La Creación e Historia Antediluviana , EL Libro de los Jubileos

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Capítulo 1
1 En el año primero del éxodo de los hijos de Israel de Egipto,
en el tercer mes, el dieciséis de este mes, habló el Señor a
Moisés:
-Sube al monte, donde yo estoy, y te daré dos tablas de piedra
con la ley y los mandamientos, que enseñarás tal como los he
escrito.
2 Subió Moisés al monte del Señor, y su gloria se asentó sobre
el Sinaí, y una nube lo cubrió por seis días. 3 Al séptimo día, el
Señor llamó desde la nube a Moisés, que vio la gloria del Señor
como fuego ardiente en la cima del monte. 4 Moisés
permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches, y el
Señor le mostró lo pasado y lo futuro de la distribución de todos
los días de la ley y la revelación. 5 Dijo:
APOSTASÍA DE ISRAEL
-Presta atención a todo lo que voy a decirte en este monte y
escríbelo en un libro, para que vean sus generaciones que no les
perdonaré el mal que hicieren, descuidando la norma que
establezco hoy entre tú y yo, por siempre, en el monte Sinaí. 6
Ocurrirá, cuando les llegue cualquier castigo, que estas palabras
darán testimonio contra ellos, y caerán en la cuenta de que yo
soy más justo que ellos en todas sus leyes y acciones, y que he
sido con ellos fiel. 7 Tú copia estas palabras que hoy te
comunico, pues conozco su contumacia y dura cerviz desde
antes de traerlos a la tierra que prometí a sus padres, Abrahán,
Isaac y Jacob, cuando dije:
«A vuestra descendencia daré una tierra que mana leche y miel;
comerán, se hartarán», 8 y se volverán a dioses falsos, que no
los salvarán de ninguna tribulación: óigase esta revelación como
testimonio contra ellos.
9 Olvidarán todos mis mandamientos, todo lo que les ordeno; se
irán tras los gentiles, sus abominaciones e ignominias, darán
culto a sus dioses que les servirán de escándalo, tribulación,
dolor y añagaza. 10 Muchos perecerán, serán cogidos y caerán
en manos del enemigo, pues abandonaron mi ley y mis
mandamientos, las festividades de mi alianza, mis sábados, mis
santuarios, que me consagré entre ellos, mi. tabernáculo y mi
templo, el que me santifiqué en la tierra para poner mi nombre
sobre él permanentemente. 11 Se harán túmulos, bosques
sagrados e ídolos, adorando vanamente cada cual al suyo,
sacrificando sus hijos a los demonios y a todas las falsas obras
de sus corazones.
12 Enviare a ellos testigos para exhortar1os, pero no escucharán
e incluso los matarán. Perseguirán a los que estudien la ley, la
abolirán toda y pasarán a obrar mal ante mis ojos. 13 Yo les
ocultaré mi rostro, entregándolos a manos de los gentiles para
ser esclavizados, presos y devorados, y los echaré de la tierra de
Israel, dispersándolos entre las naciones. 14 Olvidarán toda mi
ley, mis mandamientos y mi legislación, equivocando el
novilunio, el sábado, la festividad, el jubileo y la norma. 15
Entonces se volverán a mí de entre las naciones con todo su
corazón, todo su espíritu y toda su fuerza; los congregaré de
entre todas ellas, y me rogarán que vaya a su encuentro. Cuando
me busquen con todo su corazón y todo su espíritu, yo les
mostraré una salvación plena en la justicia. 16 Los convertiré en
vástago recto con todo mi corazón y todo mi espíritu, y vendrán
a ser bendición y no maldición, cabeza y no cola. 17 Construiré
mi templo, y moraré entre ellos; seré su Dios, y ellos serán mi
pueblo verdadera y justamente. 18 No los abandonaré ni
repudiaré, pues yo soy el Señor, su Dios.
INTERCESIÓN DE MOISÉS
19 Entonces Moisés cayó de bruces y oró así:
-Señor y Dios mío, no dejes a tu pueblo y heredad seguir el
extravío de sus corazones, ni los entregues a manos de sus
enemigos gentiles, que los sojuzguen y hagan pecar contra ti. 20
Álcese, Señor, tu misericordia sobre tu pueblo, y créales un
espíritu recto; no los rija el espíritu de Beliar, para acusarlos
luego ante ti, apartándolos de todo sendero justo de modo que
perezcan ante tu faz. 21 Ellos son tu pueblo y heredad que has 
librado con tu gran poder de manos de los egipcios. Créales un
corazón puro y un espíritu santo, para que no tropiecen en sus
pecados desde ahora por siempre.
22 Respondió el Señor a Moisés:
-Yo conozco la terquedad de su pensamiento y su dura cerviz:
no escucharán para conocer su pecado y los de sus padres. 23
Pero luego se volverán a mí con toda rectitud, todo corazón y
todo espíritu. Cortaré el prepucio de sus corazones y los de su
descendencia, y les crearé un espíritu santo, purificándolos para
que no se aparten de mí desde ese día por siempre. 24 Su alma
me seguirá a mí y todos mis mandamientos, que serán
restaurados entre ellos: yo seré su padre, y ellos, mis hijos. 25
Serán llamados todos hijos de Dios vivo, y sabrán todos los
ángeles y espíritus que ellos son mis hijos, y yo, su padre recto
y justo y que los amó. 26 Tú escribe todas las palabras que hoy
te comunico en este monte, lo pasado y lo venidero, con la
distribución de los días de la ley y la revelación y de los
septenarios de los jubileos hasta siempre, hasta que yo
descienda y more con ellos por todos los siglos de los siglos.
EL ÁNGEL ESCRIBE LA LEY PARA MOISÉS
27 Dijo entonces al ángel de la faz:
-Escribe a Moisés (lo ocurrido) desde el principio de la creación
hasta que me construyan mi templo entre ellos por los siglos de
los siglos y se muestre el Señor a los ojos de todos y sepan que
yo soy el Dios de Israel, padre de todos los hijos de Jacob, rey
eterno en el monte Sión y sean Sión y Jerusalén santos.
29 Y el ángel de la faz, que marchaba ante los tabernáculos de
Israel tomó las tablas de la distribución de los años desde la
creación las de la ley y la revelación por septenarios y jubileos,
según cada año, en todo el cómputo anual de los jubileos, desde
el día de la creación hasta que se renueven los cielos y la tierra y
toda su estructura de acuerdo con las potencias celestiales, hasta
que se cree el templo del Señor en Jerusalén, en el monte Sion,
y todas las luminarias se renueven para remedio, salvación y
bendición de todos los elegidos de Israel, y sea así desde ese día
por siempre en la tierra.
Capítulo 2
LA CREACIÓN
1 Dijo el ángel de la faz a Moisés, por orden del Señor:
-Escribe toda la narración de la creación: cómo en seis días
terminó el Señor Dios toda su obra y lo que había creado, cómo
descansó el día séptimo, santificándolo por toda la eternidad y
estableciéndolo como señal de toda su obra.
2 En el primer día creó el cielo superior, la tierra, las aguas,
todos los espíritus que ante el sirven, los ángeles de la faz, los
ángeles santos, los del viento de fuego, los ángeles de la
atmósfera respirable, los ángeles del viento de niebla, de
tiniebla, granizo, nieve y escarcha, los ángeles del trueno y los
relámpagos, los ángeles de los vientos de hielo y calor, de
invierno, primavera, verano y otoño, y todos los vientos de la
obra de cielos y tierra, los abismos, la tiniebla [el atardecer y la
noche], la luz, la aurora y el crepúsculo, que él preparó con la
sabiduría de su corazón.
3 Entonces vimos su obra, y lo bendijimos y alabamos en su
presencia a causa de toda ella, pues había hecho siete grandes
obras en el primer día.
4 En el segundo día hizo el firmamento entre aguas,
dividiéndose éstas en aquel día: la mitad subió a lo alto, y la otra
mitad descendió bajo el firmamento, sobre la superficie de la
tierra. Sólo esta obra hizo en el segundo día.
