Fuente: Apocalipsis de Esdras (IV Esdras). Traducido del etíope al francés por René Basset, y puesto al español por Juli Peradejordi. (Barcelona: Editorial 7 ½, 1980). Versificación arreglada.
Apocalipsis de Esdras (IV Esdras)
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Apocalipsis de Esdras (IV Esdras)
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CAPÍTULO I
1. Segundo libro del profeta Esdras, hijo de Sario (1), de Azareo, hijo de Elquías, hijo de Salamo, hijo de Sador, hijo de Acitob.
2. Hijo de Aquías, hijo de Fineo, hijo de Helí, hijo de Amerás, hijo de Azicus, hijo de Marimot, hijo de Arna, hijo de Ozías, hijo de Borit, hijo de Abiseo, hijo de Fineo, hijo de Eleazar.
3. Hijo de Arón, de la tribu de Leví, que estuvo cautivo en el país de los Medos, bajo el reinado de Artajerjes, rey de los Persas.
4. El Señor me dirigió la palabra con estos términos.
5. Ve y anuncia a mi pueblo sus fechorías, las faltas que ha cometido contra mí, para que las anuncien a los hijos de sus hijos.
6. Los pecados de sus padres se han acrecentado en ellos; me han olvidado y han sacrificado a dioses extranjeros.
7. ¿No los saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud? Pero ellos mismos me han irritado y han despreciado mis avisos.
8. Arranca los cabellos (2) de tu cabeza, arrójales todos los males a ellos; porque no me han escuchado: es un pueblo rebelde.
9. ¿Hasta cuándo los sostendré, yo que les he colmado con tantos beneficios?
10. Por su causa he derribado a muchos reyes; he golpeado a Faraón con sus servidores y todo su ejército (3).
11. He destruido todas las naciones (4) ante su faz; en Oriente he dispersado el pueblo de dos provincias, Tiro y Sidón, y he exterminado a todos sus adversarios.
12. Háblales y diles: He aquí lo que dice el Señor.
13. Os he hecho atravesar el mar (5); os he mostrado fortalezas; os he dado por jefe a Moisés y por sacerdote a Arón.
14. Os he proporcionado luz con una columna de fuego (6); he hecho grandes milagros en vosotros: me habéis olvidado, dijo el Señor.
15. Palabras del Todopoderoso: La codorniz ha sido un signo para vosotros; os he dado campos para protegeros (7), y allí habéis murmurado.
16. No es en mi nombre que habéis triunfado en la pérdida de vuestros enemigos, pero entonces habéis murmurado.
17. ¿Dónde están los beneficios que de mí habéis recibido? ¿Acaso no gritabais hacia mí cuando teníais hambre y sed en el desierto, diciendo:
18. ¿Por qué nos has traído a este desierto (8) para hacernos perecer? Más nos habría valido ser esclavos de los egipcios que morir en esta soledad.
19. Tuve piedad de vuestros gemidos; os di maná (9) como alimento: habéis comido el pan de los ángeles (10).
20. Cuando teníais sed, ¿acaso no he hendido la piedra? ¿No han manado las aguas hasta la saciedad (11)? Os he protegido con hojas de los árboles contra el calor.
21. Os he repartido tierras fértiles, ante vuestra faz he abatido a los cananeos, los fereteos y los filisteos (12). ¿Qué haré aún por vosotros (13) ? dijo el Señor.
22. Palabras del Todopoderoso: Cuando estabais en el desierto, cerca del río de la amargura, alternados y maldiciendo mi nombre,
23. no lancé el fuego contra vosotros a cambio de vuestras blasfemias, sino, enviando madera en el agua, he hecho con ella un río de agua dulce (14).
24. ¿Qué te haré, Jacob? ¡No has querido obedecerme, Judá! Me dirigiré a otras naciones, les daré mi nombre para que guarden mis leyes.
25. Ya que me habéis abandonado, os abandonaré; cuando me pidáis misericordia, no tendré piedad de vosotros.
26. Cuando me invoquéis, no os concederé (15), habéis manchado con sangre vuestras manos, y vuestros pies no han sido lentos mientras corrían a cometer asesinatos (16).
27. No me habéis abandonado a mí sino a vosotros (mismos), dijo el Señor.
28. Palabras del Todopoderoso: ¿No os he rogado, como un padre a sus hijos, una madre a su hija, una nodriza a sus niños de pecho,
29. que seáis mi pueblo, mientras que yo sería vuestro padre?
30. Os he reunido como una gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas (17). ¿Qué os haré ahora? Os echaré de mi faz.
31. Cuando me presentéis ofrendas, desviaré mi faz de vosotros, rechazaré vuestros días de fiesta, neomenias y circuncisiones carnales (18).
32. Os he enviado a mis servidores, los profetas; los habéis cogido, los habéis estrangulado, habéis destrozado sus cuerpos, os reclamaré su sangre, dijo el Señor (19).
33. Palabras del Todopoderoso: Vuestra morada está desierta. Os empujaré como el viento empuja a la paja.
34. Vuestros hijos no engendrarán, porque han desatendido con vosotros mis mandamientos y han hecho el mal delante de mí.
35. Entregaré vuestras moradas a un pueblo extranjero que cree en mí sin haberme oído, al que no he mostrado estos signos y que hará lo que le prescribo.
36. No habrá visto a los Profetas, pero se acordará de su antigüedad.
37. Doy testimonio de la gracia de este pueblo extranjero cuyos nietos se llenarán de alegría; sin haberme visto con los ojos de la carne, creerán en espíritu lo que yo he dicho.
38. Ahora, padre, mira con gloria y contempla a este pueblo que viene de Oriente (20).
39. Le daré a Abraham como jefe, a Isaac, Jacob, Oseas, Amós, Miqueas, Joel, Abdías, Jonás,
40. Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías, llamado también el ángel del Señor.
Notas
(1) Esta genealogía coincide, a grandes rasgos, con la que aparece en I Esdras VII: 1 a 5.
(2) Arrancarse los cabellos era una antigua costumbre judía para manifestar dolor y rabia. Ver I Esdras IX: 3 y III Esdras VII: 72.
(3) Ver Éxodo XIV: 17 a 31.
(4) Ver Éxodo XVII: 8 a 13, Números XXI: 3 y XXI: 7 y ss., y Deuteronomio III: 6 y ss.
(5) Ver Éxodo XIV: 21.
(6) Ver Éxodo XIV: 19 y 20 y Éxodo XV: 29 y ss.
(7) Ver Éxodo XVI: 13.
(8) Ver Éxodo XVI: 3 y ss.
(9) Ver Éxodo XVI: 13 y ss.
(10) Encontramos también esta curiosa expresión en el Salmo LXXVIII: 25 y en el Libro de la Sabiduría XVI: 20. Se trataba de un alimento que adquiría el sabor que deseaba darle aquél que lo comía.
(11) Ver Éxodo VII: 5 y 6; Números XX: 8 a 11; Salmo LXXVIII: 15; Sabiduría XI: 4 y I Corintios X: 4.
(12) Aunque estos pueblos no fueran totalmente vencidos, su territorio fue repartido entre los israelitas. Ver Josué XIII: 2.
(13) Ver Isaías V: 4.
(14) Ver Éxodo XV: 25.
(15) Ver Isaías I: 15.
(16) Ver Salmos XIV: 3.
(17) Este pasaje, seguramente copiado de Mateo XXIII: 37, fue utilizado por algunos estudiosos para argumentar que el autor del IV Esdras era cristiano, argumento fácilmente rebatible pues se basa únicamente en una de las versiones existentes de este apócrifo.
(18) Ver Isaías I: 11.
(19) Ver Mateo XXIII: 37 y ss. y Lucas XIII: 34 y 35.
(20) Ver Mateo VIII: 11.
CAPÍTULO II
1. He aquí lo que dice el Señor: He sacado a este pueblo de la servidumbre; le he enviado mis mandamientos a través de mis servidores, los profetas; no ha querido escucharlos, ha vuelto inútiles mis proyectos.
2. La madre que los ha engendrado les ha dicho: Id, hijos míos, pues soy viuda y estoy abandonada (1).
3. Os he educado con alegría y os he perdido con tristeza y aflicción, pues habéis pecado ante el Señor Dios y habéis hecho el mal delante de mí.
4. ¿Qué haré ahora por vosotros? Soy viuda y estoy abandonada; id, hijos míos, y pedidle al Señor su misericordia.
5. Y tú, oh Padre, te invoco como testigo contra la madre de los hijos que no han querido conservar mi alianza.
6. Para que sean entregados a la confusión, su madre sea raptada y no tengan posteridad.
7. Que sean dispersados entre las naciones, que su nombre sea borrado de la faz de la tierra, ya que han despreciado mi alianza.
8. ¡Ay de ti, Asur, que escondes en tu casa a los malvados, raza mala, recuerda lo que hice a Sodoma y Gomorra (2)!
9. Su país yace bajo pedazos de pez y montones de cenizas; he aquí como trataré a aquellos que no me han escuchado, dijo el Señor todopoderoso.
10. He aquí lo que el Señor dijo a Esdras: Anuncia a mi pueblo que le concederé el reino de Jerusalén que tenía que dar a Israel.
11. Tomo sobre mí su gloria, y les daré las tiendas eternas que para ellos había preparado (3).
12. El árbol de la vida (4) les dará su perfume; no experimentarán ni fatigas ni penalidades.
13. Pedid y se os dará (5); rogad que se disminuya el número de días; el reino ya está preparado para vosotros que veláis.
14. Atestigua, atestigua el cielo y la tierra, he dejado todo el mal y he creado el bien, pues soy el Viviente, dijo el Señor.
15. Madre, abraza a tus hijos: edúcalos con alegría como las palomas, haz firmes sus pies, pues yo te he elegido, dijo el Señor.
16. Resucitaré a los muertos de donde están; los haré salir de sus monumentos, pues he reconocido mi nombre en ellos.
17. No temas, madre de los hijos, pues yo te he elegido, dijo el Señor.
18. Enviaré a mis servidores Isaías y Jeremías para que te ayuden, bajo cuyo consejo he santificado y preparado para ti doce árboles cargados de frutos diversos.
19. E igual número de fuentes que dejan manar agua y miel, y siete montañas inmensas, cubiertas de rosas y de lirios, donde llenaré de alegría a tus hijos.
20. Rinde justicia a la viuda: juzga al pupilo, da al pobre, protege al huérfano, viste a aquel que está desnudo.
21. Cura a aquel que está roto y débil: no te rías del cojo, protege al manco y guía al ciego hacia la visión de mi luz.
22. Protege en tus muros al anciano y al joven.
23. Cuando encuentres muertos, confíalos al sepulcro sellándolo y te daré el primer lugar en mi resurrección (6).
24. Estate calmado y tranquilo, pueblo mío, pues tu reposo vendrá.
25. Buena nodriza, alimenta a tus hijos, has firmes sus pies.
26. Ninguno de los servidores que te he dado perecerá (7) : los buscaré entre los tuyos.
27. No te dejes abatir; cuando llegue el día de la opresión y de la angustia, los otros llorarán y estarán tristes; tú, estarás alegre y en la abundancia.
28. Las naciones estarán celosas y nada podrán contra ti, dijo el Señor.
29. Mis manos te protegerán no sea que tus hijos vean la gehena.
30. Distráete con tus hijos, madre, pues te liberaré, dijo el Señor.
31. Acuérdate de tus hijos dormidos, pues los sacaré de los escondites de la tierra; les haré misericordia pues soy clemente, dijo el Señor todopoderoso.
32. Abraza a tus hijos hasta que llegue; anúnciales mi misericordia.
33. Yo, Esdras, he recibido de mi Señor en el monte Choreb (8) la orden de ir hacia estos israelitas: cuando fui a ellos, me han rechazado y han rechazado lo que el Señor les enviaba.
34. Por esto os lo digo, naciones que oís y que comprendéis; esperad a vuestro pastor; os dará el reposo eterno; aquel que tiene que venir al final del siglo está próximo.
35. Estad preparados para recibir la recompensa de su reino, pues una luz perpetua brillará para vosotros en la eternidad de los tiempos (9).
36. Huid de la sombra de este siglo, recibid la alegría de vuestra gloria (10); doy testimonio abiertamente de mi Salvador.
37. Recibid el don del Señor y alegraos dando gracias a aquel que os ha llamado a un reino celeste.
38. Levantaos, erguíos y ved el número de aquellos que están marcados para el banquete del Señor (11).
39. Aquellos que se han salido de la sombra de los siglos, recibirán del Señor espléndidas túnicas (12).
40. Sión, recibe todos tus bienes, encierra a tus hijos vestidos de blanco que ha cumplido la ley del Señor.
41. El número de tus hijos que deseabas está completo; ruega al Señor que santifique a tu pueblo que ha sido llamado desde el origen.
42. Yo, Esdras, vi en la montaña de Sión una gran muchedumbre que no pude contar, y todos alababan al Señor con sus cánticos (13).
43. En medio de ellos había un joven de gran estatura, mayor que todos, que colocaba coronas (14) en las cabezas de cada uno de ellos y se elevaba aún más; yo estaba sobrecogido por esta maravilla
44. Entonces interrogué al ángel y le dije: ¿Quiénes son éstos, Señor?
45. Este me respondió: Son aquellos que han depositado las vestiduras mortales y que han recibido las vestiduras inmortales: que han confesado el nombre de Dios; ahora, están coronados y reciben palmas (15).
