernantes: médico que sanas sin pago: quién de los hombres fuiste crucificado por muchos: quien si bajaste al infierno con gran potencia: semblante que el príncipes de la muerte no soporta; y tu surgiste con gran gloria, y recolección a todos ellos que huyeron a ti tú preparaste un camino, y en tus pasos todo viajan a quienes has redimido; y tú los trajiste a tu propio redil y si los has unido a tus ovejas: hijo de la misericordia, el hijo que por amor a los hombre fue enviado a nosotros desde el país perfecto (patria) que está en el cielo, el Señor de todas las posesiones (posesiones sin pecado, Sir.): que sirves a tus siervos para que puedan vivir: que llenas a la creación con tus propias riquezas: el pobre, que estabas en la necesidad y ayunaste cuarenta días: que satisfaces las almas sedientas con tus propias cosas buenas; se tú con Iuzanes el hijo de Misdaeus y con Tercia y Mnesara, y reúnelos a tu redil y mézclalos con tus números; se tú con ellos como un guía en la tierra de error: se a ellos como un médico en la tierra de las enfermedades: se a ellos un descanso en la tierra de los agotados: santifícalos en una tierra contaminada: se tu su médico de ambos cuerpos y almas: hazlos santos templos tuyos, y deja que tu Espíritu Santo more en ellos.
157 Habiendo orado por ellos así, el apóstol dijo a Migdonia: desnuda tus hermanas. Y ella les quitó la ropa y las ciño con fajas y las trajo; pero Iuzanes había ido antes, y ellas vinieron después que él; y el apóstol tomo aceite en una taza de plata y habló así sobre el: fruta más hermosa que todas las otras frutas, a la cual ninguna otra en absoluto se pueden comparar: en completo misericordiosa: ferviente con la fuerza de la palabra: poder del árbol el cual los hombres poniéndolo en ellos superan a sus adversarios: en total, misericordiosos, coronador de los conquistadores: (símbolo) de ayudador y alegría de los enfermos: que si anunciaste a los hombres su salvación que enseña luz a los que están en la oscuridad; de quien la hoja es amarga, pero en tu más dulce fruto tú eres justo, que eres rasposo a la vista, pero suave en el sabor; pareciendo ser débil, pero en la grandeza de tu fuerza capaz de soportar el poder que tiene a todas las cosas. Habiendo dicho esto [una palabra corrupta sigue]: Jesús: dejar que su fuerza victoriosa venga y se establezca en este aceite, así como se estableció en el árbol (madera), que era como tal, aun su fuerza en ese tiempo, lo cual, los que te crucificaron no pudieron aguantar la palabra: deja que el don también venga por el cual respirando en sus (tus) enemigos hiciste que se fueran hacia atrás y caer de cabeza y déjalo reposar en este aceite, en el cual nosotros invocamos tu Santo nombre. Y habiendo dicho esto, él se lo dejo caer primero sobre la cabeza de Iuzanes y luego sobre las cabezas de las mujeres, diciendo: En tu nombre, oh Jesucristo, déjalo ser a estas almas la remisión de los pecados y para el retiramiento del adversario y para la salvación de sus almas. Y él mandó a Migdonia que los ungiera pero él mismo ungió a Iuzanes. Y habiéndolos ungido los llevó hacia abajo del agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
158 Y cuando ellos surgieron, tomó el pan y una taza, y lo bendijo y dijo: Tu cuerpo santo el cual fue crucificado por nosotros, nosotros comemos, y tu sangre que fue derramada por nosotros para la salvación nosotros bebemos; deja por lo tanto, tu cuerpo ser para nosotros la salvación y tú sangre por la remisión de pecados. Y por la hiel la cual tu bebiste por amor a nosotros deja que la hiel del diablo se aleje de nosotros: y por el vinagre, que has bebido por nosotros, deja que nuestra debilidad se vuelva fuerte: y por las escupidas las cuales tu recibiste por nosotros, deja que nosotros recibamos el rocío de tu bondad: y por (o para) la caña con la cual te golpearon por nosotros, déjanos recibir la casa perfecta: y porque tu recibiste una corona de espinas por nuestro bien, déjanos a nosotros que te hemos amado ponernos una corona que no desvanece; y por el lienzo en el que fuiste envuelto, déjanos también ser rodeados de tu poder que no es vencida y por el sepulcro nuevo, y el entierro déjanos recibir la renovación del alma y cuerpo: y por eso tú sí resucitaste y reviviste, déjanos revivir y vivir y estar delante de ti en el juicio justo. Y quebró y dio la eucaristía a Iuzanes y a Tercia y Mnesara y la esposa e hija de Siphor y dijo: Deja que esta eucaristía sea con vosotros para salvación y alegría y salud de sus almas. Y ellos respondieron: Amén. Y se oyó una voz, diciendo: Amén, no teman ustedes, pero sólo crean.