5 En el tercer día dijo a las aguas:
-Trasládense de la superficie de toda la tierra a un lugar, y
muéstrese la tierra firme.
6 Así lo hicieron, tal como les ordenó. Se retiraron de la faz de
la tierra a un lugar, fuera de este firmamento, de modo que
apareció la tierra firme. 7 En aquel día creó todos los mares en
cada lugar de confluencia, todos los ríos y cursos de agua en los
montes y en toda la tierra, todos los estanques y todo el rocío,
las semillas para la siembra y todo lo que germina, los árboles
frutales, los bosques y el Jardín del Edén de las delicias y todo:
estas cuatro grandes obras hizo en el día tercero.
8 En el cuarto día hizo el sol, la luna y las estrellas. Los colocó
en la bóveda celeste para que iluminaran toda la tierra,
gobernaran el día y la noche, y separaran la tiniebla y la luz. 9
El Señor puso el sol sobre la tierra como gran señal de días,
semanas, meses, festividades, años, septenarios, jubileos y todas
las estaciones. 10 Separa la luz de la tiniebla y es la salud por la
que prospera cuanto germina y crece sobre la tierra. Estas tres
especies hizo en el día cuarto.
11 En el día quinto creó los grandes cetáceos en los abismos
acuáticos, pues éstos fueron los primeros seres carnales hechos 
por sus manos, los peces y cuanto se mueve en el agua y todo lo
que vuela: las aves y todas sus especies. 12 El sol salió sobre
ellos para su salud y sobre cuanto había en la tierra, cuanto de
ella germinaba, todos los árboles frutales y todo ser carnal.
Estas tres especies hizo el quinto día.
13 El día sexto hizo todas las bestias terrestres, todos los
animales y reptiles 14 y, después de todo esto, hizo al hombre.
Varón y mujer los hizo, dándoles poder sobre cuanto hay en la
tierra y en los mares, sobre los volátiles, sobre toda bestia,
animal y reptil: sobre toda la tierra y sobre todos éstos le dio
poder. Estas cuatro especies hizo en el día sexto, 15 alcanzando
un total de veintidós especies. 16 Acabó su obra el día sexto,
todo lo que hay en los cielos y la tierra, en los mares y los
abismos, en la luz y la tiniebla y en todo.
Institución del Shabat
17 El Señor nos dio como gran señal el día del shabat, para que
trabajemos durante seis días y descansemos el séptimo de todo
trabajo. 18 A todos los ángeles de la faz y a todos los ángeles
santos, estas dos grandes clases, nos ordenó que descansáramos
con él en el cielo y la tierra, 19 y nos dijo:
-Me escogeré un pueblo entre todos los pueblos. También ellos
observarán el shabat, los consagraré como mi pueblo y los
bendeciré. Como santifiqué el día del shabat, así me los
santificaré y bendeciré; serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 20
He escogido a la estirpe de Jacob de cuantos he visto, y me lo
he designado como hijo primogénito, santificándomelo por toda 
la eternidad: les enseñaré el shabat, para que en él descansen de
todo trabajo.
21 Ese día lo creó el Señor como señal para que también ellos
descansen con nosotros en el día séptimo. Que coman, beban y
bendigan al que creó todo, así como bendijo y santificó para sí a
un pueblo que sobresale por encima de todos los pueblos, para
que observe el shabat juntamente con nosotros. 22 y su voluntad
dispuso que ascendiera buen aroma aceptable ante él siempre.
23 Veintidós patriarcas hay de Adán a Jacob, y veintidós
especies de obras fueron hechas hasta el día séptimo: éste es
bendito y santo, y aquél también es bendito y santo. Uno y otro
existen para santidad y bendición, 24 y a éste le fue dado ser
santificado y bendito como lo fue el séptimo día en todos los
días benditos y santos de la revelación y ley primera.
25 El Señor creó los cielos y la tierra, y todo lo que creó lo
realizó en seis días, e hizo el día séptimo santo para toda su
obra. Por eso ordenó que todo el que en él haga cualquier
trabajo muera, y quien lo profane muera ciertamente.
26 Ordena tú a los hijos de Israel que guarden este día,
santificándolo y no haciendo en él ningún trabajo; que no lo
profanen, pues es más santo que todos los demás días. 27 Todo
el que lo mancille muera sin remedio. Quien haga en él
cualquier trabajo muera por siempre, de modo que los hijos de
Israel guarden este día por todas sus generaciones y no sean
desarraigados de la tierra, pues es un día santo y bendito. 28
Todo hombre que lo guarde y descanse en él de todo trabajo
será siempre santo y bendito como nosotros. 29 Comunica a los
hijos de Israel la sentencia sobre este día: que descansen en él y 
no lo descuiden por error de sus corazones no sea que se hagan
en él acciones que no deban ser, obrando en él conforme a su
propia voluntad. Que no preparen en él nada que vayan a comer
o beber, ni saquen agua, ni metan o saquen cualquier objeto
transportable por sus puertas que ellos no hubiesen dejado
preparado para hacer en sus moradas el día sexto. 30 No metan
ni saquen nada de casa a casa en ese día, pues es más santo y
bendito que todos los días jubilares.
En él descansamos en los cielos desde antes de que se enseñara
a todo mortal en la tierra a descansar en él. 31 El Creador de
todo bendijo el shabat, pero no santificó a todo pueblo y nación
con su observancia, sino sólo a Israel: sólo a él lo dio para que
coman, beban y descansen sobre la tierra. 32 El Creador de todo
dispuso este día para bendición, santidad y gloria, entre todos
los días. 33 Esta ley y revelación fue dada a los hijos de Israel
como ley eterna para todas sus generaciones.
Capítulo 3
1 En los seis días de la segunda semana llevamos a Adán, por
orden del Señor, todas las bestias, animales, aves, reptiles y
seres acuáticos, según sus especies y formas. En el primer día, a
las bestias; a los animales, en el segundo; a las aves, en el
tercero; a todos los reptiles, en el cuarto a los seres acuáticos, en
el quinto. 2 Adán dio nombre a cada uno: tal como los llamó,
así fue su nombre. 3 En estos cinco días estuvo viendo Adán
que todos ellos, toda especie de la tierra, eran macho y hembra,
mientras él estaba solo y no hallaba compañero semejante a él
que le ayudase. 4 El Señor nos dijo:
CREACIÓN DE EVA. PURIFICACIONES DE LA MUJER
-No es bueno que esté el hombre solo: hagámosle un auxiliar
como él.
5 Y el Señor nuestro Dios, le infundió un sopor, de manera que
se durmió. Tomó para formar a la mujer uno de sus huesos. Y
así lo hizo: aquella costilla es el origen de la mujer. Y arregló
con carne su lugar tras formar a la mujer.
6 El Señor despertó a Adán de su sueño. Este se levantó, en el
día sexto, y Dios le trajo su mujer. Adán la vio y exclamó:
-Esto es, pues, hueso de mi hueso y carne de mi carne: ésta será
llamada hembra, pues de hombre fue tomada. 7 Por esto serán el
hombre y la mujer uno; por esto dejará el hombre a su padre y a
su madre, se unirá a la mujer, y serán una sola carne.
8 En la primera semana fue creado Adán y la costilla que habría
de ser su mujer; en la segunda semana se la mostró: por eso se
dio orden de guardar una semana por varón, y dos por hembra,
en la impureza de ellas.
9 Cuando Adán hubo pasado cuarenta días en la tierra donde fue
creado, lo llevamos al Jardín del Edén, para que lo labrara y
guardara, y a su mujer, a los ochenta días, tras los cuales entró
en el Jardín del Edén.
Por esto se escribió un mandamiento en las tablas celestiales
sobre la parturienta: «Si da a luz un varón, permanecerá en su
impureza una semana, los siete días primeros, y treinta y tres
días luego en sangre de purificación, sin tocar nada sagrado, ni
entrar en el templo, hasta que se cumplan estos días por varón.