46. Proseguí: ¿Quién es este hombre que los corona y les da palmas en sus manos?
47. Él (ángel) me respondió: Es el hijo de Dios al que han confesado en el siglo. Entonces comencé a glorificar a aquellos que habían aguantado animosamente por el nombre del Señor.
48. Entonces el ángel me dijo: Ve, anuncia a mi pueblo las grandes maravillas del Señor Dios que has visto.
Notas
(1) Una de las interpretaciones que se han dado a este versículo es que la viuda es la Sinagoga abandonada por Dios.
(2) Ver Génesis, XIX: 24 y ss.
(3) Ver II Corintios, cap. 15.
(4) El árbol de la vida como premio para los justos es una constante en toda la literatura apocalíptica. Ver Apocalipsis II: 7 y Libro de Henoc XXV: 4 y ss.
(5) Ver Juan XVI: 24 y Mateo VII: 7 y ss.
(6) Era habitual, entre los judíos, sellar y hacer un muro delante de las cavernas donde enterraban a sus muertos, para que estos no estuvieran expuestos a la profanación.
(7) Ver Juan XVII: 12.
(8) Se trata, sin dudad, del monte Horeb, confundiéndose aquí Esdras con Moisés. En el capítulo XIV se vuelve a ver que Esdras cumple un papel parecido al de Moisés.
(9) Ver Mateo IV: 6.
(10) El Introito de la misa del martes de Pentecostés está compuesto de estas palabras y de las del versículo siguiente.
(11) Ver Apocalipsis VII: 4 y ss.
(12) Ver Apocalipsis VII: 9.
(13) Ver Apocalipsis VII: 9 a 11.
(14) Ver Apocalipsis IV: 4 y VII: 13.
(15) Ver Apocalipsis VII: 9, 13 y 14.
CAPÍTULO III (a)
1. El trigésimo año después de la caída de nuestra ciudad, me encontraba en Babilonia (Bâbilon), yo, Soutâèl, llamado Esdras (Ezrâ), y fui conmovido (b). Estaba sobre mi lecho, con la cara descubierta (c), y los pensamientos venían a mi espíritu (1).
2. Pues había visto la ruina de Sion (2) (Sëyon) y la alegría de los habitantes de Babilonia.
3. Mi espíritu fue fuertemente conmovido y comencé a dirigir al Altísimo terribles palabras.
4. Señor mío, Dios mío, le dije: ¿Acaso no hablaste antaño, cuando creaste la tierra, tú solo, cuando diste órdenes a la arcilla?
5. Y ésta produjo a Adán (3) en un cuerpo mortal (d); era aún la obra de tus manos; cuando insuflaste sobre él el soplo vital, y que estuvo vivo ante ti.
6. Lo introdujiste en el jardín que tu mano había plantado antes de que la tierra subsistiera.
7. Le diste una orden justa (e) a la que desobedeció (4). Entonces creaste la muerte contra él y sus descendientes. De él salieron pueblos, tribus, familias y naciones innumerables (5).
8. Todos estos pueblos caminaron cada uno según su voluntad; pecaron ante ti (f) sin que tú se lo impidieras.
9. Luego, en el tiempo fijado, enviaste el diluvio contra la tierra y contra los habitantes del mundo, y los aniquilaste.
10. El castigo fue el mismo para todos; del mismo modo que habías enviado la muerte contra Adán, así enviaste el diluvio contra éstos (6).
11. Dejaste vivir a uno de ellos llamado Noé (7) (Nokh) con su familia, y de él vienen todos los justos.
12. Cuando aquellos que vivían sobre la tierra hubieron empezado a crecer y a multiplicarse, cuando su posteridad se hizo numerosa, cuando pueblos y naciones salieron de ellos, empezaron a pecar de nuevo, más que sus predecesores.
13. Como cometían el mal ante ti, escogiste a uno de ellos llamado Abraham (Abrëham) (8).
14. Le amaste y le hiciste ver a él solo el final de los tiempos cuando juntos estabais solos en la noche (9).
15. Concluiste con él una alianza eterna (prometiendo) que nunca abandonarías a su posteridad: [le diste a Isaac, y diste a Isaac, Jacob y Esaú.
16. Escogiste a Jacob; apartaste a Esaú; Jacob fue padre de una gran multitud (10).
17. Llevaste] (g) a aquellos que salieron de Egipto (Gëbs) y los condujiste al monte Sinaí (Sinä) (11).
18. Abajaste los cielos, sacudiste la tierra, conmoviste al mundo, hiciste temblar al abismo, levantaste el mar (h).
19. Tu gloria pasó por cuatros puertas (i): la del fuego, la de los terremotos; la del viento, la del granizo, cuando diste la ley a los hijos de Jacob y las prescripciones al pueblo de Israel.
20. No les quitaste el corazón malo, a fin de que la ley trajera frutos en ellos.
21. Pues el primer Adán poseía un corazón malo y fue vencido; no sólo él, sino también por todos aquellos que nacieron de él.
22. Entonces esta debilidad permaneció, así como tu ley, en el corazón de los pueblos junto a la mala raíz; el bien desapareció y el mal permaneció.
23. Los días pasaron, los años se consumaron y suscitaste para ti un servidor llamado David (Dâouit) (12).
24. Le dijiste que construyera una ciudad en tu nombre y que ofreciera sacrificios en ella.
25. Pasaron muchos días y muchos años; aquellos que habitaban en este país hicieron el mal.
26. Del mismo modo que había actuado Adán y sus descendientes, no había nadie que practicase el bien, pues poseían un corazón malo.
27. Entregaste la ciudad en manos de tus enemigos.
28. En aquel día, me dije a mí mismo: ¿Acaso aquellos que viven en Babilonia obran mejor, para apoderarse de la ciudad de Sión? (j)
29. Luego, cuando vine aquí, vi pecados innumerables; mi alma ha visto muchos impíos desde hace treinta años, y mi espíritu lo ha encontrado sorprendente.
30. Que soportes ante mí a los pecadores, que evites a los malvados, después de haber rechazado a tu pueblo y protegido a tus enemigos.
31. No has indicado a nadie cómo acabaría esta conducta. ¿Acaso Babilonia ha obrado mejor que Sión?
32. ¿O te ha conocido otro pueblo además de Israel? ¿Qué pueblo ha creído en tu ley como Jacob?
33. Su recompensa no ha aparecido; su pena no ha tenido frutos. He recorrido las naciones y las he encontrado en la alegría, no mencionando ni tu ley (k) ni tus mandamientos.
34. Pesa hoy en la balanza nuestros pecados y los de los habitantes del mundo, de modo de encontrar la más pequeña cantidad que haga mover la cruz de la balanza.
35. ¿Cuándo no han pecado contra ti aquellos que viven en el mundo? ¿Qué pueblo ha guardado así tus mandamientos (13)?
36. [Encontrarás, entre los nombres, hombres que han observado tus prescripciones] (l), pero no encontrarás pueblos.
Notas
(1) La cara descubierta podría simbolizar el espeso velo de la ignorancia que recubre al hombre después de la caída; el hecho de que Esdras esté aquí “con la cara descubierta” indica que el velo ha sido rasgado y, por lo tanto, puede entrar en contacto con el Señor. Ver II Corintios III: 14 al 18 y, sobre todo I Corintios XI: 7: “El varón no debe cubrirse la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios.”
(2) Ver II Samuel V: 7.
(3) Ver Génesis II: 7.
(4) Ver Génesis III: 5.
(5) Ver Génesis V: 1 a 32.
(6) Ver Génesis VII: 17.
(7) Ver Génesis VI: 9-10 y Génesis VIII: 1 y ss.
(8) Ver Génesis XII: 1 y ss.
(9) Ver Génesis XV: 17.
(10) Ver Génesis XXVII: 27 y ss., y Génesis XXIX: 32 y ss.
(11) Ver Éxodo XII: 37 y ss.
(12) Ver II Samuel III: 18 y Salmo LXXVII: 30.
(13) Ver II Reyes XV: 17 a 19.
(a) Esta edición incluye la traducción de los capítulos 1 y 2 añadidos en la versión latina.
(b) Versión árabe-1: “Azra, llamado Châlâthyâl”. Versión árabe-2: “El 30º año de la construcción de la ciudad de Babel, yo, El Azir, hijo de Sâlâtyal, estaba recostado en mi lecho.” Versión siríaca: “Yo Salathiel, que soy Esdras.” Versión latina: “Yo Salathiel, el mismo que Esdras.”
(c) Esta frase falta en otras versiones, excepto en la árabe-1.
(d) Versión árabe-1: “Tomaste de la tierra un cuerpo sin movimiento.” Versión árabe-2: “Creaste a Adán con tus manos sagradas como un cuerpo muerto.”
(e) El adjetivo justa falta en las versiones latina, siríaca y árabe.
(f) Versión latina: “Despreciaban tus recomendaciones”.
(g) El pasaje que está entre corchetes falta en la versión etíope, pero aparece en todas la otras.
(h) Versiones latina, siríaca y árabe-1: “(Tú) alteraste el siglo.”
(i) Versión árabe-2: “Cuatro animales”. Se trata muy probablemente de una confusión del traductor o de algún copista.
(j) Versión latina: “Y a causa de esto, se ha apoderado de Sión”. Versión siríaca: “y por ello has abandonado a Sión”. Versión árabe-1: “(Él) ha abandonado a Sión”.
(k) Estas palabras faltan en todas las otras versiones.
(l) El pasaje que está entre corchetes falta en la versión etíope, pero aparece en todas las otras.
CAPÍTULO IV
1. El ángel que había sido enviado hacia mí y que se llamaba Uriel (1) (Ourëel) (a) me respondió:
2. ¿No estaría extrañado tu espíritu de poseer el designio de la majestad del Altísimo (b)?
3. Seguramente, Señor, le dije. Prosiguió: He sido enviado para mostrarte tres caminos y proponerte tres parábolas.
4. Si me explicas una de ellas, te revelaré la vía que deseas conocer, y te enseñaré por qué este corazón es malo.
5. Habla, Señor –le dije. Él respondió: Ve a pesar el fuego con una balanza; a medir el viento con una medida, o si no, vuelve a llamar hacia mí el día que ya ha pasado.
6. Le repliqué: ¿Quién, entre aquellos que han nacido, podría hacerlo, para que me interrogues a propósito de ello?
7. Me dijo: Si te preguntara, ¿cuántas moradas (c) hay? ¿Cuántos manantiales (d) en la superficie del abismo? o ¿cuántas carreteras encima del cielo? o ¿cuál es el camino del infierno (siol) o el del paraíso?
8. Tú me responderías: No he descendido al abismo; nunca descendí al infierno; nunca subí al cielo.
9. Pero he aquí que solamente te he interrogado a propósito del fuego, el viento y el día pasado, y he aquí que no puedes cogerlo (e) ; no has podido responderme a propósito de ello.
10. Añadió: Ya que eres incapaz de conocer lo que está a tu alcance,
11. ¿Cómo podrías conocer la línea de conducta del Altísimo? Pues la vía del Altísimo está en el infinito, y tú que eres corruptible, no puedes conocer la vía de aquel que escapa a la corrupción.
12. Cuando oí estas palabras, caí la faz contra el suelo y dije: Habría sido mejor para nosotros no haber sido creados, más que serlo, vivir en el pecado y sufrir sin conocer su causa.
13. El ángel me respondió: Los árboles del bosque (f) fueron a celebrar un consejo.
14. Y dijeron: Vamos, marchémonos y libremos batalla al mar para rechazarlo ante nosotros y hacernos otro emplazamiento de bosque.
15. Del mismo modo las olas del mar celebraron un consejo y dijeron: Vamos, subamos y hagámosle la guerra al bosque que está en la llanura para hacer otro mar.
16. El proyecto del bosque fracasó pues el fuego vino a devorarlo.
17. Del mismo modo el proyecto de las olas (fracasó), pues la arena las inmovilizó (g).
18. Si conoces la justicia (h), ¿a quién de ellos darías la razón o a quién reprenderías?
19. Le respondí: Uno y otro eran vanos, pues la tierra ha sido dada al bosque y el mar debe llevar sus olas.
20. Has juzgado bien, me dijo. ¿Por qué no juzgas así cuando se trata de ti?
21. Del mismo modo que la tierra ha sido dada al bosque y el mar a las aguas, así aquellos que habitan la tierra pueden comprender solamente las cosas terrestres, pero no las cosas celestes y supracelestes (i) (2).
22. Entonces le dirigí la palabra y le dije: Señor, te preguntaré por qué nos ha sido dada la inteligencia con la que pensamos (j).
23. No he querido interrogarte sobre las vías superiores sino sobre lo que nos ocurre cada día, pues Israel ha sido entregado en oprobio a las naciones, y el pueblo al que amas, a los pueblos de pecadores; la ley de nuestros padres ha sido rechazada y ya no existe alianza escrita.
24. Pasamos por este mundo como saltamontes (3); nuestra vida es semejante al humo (4) y no merecemos que se tenga piedad por nosotros.
25. ¿Pero qué hará por su santo (k) nombre que está invocado sobre nosotros? Es a propósito de esto que te he interrogado.
