Capítulo 1
1 En el año primero del éxodo de los hijos de Israel de Egipto,
en el tercer mes, el dieciséis de este mes, habló el Señor a
Moisés:
-Sube al monte, donde yo estoy, y te daré dos tablas de piedra
con la ley y los mandamientos, que enseñarás tal como los he
escrito.
2 Subió Moisés al monte del Señor, y su gloria se asentó sobre
el Sinaí, y una nube lo cubrió por seis días. 3 Al séptimo día, el
Señor llamó desde la nube a Moisés, que vio la gloria del Señor
como fuego ardiente en la cima del monte. 4 Moisés
permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches, y el
Señor le mostró lo pasado y lo futuro de la distribución de todos
los días de la ley y la revelación. 5 Dijo:
APOSTASÍA DE ISRAEL
-Presta atención a todo lo que voy a decirte en este monte y
escríbelo en un libro, para que vean sus generaciones que no les
perdonaré el mal que hicieren, descuidando la norma que
establezco hoy entre tú y yo, por siempre, en el monte Sinaí. 6
Ocurrirá, cuando les llegue cualquier castigo, que estas palabras
darán testimonio contra ellos, y caerán en la cuenta de que yo
soy más justo que ellos en todas sus leyes y acciones, y que he
sido con ellos fiel. 7 Tú copia estas palabras que hoy te
comunico, pues conozco su contumacia y dura cerviz desde
antes de traerlos a la tierra que prometí a sus padres, Abrahán,
Isaac y Jacob, cuando dije:
«A vuestra descendencia daré una tierra que mana leche y miel;
comerán, se hartarán», 8 y se volverán a dioses falsos, que no
los salvarán de ninguna tribulación: óigase esta revelación como
testimonio contra ellos.
9 Olvidarán todos mis mandamientos, todo lo que les ordeno; se
irán tras los gentiles, sus abominaciones e ignominias, darán
culto a sus dioses que les servirán de escándalo, tribulación,
dolor y añagaza. 10 Muchos perecerán, serán cogidos y caerán
en manos del enemigo, pues abandonaron mi ley y mis
mandamientos, las festividades de mi alianza, mis sábados, mis
santuarios, que me consagré entre ellos, mi. tabernáculo y mi
templo, el que me santifiqué en la tierra para poner mi nombre
sobre él permanentemente. 11 Se harán túmulos, bosques
sagrados e ídolos, adorando vanamente cada cual al suyo,
sacrificando sus hijos a los demonios y a todas las falsas obras
de sus corazones.
12 Enviare a ellos testigos para exhortar1os, pero no escucharán
e incluso los matarán. Perseguirán a los que estudien la ley, la
abolirán toda y pasarán a obrar mal ante mis ojos. 13 Yo les
ocultaré mi rostro, entregándolos a manos de los gentiles para
ser esclavizados, presos y devorados, y los echaré de la tierra de
Israel, dispersándolos entre las naciones. 14 Olvidarán toda mi
ley, mis mandamientos y mi legislación, equivocando el
novilunio, el sábado, la festividad, el jubileo y la norma. 15
Entonces se volverán a mí de entre las naciones con todo su
corazón, todo su espíritu y toda su fuerza; los congregaré de
entre todas ellas, y me rogarán que vaya a su encuentro. Cuando
me busquen con todo su corazón y todo su espíritu, yo les
mostraré una salvación plena en la justicia. 16 Los convertiré en
vástago recto con todo mi corazón y todo mi espíritu, y vendrán
a ser bendición y no maldición, cabeza y no cola. 17 Construiré
mi templo, y moraré entre ellos; seré su Dios, y ellos serán mi
pueblo verdadera y justamente. 18 No los abandonaré ni
repudiaré, pues yo soy el Señor, su Dios.
INTERCESIÓN DE MOISÉS
19 Entonces Moisés cayó de bruces y oró así:
-Señor y Dios mío, no dejes a tu pueblo y heredad seguir el
extravío de sus corazones, ni los entregues a manos de sus
enemigos gentiles, que los sojuzguen y hagan pecar contra ti. 20
Álcese, Señor, tu misericordia sobre tu pueblo, y créales un
espíritu recto; no los rija el espíritu de Beliar, para acusarlos
luego ante ti, apartándolos de todo sendero justo de modo que
perezcan ante tu faz. 21 Ellos son tu pueblo y heredad que has
librado con tu gran poder de manos de los egipcios. Créales un
corazón puro y un espíritu santo, para que no tropiecen en sus
pecados desde ahora por siempre.
22 Respondió el Señor a Moisés:
-Yo conozco la terquedad de su pensamiento y su dura cerviz:
no escucharán para conocer su pecado y los de sus padres. 23
Pero luego se volverán a mí con toda rectitud, todo corazón y
todo espíritu. Cortaré el prepucio de sus corazones y los de su
descendencia, y les crearé un espíritu santo, purificándolos para
que no se aparten de mí desde ese día por siempre. 24 Su alma
me seguirá a mí y todos mis mandamientos, que serán
restaurados entre ellos: yo seré su padre, y ellos, mis hijos. 25
Serán llamados todos hijos de Dios vivo, y sabrán todos los
ángeles y espíritus que ellos son mis hijos, y yo, su padre recto
y justo y que los amó. 26 Tú escribe todas las palabras que hoy
te comunico en este monte, lo pasado y lo venidero, con la
distribución de los días de la ley y la revelación y de los
septenarios de los jubileos hasta siempre, hasta que yo
descienda y more con ellos por todos los siglos de los siglos.