[EL MARTIRIO Aquí volvemos al texto de P y sus compañeros.]
159 Y después de estas cosas Judas partió a ser encarcelado.
Y Tercia con Migdonia y Narcia también se fueron a ser encarceladas. Y el apóstol Tomás les dijo a ellas-la multitud de ellos que habían creído que estaban presente: Hijas, hermanas y compañeros servidores los cuales han creído en mi Señor y Dios, ministros de mi Jesús, escúchame este día: porque yo si entrego mi palabra a ustedes, y nunca más hablare con usted en esta carne, ni en este mundo; porque yo subo a mi Señor y Dios Jesucristo, al que me vendió, a ese Señor que fue humilde ante mí él pequeño, y me levanto a la grandeza eterna, concedió a mí que fuera su siervo en la verdad y firmeza: a él yo me voy, sabiendo que el tiempo se ha cumplido, y el día nombrado se ha acercado para mí ir a recibir mi recompensa de mi Señor y Dios: porque mi recompensa es justa, quien me conoce, ¿cómo yo debo recibir mi recompensa; porque él no tiene rencor, ni envidia, pero es rico en sus dones, él no es un amante de la artesanía (OT ahorradores) en que él da, porque tiene confianza en sus posesiones, los cuales no puede fallar (acabar).
160 Yo no soy Jesús, pero yo soy su siervo: yo no soy Cristo, pero yo soy su ministro; yo no soy el Hijo de Dios, pero oro para ser digno de Dios. Continúen ustedes en la fe de Cristo: continúen con la esperanza del Hijo de Dios: no desmayen en la aflicción, ni se dividan en mente si me ven ser una burla o que estoy encerrado en la cárcel [O Sir. morir], porque yo si cumplo su voluntad. Porque si yo no hubiera querido morir, yo sé que en Cristo yo soy capaz de ello: pero esto que se llama muerte, no es muerte, pero el ser liberado del cuerpo; por lo cual yo lo recibo con mucho gusto este ser liberado del cuerpo, que yo pueda ir y ver a él que es hermoso y lleno de misericordia, él que debe ser amado: porque yo he soportado mucho trabajo en su servicio, y he trabajado arduamente por su gracia que ha venido sobre mí, la cual no se aparta de mí. No dejes que Satanás, entonces, ingrese a ustedes por robo y agarrarlos de sus pensamientos: dejen que no haya en ustedes lugar para él: porque él es poderoso, a quien han recibido. Busque la venida de Cristo, porque él va a venir y los recibirá, y esto es lo que verán cuando él venga.
161 Cuando el apóstol había terminado estas palabras, ellos entraron en la casa, y el apóstol Tomás dijo: Salvador que si sufriste mucho por nosotros, deja que estas puertas sean como lo fueron y pon sellos en ellas. Y los dejó y se fue a ser encarcelado: y lloraron y se encontraban en pesadez, porque ellos sabían que Misdaeus lo iba a matar (sin saber que, M. lo iba a dejar en libertad, P.).
162 y el apóstol encontró a los encargados disputando y diciendo: ¿En qué hemos pecado en contra de este hechicero? porque por su arte de magia abrió las puertas y hubiera tenido a todos los prisioneros escaparse: pero déjanos ir e informarle esto al rey, y decirle acerca de su esposa y su hijo. Y mientras ellos se ponían de acuerdo, Tomás mantuvo su paz. Por lo tanto ellos se levantaron temprano, y fueron al rey y le dijeron: Nuestro Señor y Rey, llévate tú al hechicero y hazlo ser encerrado en otro lugar, porque nosotros no somos capaces de mantenerlo; por excepto buena fortuna lo hemos mantenido la prisión, todas las personas condenadas se hubieran escapado por ahora esta segunda vez nosotros hemos encontrado con las puertas abiertas: y también tu esposa, oh rey, y tu hijo y el resto no se apartan de él. Y el rey, al oír eso, fue, y encontró los sellos que se establecieron en las puertas enteros; y tomó nota de las puertas también, y les dijo a los guardianes: ¿Por qué ustedes mienten? Por qué los sellos están completos. ¿Cómo habéis dicho que Tercia y Migdonia vinieron a él a la cárcel? Y los guardianes dijeron: Te hemos dicho la verdad.