26. Me respondió: Si existe, verás; si vives, sabrás (l); cada cosa en su debido tiempo (ll) (5) , pues el siglo se apresura en pasar.
27. En efecto, no puede traer la esperanza de los justos, pues este siglo está lleno de dolor y de debilidad.
28. El mal sobre el que me has interrogado ha sido sembrado, pero la cosecha no ha venido aún.
29. Mientras que aquello que ha sido sembrado no haya sido cosechado, mientras que el lugar que ha recibido la simiente del mal no haya desaparecido, [el campo donde el bien está sembrado no aparecerá] (m).
30. Pues el grano de la simiente del mal fue sembrado en el principio en el corazón de Adán; el fruto del pecado ha sido producido hasta que llegue el momento de su cosecha.
31. Piensa, tú mismo, si un grano de la simiente del mal ha producido tanto fruto del pecado.
32. ¡Cuántos frutos innumerables habría producido una simiente del bien si hubiera sido sembrada (6)!
33. Tomé la palabra y le dije: ¿Cuándo, pues, en qué época llegará esto?, pues nuestros días son pocos numerosos y malos.
34. Me respondió: No te corresponde a ti apresurarte más que el Altísimo: te precipitas a causa de él; el Altísimo se precipita a causa de un gran número.
35. Las almas de los justos en sus moradas han preguntado a propósito de esto y han dicho: ¿Hasta cuándo estaremos aquí? ¿Cuándo vendrá la cosecha de nuestras recompensas?
36. El ángel Iyârumial (n) (Jeremiel) les respondió: Cuando el número de aquellos que son como vosotros esté completo.
37. Pues el siglo será pesado en la balanza; ha medido el mar (ñ) con una medida; no se callará (o) y no despertará hasta que la medida que le ha sido acordada sea llenada.
38. Proseguí: Señor mío, he aquí que todos estamos llenos de pecados.
39. ¿Acaso la cosecha de los justos no se haría imposible por culpa nuestra, a causa de los pecados de aquellos que están sobre la tierra?
40. Ve, me dijo, pregúntale a la mujer encinta si, cuando han transcurrido los nueve meses puede retener lo que ha sido formado en ella.
41. Le respondí: Señor mío, es imposible. Entonces añadió: El infierno y las moradas de las edades de los justos son como la matriz.
42. Del mismo modo que la matriz se apresura para dar a luz en el dolor (p), del mismo modo la tierra se dará prisa para devolver a aquellos que le han sido confiados desde el comienzo del mundo.
43. En aquel día te explicarán lo que quieres saber.
44. Si he encontrado gracia ante tus ojos, le dije, y si piensas que ello es posible,
45. explícame si han de transcurrir tantos días como han transcurrido o bien más.
46. Pues sé lo que ha pasado, pero ignoro lo que ha de venir.
47. Me dijo: Mantente a una cierta distancia y te haré ver la explicación con una similitud.
48. Me levanté, miré, y he aquí que una hoguera ardiente pasó delante de mí. Cuando la llama hubo pasado, el humo permaneció.
49. Entonces pasó ante mí una nube llena de agua, haciendo caer una lluvia abundante: cuando esta gran lluvia hubo pasado, quedó un aguacero.
50. Me dijo: Reflexiona en ello: del mismo modo que la lluvia puede al aguacero, y el fuego al humo, del mismo modo que lo que ha pasado es lo más considerable; no queda más que el aguacero y el humo.
51. Le imploré y le dije: ¿Viviré en esos días? (q) ¿Qué ocurrirá en estos tiempos?
52. Él me respondió: Puedo exponerte una parte de los signos a propósito de los que me interrogas: en cuanto a tu vida, no he sido enviado para hablarte de ella, y lo ignoro (r).
Notas
(1) Uriel: en hebreo, “Dios es mi luz”. Ver la 2da. parte del Libro de Henoc.
(2) Ver Juan III: 12.
(3) Ver Isaías XL: 22.
(4) Ver Salmos CII: 4.
(5) Ver Eclesiastés III: 1.
(6) Respecto a la simiente del bien, dirigirse a Lucas VII: 11: “La semilla es la palabra de Dios”, estudiando este versículo a la luz de I Pedro I: 23.
(a) Versión árabe-1: “Ouryâl”. Versión árabe-2: “Oryâl” o “Souryâl”.
(b) Versión siríaca: “Tu corazón ha sido conmovido en este siglo, y has querido conocer la vía del Altísimo.” La versión árabe-1 da el mismo sentido, pero más desarrollado. La versión árabe-2 lo resume.
(c) Versión árabe-2: “Cuantos tesoros”.
(d) Versión árabe-2: “Cuantas salidas”.
(e) Versión latina y árabe-2: “Sin los cuales no puedes existir”. Versión siríaca: “Y de los que no puedes separarte”.
(f) Versión latina: “He ido hacia los árboles del bosque”.
(g) Versiones latina, siríaca y árabe-1: “Se levantó”.
(h) Versiones siríaca y árabe-2: “Si tuvieras que juzgarle”.
(i) Versiones latina, siríaca, árabe-1 y árabe-2: “Aquel que está en los cielos (puede comprender) las cosas que están por encima de los cielos”.
(j) A partir del versículo 23 hasta el versículo 46, el texto de la versión árabe-2 de la edición de Ewald presenta una laguna que es colmada hasta el versículo 33 por la edición de Gildemeister, págs. 6-8, nota.
(k) Este adjetivo falta en la versión latina y la versión árabe-2. El final del versículo está suprimido en las versiones árabe-1 y árabe-2.
(l) Versión siríaca: “Te extrañarás”.
(ll) Esta frase falta en las versiones siríaca, árabe-1 y árabe-2.
(m) El pasaje que está entre corchetes es una laguna del texto etíope colmada por el latino, el siríaco y el árabe-2. La versión árabe-1 está alterada.
(n) Versión siríaca: “Ramiel”. Versión árabe-2: “Aramil”.
(ñ) Versión latina: “Los tiempos”.
(o) Versión latina: “no conmoverá”. El final del versículo aparece alterado en la versión árabe-2.
(p) Versiones latina, siríaca y árabe-2: “Del mismo modo que aquella que da a luz se apresura en sustraerse a la necesidad del parto”.
(q) Esta frase falta en la versión árabe-2.
(r) Estas últimas palabras faltan en la versión árabe-2.
CAPÍTULO V
1. He aquí cuáles serán los signos (1): Vendrán días en los que un gran terror alcanzará a aquellos que habitan sobre la tierra: el dominio (a) de la verdad será ocultado y la tierra de la fe será estéril.
2. La injusticia se multiplicará más de lo que has visto y oído.
3. Un país que ahora ves desolado y devastado, reinará; y la tierra será un desierto (b).
4. Si el Altísimo te da la vida, verás la tierra estremecida después de tres meses (2); el sol brillará súbitamente durante la noche y la luna durante el día.
5(3). La sangre manará de la madera; la piedra hablará; los pueblos estarán turbados y las estrellas caerán (c) .
6. Entonces reinará aquel al que no se esperaba (4) (sobre aquellos que habitan sobre la tierra; los pájaros emigrarán).
7. [El mar de Sodoma (5) rechazará los peces, y la noche dejará oír un ruido desconocido (d)] a muchos; todos oirán su voz.
8. Habrá tumulto en muchos países: un fuego aparecerá con frecuencia; los animales del desierto abandonarán sus regiones; nacerán monstruos de mujeres (que tienen sus reglas (e)).
9. El agua dulce se volverá amarga; los ejércitos combatirán a los ejércitos (6); en este día la sabiduría será ocultada; la prudencia regresará a su morada.
10. Se la buscará entre muchos, y no se la encontrará (f); la injusticia y la locura se multiplicarán sobre la tierra.
11. Una ciudad preguntará a su vecina: ¿La justicia o aquel que practica la justicia, han pasado por tu casa? No, responderá.
12. En esos días los hombres esperarán y no obtendrán; se casarán y no se alegrarán (g); trabajarán y se pondrán manos a la obra, pero sus proyectos no tendrán éxito.
13. Tales son los signos que me han sido enviados para anunciártelos. Si rezas y si lloras aún como ahora, y si ayunas de nuevo siete días, oirás aún grandes cosas.
14. Luego me levanté, mi cuerpo tembló de frío y mi alma estuvo afligida hasta el punto que las fuerzas le faltaban.
15. Este ángel que había venido me cogió, me habló, me levantó sobre mis pies y me devolvió mis fuerzas (h).
16. Luego, la noche siguiente, Felt'yâl (i) el jefe de los príncipes del pueblo (7) vino a decirme: ¿De dónde llegas? Y ¿por qué está tan triste tu cara?
17. ¿No sabes que Israel te ha sido confiado en el país donde ha emigrado?
18. Levántate, pues; toma algún alimento para no abandonarnos como el pastor (8) que abandona a su rebaño en poder de los crueles lobos.
19. Yo le dije: Vete de mi lado; no vengas a mi encuentro antes de siete días; entonces vendrás a mí y te hablaré. Me dejó.
20. Ayuné durante siete días, afligido y llorando, como lo había prescrito el ángel Uriel (j).
21. De nuevo, después de siete días, los pensamientos de mi corazón me apenaron mucho.
22. El espíritu de la sabiduría se apoderó de mi alma y me puse a hablar ante el Altísimo.
23. Señor, Dios mío, le dije, te has escogido una viña única entre todos los bosques y todos los árboles de la tierra (9).
24. Entre todos los países del mundo, te has escogido una sola tierra; entre todas las flores del mundo te has escogido un lirio (k) (10).
25. De todos los abismos del mar, te has llenado un río; de todas las ciudades que han sido construidas, has santificado para ti a Sión.
26. De todos los pájaros que han sido creados, te has consagrado una paloma (11); de todos los rebaños que han sido creados, has santificado una oveja para ti (12).
27. Entre todos los pueblos numerosos, te has escogido uno: has hecho la prueba de una ley entre todas y la has dado a la nación a la que amas entre todas (l).
28. Y ahora, Señor, ¿por qué has entregado este pueblo único a las multitudes? ¿Por qué has deshonrado esta raíz entre las otras? ¿Por qué has prodigado tu único bien a muchos?
29. Aquellos que creían en tu ley han sido pisoteados por los enemigos de tu alianza.
30. Si has odiado a tu pueblo, más te hubiera valido castigarlo con tu mano (ll).
31. Cuando hube pronunciado estas palabras, el mismo ángel que había venido a mí la noche precedente, fue enviado hacia mí.
32. Me dijo: Escúchame, te hablaré: aplica el oído y repetiré mis palabras ante ti.
33. Habla, le dije, Señor mío. Prosiguió: ¿Es esto extraño para Israel o bien lo amas más que a aquel que lo ha creado?
34. No, Señor, respondí: pero he hablado a causa de lo que me afligía; estoy continuamente atormentado mientras intento encontrar la vía del Altísimo y conocer el camino de su juicio.
35. Esto no te es posible. ¿Por qué? Señor, le pregunté. ¿Por que he sido engendrado? ¿Porque no ha sido mi tumba el seno de mi madre, de manera que yo no hubiera visto el dolor de Jacob (Yâ'eqobe) y las penas de la raza de Israel? (13)
36. Me dijo (m): Cuenta los días que no han llegado aún (n); reúneme las flores (ñ) que están dispersas y reanímame las hierbas que se han desecado.
37. Ábreme las moradas cerradas; muéstrame las caras de aquellos a los que nunca has visto y hazme oír sus voces; entonces te hablaré de los sufrimientos que ellos (los Judíos) han padecido justamente (o).
38. Señor, dueño mío, le dije, ¿Quién podría saberlo sino es aquel que no habita con los hombres (p)?
39. Soy vil e ignorante; ¿cómo podría responder a tus preguntas?
40. Prosiguió: Del mismo modo que no puedes hacer una sola cosa de las que te digo, así no puedes penetrar ni en mi juicio, ni el final de mi amor que espero con paciencia (q) a causa de mi pueblo (r).
41. Señor, Dios mío, le dije: Has tenido paciencia a causa de ellos (s), pero ¿qué harán aquellos que nos han precedido?... ¿Qué haremos? ¿Qué harán aquellos que vendrán después de nosotros?
42. Me respondió: He establecido mi juicio como un círculo, de manera que aquellos que sean los últimos no lleguen tarde, y aquellos que sean los primeros no lleguen antes (14).
43. Le pregunté: ¿No te era posible crearlos a todos juntos, aquellos que nos han precedido, aquellos que nos seguirán, aquellos que son ahora de manera que manifiestes antes tu justicia?
44. Que la criatura no se apresure más que el Creador, me dijo: pues el mundo no podría llevar a aquellos que han sido creados en él (t).
45. Señor, ¿por qué dices a tu servidor que resucitarás en una vez a aquellos que has creado?; si los devuelves así a la vida, el mundo será demasiado estrecho. Si no, ¿no habrías podido traerlos al mismo tiempo que los que existen?
46. Ve pues a decir al seno de la mujer: Ya que das a luz a diez niños, ¿por qué los das a luz año tras año? Pídele que los traiga al mundo a los diez a la vez.
47. Sólo puedes hacerlo año tras año (u).
48. Me dijo: He dado la matriz de la tierra para aquellos que han sido sembrados por intervalos (v).
49. Del mismo modo que un niño no puede (dar a luz) así como la mujer que ha envejecido, así he constituido, según épocas diferentes, el mundo que he creado.