11 Y por hembra, permanecerá en su impureza dos semanas, los 
catorce primeros días, y sesenta y seis días luego en sangre de
purificación, siendo el total ochenta días». 12 Tras cumplir estos
ochenta días la hicimos entrar en el Jardín del Edén, pues es
más santo que toda la tierra, y todos los árboles en él plantados
son santos.
13 Por eso se fijó a la que pare varón y hembra su norma de
estos días:
-«No toque nada sagrado ni entre en el templo hasta cumplirse
estos días por el varón y por la hembra». 14 Esta es la ley y
revelación que fue escrita a los hijos de Israel: guárdenla
perpetuamente.
EL PARAÍSO
15 Durante el primer septenario del primer jubileo estuvieron
Adán y su mujer en el Jardín del Edén, labrando y guardándolo,
pues le dimos labor y le enseñábamos a hacer cuanto es propio
del trabajo. 16 Estuvo trabajando desnudo, sin darse cuenta ni
avergonzarse, guardando el jardín de las aves, las bestias y los
animales, recogiendo sus frutos, comiendo y dejando un resto
para él y su mujer: dejaba lo que había de guardarse.
LA TENTACIÓN
17 Al final de los siete años que pasó allí, siete años exactos, el
diecisiete del segundo mes, llegó la serpiente, se acercó a la
mujer y le dijo:
-¿El Señor os ha ordenado no comer ningún fruto de los árboles
del jardín?
18 Ella respondió:
-De todos los frutos de los árboles del jardín nos ha dicho el
Señor:
«Comed»; pero del fruto del árbol que está en medio del jardín
nos ha dicho: «No comáis, ni lo toquéis, no sea que muráis».
19 Dijo la serpiente a la mujer:
-No es que vayáis a morir, sino que sabe el Señor que, el día en
que comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses,
conociendo el bien y el mal.
20 Viendo la mujer que el árbol era placentero y agradable a la
vista, y sus frutos buenos de comer, tomó de ellos y comió. 21
Luego cubrió sus partes verendas con hojas tempranas de
higuera y dio a Adán, que comió, abriéndosele los ojos y viendo
que estaba desnudo. 22 Cogió, entonces, hojas de higuera y,
cosiéndoselas, se hizo un ceñidor y cubrió sus vergüenzas.
23 El Señor maldijo a la serpiente y se enojó con ella
perpetuamente.
También se enojó contra la mujer, pues había escuchado la voz
de la serpiente y comido. Le dijo:
24 -Ciertamente multiplicaré tus dolores y congojas: con dolor
parirás hijos, de tu marido dependerás, y él te gobernará.
25 y a Adán le dijo:
-Porque has escuchado la voz de tu mujer y has comido de este
árbol, del que te ordené no comer, será maldita la tierra por tu
causa, produciéndote espinas y abrojos. Y comerás tu pan con el
sudor de tu rostro, hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste
tomado, pues tierra eres y a la tierra volverás.
EXPULSIÓN DEL EDÉN
26 Luego les hizo vestidos de piel, se los puso y los echó del
Jardín del Edén. 27 Y el día en que salió del Jardín, ofreció
Adán un buen aroma, aroma de incienso, gálbano, mirra y
nardo, por la mañana cuando salía el sol, el día en que cubrió
sus vergüenzas. 28 En aquel día quedaron mudas las bocas de
todas las bestias, animales, pájaros, sabandijas y reptiles, pues
hablaban todos, unos con otros, en un mismo lenguaje e idioma.
29 Dios expulsó del Jardín del Edén a todo mortal que allí
había: todos fueron dispersados, según sus especies y
naturaleza, hacia e11ugar que se les había creado. 30 Pero sólo
a Adán permitió cubrir sus vergüenzas entre todas las bestias y
animales. 31 Por eso fue ordenado en las tablas celestiales a
cuantos conocen el temor de la ley que cubran sus vergüenzas y
no se descubran, como hacen los gentiles. 32 A primeros del
cuarto mes salieron Adán y su mujer del Jardín del Edén y
moraron en la tierra de Elda, su país de origen. 33 Adán puso a
su mujer el nombre de Eva. 34 No tuvieron hijos durante el 
primer jubileo, tras el cua1 1a conoció. 35 Y él trabajaba la
tierra como había aprendido en el Jardín del Edén.
CAÍN Y ABEL
Capítulo 4
1 En el tercer septenario del segundo jubileo, parió Eva a Caín,
y en el cuarto a Abel, y en el quinto a su hija Awan. 2 A
comienzos del tercer jubileo, Caín mató a Abel, porque Dios
aceptaba la ofrenda de sus manos, pero no su sacrificio. 3 Lo
mató en el campo, y su sangre clamó de la tierra al cielo,
quejándose por el muerto. 4 El Señor reprendió a Caín a causa
de Abel, por haberlo matado. Lo hizo errante sobre la tierra a
causa de la sangre de su hermano y lo maldijo. 5 Por eso se
escribió en las tablas celestiales: «Maldito sea quien hiera a otro
con maldad». Y dijeron cuantos lo vieron y oyeron: «Así sea; y
el hombre que lo vea y no lo diga, sea también maldito». 6 Por
eso vamos a comunicar al Señor, nuestro Dios, todo pecado que
haya en el cielo y la tierra, en luz y tiniebla, y en todo. 7 Adán y
su mujer estuvieron en duelo por Abel cuatro septenarios. Pero
al cuarto año del quinto septenario se alegraron, y conoció
nuevamente a su mujer, que le parió un hijo al que puso de
nombre Set, pues dijo: «Nos ha suscitado el Señor otra semilla
sobre la tierra, en lugar de Abel, ya que lo mató Caín». 8 En el
sexto septenario engendro a su hija Azura. 9 Caín tomó por
mujer a su hermana Awan, que le parió a Henoc al final del
cuarto jubileo. En el año primero del primer septenario del
quinto jubileo se construyeron casas en la tierra, y Caín
construyó una ciudad a la que dio el nombre de su hijo Henoc.
OTROS HIJOS DE ADÁN Y EVA
10 Adán conoció a Eva, su mujer, que le parió todavía nueve
hijos.
11 En el quinto septenario del quinto jubileo tomó Set a su
hermana Azura como mujer, y en el cuarto le parió a Enós. 12
Este fue el primero en invocar el nombre de Dios sobre la tierra.
13 En el séptimo jubileo, en el tercer septenario, tomó Enós a su
hermana Noam por mujer, la cual le parió un hijo en el año
tercero del quinto septenario, al que llamó Cainán. 14 Al
concluir el octavo jubileo, Cainán tomó por mujer a su hermana
Mualet, que le parió un hijo en el noveno jubileo, en el primer
septenario, en el tercer año, al cual llamó Malaleel. 15 En el
segundo septenario décimo jubileo, Malaleel tomó por mujer
suya a Dina, hija de Baraquiel, prima suya. Esta le parió un hijo
en el tercer septenario, en el año sexto, al que llamó de nombre
Jared, pues en sus días bajaron los ángeles del Señor a la tierra,
los llamados «custodios», a enseñar al género humano a hacer
leyes y justicia sobre la tierra.
16 En el jubileo undécimo, en el cuarto septenario, Jared tomó
por esposa a una mujer llamada Baraca, hija de Rasuel, prima
suya, quien le parió un hijo en el quinto septenario, en el año
cuarto, del jubileo, al que puso de nombre Henoc. 17 Este fue el
primero del género humano nacido sobre la tierra que aprendió
la escritura, la doctrina y la sabiduría, y escribió en un libro las
señales del cielo, según el orden de sus meses, para que
conocieran los hombres las estaciones de los años, según su
orden, por sus meses. 18 Él fue el primero que escribió una
revelación y dio testimonio al género humano en la estirpe
terrenal. Narró los septenarios de los jubileos, dio a conocer los 
días de los años, estableció los meses y refirió las semanas de
años, como le mostramos. 19 Vio en visión nocturna, en sueño,
lo acontecido y lo que sucederá, y qué ocurrirá al género
humano en sus generaciones hasta el día del juicio. Vio y
conoció todo, y escribió su testimonio, dejándolo como tal sobre
la tierra para todo el género humano y sus generaciones. 20 Y
en el duodécimo jubileo, en su séptimo septenario, tomó por
esposa a una mujer llamada Edni, hija de Daniel, su prima, que
en el año sexto, en este septenario, le parió un hijo, al que llamó
Matusalén.