163 y Misdaeus se fue a la cárcel y tomó su asiento, y mandó a llamar al apóstol Tomás, y lo desnudo (y lo ciñó con una falda) y lo puso delante de él y le dijo: ¿Estás tú preso o libre? Tomás dijo: Yo soy el prisionero de uno solo, sobre el cual no tienes autoridad. Y Misdaeus le dijo: ¿Cómo hiciste tú para huir y entrar en este país? Y Tomás dijo: yo fui vendido aquí por mi Señor, que yo pudriera salvar a muchos, y que por tus manos pasar de este mundo. Y Misdaeus dijo: ¿Quién es tu amo? ¿Y cuál es su nombre? ¿Y de qué país es él? Y Tomás dijo: Mi Señor es tu amo y es Señor del cielo y la tierra. Y Misdaeus dijo: ¿Cuál es su nombre? Tomás dijo: Tú no puedes escuchar su verdadero nombre en este momento: pero el nombre que se le dio es Jesucristo. Y Misdaeus le dijo a él: No me he apresurado para destruirte, pero he tenido paciencia contigo: pero tú has añadido a tus malvadas obras, y tus hechicerías se dispersan por todos lados y oído por todo el país: pero esto hago que tus hechizos puedan irse contigo, y que nuestra tierra sea limpiada de ellos. Tomás le dijo a él: Estos hechizos [NO, Sir.] se van conmigo cuando yo este de camino, y debes de saber tú esto que yo [Ellos, Sir.] Nunca los abandonaré a ellos que están aquí.
164 Cuando el apóstol había dicho estas cosas, Misdaeus considero la forma en que debería darle muerte; porque él tenía miedo, por las muchas gentes que estaban sujetos a él, porque también muchos de los nobles y de los que estaban en autoridad creían en él. Él lo agarro por lo tanto y se lo llevó fuera de la ciudad; y soldados armados también fueron con él. Y la gente supuso que el rey deseaba aprender algo de él, y se quedaron quietos y lo siguieron. Y cuando habían caminado una milla, él se lo entregó a cuatro soldados y a un oficial, y les ordenó que se lo llevara a la montaña y allí lo perforaron con sus lanzas y le dieron fin a él, y volvieron de nuevo a la ciudad. Y dijeron así a los soldados, él mismo también regresó a la ciudad.
165 Pero los hombres corrieron tras Tomás, deseando salvarlo de la muerte. Y dos soldados iban a la mano derecha del apóstol y dos a la izquierda, sosteniendo lanzas, y el oficial alzo su mano y lo detuvo. Y el apóstol Tomás, dijo: ¡Oh, los misterios ocultos que incluso hasta nuestra partida se van cumpliendo en nosotros! ¡O riquezas de su gloria, quienes no nos van a dejar a nosotros para ser devorados en la pasión del cuerpo! Cuatro son ellos quienes me echaran abajo, por cuatro soy hecho; y uno es el que me jala, porque de uno yo soy, y para él voy. Y esto ahora entiendo, que mi Dios y Señor Jesucristo, siendo uno fue atravesado con lanza por uno, pero yo, quien soy de cuatro, soy atravesado con lanza por cuatro.
166 y habiendo subido a la montaña hasta el lugar donde iba a ser asesinado, le dijo a los que lo retenían, y al resto: Hermanos, oídme ahora en la última; porque yo he llegado a mi salida del cuerpo. Que no, sean entonces los ojos de vuestro corazón cegados, ni sus oídos ser sordos. Crean en el Dios a quien yo predico, y no sean ustedes guías de ustedes mismos en la dureza de vuestro corazón, pero caminen en toda la libertad de ustedes, y en la gloria que está hacia los hombres, y la vida que es hacia Dios.
167 Y él le dijo a Iuzanes: Tú, hijo (al hijo, P) del (terrenal) rey Misdaeus y ministro (al ministro) de nuestro Señor Jesucristo: dales a los siervos de Misdaeus su precio para que ellos puedan dejar para ir a rezar. Y Iuzanes persuadió a los soldados para que lo dejaran rezar. Y el bendito Tomás se fue a orar, y de rodillas, y se levantó y extendió sus manos hacia el cielo, y habló así:
[Aquí P y el resto dan - ciertamente - la oración de CC. 144-8. U y sus compañeros dan lo siguiente: Se dirigió a su oración, y fue esta: Mi Señor y mi Dios, esperanza y redentor y líder y guía en todos los países, se con todos los que te sirven, y guíame este día a cómo voy a ti. No dejes que nadie tome mi alma la cual yo he comprometido con ti: no permitas que los publicanos me vean, y no dejes que los exactores me acusen falsamente (juga el adulador conmigo). No dejes que la serpiente me vea, y no dejes que los hijos del dragón me silben a mí. He aquí, Señor, he cumplido tu obra y he perfeccionado tu mandamiento. Me he convertido en un esclavo; por lo tanto ahora yo recibo la libertad. ¿Tú, por lo tanto, dame esto y perfeccióname: Y esto yo digo, no porque yo dude, pero que ellos puedan escuchar para quienes sea necesario de escuchar]?