50. Le interrogué con estos términos: Ya que me has dado el medio de hablarte, he aquí que en verdad me has dicho: Vuestra madre es joven y su vejez está consumada.
51. Me respondió: Pregúntale a aquella que ha dado a luz; ella te hablará (15).
52. Dile: ¿Por qué aquellos que has dado a luz hasta ahora no son como aquellos que les han precedido, sino son menos fuertes (w) (16)?
53. Ella te responderá: Otro es aquel que ha sido dado a luz en la fuerza de la juventud; otro es aquel que ha sido dado a luz en una vieja matriz.
54. En cuanto a ti, sé que sois inferiores en fuerza a aquellos que os han precedido.
55. Y aquellos que vendrán después de vosotros os serán inferiores; lo mismo ocurre con lo que ha sido creado y con lo que ha existido, desde que ha perdido la fuerza de su juventud.
56. Proseguí: Señor, concédeme este favor: si he hallado gracia ante tus ojos, di a tu servidor por quien visitarás el mundo.
Notas
(1) Ver Apoc. de Esdras, cap. IV: 20.
(2) En la versión latina dada por Migne, este versículo aparece ampliado: "Si el Señor prolonga tus días hasta este tiempo, oirás el sonido de la tercera trompeta... y la luna aparecerá tres veces en un mismo día." Se trata probablemente de un añadido posterior, inspirado en el Apocalipsis de San Juan VIII: 10, 12.
(3) Este versículo y el siguiente se refieren al Mesías.
(4) Ver los Capítulos IV: 25 y VI: 28 de este mismo libro.
(5) Este mar recibe también el nombre de Mar Muerto, porque sus aguas no producen pez alguno y aquellos que llegan a él mueren al poco tiempo. Pero podría verse en este versículo un sentido más profundo, ya que para los cabalistas el pez era el símbolo de la Palabra Profética; rechazarla equivale a condenarse.
(6) Ver Mateo XXIV: 7 y Apoc. de Esdras IV: 24.
(7) Este es el único pasaje en el que Salatiel o Felt'yâl recibe la denominación de "conductor del pueblo". Esta le convendría más a su padre Zorobabel. Ver Hageo I: 1.
(8) Es tradicional la comparación del Profeta con el pastor; la volvemos a encontrar en el Evangelio con el personaje de Jesucristo, y en la Tradición Hermética con el Poimandrés.
(9) La comparación del Pueblo Elegido a una viña se repite a menudo en la Biblia (Ver Jeremías II: 21), pero el símbolo de la viña podría verse desde otro punto de vista, ya que se trata, en el fondo, de lo mismo que el jardín, por oposición al desierto o al árido, que recibe la Palabra Profética y, gracias a ella, da fruto.
(10) Ver Cantar de los Cantares II: 2.
(11) Ver Mateo III: 16.
(12) Ver Juan I: 29. Tanto la paloma como la oveja o el cordero resaltan por su color blanco, símbolo de la pureza. La paloma es el "Espíritu de Dios", como apunta el Evangelio de San Mateo, y simbolizó durante la Edad Media al Espíritu Santo. Algunos copones medievales tenían la forma de una paloma de plata o de oro, para dar a entender que el Espíritu Santo bajaba a las Hostias que contenían, transformándolas en el cuerpo material de Cristo. En algunos iconos del siglo XV aparecía una paloma con cabeza humana, ligeramente aureolada, para expresar que el Espíritu Santo acepta encarnarse aquí abajo. El cordero o la oveja son el símbolo de Cristo, encarnación de la Palabra o el Espíritu de Dios que representaba la paloma.
(13) Ver Job (X: I8). San Clemente de Alejandría cita este versículo en sus Stromatas (X: 16).
(14) San Ambrosio cita este versículo en su De Bono Mortis, Cap. X.
(15) San Ambrosio cita este versículo en su De Bono Mortis, Cap. X.
(16) San Ambrosio cita este versículo en su De Bono Mortis, Cap. X.
(a) Versión latina y versión árabe-1: "La voz". Versión siríaca: "Una parte".
(b) Versiones latina y siríaca: "El país que ahora ves reinar, será devastado y arruinado y se verá desierto.” Este versículo está abreviado en la versión árabe-1 y alterado en la árabe-2.
(c) Versión latina: "Los pasos serán cambiados". Versiones siríaca, árabe-1 y árabe-2: "Y el aire será alterado".
(d) El pasaje que está entre corchetes, que falta en la versión etíope, nos es dado por la latina, la siríaca y la árabe-1.
(e) El pasaje que está entre corchetes falta en las versiones siríaca, árabe-1 árabe-2.
(f) Versión árabe-2: "Los hombres desearán tener muchos hijos y no los tendrán".
(g) Este pasaje falta en las versiones latina, siríaca, árabe-1 y árabe-2.
(h) Este versículo y el siguiente aparecen abreviados en la versión árabe-2.
(i) Versión siríaca: "Psaltiel". Versión árabe-1: "Faladyal, la segunda noche". Versión árabe-2: "Ayatoul, la tercera noche".
(j) Versión siríaca: "Ramiel".
(k) Este fragmento falta en la versión árabe-1.
(l) Este fragmento aparece alterado en la versión árabe-2.
(ll) Versión árabe-2: "Más habría valido odiar a tus enemigos y a aquellos que desprecian tus mandamientos y que son dignos de castigo".
(m) La versión árabe-1 añade: "Si quieres conocer los decretos del Altísimo, dame la explicación del misterio que voy a decirte".
(n) Versión árabe-2: "Bienaventurados aquellos que no han nacido".
(ñ) Versiones latina, siríaca y árabe-2: "Las gotas". Versión árabe-1: "Reúneme los granos que no habéis sembrado".
(o) Versiones siríaca y árabe-2: "Te enseñaré la pena y el tiempo que has querido ver".
(p) Versión árabe-1: "Sino el Dios que habita con los hombres". Versión árabe-2: "Quien podrá instruirte sobre todo lo que has mencionado anteriormente".
(q) Versiones latina y siríaca: "Que he prometido". Versión árabe-1: "Que traigo".
(r) Versión árabe-2: "Ni saber donde acabará el pueblo".
(s) Versión siríaca; "Has prometido". Versión latina; "Mandas a aquellos que están en esta extremidad". Las dos versiones árabes están alteradas.
(t) La versión árabe-2 está alterada.
(u) Versiones latina, siríaca, árabe-1 y árabe-2: "le dijo: No podrá, más que a intervalos".
(v) Este versículo que falta en la versión etíope, nos es dado por todas las otras versiones.
(w) Versión siríaca: "Semejantes a los primeros, pero inferiores en talla."
CAPÍTULO VI
1. Él me dijo: Primeramente por el Hijo del Hombre, luego por mí mismo (a), pues, antes de la creación de la tierra y de los países, antes de la consolidación de las partes del mundo, antes del soplo de los vientos,
2. antes de que sonara el ruido del trueno (b), antes de que brillara la luz del rayo, antes de que la tierra del paraíso fuese consolidada,
3. antes de que apareciera la belleza de las flores, antes de que la fuerza de los terremotos fuera poderosa, antes de que el ejército (1) fuese enumerado,
4. antes de que se viera la elevación del éter, antes de que la medida de los cielos fuera nombrada [antes de que el asiento de Sión fuera sólido] (c),
5. Antes de que se conociera indicio del mundo futuro (d); antes de que fueran marcados con un sello aquellos que atesoran la fe.
6. En aquel día, pensé que yo era por mí mismo y que no había otro (e).
7. Yo le respondí: ¿Cuál será la señal de la duración que le está asignada? ¿Cuándo llegará el fin del primer mundo? ¿Cuándo el comienzo del siguiente?
8. Él me dijo: De Abrahán a Isaac, pues es de él que nacieron Jacob y Esaú (Esâou) (2).
9. El comienzo del otro mundo es Jacob.
10. La extremidad del hombre es su talón y su comienzo es su mano. Pero no preguntes más, Esdras.
11. Señor mío, mi dueño, proseguí, si he hallado gracia ante tus ojos.
12. Revela a tu servidor el fin de los signos (f) que le has indicado anteriormente, en parte la pasada noche (3).
13. Levántate, me dijo: enderézate sobre tus pies y te haré oír una palabra resonante (g).
14. Y si un terremoto sacude el lugar donde te encuentras,
15. no temas, cuando te hable, pues se tratará del final, y los cimientos de la tierra comprenderán la palabra.
16. En efecto, se tratará de ellos; temblarán y serán sacudidos; por ahí serán llevados hacia su fin.
17. Cuando lo hube oído, me levanté, me enderecé sobre mis pies y he aquí que una voz, cuyo ruido era semejante al estrépito de una masa de agua, se hizo oír.
18. Decía: He aquí que vendrán días en los que el momento de visitar a todos los habitantes de la tierra estará cerca;
19. en los que buscaré las iniquidades de aquellos que han cometido injusticias, cuando (la humillación) de Sión estará cumplida.
20. Cuando el mundo que viene estará marcado con un sello, he aquí el signo que haré. El libro estará abierto en la faz del cielo y todos se verán (h).
21. Los niños del año hablarán y conversarán; las mujeres encintas traerán al mundo niños de tres y cuatro meses; vivirán y se mantendrán derechos.
22. La tierra invisible aparecerá sembrada (i), y se encontrarán vacías las moradas llenas (j).
23. La trompeta sonará y cualquiera que la oiga temblará (4).
24. En aquellos días, los amigos combatirán contra sus amigos como si fueran enemigos (5); la tierra aterrorizará (k) a aquellos que la habitan; las fuentes se detendrán y dejará de manar agua hasta las tres (horas).
25. Aquel que sobreviva a todo lo que te he dicho, éste vivirá y verá mi salvación (6) y el fin de mi mundo.
26. En aquel día, se verá a aquellos hombres que han subido (al cielo) y (7) que no han probado la muerte después de su nacimiento. Los nombres de aquellos que habitarán el mundo serán cambiados (8) y recibirán otro corazón.
27. Pues el mal será destruido y el fraude aniquilado.
28. La fe crecerá; lo que es mortal será vencido; la verdad, que tan fecunda ha quedado durante aquellos días, aparecerá.
29. Mientras me hablaba, poco a poco, el lugar donde yo me hallaba se puso a temblar.
30. Y me dijo: He venido a hablarte como la noche anterior (l).
31. Si rezas de nuevo y ayunas aún durante siete días, te revelaré cosas más graves.
32. Pues tu voz ha sido oída ante el Altísimo (ll), y Él ha visto la energía de tu justicia desde tu juventud.
33. Por ello me ha enviado para que te revele todo esto. Añadió: Ten confianza, no temas (9);
34. No te apresures en pensar mal del comienzo, y no te precipites en los últimos tiempos.
35. Después de esto lloré de nuevo durante siete días y ayuné (m) para completar las tres semanas que me había dicho.
36. Aquella noche, mi corazón estuvo agitado de nuevo y me puse a hablar ante el Altísimo.
37. Pues mi espíritu estaba inflamado y mi alma atormentada.
38. Señor mío, mi dueño, dije, el primer día, en el comienzo de tus decretos, dijiste: Que el cielo y la tierra sean; tu Verbo ejecutaba (n).
39. Tu espíritu cubría (al caos) (10); las tinieblas espesas se callaban, pues no había aún ruido; el sonido de la palabra humana no existía todavía.
40. Ahora dices a la luz que salga de su retiro y a tu obra que aparezca.
41(11). Al día siguiente (12), creaste el espíritu de los cielos y le ordenaste que pusiera una separación entre las aguas, de manera que una parte se retirara arriba y que la otra permaneciera abajo (ñ).
42. Al tercer día (13), ordenaste a las aguas que se reunieran en la séptima parte de la tierra y que dejaran secas las otras seis partes de manera que se pudieran labrar, que se sembrara y que se viviera ante ti.
43. Tan pronto como tu voz se elevaba, tu obra estaba realizada (14).
44. En aquel día crecieron frutos innumerables, y esto tuvo lugar al tercer día; cada uno tuvo un gusto diferente; cada flor un color diferente; el aspecto de cada árbol fue distinto; cada uno tuvo su perfume particular.
45. El cuarto día (15), ordenaste que la luz del sol y de la luna apareciera para brillar, y que las estrellas fueran colocadas en orden.
46. Les ordenaste que sirvieran al hombre que iba a ser creado (16).
47. El quinto día (17), diste a esta quinta parte donde el agua estaba reunida (la capacidad) de producir pájaros vivos y los peces (o).
48. Y esta agua muda e inanimada produjo seres vivos a fin de hacer proclamar tu gloria a las generaciones.
49. Conservaste en aquel día dos animales que habías creado; los llamaste a uno Behemot (18) y al otro Leviatán (19) (Bëhémot y Leouiyâtân) (p).
50. Los separaste al uno del otro (q), pues esta séptima parte donde el agua estaba reunida no los podía llevar.
51. Diste a Behemot una parte de la tierra que se había desecado el tercer día para habitarla, allí donde están cuatro montañas (r).
52. Diste a Leviatán la séptima parte húmeda, y los guardaste allí para hacerles destruir (s) lo que quisieras.
53. El sexto día (20) ordenaste a la tierra que produjera ante ti animales, bestias salvajes y pájaros (t).
54. Encima de ellos estableciste a Adán como príncipe de todo lo que habías creado anteriormente (21), y es por culpa suya que nosotros, el pueblo que has escogido, hemos caído en el infortunio (u).