HENOC
21 Henoc estuvo con los ángeles del Señor seis años jubilares.
Ellos le mostraron cuanto hay en la tierra, en los cielos y el
poder del sol, y lo escribió todo. 22 Exhortó a los «custodios»
que habían prevaricado con las hijas de los hombres, pues
habían comenzado a unirse con las hijas de la tierra, cometiendo
abominación, y dio testimonio contra todos ellos.
23 Fue elevado de entre los hijos del género humano, y lo
enviamos al Jardín del Edén para gloria y honor. Y allí esta,
escribiendo sentencia y juicio eternos y toda la maldad de los
hijos de los hombres.24 Por ello hizo el Señor llegar el agua del
diluvio sobre toda la tierra del Edén, pues allí fue puesto él
como señal y para que diera testimonio contra todos los hijos de
los hombres, narrando todas sus acciones hasta el día del juicio.
25 Y él quemó aromas del templo, agradables al Señor, en el
monte meridional.
26 Pues cuatro sitios en la tierra son del Señor: el Jardín del
Edén, el monte oriental, este monte en que estás hoy, el monte
Sinaí, y el monte Sión, que será santificado en la nueva creación
para santidad de la tierra. A causa de éste será santificada la
tierra de toda iniquidad e Impureza para siempre.
MUERTE DE ADÁN Y CAÍN
27 En el jubileo decimocuarto tomó Matusalén por esposa a
Edna, hija de Ezrael, su prima, en el tercer septenario, en el año
primero de aquél, y engendró un hijo al que llamó Lamec. 28 En
el Jubileo decimoquinto, en el tercer septenario, tomó por
esposa Lamec, a una mujer llamada Betenos, hija de Baraquiel,
su prima. Esta le parió un hijo en este septenario, al que llamó
Noé, pues se dijo: «Este me consolará de todo mi pesar y todo
mi trabajo, así como de la tierra que maldijo el Señor.
29 Al concluir el jubileo decimonono, en el séptimo septenario,
en el año sexto, murió Adán y lo sepultaron todos sus hijos en la
tierra de su origen.
Él fue el primero que recibió sepultura en la tierra, 30 faltándole
setenta años para los mil, pues mil años son como un día en la
revelación celestial. Por eso se escribió acerca del árbol de la
ciencia: «En el día en que comáis de él, moriréis»; por eso no
cumplió los años de este día, pues en él murió.
31 Un año tras él, al concluir este jubileo, murió Caín. Le cayó
su casa encima, y pereció en ella muerto por sus piedras, pues
con piedra había asesinado a Abel, y con piedra fue muerto en
justa sentencia. 32 Por eso se legisló en las tablas celestiales:
«Con el instrumento con que matare un hombre a otro, sea 
muerto, y como lo hubiere herido, así harán con él». 33 Y en el
jubileo vigésimo quinto, tomó Noé por esposa a una mujer de
nombre Emzara, hija de Baraquiel, su prima, en el año primero
del quinto septenario. En el año tercero le parió a Sem, en el
quinto a Cam y en el año primero del sexto septenario le parió a
Jafet.
CORRUPCIÓN DE LA CREACIÓN Y ANUNCIO DEL
CASTIGO
Capítulo 5
1 Cuando los hijos de los hombres comenzaron a multiplicarse
sobre la faz de la tierra y tuvieron hijas, vieron los ángeles del
Señor, en un año de este jubileo, que eran hermosas de aspecto.
Tomaron por mujeres a las que eligieron entre ellas, y les
parieron hijos, que fueron los gigantes.
2 Creció entonces la iniquidad sobre la tierra, y todos los
mortales corrompieron su conducta, desde los hombres hasta los
animales, bestias, aves y reptiles. Todos corrompieron su
conducta y norma, empezaron a devorarse mutuamente, creció
la iniquidad sobre la tierra y los pensamientos conscientes de
todos los hijos de los hombres eran malvados siempre.
3 Miró entonces el Señor a la tierra, y he aquí que todo estaba
corrompido, que todo mortal había desviado su norma, y que
todos cuantos había en la tierra hacían mal ante sus ojos. 4 Y
dijo:
-Destruiré al hombre y a todos los mortales sobre la faz de la
tierra que creé.
5 Sólo Noé halló gracia ante los ojos del Señor. 6 Se enojó
sobremanera con los ángeles que había enviado a la tierra,
despojándolos de todo su poder, y nos ordenó atarlos en los
abismos de la tierra, donde están presos y abandonados. 7 Y
contra sus hijos emanó sentencia de herirlos con espada y
hacerlos desaparecer de bajo el cielo. 8 Dijo:
-No permanecerá mi espíritu sobre los hombres eternamente,
pues carne son: sean sus días ciento veinte años. 9 y envió entre
ellos su espada para que se matasen unos a otros.
Este comenzó a matar a aquél, hasta que todos cayeron por la
espada y desaparecieron de la tierra 10 a la vista de sus padres,
quienes fueron encarcelados luego en los abismos de la tierra
hasta el gran día del juicio, para que sea firme la sentencia
contra todos los que corrompieron su conducta y sus acciones
ante el Señor. 11 A todos los barrió de su lugar, y no quedó uno
de ellos a quien no condenara por su maldad. 12 Hizo para toda
su obra una nueva y justa creación, para que no prevaricaran
nunca y fueran justos, cada uno en su especie, por siempre. 13
El juicio de todos quedó establecido y escrito en las tablas
celestiales, sin injusticia: a cuantos transgredieran la conducta
que les había sido asignado seguir les quedó escrita la sentencia,
a cada naturaleza y a cada especie. 14 Nada hay en los cielos y
en la tierra, en la luz y en las tinieblas, en el seol, el abismo y lo
oscuro, cuyo juicio no esté establecido, escrito y grabado.
15 Hay sentencia acerca de todo, pequeño y grande; lo grande
según su magnitud, y lo pequeño según su pequeñez: juzgará a
cada uno según su conducta. 16 No es él aceptador de personas
ni ansioso de regalos: si falla, ejecuta la sentencia a cualquiera.
Aunque le ofrezcan cuanto hay en la tierra, no aceptará 
cohecho, ni hará acepción de personas, ni recibirá nada de su
mano, pues es justo juez. 17 A los hijos de Israel les ha sido
escrito y establecido que, si vuelven a él con justicia, les
perdonará toda su culpa y absolverá de todos sus pecados; 18
escrito y establecido está que tendrá misericordia de cuantos se
arrepientan de todos sus errores una vez al año.
EL DILUVIO
19 De cuantos habían corrompido su conducta y juicio antes del
diluvio no aceptó más que a Noé. Lo aceptó por sus hijos, a los
que salvó de las aguas del diluvio por él; justo era aquel corazón
en todo su proceder respecto a lo que le fue ordenado, y nada
transgredió que le estuviera establecido. 20 Dijo el Señor que
destruiría cuanto había sobre el suelo, desde el hombre hasta los
animales y bestias, aves del cielo y reptiles, 21 y mandó a Noé
que se hiciera un arca para salvarlo de las aguas del diluvio. 22
Noé la construyó según le ordenó, en el jubileo vigésimo
séptimo, en el quinto septenario, en el quinto año. 23 Y entró en
ella en el año sexto, en el segundo mes, a primeros de este mes:
hasta el dieciséis estuvieron entrando él y cuanto le hicimos
meter en el arca, y el Señor la cerró por fuera el diecisiete por la
tarde. 24 Abrió el Señor las siete cataratas del cielo y las bocas
de las fuentes del gran abismo en número de siete bocas. 25
Comenzaron las cataratas a soltar agua desde el cielo, cuarenta
días y cuarenta noches, y también las fuentes del abismo
hicieron subir agua desde abajo, hasta llenarse todo el mundo de
líquido. 26 El agua creció sobre la tierra, elevándose quince
codos por encima de todos los altos montes. El arca se elevó
también sobre la tierra y flotaba sobre la faz de las aguas.