168 Y cuando él había rezado así él les dijo a los soldados: Vengan acá y cumplan con el mandamiento de él que le envió. Y los cuatro se acercaron y lo atravesaron con sus lanzas, y él cayó y murió.
Y todos los hermanos lloraron; y trajeron hermosos trajes y mucho y lino fino, y lo sepultaron en un sepulcro real en el cual los anteriores (primeros) reyes fueron despedidos.
169 Pero Siphor y Iuzanes no se iban hacia abajo a la ciudad, sino que continuaron sentados junto a él todo el día. Y el apóstol Tomás se les apareció a ellos y les dijo: ¿Por qué ustedes están sentados aquí y velan sobre mí? Yo no estoy aquí, pero he subido y recibido todo lo que me prometieron. Pero levántense y váyanse de aquí; porque después de un poco de tiempo, también ustedes se reunirán conmigo.
Pero Misdaeus y Charisius se llevaron a Migdonia y a Tercia y las afligieron profundamente: con todo esto ellas no consentían a su voluntad. Y el apóstol se apareció a ellos y les dijo: No sean engañados: Jesús, el santo, el viviente, deberá rápidamente enviarles ayuda a ustedes. Y Misdaeus y Charisius, cuando se dieron cuenta de que Migdonia y Tercia no les obedecían a ellos, ellas obligaron para vivir de acuerdo a su propio deseo.
Y los hermanos se reunieron y se regocijaron en la gracia del Espíritu Santo: ahora el apóstol Tomás cuando salió del mundo hizo a Siphor un presbítero y a Iuzanes un diácono, cuando subió a la montaña a morir. Y el Señor obró con ellos, y muchos se añadieron a la fe.
170 Ahora bien, sucedió que después de mucho tiempo uno de los hijos de Misdaeus el rey fue herido por un demonio, y nadie lo podía curar, porque el diablo extremamente feroz. Y Misdaeus el rey tomó pensamiento y tristeza: Voy a ir y abrir el sepulcro, y tomar un hueso del apóstol de Dios y lo colgare sobre mí hijo y él será sanado. Pero mientras Misdaeus pensaba en esto, el apóstol Tomás se le apareció y le dijo: ¿Tú no crees en el hombre viviente, y tú creerás en los muertos? sin embargo, no tengas miedo, porque mi Señor Jesucristo tiene compasión de ti y te compadecerá por su bondad.
Y él se fue y abrió el sepulcro, pero no encontró al apóstol allí, por uno de los hermanos se lo había robado y se lo había llevado a Mesopotamia; pero del lugar donde los huesos del apóstol había estado Misdaeus tomó polvo y lo puso sobre el cuello de su hijo, diciendo: Yo creo en ti, Jesucristo, ahora que él me ha dejado el cual molestaba a los hombres y se oponía a ellos para que no te vieran. Y cuando él lo había colgado en su hijo, el muchacho volvió a ser completo.
Misdaeus el rey por lo tanto, también se reunió entre los hermanos, e inclinó su cabeza en las manos de Siphor el sacerdote; y Siphor dijo a los hermanos: Oren ustedes por Misdaeus el rey, que él pueda obtener misericordia de Jesucristo, y que Él no pueda más recordar mal contra él. Todos ellos por lo tanto, de común acuerdo regocijando, hicieron oración por él; y el Señor de Señores, y el Rey de Reyes, le otorgo a Misdaeus también que tuviera esperanza en Él; y él se reunió con la multitud de ellos que habían creído en Cristo, la glorificación del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, cuyo poder y la adoración, ahora y para siempre y el mundo sin fin. Amén.
[U (Y Sir.) termina: Los hechos de Judas Tomás, el apóstol se han completado, los cuales él hizo en la India, cumpliendo el mandamiento del que lo envió. Para quien es la gloria, el mundo sin fin. Amén.]
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