55. Digo todo esto ante ti, Señor, porque has dicho: "es a causa de vosotros que he creado el mundo."
56. Las otras naciones que descienden de Adán son como la nada; se asemejan a la saliva, o a las gotas de agua de un cubo, ellas y sus alegrías.
57. Y ahora, he aquí que estas mismas naciones que son como la nada nos dominan y nos pisotean.
58. Y nosotros, tu pueblo al que decías: "Sois mi primogénito (22), mi hijo único al que amo", estamos en sus manos.
59. Si has creado el mundo para nosotros, ¿por qué no lo poseemos como herencia?
Notas
(1) La versión latina de Migne habla de "ejércitos de espíritus celestes"; el texto parece referirse a los ángeles.
(2) Ver Génesis XXV: 25. Caín y Abel, Esaú y Jacob, se trata siempre de lo mismo. Los dos son hermanos, para indicar que se trata de la misma persona, o, mejor dicho, de dos aspectos de la misma persona. Las doctrinas cabalísticas nos explican que Caín y Esaú se refieren al hombre caído, al hombre terrestre, peludo, mientras que Abel y Jacob simbolizan al hombre regenerado, celeste o espiritual. Esaú es el hombre de este mundo, y Jacob es el del mundo venidero. En el contexto bíblico aparece claramente el desprecio y la indiferencia del hombre de este mundo hacia su legítimo derecho al venidero, al preferir un plato de lentejas. No es casual que "adasah", lenteja, proceda del verbo hebreo "adas", ser indiferente.
(3) Ver Apoc. de Esdras III: 53.
(4) Ver I Cor. XV: 52.
(5) Ver Apoc. de Esdras III: 9.
(6) Ver Apoc. de Esdras V: 28.
(7) Este versículo parece referirse a Elías, Henoc y quizás a Cristo.
(8) Observemos que en casi todas las antiguas iniciaciones se hacía un cambio de nombre al iniciado. El corazón, que antiguamente designaba a la residencia del alma y de la inteligencia, le es cambiado, porque el iniciado goza de una nueva inteligencia.
(9) Ver Lucas I: 30.
(10) Ver Génesis I: 2.
(11) San Ambrosio cita este versículo en su De Spiritu Sancto, II: 6.
(12) Ver Génesis I: 6, 8.
(13) Ver Génesis I: 9 a 13.
(14) Ver Salmo XXXIII: 9.
(15) Ver Génesis I: 14 a 19.
(16) Ver Korán XVII: 61. Existe una clara correspondencia entre los ángeles y las estrellas. Ver también el Libro de Henoc XXI: 3.
(17) Ver Génesis I: 20 a 23.
(18) Behemot es el plural hebreo de Behemah, bestia. Este plural se emplea a menudo en la Biblia para designar a toda clase de cuadrúpedos, pero en el Libro de Job (XL: 15 a 24) se refiere al animal extraordinario que describe este poeta. Para algunos autores, entre ellos Santo Tomas (Expositio in Job XL, 15) se trataría del elefante; para otros, del hipopótamo, ya que "Pehemá" en copto significa "vaca de agua", y designa a este animal.
(19) Leviatán designa en el Antiguo Testamento a los animales. Algunos autores creen que esta palabra deriva de Liviah y Tan (monstruo tortuoso). En el Libro de Job (XL: 20 a 25) designa al cocodrilo. En otros pasajes, es un cetáceo, símbolo del rey de Babilonia. Para los egipcios, el cocodrilo era uno de los símbolos de Tifón, el genio del mal. En algunos rituales funerarios el difunto ha de combatir con un cocodrilo. Ver también El libro de Henoc LI: 1.
(20) Ver Génesis I: 24 a 31.
(21) Ver Génesis I: 26 a 31 y Génesis II: 7.
(22) Ver Éxodo IV: 22.
(a) El comienzo del versículo falta en la versión latina.
(b) Versión árabe-1: "Antes de que los Querubines hicieran oír sus voces".
(c) Este pasaje que falta en el texto etíope, nos es dado por todas las otras versiones.
(d) Versiones latina, siríaca, árabe-1 y árabe-2: "Antes de que los años presentes fueran objeto de búsquedas". Las versiones siríaca y árabe-1 añaden también: "antes de que la necedad de aquellos que pecan fuese imaginada". La versión árabe-l da también una variante.
(e) Versiones latina, siríaca, árabe-1 y árabe-2: "He pensado, y todo esto fue hecho por mí y no por otro, del mismo modo que el final tendrá lugar por mí y no por otro".
(f) Versión árabe-1: "La plenitud de los días pasados".
(g) Versión árabe-2: "Suave y ligera".
(h) Versión árabe-2: "Aparecerán de una vez".
(i) Versión latina: "Los lugares sembrados parecerán no haberlo estado". Versiones siríaca y árabe-1: "Los lugares que no se siembra".
(j) Versión árabe-1: "Las tiendas y los graneros estarán llenos".
(k) Versión árabe-1, árabe-2 y siríaca: "Se aterrorizará con aquellos".
(l) Versión siríaca: "Esta noche".
(ll) Versión siríaca: "El Altísimo ha visto tu pureza".
(m) La frase que sigue falta en la versión árabe-2.
(n) Versión árabe-2: "Pues lo habías preparado todo".
(ñ) Este versículo falta en la versión árabe-1.
(o) Versiones latina y siríaca: "Los seres animados, pájaros y peces".
(p) Los versículos 49 a 52 faltan en la versión árabe-1.
(q) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(r) Las versiones siríaca y latina traen mil montañas, en conformidad con la tradición rabínica que explica de este modo un pasaje de Salmos IV: 10. Versión árabe-2: "Las montañas".
(s) Versiones latina, siríaca y árabe-2: "Para servirle de alimento a lo que quisieras".
(t) Versiones latina y siríaca: "los reptiles". Versión árabe-2: "Las bestias". Esta palabra falta en la versión árabe-1.
(u) Versión árabe-2: "Adán nos engendró según tu voluntad". Esta frase falta en la versión siríaca así como en la árabe-1.
CAPÍTULO VII
1. Cuando acabé de pronunciar estas palabras, el ángel que anteriormente había venido a mi encuentro, la pasada noche (a), fue enviado hacia mí.
2. Me dijo: Levántate, Esdras, escucha lo que he venido a decirte.
3. Habla, Señor mío, le dije. Prosiguió: Imagínate un mar que, en un vasto lugar, es ancho y extenso;
4. Pero el pasaje de su entrada es estrecho y semejante a un río;
5. Si alguien quisiera penetrar en este mar (b), que mire y que encuentre si, a menos que tome este pasaje estrecho, puede llegar al lugar ancho.
6. O bien, imagínate una ciudad construida en el desierto y abundante en bienes.
7. Pero cuyo acceso es estrecho y abrupto: hay a la derecha un fuego y a la izquierda un abismo;
8. Existe un camino entre el fuego y el abismo cuyo ancho es justo el del paso de un hombre.
9. Si se da esta ciudad en herencia a un hombre, ¿cómo podrá tomar posesión de su bien si no pasa por este lugar peligroso?
10. Le dije: Así es, Señor. Prosiguió: Lo mismo ocurre con la tierra de los Israelitas y con su parte (c).
11. Pues he creado el mundo (1) a causa de ellos, y cuando Adán desobedeció mis órdenes (d).
12. Los caminos de este mundo fueron ásperos, estrechos, poco numerosos, malos, peligrosos y llenos de dificultades y de penas (e).
13. Los caminos del mundo (que viene) (f) son grandes, anchos, brillantes y producen frutos cuya vida es eterna (2).
14. Si vosotros, vivos, no franqueáis estas dificultades y este pecado, no podréis obtener lo que os está reservado.
15. Entonces, ¿por qué turbarte (tú que no eres más que) polvo? ¿Por qué atormentarte, mortal? (g).
16. ¿Por qué no pensar en tu espíritu en el porvenir, y no en el presente? (h).
17. Le respondí: Señor, has dicho en tu ley que los justos heredarán todo esto y que los pecadores perecerán.
18. Pues los justos soportarán no pocas dificultades, en la esperanza del espacio ancho; los pecadores se fiarán en los lugares ásperos y no verán la vasta extensión.
19. Me dijo: No puedes juzgar mejor que el Único: No eres más sabio que el Altísimo (3).
20. ¡Que perezca esta multitud que desprecia la ley que el Señor ha establecido! (i) (4).
21. Pues el Señor ha prescrito a aquellos que existen lo que deben hacer para vivir, lo que deben observar para no ser castigados (j).
22. Pero lo han rechazado y abandonado: han establecido para sí mismos una doctrina mala.
23. El fraude y la injusticia se han convertido en una regla; con todo esto, han dicho: No hay Dios; y han abandonado su vía (k).
24. Han transgredido su ley; han despreciado su alianza; no han creído en sus prescripciones y han desdeñado su obra.
25. Del mismo modo que lo que está vacío es para los que están vacíos, lo que está lleno es para los que están llenos.
26. Pues he aquí en que vendrá el día en el que aparecerán los signos que te he dicho (5), en el que la región que ahora es visible desaparecerá, y en el que (l) la tierra que está escondida aparecerá (6).
27. Cualquiera que esté exento del mal que te he dicho, verá mi gloria.
28. Pues mi Mesías (ll) aparecerá con aquellos que le acompañan y alegrará (m) a aquellos que resucitarán.
29. Y después de esto, servidor mío, mi Mesías (n) acabará, así como todos los hombres que respiran.
30. El mundo volverá a su estado primitivo, y permanecerá mudo durante siete días; como fue anteriormente, nadie sobrevivirá.
31. Después de siete días, el mundo, que aún no estará despierto, se despertará y el mundo mortal será aniquilado.
32(7). La tierra devolverá a aquellos que se hayan acostado en ella, el polvo restituirá a aquellos que se han dormido en él y luego las moradas devolverán las almas que fueron colocadas en ellas (8).
33. En aquel día, el Altísimo aparecerá sobre su trono, que ha creado; su misericordia vendrá; su dulzura se retirará, su paciencia cesará.
34. Sólo quedará el juicio; su justicia se alzará, su fe crecerá.
35. Su obra seguirá, su remuneración aparecerá, su justicia se despertará y la injusticia no dormirá.
Notas
(1) Ver Apoc. de Esdras IV: 50 a 59.
(2) Ver Mateo VII: 13 y 14. El tema de los dos caminos o las dos sendas se repite en todo el cristianismo primitivo, en especial en la Didaché. Nos hemos referido a este texto en nuestra introducción.
(3) En la versión latina dada por Migne, que Basset parece no haber consultado, el sentido de este versículo es algo diferente: "No hay juez más justo que Dios, y nadie penetra en los corazones como el Altísimo".
(4) Ver Juan V: 14.
(5) Ver Apoc. de Esdras III: 1.
(6) Para Migne, este versículo es así: "La esposa aparecerá, y aquella que ahora está escondida en el seno de la tierra, saldrá resplandeciente". Podríamos establecer un paralelismo con Mateo XXV: 1. Ver nota 1 al Cap. VI.
(7) San Ambrosio cita este versículo y el siguiente en el capítulo X de su De Bono Mortis.
(8) Ver Apoc. de Esdras II: 35 y Libro de Henoc LI: 1.
(a) Versiones siríaca y árabe-2: "Las pasadas noches". Estas palabras faltan en la versión árabe-1.
(b) La versión siríaca añade: "y dominarlo". La versión árabe-2 abrevia este versículo.
(c) Versión árabe-2: "Lo mismo ocurre con el paraíso lleno de bienes y de ventajas duraderos".
(d) La primera parte de este versículo falta en la versión árabe-2. Las otras versiones consultadas añaden: "Lo que había sido hecho ha sido condenado".
(e) Este versículo y los dos siguientes están completamente modificados en la versión árabe-2.
(f) Versión latina; "Del mundo más grande".
(g) Versión árabe-2: "No te turbes".
(h) Este versículo aparece alterado en la versión árabe-2.
(i) Este versículo falta en la versión árabe-1. En las versiones siríaca y árabe-2, la frase es afirmativa, no optativa.
(j) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(k) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(l) Versiones latina y siríaca: "En los que la esposa, apareciendo como una ciudad, se levantará".
(ll) Versión latina: "Mi hijo Jesús".
(m) La versión siríaca añade: "Durante 30 años". Y la versión árabe-1: "Durante 400 años".
(n) Versión latina: "Cristo mi hijo". Este versículo falta en la versión árabe-2.
CAPÍTULO VII
(Continuación – A)
36. El pozo del juicio (1) será descubierto ante el lugar del reposo y la fosa del infierno aparecerá enfrente del paraíso de delicias.
37. En ese día, el Altísimo dirá ante el pueblo que se habrá despertado (a): Ved y sabed cuál es Aquel a quien habéis desobedecido, a quien no habéis servido, cuyas órdenes habéis despreciado.
38. Considerad ante nosotros, por una parte la alegría y el reposo; por la otra, el juicio y el fuego. Así les hablará en el día del juicio (b).