27 El agua permaneció sobre la faz de la tierra cinco meses, que
son ciento cincuenta días, 28 y el arca fue a parar sobre la cima
del Lubar, uno de los montes Ararat. 29 En el cuarto mes se
cerraron las fuentes del gran abismo, y las cataratas del cielo
quedaron retenidas; a comienzos del séptimo mes, se abrieron
todas las bocas de las simas de la tierra, y el agua comenzó a
descender al abismo inferior. 30 A primeros del décimo mes
aparecieron las cimas de los montes, y a primeros del primer
mes apareció la tierra. 31 Las aguas se secaron sobre la tierra en
el quinto septenario, en su año séptimo; el diecisiete del
segundo mes se secó la tierra, 32 y en el veintisiete, abrió el
arca y sacó de su interior a las bestias, animales, pájaros y
reptiles.
ALIANZA DE DIOS CON NOÉ
Capítulo 6
1 A primeros del tercer mes, salió del arca y construyó un altar
en aquel monte. 2 Mostrándose sobre la tierra, tomó un cabrito
y expió con su sangre todo el pecado de la tierra, pues había
perecido cuanto en ella hubo, salvo lo que estaba en el arca con
Noé. 3 Ofreció la grasa sobre el altar y, tomando un buey, un
cordero, una oveja, cabritos, sal, tórtolas y palominos, ofreció
un holocausto en el altar. Echó sobre ello una ofrenda de masa
de harina con aceite, hizo una libación de vino y derramó
encima de todo incienso, haciendo elevarse un buen aroma,
grato ante el Señor.
4 Aspiró el Señor el buen aroma e hizo con él un pacto para que
no hubiera sobre la tierra diluvio que la destruyese:
-En todos los días de la tierra no faltará sementera y mies, frío y
calor, verano e invierno; el día y la noche no cambiarán su
norma ni faltarán jamás. 5 Creced y multiplicaos en la tierra,
aumentad en número y servidle de bendición. Os haré temidos y
terribles a cuantos hay en ella y en el mar. 6 Os otorgo todas las
bestias, los animales volátiles, réptiles de la tierra y los peces en
las aguas, todos, como alimento. También os concedo las
verduras: comed de todo. 7 Pero no comáis carne con espíritu,
con sangre, pues la vida de todo ser carnal está en la sangre, no
sea que se os demande vuestra sangre con vuestra vida. De
mano de cualquier hombre, de mano de todos reclamaré la
sangre humana. 8 Todo el que derrame sangre de hombre, por
mano de hombre será su sangre derramada, pues a su imagen
hizo el Señor a Adán. 9 Creced vosotros y multiplicaos sobre la
tierra.
10 Noé y sus hijos juraron no comer sangre alguna de ningún
ser carnal, e hizo pacto eterno ante el Señor Dios para siempre
en este mes. 11 Por eso te ha dicho: «Harás tú también un pacto
con los hijos de Israel este mes en el monte, con juramento, y
derramarás sobre ellos sangre por todas las palabras de la
alianza que ha concluido el Señor con ellos para siempre. 12
Escrito os queda este testimonio, para que lo guardéis siempre:
No comáis nunca sangre de bestia, animal o ave en todos los
días de la tierra. Quien comiere sangre de bestia, animal o ave
en todos los días de la tierra será arrancado de ella, él y su
descendencia. 13 Ordena tú a los hijos de Israel que no coman
sangre, para que permanezca siempre su nombre y descendencia
ante el Señor vuestro Dios. 14 Esta ley no tiene término de días,
pues es perpetua: guárdenla por todas las generaciones, para que 
rueguen por sí con sangre, ante el altar, cada día; al tiempo del
amanecer y del atardecer implorarán siempre ante el Señor que
la observen y no sean desarraigados».
FIESTA DE LAS SEMANAS
15 Dio a Noé y sus hijos una señal de que no habría otro diluvio
sobre la tierra: 16 puso un arco en las nubes como señal de
pacto eterno de que no habría ya nunca más diluvio sobre la
tierra para destruirla. 17 Por eso quedó establecido y escrito en
las tablas celestiales que celebrarían la festividad de las
Semanas en este mes, una vez al año, para renovar la alianza
todos los años. 18 Toda esta festividad se venía celebrando en
los cielos desde el día de la creación hasta los días de Noé,
durante veintiséis jubileos y cinco septenarios, y Noé y sus hijos
la guardaron por siete jubileos y un septenario. Cuando murió
Noé, sus hijos la violaron, hasta los días de Abrahán, y comían
sangre. 19 Pero Abrahán la guardó, al igual que Isaac y Jacob y
sus hijos hasta tus días, en los cuales la descuidaron los hijos de
Israel hasta que se la renové en este monte. 20 Ordena tú
también a los hijos de Israel que guarden esta festividad en
todas sus generaciones.
Es un mandamiento para ellos: un día al año en este mes
celebrarán esta fiesta. 21 Es festividad de semanas y de
primicias. Es doble y de dos clases esta fiesta, cuya celebración
ha de realizarse según está escrito y grabado. 22 Pues he
dispuesto en el libro de la ley primera que te escribí que la
celebres en su fecha, un día al año. También te especifiqué su 
ofrenda, para que los hijos de Israel recuerden esta fiesta y la
guarden siempre en este mes, un día cada año.
NOVILUNIOS Y DIVISIÓN DEL AÑO
23 El primero del primer mes, del cuarto, del séptimo y del
décimo son días memorables, días de estación en las cuatro
partes del año: escritos y regulados están para testimonio eterno.
24 Noé los adoptó como fiestas para las generaciones futuras,
pues ellos le sirvieron de memorial.
25 A primeros del primer mes, le fue ordenado que hiciera el
arca; en él se secó la tierra, abrió el arca y vio tierra. 26 A
primeros del cuarto mes se cerró la boca de las profundidades
del abismo inferior; a primeros del séptimo se abrieron todas las
bocas de las profundidades de la tierra y comenzaron las aguas a
bajar a su interior, 27 y a primeros del décimo se vieron las
cimas de los montes, y se alegró Noé. 28 Por eso se los instituyó
como fiestas memorables para siempre, y así están establecidas
29 y las registran en las tablas celestiales. Cada trece semanas,
una fiesta, y su conmemoración pasa de unas semanas a otras,
de las primeras a las segundas, de las segundas a las terceras y
de las terceras a las cuartas; 30 el total de los días de esta regla
son cincuenta y dos semanas, todas las cuales hacen un año
completo. 31 Así se inscribió y fijó en las tablas celestiales, sin
pasarse de un año a otro. 32 Ordena tú a los hijos de Israel que
guarden los años por este cómputo: 364 días el año completo, y
que no alteren las fechas de sus días y sus festividades, pues
todo les acontece según su testimonio: no pasen un día ni
alteren festividad. 33 Si infringen esto y no las celebran según 
se les ordenó, alterarán todas las fechas, y los años quedarán
también desajustados: tanto estaciones como años se alterarán y
transgredirán su norma. 34 Entonces todos los hijos de Israel
errarán y no hallarán el curso de los años, descuidarán el
novilunio, la estación y el sábado, y equivocarán la norma de
los años.