EL ÁNGEL ESCRIBE LA LEY PARA MOISÉS
27 Dijo entonces al ángel de la faz:
-Escribe a Moisés (lo ocurrido) desde el principio de la creación
hasta que me construyan mi templo entre ellos por los siglos de
los siglos y se muestre el Señor a los ojos de todos y sepan que
yo soy el Dios de Israel, padre de todos los hijos de Jacob, rey
eterno en el monte Sión y sean Sión y Jerusalén santos.
29 Y el ángel de la faz, que marchaba ante los tabernáculos de
Israel tomó las tablas de la distribución de los años desde la
creación las de la ley y la revelación por septenarios y jubileos,
según cada año, en todo el cómputo anual de los jubileos, desde
el día de la creación hasta que se renueven los cielos y la tierra y
toda su estructura de acuerdo con las potencias celestiales, hasta
que se cree el templo del Señor en Jerusalén, en el monte Sion,
y todas las luminarias se renueven para remedio, salvación y
bendición de todos los elegidos de Israel, y sea así desde ese día
por siempre en la tierra.
Capítulo 2
LA CREACIÓN
1 Dijo el ángel de la faz a Moisés, por orden del Señor:
-Escribe toda la narración de la creación: cómo en seis días
terminó el Señor Dios toda su obra y lo que había creado, cómo
descansó el día séptimo, santificándolo por toda la eternidad y
estableciéndolo como señal de toda su obra.
2 En el primer día creó el cielo superior, la tierra, las aguas,
todos los espíritus que ante el sirven, los ángeles de la faz, los
ángeles santos, los del viento de fuego, los ángeles de la
atmósfera respirable, los ángeles del viento de niebla, de
tiniebla, granizo, nieve y escarcha, los ángeles del trueno y los
relámpagos, los ángeles de los vientos de hielo y calor, de
invierno, primavera, verano y otoño, y todos los vientos de la
obra de cielos y tierra, los abismos, la tiniebla [el atardecer y la
noche], la luz, la aurora y el crepúsculo, que él preparó con la
sabiduría de su corazón.
3 Entonces vimos su obra, y lo bendijimos y alabamos en su
presencia a causa de toda ella, pues había hecho siete grandes
obras en el primer día.
4 En el segundo día hizo el firmamento entre aguas,
dividiéndose éstas en aquel día: la mitad subió a lo alto, y la otra
mitad descendió bajo el firmamento, sobre la superficie de la
tierra. Sólo esta obra hizo en el segundo día.
5 En el tercer día dijo a las aguas:
-Trasládense de la superficie de toda la tierra a un lugar, y
muéstrese la tierra firme.
6 Así lo hicieron, tal como les ordenó. Se retiraron de la faz de
la tierra a un lugar, fuera de este firmamento, de modo que
apareció la tierra firme. 7 En aquel día creó todos los mares en
cada lugar de confluencia, todos los ríos y cursos de agua en los
montes y en toda la tierra, todos los estanques y todo el rocío,
las semillas para la siembra y todo lo que germina, los árboles
frutales, los bosques y el Jardín del Edén de las delicias y todo:
estas cuatro grandes obras hizo en el día tercero.
8 En el cuarto día hizo el sol, la luna y las estrellas. Los colocó
en la bóveda celeste para que iluminaran toda la tierra,
gobernaran el día y la noche, y separaran la tiniebla y la luz. 9
El Señor puso el sol sobre la tierra como gran señal de días,
semanas, meses, festividades, años, septenarios, jubileos y todas
las estaciones. 10 Separa la luz de la tiniebla y es la salud por la
que prospera cuanto germina y crece sobre la tierra. Estas tres
especies hizo en el día cuarto.
11 En el día quinto creó los grandes cetáceos en los abismos
acuáticos, pues éstos fueron los primeros seres carnales hechos
por sus manos, los peces y cuanto se mueve en el agua y todo lo
que vuela: las aves y todas sus especies. 12 El sol salió sobre
ellos para su salud y sobre cuanto había en la tierra, cuanto de
ella germinaba, todos los árboles frutales y todo ser carnal.
Estas tres especies hizo el quinto día.
13 El día sexto hizo todas las bestias terrestres, todos los
animales y reptiles 14 y, después de todo esto, hizo al hombre.
Varón y mujer los hizo, dándoles poder sobre cuanto hay en la
tierra y en los mares, sobre los volátiles, sobre toda bestia,
animal y reptil: sobre toda la tierra y sobre todos éstos le dio
poder. Estas cuatro especies hizo en el día sexto, 15 alcanzando
un total de veintidós especies. 16 Acabó su obra el día sexto,
todo lo que hay en los cielos y la tierra, en los mares y los
abismos, en la luz y la tiniebla y en todo.
Institución del Shabat