39. El día del juicio, he aquí lo que ocurrirá: no habrá ni sol, ni luna ni estrellas (2).
40. Ni nube, ni rayo, ni truenos (c),
41. ni viento, ni agua, ni cielo, ni tinieblas, ni noche, ni día, ni invierno, ni primavera, ni verano, ni frío, ni calor, ni vapor, ni granizo, ni hielo, ni nieve, ni lluvia, ni rocío.
42. Ni tarde, ni mañana, ni luz, ni esplendor, ni fulgor, ni antorcha, pero sólo el brillo de la majestad del Señor para que todos aquellos que le esperan vean todo esto en él.
43. La duración de ese día será igual a siete años (d).
44. Tal será su juicio, tal su decreto. Te he hablado sólo para ti (e).
45. Le respondí: Señor, ahora digo: ¡Felices aquellos que existen y que guardan tus mandamientos!
46. Pero a propósito de lo que te he preguntado: ¿Cuál es aquel de los vivos que no peca? ¿Cuál es aquel que ha dado a luz y que no ha abandonado tu ley?
47. Ahora veo cuán raros son aquellos que harás regocijar en el mundo futuro, y qué numerosos aquellos que serán condenados.
48. Pues un corazón malo ha crecido en nosotros; nos ha hecho errar: nos ha conducido a la impiedad; nos ha llevado al camino de la muerte, al camino de la corrupción; ha alejado la vida de nosotros; no es lo que ocurre con un pequeño número, sino con todos los que han sido engendrados.
49. Escucha, me dijo, te hablaré y te instruiré de nuevo.
50. Por esto el Altísimo no ha hecho un mundo sino dos.
51. Tú, cuando dices: Los justos son raros y poco numerosos [mientras que los malvados se han multiplicado, escucha, al contrario. Si sólo tienes pocas piedras preciosas, ¿tomarías a cambio, a causa de su cantidad, plomo y arcilla?] (f).
53. Le respondí: ¿Cómo podría ocurrir esto, Señor?
54. Me dijo: Esto no se puede solo, pero interroga a la tierra: te hablará; háblale, te instruirá.
55. Dile: He aquí que produces el oro, la plata, el estaño, el hierro, el plomo y la arcilla.
56. La plata es más abundante que el oro, el estaño que la plata, el hierro que el estaño, el plomo que el hierro, la arcilla que el plomo.
57. Reconoce pues qué es lo más precioso y lo más deseable: aquello que abunda o aquello que es raro.
58. Señor, le dije, lo que es más precioso, es lo que es raro; lo que tiene menos valor es lo que es más abundante.
59. Prosiguió: Examina por ti mismo lo que has pensado: se disfruta más de lo que es más raro que de lo que es más abundante.
60. Del mismo modo es la esperanza de los justos que viene de mí; me alegraré por el pequeño número de aquellos que vivirán, pues obtendrán mi gloria (g), en efecto mi nombre ha sido glorificado en ellos.
61. Mi corazón no se entristecerá a causa del gran número de aquellos que perecerán, pues se han encontrado semejantes al fuego; han sido como la llama; se han consumido como el humo; han quemado y han desaparecido.
62. Como respuesta le dije: Oh tierra, ¿por qué tiene lugar una nueva creación de tu polvo, que se te asemeja? (h).
63. Pero más habría valido que no se hubiera creado espíritu en nosotros, que haberlo creado.
64. Crece con nosotros y seremos castigados por su culpa, pues sabemos que pereceremos.
65. ¡Que la raza humana se lamente y que los animales salvajes se alegren! ¡Que todos aquellos que han nacido (de mujer) lloren y que los rebaños de bestias estén en la alegría!
66. Nos aventajan, pues no les espera ningún juicio; no conocen juicio alguno y no esperan vivir después de la muerte.
67. ¿De qué nos sirve vivir?
68. Todos nosotros, que hemos nacido, estamos hundidos en nuestros pecados; estamos llenos de iniquidad y nuestras faltas son pesadas.
69. Más nos habría valido no pasar por juicio después de nuestra muerte.
70. Me respondió: Cuando el Altísimo creó el mundo, a Adán y sus descendientes, creó primero el juicio y el castigo.
71. Y ahora, reflexiona en tus palabras. Dices: Nuestro corazón crece con nosotros.
72. Es por su culpa que serán castigados aquellos que estarán sobre la tierra; pues aquellos que tenían inteligencia han pecado; aunque hayan recibido la ley en su corazón, no han guardado sus mandamientos (3); conociendo su ley, han abandonado las prescripciones que habían recibido.
73. ¿Qué dirán cuando sean juzgados? ¿Cómo hablarán en los días supremos?
74. ¡Cuánto tiempo ha tratado con miramientos el Altísimo a aquellos que están sobre la tierra! No es por ellos (que lo ha hecho), pero a causa de la época que había fijado.
75. Si he hallado gracia ante ti, le dije, explica esto a tu servidor: Cuando muramos y que el alma salga de cada uno de nosotros, ¿estaremos en el reposo hasta que llegue el tiempo fijado por él (Dios) para tener su juicio? (i) ¿O a partir de cuándo seremos juzgados?
76. Me respondió: Te lo diré, pero no te abras paso entre los infieles, no estés entre el número de aquellos que serán juzgados.
77. Pues has adquirido ante el Altísimo un tesoro que te está reservado (4), pero que sólo te aparecerá en los días supremos.
78. En lo que se refiere a la muerte (tiene lugar) a partir del momento en que sale la orden del Altísimo: Que alguien muera. Su alma abandona el cuerpo para ir hacia Aquel que (se) la ha dado (5), y comienza prosternándose ante la gloria del Altísimo.
79. Si se trata de impíos que no han guardado los caminos del Altísimo, que han despreciado su ley, que han olvidado su temor,
80 (6). estas almas no entrarán en la morada (eterna), pero errarán, luego serán castigadas, atormentadas y afligidas y se les enseñarán siete cosas (j).
81. La primera, es que han sido infieles al camino del Altísimo (7).
82. La segunda: que no han podido volver para vivir.
83. La tercera: que vean las recompensas destinadas a aquellos que han creído en la ley del Altísimo.
84. La cuarta: que vean los castigos que les esperan en los días supremos (k).
85. La quinta es que vean las almas de los justos guardadas por los ángeles en sus moradas, en gran reposo (l).
86. La sexta es que se les fuerza a errar y que se les enseñan los castigos que recibirán a partir de este tiempo.
87. La séptima y la mayor de todas aquellas que he dicho, es que se funden de vergüenza y que están cubiertas de ignominia, desecadas por el temor, cuando ven ante ellas la gloria del Altísimo contra el que, durante su vida, han pecado y ante el que van a ser juzgadas.
88. (He aquí) la situación de aquellos que han guardado los mandamientos del Altísimo, cuando salen de sus cuerpos mortales.
89. Pues, durante todos los días que han pasado en ellos, han servido al Altísimo en continua aflicción, soportando sus penas a fin de cumplir la ley de Aquel que las ha instruido.
90 (8). He aquí lo que les concierne.
91. Primeramente verán con gran alegría la gloria de Aquel que las acoge y las favorecerá de siete maneras (ll):
92. La primera, de haber luchado con mucho esfuerzo para vencer al mal pensamiento que les venía, para no ser extraviados por él ni en la muerte ni en su actual existencia.
93. La segunda es de haber visto errar las almas de los pecadores y la condena que les espera.
94. La tercera, es que Aquel que los ha creado, los favorecerá con el testimonio de que han guardado durante su vida la ley que les ha sido dada.
95. La cuarta es que verán el reposo del que gozarán a partir de este momento en sus moradas, con gran alegría, bajo la guardia de los ángeles, y la gloria que les está reservada (m).
96. La quinta es que se alegrarán tanto más que han escapado a la muerte natural y han recogido la herencia que han recibido (n): luego verán que han soportado un lugar estrecho, lleno de tormentos, y que han encontrado el ancho espacio donde se regocijan resguardados de la muerte.
97. La sexta es que se les dejará ver que sus caras resplandecen como el sol o brillan como la luz de las estrellas, pues no morirán nunca (9).
98. La séptima y la mayor de todas, es que se regocijarán abiertamente sin tener vergüenza; asegurados en su alegría (ñ), pues se apresurarán para ver la faz de aquel a quien han servido durante sus vidas, cerca de quien serán honrados y recompensados.
99. He aquí las condiciones que, desde entonces, hallarán las almas de los justos; he aquí las situaciones y los castigos de los que se afligirán los impíos (o).
100. Le respondí: Cuando el alma haya salido de su cuerpo, ¿le serán dados días para ver lo que me has expuesto?
101. Habrán, me dijo, siete días libres para ver lo que te he explicado; luego se irán a sus moradas (p).
102. Proseguí: Señor, si he encontrado gracia ante tus ojos, di a tu servidor: En el día del juicio, ¿podrán los justos interceder por los pecadores ante el Altísimo?
103. (¿Podrán interceder) los padres por los hijos, los hijos por sus padres, [los hermanos por los hermanos, los parientes por los parientes, los amigos por sus amigos] (q).
104. Me respondió: Ya que has hallado gracia ante mis ojos, te lo diré: El día del juicio será súbito y se enseñará a cada una (r) de nuestras órdenes el sello de la verdad (10). Del mismo modo que ahora el padre no envía al hijo en su lugar, ni el hijo al padre, ni el amo a su sirviente, ni el amigo a su amigo para estar enfermo, acostarse, comer o ser curado en su lugar (s).
105. Del mismo modo, será absolutamente imposible que alguien interceda por otro; nadie echará su fardo sobre otro pues cada uno padecerá lo que merece y será responsable de sus actos.
Notas
(1) En hebreo, el pozo tiene un sentido femenino, de mujer, de esposa. Ver nota (6) al capítulo anterior. Podríase decir que, a pesar de ser un lugar oscuro, es la casa de la luz, si leemos Beit Or en vez de Beor, palabra que en hebreo designa al pozo. En varios pasajes bíblicos los patriarcas encuentran a su mujer al lado de un pozo (Ver Génesis XXIX) y es curioso que el encuentro entre Jesús y la samaritana tenga también lugar junto a un pozo. Probablemente venga de aquí el dicho popular: "Todo mi gozo en un pozo", si se interpreta que todo el gozo se encuentra escondido en un pozo. El sentido apocalíptico de este versículo puede aclararse releyendo el Apocalipsis de San Juan IX: 1 y el Libro de Henoc, Cap. LIII. El Evangelio según Tomás apunta en el logion 74: "Hay muchos (que están) alrededor del pozo, pero no hay nadie (que esté) dentro del pozo".
(2) San Ambrosio cita los versículos 4, 5 y 6 en el capítulo XII de su De Bono Mortis.
(3) Para los hebreos era importantísimo guardar los mandamientos y no olvidarlos, siendo el estudio de la ley una de sus actividades principales. Por esta razón, los Salmos cantan: "De noche me acuerdo de tu nombre, oh YHWH, y guardo tu ley. Esta ha sido mi suerte, guardar tus preceptos. Mi porción es YHWH, he resuelto guardar tu palabra" (Salmos CXIX: 55 a 57). Los Evangelios son quizás más claros: "Si alguno guardare mi palabra, jamás verá la muerte" (Juan VIII: 51). "Aquel que encuentre la interpretación de estas palabras, no probará la muerte" (Ev. según Tomás). A propósito del misterio de la palabra, el lector se dirigirá al apócrifo etíope titulado "Las Enseñanzas de Jesucristo a sus discípulos", publicado en esta misma colección.
(4) Ver Deuteronomio XXVIII: 12 y Mateo VI: 20: "Atesorad tesoros en el cielo..."
(5) Ver Eclesiastés XII: 7.
(6) San Ambrosio, en el capítulo X de su De Bono Mortis resume este versículo y los siete siguientes.
(7) Ver el Libro de Henoc Cap. XLV: 2.
(8) Este versículo y los siguientes, hasta el 66 aparecen resumidos en la obra De Bono Mortis de San Ambrosio.
(9) Ver el Libro de Henoc LVIII: 3 y LVIII: 12 y ss.
(10) Estos tres últimos versículos fueron los más polémicos y criticados de todo el apócrifo, pues son contrarios al dogma de la Iglesia [romana] de la oración por los muertos.
(a) Versión árabe-2: "Que no haya pecado".
(b) Esta frase falta en la versión árabe-2.
(c) La versión latina añade: "Mi esplendor".
(d) Versión árabe-1: "Dos semanas de años". Versión árabe-2: "70 años".
(e) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(f) El pasaje que está entre corchetes falta en la versión etíope, que no ha conservado más que este trozo: "Hazte un vaso de plomo con arcilla".
(g) Versiones latina y árabe-1: "Son aquellos que han hecho ahora más poderosa mi gloria".
(h) Versión siríaca: "¡Oh tierra! ¿Qué has hecho?, es de ti que éstos han nacido y van a su pérdida". Versión árabe-2: "¡Oh tierra!, ¿por qué has dado a luz la pena?"
(i) Versión latina: "En el que empezarás a renovar la creación".
(j) Versiones siríaca y árabe-1: "Serán atormentadas de 7 maneras".
(k) La versión siríaca añade: "Suplicio que alcanzará a las almas de los impíos que, aunque tenían tiempo de actuar, no se han sometido a los preceptos del Altísimo".
(l) Versión latina: "En gran silencio".
(ll) Versión siríaca: ''Se reposan y caminan en 7 vías". Versión latina: "Recibirán su recompensa que será de 7 maneras". Versión árabe-2: "Estas almas avanzarán por 7 caminos preparados para ellas".