35 Pues yo sé, y desde ahora te lo hago saber, y no por cuenta
propia, pues ante mí está el libro escrito y establecida está en las
tablas celestiales la distribución de los días, que olvidarán las
festividades de la alianza y seguirán, con las fiestas de los
gentiles, sus errores y su insipiencia.
36 Habrá quienes observen el aspecto de la luna; pero ésta varía
las estaciones y se adelanta a los años, en cada uno diez días. 37
Por eso tendrán años que estarán alterados y harán infausto el
día de revelación e inmundo el de festividad, y los confundirán
todos, los días santos como impuros, y los impuros como
santos, pues equivocarán los meses, las semanas, las
festividades y los jubileos. 38 Por eso yo te ordeno y te conjuro
que los exhortes, pues tras tu muerte tus hijos se corromperán,
no computando años de sólo 364 días, con lo que equivocarán el
novilunio, la estación, las semanas y las festividades, y comerán
la sangre de toda carne.
NOÉ Y LA VID. HIJOS DE NOÉ
Capítulo 7
1 En el séptimo septenario de este jubileo, en su primer año,
plantó Noé una vid en el monte donde se había posado el arca,
llamado Lubar, uno de los montes Ararat. Dio fruto al cuarto
año, lo vendimió ese año en el mes séptimo y lo guardó. 2 Hizo
de ello mosto, lo puso en una vasija y lo conservó hasta el
quinto año, hasta el primero del primer mes.
3 Celebró ese día de festividad con regocijo e hizo un
holocausto al Señor de una ternera, un carnero, siete ovejas
añales y un cabrito en expiación por sí y por sus hijos. 4
Primero aparejó el cabrito, echando parte de su sangre sobre la
carne del altar que había levantado. Colocó toda la grasa en el
altar en el que ofrecía el holocausto al Señor y añadió la carne
de la ternera, el carnero y las ovejas. 5 Puso encima masa con
aceite, luego derramó vino en el fuego que había encendido
sobre el altar y echó incienso encima, levantando un buen
aroma agradable ante el Señor, su Dios. 6 Se regocijo y bebió de
este vino él y sus hijos con gozo.
7 Era por la tarde; entró embriagado en su tienda, se acostó y se
durmió, mostrando su desnudez mientras estaba dormido. 8
Cam vio a su padre, Noé, desnudo y, saliendo, se lo dijo a sus
hermanos. 9 Entonces Sem tomó su vestido. Se levantaron él y
Jafet, se pusieron el vestido sobre los hombros, se dieron la
vuelta y cubrieron las vergüenzas de su padre, con el rostro
hacia atrás. 10 Noé se despertó del vino, se enteró de cuanto
había hecho su hijo menor y lo maldijo así:
-Maldito Canaán, siervo sea, sujeto a sus hermanos.
11 y bendijo a Sem:
-Sea bendito el Señor, Dios de Sem, y sea Canaán su siervo. 12
Dé holgura el Señor a Jafet; more el Señor en la morada de
Sem, y sea Canaán su siervo.
13 Supo Cam que su padre había maldecido a su hijo menor y
se ofendió con él, pues había maldecido a su hijo. Se separaron
de su padre él y sus hijos -Cus, Misraim, Fut y Canaán-, 14 y se
construyó una ciudad a la que dio el nombre de su mujer,
Nahlatmehoc. 15 Jafet, al verlo, tuvo celos de su hermano y
construyó él también una ciudad a la que dio el nombre de su
mujer, Adatnese. 16 Pero Sem se quedó con su padre, Noé,
junto al cual construyó una ciudad en el monte, a la que dio
asimismo el nombre de su mujer, Sedacatlebab. 17 Estas tres
ciudades estaban cerca del monte Lubar: Sedacatlebab, ante la
falda oriental; Nahlatmehoc, al sur, y Adatnese, al oeste.
18 Estos son los hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, que nació
dos años después del diluvio, Lud y Aram. 19 Y los hijos de
Jafet son: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tirás.
Estos son los hijos de Noé.
PRECEPTOS DE NOÉ
20 En el jubileo vigésimo octavo, Noé comenzó a dar a los hijos
de sus hijos normas y mandamientos y toda la legislación que
conocía, exhortando a sus hijos a hacer justicia, cubrir las
vergüenzas de su carne, bendecir a su Creador, honrar padre y
madre, amarse unos a otros y preservarse de fornicación,
impureza y toda iniquidad.
21 -Por estas tres causas ha ocurrido el diluvio sobre la tierra,
por la fornicación que cometieron los custodios con las hijas de
los hombres, contra lo que se les había ordenado. Tomaron por
mujeres a cuantas escogieron entre ellas, cometiendo la primera
impureza, 22 y tuvieron hijos gigantes, todos ellos
descomunales, que se devoraban unos a otros: un titán mataba a
un gigante, un gigante mataba a un jayán, éste al género
humano, y los hombres, unos a otros. 23 Todos pasaron a
cometer iniquidad y derramar mucha sangre, llenándose la tierra
de maldad. 24 Luego pecaron con todas las bestias, aves,
reptiles y sabandijas, derramándose mucha sangre sobre la
tierra, pues el pensamiento y la voluntad de los hombres
concebían error y maldad constantemente. 25 El Señor destruyó
todo de la faz de la tierra a causa de sus malas acciones y por la
sangre derramada en ella, 26 y quedamos nosotros, mis hijos, yo
y cuantos entraron con nosotros en el arca. Mas he aquí que veo
ante mí vuestras acciones, que no os conducís justamente, pues
habéis comenzado a seguir camino de corrupción, apartándoos
uno del otro teniendo celos mutuos, y que no vais a estar juntos,
hijos míos, cada uno con su hermano. 27 Veo que los demonios
han comenzado a seduciros, a vosotros y a vuestros hijos, y
temo por vosotros que, tras mi muerte, derraméis sangre 
humana en la tierra y desaparezcáis también de su faz. 28 Pues
todo el que derrame sangre de cualquier hombre y todo el que
coma sangre de cualquier carne, desaparecerá de la tierra. 29 No
quedará ningún hombre que coma sangre o la derrame sobre la
tierra, ni permanecerá su descendencia y posteridad viva bajo el
cielo, sino que irá al seol y bajará al lugar de castigo; a la
tiniebla del abismo serán relegados todos con mala muerte. 30
No aparezca sobre vosotros nada de sangre en el día que
degolléis cualquier bestia, animal o volátil sobre la tierra; haced
expiación por vuestro espíritu cubriendo la sangre derramada
sobre la faz de la tierra. 31 No seáis como los que comen con
sangre; evitad que se coma sangre en vuestra presencia. Cubrid
la sangre, pues así me ha sido ordenado exhortaros, a vosotros, a
vuestros hijos y a todos los hombres. 32 No comáis el espíritu
con la carne, no sea que sea reclamada la sangre de vuestra vida
y la derrame cualquier ser carnal sobre la tierra. 33 La tierra no
se ha de purificar de la sangre que se derrame sobre ella; sólo se
purificará para siempre con la sangre del que la derramó.
34 Así, pues, hijos míos, oíd y cumplid la ley y la justicia, para
que con justicia seáis implantados en toda la tierra y se eleve
vuestra gloria ante mi Dios, que me salvó de las aguas del
diluvio. 3S Os iréis y construiréis ciudades, y en ellas cultivaréis
toda clase de plantas sobre la tierra y árboles frutales. 36 Los
tres primeros años será tal el fruto, que no se cosechará nada
comestible. En el cuarto será sagrado el fruto y ofreceréis sus
primicias, agradables al Señor Altísimo, que creó los cielos, la
tierra y todo. Haréis igualmente ofrenda generosa de las
primicias de la uva y el olivo, que se recibirán en el altar del
Señor. El resto de lo que se reciba, cómanlo los servidores del
templo del Señor ante el altar. 37 En el quinto año, permitidlo 
en justicia y rectitud, siendo vosotros justos y recto todo vuestro
cultivo. 38 Así lo ordenó Henoc, su padre, a nuestro padre
Matusalén, su hijo, y éste al suyo, Lamec, quien me transmitió
cuanto a su vez le ordenaron sus padres. 39 Y yo os ordeno,
hijos míos, como ordenó Henoc a su hijo en los primeros
jubileos, cuando él vivía en la séptima generación: ordenó y
exhortó a su hijo y a los hijos de sus hijos hasta el día de su
muerte.
DESCENDIENTES DE SEM
Capítulo 8
1 En el jubileo vigésimo nono, en el primer septenario, a su
comienzo, tomó Arfaxad por esposa una mujer llamada
Rasuaya, hija de Susán, hija de Elam, y le parió un hijo en el
tercer año de este septenario, al que puso por nombre Cainán. 2
El niño creció, su padre le enseñó la escritura, y fue a buscarse
lugar donde hacerse una ciudad. 3 Halló antiguas escrituras
grabadas en la roca, cuyo contenido leyó y tradujo, y con ellas
se extravió, porque allí estaban las enseñanzas de los custodios,
en las que explicaban la adivinación por el sol, la luna y las
estrellas de todas las constelaciones del cielo. 4 Y lo escribió,
pero no habló de ello, pues temió mencionarlo a Noé, no se
enojara con él por este motivo. 5 En el jubileo trigésimo, en el
segundo septenario, en su primer año, tomó una mujer llamada
Melca, hija de Madai, hijo de Jafet, quien en el año cuarto le
parió un hijo al que llamó Sela, pues se dijo: «Ciertamente he
sido enviado ». 6 Creció Sela y tomó por esposa una mujer de
nombre Muak, hija de Kesed, hermano de su padre, en el jubileo 
trigésimo primero, en el quinto septenario, en su primer año. 7
Le parió un hijo en el quinto año, al que puso de nombre Héber,
el cual tomó una mujer de nombre Azura, hija de Nemrod, en el
jubileo trigésimo segundo, en el séptimo septenario, en su año
tercero. 8 En el sexto año le parió un hijo, al que llamó Fáleg,
pues en la época en que nació comenzaron los hijos de Noé a
repartirse la tierra, por lo que le llamó de nombre Fáleg.
NOÉ DIVIDE LA TIERRA
9 Se dividieron la tierra malamente entre ellos y se lo dijeron a
Noé.
10 Esto fue a comienzos del jubileo trigésimo tercero.
Dividieron la tierra en tres partes, para Sem, Cam y Jafet, a cada
uno su heredad, en el año primero del primer septenario,
estando presente uno de nosotros, enviado para ello. 11 Llamó
Noé a sus hijos, y ellos se le acercaron con los suyos. Distribuyó
la tierra a suertes, que sacaron sus tres hijos; tendieron sus
manos y tomaron los escritos del seno de su padre, Noé.
HERENCIA DE SEM
12 Salió en el escrito de la suerte de Sem el centro de la tierra --
que habría de tomar como heredad suya y de sus hijos por
siempre-, desde la mitad del monte Rafa, desde la
desembocadura del río Tanais, siguiendo su lote por el
occidente por la mitad de este río, hasta acercarse a las aguas
del abismo por donde fluye su caudal, el cual vierte sus aguas
en la laguna Meótica, y de ahí al océano: todo lo que quedaba al 
norte era de Jafet, y lo que quedaba hacia el sur, de Sem. 13
Continuaba luego hasta acercarse a Cerasus, que está en la orilla
del golfo que mira al sur, 14 y seguía su lote por el océano, en
línea recta hasta acercarse al occidente del golfo que mira al sur,
llamado golfo del Mar de Egipto. 15 Desde aquí se desvía hacia
el sur, hacia la boca del océano, en las orillas de sus aguas.
De allí procede hacia occidente, a Afara, y sigue hasta acercarse
a las aguas del río Gihón, hasta la ribera sur de este río. 16 Y
sigue hacia oriente, hasta acercarse al Jardín del Edén por su
parte meridional. Continúa por el este de toda la tierra del Edén,
abarcando todo el oriente, volviéndose luego a occidente y
llegando a acercarse al oriente del monte llamado Rafa, y
descendiendo hacia las márgenes de la desembocadura del río
Tanais.
17 Este fue el lote que salió en suerte a Sem y sus hijos como
propiedad perpetua por generaciones hasta siempre. 18 Y Noé
se alegró por haberle tocado este lote a Sem y sus hijos,
recordando las palabras proféticas que él mismo había
pronunciado: «Bendito sea el Señor, Dios de Sem, y more el
Señor en la morada de Sem». 19 Pues sabía que el Jardín del
Edén, santo de los santos y morada del Señor, el monte Sinaí en
el desierto y el monte Sión en el ombligo de la tierra, los tres
uno frente al otro, habían sido creados santos. 20 Bendijo al
Dios supremo, que había puesto en su boca las palabras del
Señor, 21 y supo que le había tocado un lote bendito a Sem y a
sus hijos por siempre: toda la tierra del Edén, del mar Eritreo,
todas las regiones de oriente, la India, Bactria y sus montes,
toda la tierra de Basor, la del Líbano, las islas de Caftor, todo el
monte de Sennaar, Armenia, el monte Asur septentrional, toda 
la tierra de Elam, Asur, Babel, Susiana, Media, todos los montes
Ararat, todo el litoral marino al otro lado del monte Asur, hacia
el norte: una tierra bendita y extensa, donde todo es óptimo.
HERENCIA DE CAM
22 A Cam salió el segundo lote, más allá del Gihón hacia el sur,
a la derecha del Paraíso. Va al sur, por todos los montes de
fuego, y se dirige a occidente, hacia el mar Atel, y sigue hacia
occidente hasta acercarse al mar de Mauk, adonde baja todo lo
que no perece. 23 Alcanza al norte la orilla de Gádir y llega a
las orillas del mar, en la ribera del océano, hasta acercarse al río
Gihón, y sigue el río hasta acercarse a la derecha del Jardín del
Edén. 24 Esta fue la tierra que salió a Cam en suerte, para
poseerla permanentemente él y sus hijos por sus generaciones
hasta siempre.
HERENCIA DE JAFET
25 A Jafet le tocó el tercer lote: más allá del río Tanais hacia el
norte de su desembocadura y, yendo hacia el nordeste, toda la
región de Gog y toda la región al este. 26 Yendo hacia el norte,
se extiende hasta los montes de Qilt y hasta el mar de Mauk y
llega, por el oriente de Gádir, hasta el lado de las aguas del mar.
27 Continúa hasta acercarse al occidente de Fara, vuelve hacia
Aferag, y se dirige a oriente hacia las aguas de la laguna
Meótica. 28 Procede luego hacia el lado del río Tanais por el
nordeste, hasta acercarse a la orilla de sus aguas, hacia el monte
Rafa, y tuerce al norte. 29 Esta es la tierra que salió en suerte a
Jafet y sus hijos como heredad perpetua para él y sus hijos por 
sus generaciones hasta siempre: cinco grandes islas y gran tierra
en el norte, 30 aunque fría, mientras que la tierra de Cam es
tórrida. La de Sem, por el contrario, no es ni tórrida ni gélida,
sino templada en el calor y el frío.
SUBDIVISIÓN DE LA TIERRA ENTRE LOS
DESCENDIENTES DE SEM, CAM Y JAFET
Capítulo 9
1 Cam repartió la tierra entre sus hijos, saliendo el primer lote a
Cus en oriente, su occidente a Misraim, el occidente de éste a
Fut, y el de éste a Canaán, al oeste del mar.