(m) Versión árabe-2: "Es que verán los grados de beatitud de los ángeles".
(n) El resto del versículo falta en la versión árabe-2.
(ñ) La primera parte del versículo falta en la versión árabe-2.
(o) La versión siríaca añade: "Estas almas no entrarán en sus retiros, mas serán atormentadas desde ahora; gimen y se lamentan en las siete vías".
(p) La versión árabe-2 añade: "Donde permanecerán hasta el final de los tiempos presentes".
(q) El pasaje entre corchetes que falta en la versión etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
(r) Versiones latina y siríaca: "Se enseñará a todos".
(s) Este versículo aparece abreviado en la versión árabe-2.
CAPÍTULO VII
(Continuación – B) (1)
36. Le repliqué: ¿Cómo es que vemos que Abraham intercedió antaño por Sodoma (2) y Moisés por nuestros padres, cuando pecaron en el desierto (3)?
37. Y Josué (Yosé) por Israel (Esrâél) en tiempos de Akân (4) (a)
38. Y Samuel (Sâmouèl) en tiempos de Saul (Saol) (5). Y David, a propósito de la peste (6) y Salomón por el templo (7);
39. Elías (Elyâs) por la lluvia (8) y para resucitar a un muerto (b) (9).
40. Ezequías (H’ëzqyâs) por el templo en tiempos de Sennaquerib (Samâkrèm) (10) y muchos por muchos.
41. Si en la época en la que la corrupción crecía, en la que la injusticia se multiplicaba, los justos intercedieron por los pecadores, ¿por qué en ese día no ocurriría lo mismo?
42. Me respondió: Porque entonces no era aún el final actual de este mundo, y la gloria del Señor, que ha de ser eterna, no era aún manifiesta (c); a causa de ello, los fuertes han podido interceder por los débiles (d).
43. Pero el día del juicio, será el fin de este mundo y el comienzo del mundo futuro, en el que la muerte cesará, en el que la inmortalidad se levantará.
44. Entonces la debilidad será apartada, la discordia cesará, la justicia crecerá y la equidad será fuerte (e).
45. En aquel día, nadie podrá tener piedad de aquel que sucumbirá en el juicio; nadie podrá perjudicar a aquel que haya vencido.
46. Le repliqué: Es como había dicho al principio; y ahora, ¿no hubiera sido mejor que la tierra no hubiera producido a Adán (11), que producirlo (f) e instruirlo para que pecara?
47. ¿De qué nos sirve vivir en la tristeza (g) mientras nos espera un juicio después de nuestra muerte?
48. ¡Oh, Adán, qué has hecho! Si no hubieras pecado, este mal no habría ocurrido.
49. ¿De qué sirve habernos prometido un mundo inmortal, si hacemos obra de muerte?
50. ¿De qué sirve habernos hablado de la buena esperanza, ya que perseguimos el mal? (h).
51. ¿De qué sirve reservarnos moradas en las que no habrá ni enfermedad ni pena, si cometemos pecados?
52. ¿De qué sirve que la gloria del Altísimo esté entre aquellos que sufren para fortificarnos, si seguimos en nuestra falta?
53. ¿De qué sirve que aparezca un jardín cuyos frutos no se secarán, donde estarán la alegría y la vida, ya que no entraremos en él,
54. pues hemos cometido actos reprochables? (i).
55. ¿De qué sirve que la faz de aquellos que han manifestado una fuerte paciencia brille (j), mientras que las nuestras serán oscurecidas por las tinieblas?
56. He aquí que vivimos sin saber qué nos ocurrirá después de nuestra muerte (k).
57. Él me respondió: Tal es el pensamiento de este mundo; que el hombre nacido en esta tierra luche y libre un combate.
58. De manera que si es vencido, hallará lo que dices; si es vencedor, hallará lo que digo.
59. Esta es la vía que Moisés indicó al pueblo (12): Escoged la vida para vosotros, de manera a que viváis (l) (13).
60. Pero no le creyeron, como tampoco a los profetas que vinieron detrás de él. Como tampoco a mí que les hablaba.
61. No habrá tristeza alguna en lo que se refiere a su pérdida... (ll) para la vida de aquellos que creen.
62. Señor, le dije, ahora sé que el Altísimo es llamado el Clemente porque ha tenido piedad de aquellos que son siempre como si no fueran nada;
63. El Compasivo, porque tiene piedad de aquellos que se vuelven hacia su ley (m).
64. El Paciente porque ha manifestado la misma paciencia hacia aquellos que pecaban que hacia sus hijos (n).
65. El Generoso, porque ha dado a aquellos que te he dicho según lo que por sus acciones merecían (ñ).
66. Muy Misericordioso, porque prodiga su misericordia a aquellos que existen (o), tanto a aquellos que desobedecen como a aquellos que son dignos de elogio.
67. Pues si no prodigara su misericordia, el mundo no podría subsistir, como tampoco aquellos que lo habitan.
68. Es generoso, pues si no acordara por su bondad que los pecadores fueran aligerados de sus faltas, el género humano no viviría (p).
69. Es el juez, pues si no conservara la obra que ha hecho, destruiría a la multitud de los impíos,
70. y de la masa que ha creado no quedaría más que un pequeño número (de hombres).
Notas
(1) Este capítulo corresponde a los versículos 36 a 69 del capítulo VII de la edición latina de Migne. Los 35 versículos anteriores formaban el capítulo V de la versión etíope.
(2) Ver Génesis XVIII: 23.
(3) Ver Éxodo XXXII: 11.
(4) Ver Josué VII: 6 a 9.
(5) Ver I Reyes XII: 8 y 9, y 18, 19 y 23.
(6) Ver II Reyes XXIV: 10.
(7) Ver III Reyes XVII: 15 a 61.
(8) Ver III Reyes XVIII: 42.
(9) Ver III Reyes XVII: 20 y 21.
(10) Ver IV Reyes XIX: 15 a 19.
(11)Ver Apoc. de Esdras II: 12.
(12)Ver Deuteronomio XXX: 19.
(13)Ver también Amós V: 4: "¡Buscadme y viviréis!".
(a) Versión latina: "Achar". Versión árabe-1: "Akhár"; "En tiempos de Akán" falta en la versión árabe-2.
(b) Versión árabe-2: "Que Eliseo volvió a llamar a la vida resucitándolo de entre los muertos".
(c) Versión siríaca: "El siglo tiene un final y la gloria de Dios no permanece en él constantemente". Versión árabe-2: "La naturaleza de este mundo no perdura".
(d) Versión árabe-2: "Porque se retiraban de este mundo al cabo de pocos días".
(e) Versión siríaca: "La sinceridad aparecerá".
(f) Versiones siríaca y latina: "O habiéndolo producido le impidiera pecar". El final de este versículo está alterado en la versión árabe-l y falta en la versión árabe-2.
(g) Versión árabe-2: "¿De qué les sirve a los hombres ser píos o malvados?"
(h) Versión árabe-2: "Ya que después de haber visto la esperanza inmortal, nos hemos entregado al suplicio".
(i) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(j) Versión árabe-1: "Como las lámparas del cielo". Versiones latina, siríaca y árabe-2: "Encima de las estrellas".
(k) Versiones latina, siríaca y árabe-1: "Cuando, durante nuestras vidas, hacemos el mal, no pensamos en que lo empezaremos a sufrir después de la muerte".
(l) Versión árabe-2: "Para vosotros, la vida es mejor que la muerte: no muráis".
(ll) La laguna que aparece en el texto etíope podría colmarse gracias a las versiones siríaca y latina: "Del mismo modo que habrá alegría por la salvación de aquellos que han obedecido". Versión árabe-1: "Además, no estoy triste y no contradigo su perdición, sino que me alegro, pues sus corazones no están sometidos a lo que es bueno". Este pasaje está alterado en la versión árabe-2.
(m) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(n) Versión latina: "Hacia sus obras" (De él). Versión árabe-1: "Hacia sus obras " (De ellos).
(ñ) Versiones latina y siríaca: "Porque quiere dar en vez de reclamar". Este versículo falta en la versión árabe-2.
(o) Versiones latina, siríaca y árabe-2: "A aquellos que han vivido, como a aquellos que vivirán".
(p) Este versículo falta en la versión árabe-2.
CAPÍTULO VIII
1. Me respondió: El Altísimo ha hecho este mundo para muchos, y el mundo que viene para pocos (1).
2. Voy a explicar esta figura ante ti, Esdras. Interroga a la tierra y ésta te dirá que ella da el polvo del que se hacen las vasijas, y el polvo del oro; el primero es mucho más abundante que el segundo (2).
3. Muchos han sido creados (en la tierra), pero pocos vivirán.
4. Proseguí: Que el alma se alegre a causa de la inteligencia y que la oreja beba la sabiduría (a).
5. Pues la oreja ha venido para oír y se va, a pesar de que sólo le haya dado poca vida (b).
6. Señor, si le permites a tu servidor, cuando nos diste el corazón y el pensamiento para sembrar allí donde cultivamos, sembrábamos para cosechar frutos y para que pudieran vivir, (pero) ahora todos (han) muerto mientras el mundo traía al género humano (c).
7. Pues todos somos iguales; somos, como has dicho, la obra de tus manos.
8. Ahora creas (al hombre) en la matriz, le haces un cuerpo y miembros, le das un corazón, lo conservas en el fuego y en el agua. Durante nueve meses ella lleva lo que has creado, y es guardado por tu palabra.
9. Luego, después de traerlo su madre al mundo, después de su nacimiento y su creación,
10. Ordenas que la leche mane de todos sus miembros hacia sus pechos, fruto del seno,
11. Para amamantar durante un cierto tiempo a aquel que has creado; lo haces crecer por tu misericordia.
12. Lo alimentas con tu justicia; le instruyes en tu ley y le reprendes con tu sabiduría (d).
13. ¡Luego haces perecer a aquel que has creado y animado, a tu servidor!
14. Pero si destruyes a aquel que has creado y formado desde tantos días, ¿por qué lo has creado?
15. Ahora, he hablado con certeza; y tú, todo lo sabes, pero yo, estoy inquieto a causa de tu pueblo.
16. Y de tu herencia: esto es lo que me aflige (e).
17. Por ello he empezado a implorarte, a causa de mí y a causa de ellos, pues preveo nuestra caída, de los que habitamos en este mundo.
18. Y oigo la ley del mundo futuro.
Comienzo de la oración pronunciada por Esdras antes de ser raptado (f):
19. Escucha también mi voz, oye mi ruego y hablaré ante ti.
20. Señor, que vives en la eternidad (f bis), que ves en el elevado éter; Altísimo que resides en el cielo,
21. Cuyo trono es invencible; cuyos ángeles están en pie con temor.
22. Por cuya orden existen el viento y el fuego, cuya palabra es firme, cuyo lenguaje es duradero,
23. Cuya ley es fuerte, cuyas órdenes son terribles; tus decisiones desecan los abismos, tu cólera hace que se fundan en agua las montañas, y la justicia es tu testimonio (3).
24. Escucha la palabra de tu servidor, atiende a los ruegos de tu criatura, escucha mi lenguaje.
25. Mientras esté en vida, te hablaré; mientras mi corazón exista, te responderé.
26. No consideres las faltas de tu pueblo, sino la justicia de aquellos que te han servido.
27. No mires la obra de los pecadores (g), sino los dolores de aquellos que han observado tus mandamientos.
28. No te irrites a causa de aquellos que han hecho el mal ante ti, pero acuérdate de aquellos que en sus corazones han creído en tu ley (h).
29. No quieras hacer perecer a aquellos que se han comportado como animales, pero acuérdate y considera a aquellos que han abrazado tu ley con el corazón sereno (i).
30. No le irrites contra aquellos que son peores que las bestias (j), pero ama a aquellos que siempre han tenido confianza en tu gloria.
31. Pero nosotros y aquellos que nos han precedido, hemos cometido faltas mortales; sé misericordioso para con nosotros y para con aquellos que nos han precedido.
32. Pues si tienes piedad de nosotros que no tenemos buenas acciones, serás llamado en aquel día el misericordioso.
33. Para los justos que tienen reservadas cerca de ti buenas acciones, tendrás piedad de ellos a causa de sus obras.
34. ¿Qué es el hombre para que te irrites contra él? ¿Qué es la raza mortal para excitar tu ira? (k).
35. En verdad te lo digo: No hay entre aquellos que han sido engendrados ninguno que no haya pecado (l).
36. Así se conocerá bien tu bondad, si tienes piedad de aquellos que no tienen buenas acciones.
37. Me respondió: En verdad, has hablado según la justicia; así es.
38. En verdad, no les deseo la muerte a aquellos que han pecado, ni el juicio, ni la destrucción:
39. Mas me alegro por los justos (ll), pues ellos son quienes vivirán y quienes hallarán su recompensa.
40. Es como tú has dicho.
41. Del mismo modo que el labrador (m) siembra muchas semillas y hace muchas plantaciones, si es tiempo (n) de ello. Toda semilla no vivirá; todas las plantas no echarán raíz; del mismo modo, todos los que están en el mundo no vivirán (4).