2 También Sem repartió entre sus hijos, saliendo el primer lote a
Elam y sus hijos, al oriente del río Tigris, hasta acercarse por el
este a toda la tierra de la India y Bactria, las aguas de Dedán,
todos los montes de Mabri y Elam, toda la tierra de Susiana, y
todo lo que está en manos de Farnacio hasta el mar Eritreo, y el
río Tanais. 3 A Asur le salió el segundo lote: toda la tierra de
Asur y Nínive, Sennaar, hasta cerca de la India, subiendo por el
Tigris. 4 A Arfaxad le tocó el tercer lote: toda la tierra de la
región de los caldeos, al oriente del Éufrates, cerca del mar
Eritreo, y todas las aguas del desierto hasta cerca del golfo que
mira a Egipto, toda la tierra del Líbano, Saner y Armenia, hasta
cerca del Éufrates.
5 A Aram le tocó en suerte el cuarto lote: toda la tierra de
Mesopotamia, entre el Tigris y el Eufrates, al norte de los
caldeos, hasta cerca del monte de Asur y la tierra de Ararat. 6
Ya Lud le salió el quinto lote: el monte de Asur y todo lo suyo, 
hasta acercarse al océano y aproximarse al oriente de su
hermano Asur.
7 Y también Jafet dividió la tierra de su heredad entre sus hijos,
8 saliendo el primer lote a Gomer, hacia el nordeste hasta el río
Tanais. En el norte correspondió a Magog toda la tierra interior
septentrional hasta acercarse a la laguna Meótica. 9 A Madai le
salió en suerte poseer desde el occidente de sus dos hermanos
hasta las islas y sus orillas. 10 A Javán le tocó el cuarto lote:
toda la isla y las islas que hay hacia la parte de Lud.
11 A Tubal salió el quinto lote: desde el entrante que se
aproxima a la parte del lote de Lud, hasta otro entrante que está
al lado de un tercero.
12 A Mosoc le tocó el sexto lote: toda la orilla del tercer
entrante hasta acercarse al oriente de Gádir. 13 Y a Tirás le salió
el séptimo lote: cuatro grandes islas en medio del mar, que se
acercan al lote de Cam y a las islas de Kamaturi de los hijos de
Arfaxad; esto fue lo que el sorteo le deparó como heredad.
14 Así repartieron su tierra los hijos de Noé a sus hijos, ante su
padre, Noé, que los conjuró a todos con una maldición; maldijo
a cualquiera de ellos que quisiera poseer lote que no le hubiese
salido en el sorteo. 15 Y todos dijeron: «Amén». Sea para ellos
y sus hijos en perpetuidad hasta el día del juicio, en que los
juzgará el Señor Dios con espada y fuego por toda su impureza,
por los yerros con los que llenaron la tierra de prevaricación,
impureza, fornicación y pecado.
LOS DEMONIOS SEDUCEN A LOS DESCENDIENTES
DE NOÉ
Capítulo 10
1 En el tercer septenario de este jubileo comenzaron los
demonios impuros a seducir a los nietos de Noé, haciéndolos
enloquecer y perderse. 2 Se llegaron los hijos a su padre, Noé, y
le hablaron de los demonios que seducían, extraviaban y
mataban a sus nietos. 3 Oró así Noé ante el Señor, su Dios:
-Dios de los espíritus que están en toda carne, que tuviste
misericordia de mí, me salvaste con mis hijos de las aguas del
diluvio sin permitir que pereciera, como ocurrió con los hijos de
perdición. Grande es tu compasión por mí, y magnífica tu
misericordia sobre mi persona; elévese tu compasión sobre tus
hijos, no tengan potestad sobre ellos los malos espíritus, para
que no los extirpen de la tierra. 4 Tú me has bendecido a mí y a
mis hijos, para que crezcamos, nos multipliquemos y llenemos
la tierra; 5 tú sabes cómo obraron en mis días tus custodios,
padres de estos espíritus. A estos espíritus que están ahora en
vida enciérralos también y sujétalos en lugar de suplicio; no
destruyan a los hijos de tu siervo, Dios mío, pues son perversos
y para destruir fueron creados; 6 no tengan poder sobre el
espíritu de los vivos, pues sólo tú conoces su sentencia, y no
tengan licencia contra los hijos de los justos, desde ahora para
siempre.
7 Entonces el Señor, nuestro Dios, nos ordenó apresar a todos. 8
Pero llegó Mastema, príncipe de los espíritus, y dijo:
-Señor Creador, déjame algunos de ellos que me obedezcan y
hagan cuanto les mande, pues si no me quedan algunos de ellos 
no podré ejercer la autoridad que quiera en los hijos de los
hombres, pues dignos son de destrucción y ruina, a mi arbitrio,
ya que es grande su maldad.
9 Ordenó Dios entonces que quedara con Mastema una décima
parte, y que las otras nueve descendieran al lugar de suplicio. 10
A uno de nosotros dijo que enseñáramos a Noé toda su
medicina, pues sabía que no se conducirían rectamente ni
procurarían justicia. 11 Obramos según su palabra: a todos los
malos que hacían daño los encarcelamos en el lugar de suplicio,
pero dejamos a una décima parte para que sirvieran a Satanás
sobre la tierra. 12 Y comunicamos a Noé los remedios de las
enfermedades, juntamente con sus engaños, para que curase con
las plantas de la tierra. 13 Noé escribió todo como se lo
enseñamos en un libro, con todas las clases de medicina, y los
malos espíritus quedaron sin acceso a los hijos de Noé. 14 Este
dio todo lo que había escrito a su hijo mayor, Sem, pues lo
amaba más que a todos sus hijos.
MUERTE DE NOÉ
15 Noé se durmió con sus padres y fue sepultado en el monte
Lubar, en tierra de Ararat. 16 Había cumplido en su vida
novecientos cincuenta años, es decir, diecinueve jubileos, dos
septenarios y cinco años. 17 Excedió en vida sobre la tierra, a
causa de la plenitud de su justicia, a todos los hijos de los
hombres, salvo Henoc, pues su cometido es dar testimonio a las
generaciones del mundo para relatar todas las acciones de cada
generación hasta el día del juicio.
LA TORRE DE BABEL
18 En el primer año del segundo septenario del jubileo
trigésimo tercero, Fáleg tomó una mujer, llamada Lebana, hija
de Sennaar. Esta le parió un hijo, en el año cuarto de este
jubileo, al que puso de nombre Reu, pues se dijo: «Los hijos de
los hombres han sido malos: han concebido el perverso
pensamiento de construirse una ciudad y una torre en .la tierra
de Sennaar». 19 En efecto, habían emigrado de la tierra de
Ararat a oriente, a Sennaar, y por aquel tiempo construyeron la
ciudad y la torre, mientras decían: «Subamos por ella al cielo».
20 Comenzaron a construir y, en el cuarto septenario, cocían al
fuego ladrillos que luego utilizaban como piedras. El cemento
con que las unían era asfalto que brotaba del mar y de unos
pozos de agua en la tierra de Sennaar. 21 Los constructores
tardaron unos cuarenta y tres años: la altura fue de 5.433 codos
y dos palmos; la anchura, unos doscientos tres ladrillos, cada
uno de una altura de un tercio de sí propio, la extensión de un
muro, trece estadios, y la del otro, treinta. 22 y nos dijo el
Señor, nuestro Dios:
-He aquí que son un solo pueblo y han comenzado a trabajar a
una, y ya no cesarán. Ea, bajemos y confundamos sus lenguas,
que no se entiendan unos a otros, y se dispersen por ciudades y
naciones, de manera que no tengan plan común hasta el día del
juicio.
23 Descendió el Señor, y nosotros con él, a ver la ciudad y la
torre que habían construido los hijos de los hombres. 24 Mezcló
todas las voces de su lengua, no entendiéndose ya unos con
otros y dejando la construcción de la ciudad y la torre. 25 Por 
eso se llamó Babel toda la tierra de Sennaar, pues allí confundió
el Señor todas las lenguas de los hijos de los hombres, y desde
allí se dispersaron por todas sus ciudades, según sus lenguas y
naciones. 16 El Señor envió un gran viento a la torre, que la tiró
por tierra; su emplazamiento estaba entre Asur y Babel, en el
país de Sennaar, al que dio el nombre de «ruina».

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