42. Le respondí: Si he hallado gracia ante ti, (permíteme) que hable.
43. Si la simiente del labrador no crece, se dice: Quizás no ha recibido lluvia, por ello ha perecido (ñ).
44. Pero el hombre que has hecho con tus manos, que has formado a semejanza tuya, si es tu imagen y lo has creado todo a causa de él, ¿por qué lo comparas y haces que se parezca a la simiente del labrador? (5).
45. Ello está lejos de ti, Señor, pero perdona a tu pueblo; sé clemente para con tu herencia (6), pues tendrás piedad de tus criaturas.
46. Prosiguió: Lo que hay en este mundo, es la imagen de aquellos que en él habitan; lo que hay en este mundo, es la imagen de aquellos que se encuentran en él (o).
47. Pero eres incapaz de amar más que yo a mis criaturas, y eres, la mayor parte del tiempo, comparable a los pecadores, aunque no seas uno de ellos,
48-49. Porque te has humillado, como te convenía, y no te has considerado como los justos para ser alabado aún más.
50. Los culpables que habitarán en el mundo en los días supremos, sufrirán mucho porque avanzan con mucho orgullo (p).
51. Tú, comprende para ti, y busca la gloria de aquellos que son como tú.
52 (q). Pues para vosotros está abierto el paraíso, plantado el árbol de la vida, preparado el mundo futuro, la alegría ordenada y establecida; la bendición se ha levantado (r), así como la bondad, y la raíz de la sabiduría ha sido recogida para nosotros.
53. La enfermedad ha sido marcada con un sello, la muerte ha sido abolida, el infierno ha sido escondido, la corrupción ha sido destruida.
54. El dolor ha sido olvidado, ha aparecido el tesoro de la vida.
55. No vuelvas a preguntarte más acerca de la multitud de aquellos que perecerán.
56. Ya que, habiendo recibido la libertad, han despreciado al Altísimo, han desdeñado su ley, abandonado su vía.
57. Después de haber pisoteado a los justos,
58. se han dicho a sí mismos: "No queremos ningún Dios", sabiendo que morirían.
59. Así, del mismo modo que este bien os está reservado, así les está destinado el perder. [El Altísimo no quiere que todos los hombres perezcan] (s).
60. Pero después de haber sido creados, han profanado el nombre de su creador; no han dado gracias a aquel que los había formado.
61. Ahora, su castigo está cerca;
62. no he dicho esto a muchos, sino a ti y al pequeño número de aquellos que son como tú.
63. Le dije: Señor, acabas de indicarme la multitud de signos que harás en los días supremos, pero no me has indicado en qué momento tendrán lugar.
Notas
(1) Se trata de la misma enseñanza que Mateo XXII: 14: "Muchos son los llamados y pocos los elegidos". Ver también Apoc. de Esdras VI: 20, VIII: 3 y IX: 15.
(2) Ver Romanos IX: 21.
(3) Este versículo es citado en las Constituciones Apostólicas VIII: 7.
(4) Ver Mateo III: 10.
(5) Ver Apoc. de Esdras I: 5 y II: 30.
(6) Ver Apoc. de Esdras IV: 58 y 59.
(a) Versión latina: "Traga el sentido, alma mía; que devore lo que es sabio". Versión siríaca: "Absorbe el sentido, alma mía; ¡Oh corazón mío, bebe la inteligencia!" Versión árabe-2: "Entonces dije a mi alma: Vive pues en penitencia, a fin de comprender bien".
(b) Versión árabe-2: "Pues poco numerosos son aquellos que se evitan la muerte".
(c) Versiones siríaca y árabe-1: "Para que todo lo que es corruptible, creyendo revestirse de la forma humana, pueda vivir". Este versículo aparece alterado en la versión árabe-2.
(d) Versiones siríaca y árabe-1: "La instruyes en tu inteligencia". Versión árabe-2: "Le conduces en tu justicia".
(e) Las otras versiones consultadas añaden: "Y de Israel, por esto estás triste, y de Jacob, y por esto estoy turbado".
(f) Esta frase falta en la versión árabe-1.
(f bis) Versión árabe-2: "Me eres más elevado que el éter". El resto del versículo falta en esta versión.
(g) La primera parte de este versículo falta en la versión árabe-2.
(h) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(i) La segunda parte de este versículo falta en la versión árabe-2.
(j) Versión árabe-2: "No castigues a los animales por culpa de las faltas de los hombres".
(k) El final de este versículo falta en la versión árabe-1.
(l) La versión latina añade: "Entre aquellos que confiesan ninguno que no haya cometido faltas". Las otras versiones consultadas traen: "Entre aquellos que han sido, ninguno que no haya cometido faltas".
(ll) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(m) La versión árabe-2 añade: "Que abona su campo".
(n) Versión siríaca: "En todo momento" (tiempo).
(ñ) Versiones latina, siríaca y árabe-1: "Si la semilla del labrador no ha recibido la lluvia en su momento, ¿cómo será salvada? Perece incluso por demasiada lluvia".
(o) Versión árabe-2: "Las semillas y las plantas que nacen, se parecen a aquellos que cumplen con sus deberes; aquellas que perecen a aquellos que carecen de fuerza".
(p) Este versículo falta en la versión árabe-2. El final del capítulo, a partir de este versículo falta en la versión árabe-1.
(q) El final del capítulo, a partir de este versículo falta en la versión árabe-2.
(r) Versión siríaca: "La ciudad se ha construido".
(s) El pasaje que está entre corchetes y que falta en la versión etíope, nos es dado por las versiones latina y siríaca.
CAPÍTULO IX
1. Me respondió: Calcula (1) tú mismo, y cuando hayas visto la realización de una parte de los signos que te he indicado (a),
2. Has de saber entonces que ha llegado el momento fijado, en el que el Altísimo ha de examinar al mundo que ha creado.
3. Cuando aparezcan en cada país los terremotos; cuando los pueblos estarán alterados, las naciones mezcladas; cuando los reyes se combatan, cuando los príncipes estén asustados (2),
4. Entonces has de saber que el Altísimo ha hablado de todo ello antes de ese momento (b).
5. Del mismo modo que todo lo que existe en el mundo tiene su principio en la palabra (3) y su final en la manifestación (c),
6. Así el mundo del Altísimo tiene su principio en el discurso, los signos y el poder, y su final en la obra y en el milagro.
7. Aquel que se salve y pueda escapar gracias a sus actos y a la fe en la que cree (d),
8. Aquel evitará los tormentos que te he dicho, verá la vida sobre la tierra y en los límites que me he consagrado fuera de este mundo (e).
9. Entonces, viendo esto, aquellos que despreciaron mis preceptos, se afligirán; aquellos que rechazaron mi partido y que me han despreciado, serán atormentados por el juicio.
10. Entonces, todos aquellos que me han ignorado durante sus vidas, mientras yo les protegía,
11. Todos aquellos que se enorgullecían contra mí, mientras eran libres,
12. Y que era paciente con ellos, aquellos que no me han conocido, pero que me han rechazado, tendrán que conocerme después de su muerte (4).
13. En lo que a ti se refiere, no busques de qué modo serán juzgados los pecadores, mas busca cómo vivirán los justos en su mundo, pues éste existe a causa de ellos.
14. Le respondí con estos términos:
15. Lo dije antes y lo sigo diciendo: Aquellos que perecerán serán más numerosos que aquellos que vivirán,
16. Del mismo modo que la ola es mayor que la gota.
17. Tal suelo, tal simiente (f), me dijo; tales actos, tal sentencia; el campo depende del cálculo del labrador; según sus días era el mundo.
18. Que yo había preparado antes de que existiera el de ellos, aquel en el que viven; entonces no había nadie que me contradijera; pues no existía nadie, absolutamente nadie (g).
19. Después de haber sido creados en un mundo preparado y ante una mesa perpetua, según una ley donde no había señales de la muerte por sus acciones (h),
20. Cuando vi el mundo, había perecido; entonces estaban atormentados a causa de los actos que habían sembrado en la tierra (i) (5).
21. Vine y tuve piedad de bien pocos; he ahorrado para mí un grano de la viña y un tallo del bosque espeso (j).
22. Que perezca esta multitud de seres creados inútilmente y pueda conservarse (k) mi grano, un tallo que se ha fortificado con mucho trabajo.
23. En cuanto a ti, si ayunas y rezas de nuevo durante siete días,
24. Si vas al desierto donde no hay construida ninguna morada; si sólo comes frutos salvajes; si no te alimentas de carne, si no bebes vino, (no teniendo por alimento más que) los frutos de los árboles,
25. Reza continuamente hacia el Altísimo; vendré a ti y te hablaré.
26. Entonces fui al desierto cuyo nombre es Arfad (l) como me había ordenado; permanecí en un prado; me alimenté de frutos salvajes y lo que comía me saciaba.
27. Después de siete días, estaba acostado en la hierba y sentía mi corazón alterado como antes.
28. Abrí la boca; comencé a hablar ante el Altísimo y le dije:
29. Señor, Dios mío, les apareciste a nuestros padres en la soledad, en la tierra desierta donde no había ni bosque ni hierba.
30. Y dijiste: Israel, escúchame, [tú, simiente de Jacob] (ll) atiende a mi voz.
31. Sembraré mi ley entre vosotros; traerá frutos en vosotros y por ella seréis ilustres en este mundo.
32. Pero habiendo recibido la ley, nuestros padres no la guardaron; no quedaron en tu partido (m). Entonces el fruto de la ley no fue perdido, pues no era posible que se perdiera, ya que viene de ti.
33. Aquellos que lo habían recibido perecieron por no haber guardado lo que tú habías sembrado entre ellos.
34. Pues es tu ley; (del mismo modo que) la tierra después de haber recibido la simiente; el mar después de haber sido surcado por el navío; el cuenco, después de haber colocado el alimento en él.
35. Cuando llega el momento de perecer, ya sea para esta simiente, ya para aquellos que han sido colocado (en el cuenco), todo esto es destruido, aunque aquel que lo ha recibido subsiste; pero con nosotros no ocurre lo mismo.
36. Los que hemos recibido tu ley y hemos pecado, perecemos con nuestro corazón que la ha recibido.
37. Tu ley no perece, mas subsiste en toda su gloria (n).
38. Miré entonces con mis ojos y vi a mi derecha a una mujer que gritaba y lloraba; su alma estaba muy afligida; sus vestiduras estaban rasgadas y su cabeza cubierta de ceniza.
39. Los pensamientos que me agitaban me abandonaron; me giré hacia ella y le dije:
40. ¿Por qué lloras? ¿Por qué está afligida tu alma?
41. Me dijo: Déjame, Señor mío, déjame llorar sobre mí misma y aumentar mi dolor; pues estoy muy triste y mi alma está afligida.
42. Proseguí: Dime, ¿quién eres?
43. Me respondió: Antes yo era estéril, permanecí durante treinta años con mi marido.
44. Continuamente, durante estos treinta años, rezaba al Señor día y noche.
45. Después de estos treinta años, el Señor escuchó a su sirviente, vio mi tristeza y consideró mi tormento y mi dolor; me dio un hijo del que me alegré mucho así como mi marido y todas las gentes de mi ciudad y alabé al Señor.
46. Alimenté a mi hijo con muchos esfuerzos.
47. Cuando creció lo casé e hice un festín.
Notas
(1) Literalmente: "Mide midiendo o calcula calculando" se trata de un hebraísmo que indica que se ha de calcular con cuidado y exactitud.
(2) Ver Mateo XXIV: 7.
(3) Ver Hebreos XI: 3.
(4) Ver el Libro de la Sabiduría V: 3 y ss.
(5) Ver el Logion 28 del Evangelio según Tomás: "Me he mantenido en medio del mundo y me he revelado a ellos en la carne. Los he encontrado a todos ebrios y no he encontrado a nadie entre ellos que tuviera sed, y mi alma ha sentido pena por los hijos de los hombres pues están ciegos en su corazón y no ven que han venido al mundo estando vacíos; buscan también salir del mundo estando vacíos. Pero ahora están ebrios. Cuando hayan expulsado su vino, entonces se arrepentirán."
(a) La versión árabe-1 no nos da el final de este capítulo.
(b) La versión árabe-2 añade: "Pues yo, el Señor, he hablado desde el principio del mundo para que conozcas lo que ha pasado y lo que ha seguido".
(c) En la versión árabe-2 este versículo aparece unido al siguiente y está algo alterado: "Los tiempos que he anunciado, serán conocidos en el momento de su desaparición".
(d) La primera parte de este versículo falta en la versión árabe-2.
(e) El final de este versículo y del siguiente falta en la versión árabe-2.
(f) Las versiones latina y siríaca añaden: "Tales flores, tales colores, tal obrero, tal perfume". Este versículo y el siguiente aparecen alterados en la versión árabe-2.
(g) Versión árabe-2: "Del mismo modo que el labrador reúne en su era, la cosecha de la tierra, así reuniré a todas mis criaturas en el mundo futuro que he creado e instituido".
(h) Versiones latina, siríaca y árabe-l: "Por sus acciones se han vuelto perecederos". Versión árabe-2: "Del mismo modo que, para el labrador hay un momento para sembrar y (otro) para cosechar, así he preparado este mundo para la fatiga y el trabajo, y reúno a mis criaturas para el destino que he querido asignarles".
(i) Este versículo está completamente modificado en la versión árabe-2.
(j) Esta frase falta en la versión árabe-2.
(k) Versión árabe-l: "Hice perecer... y conservé". Versión árabe-2: "Mientras que el resto de los hombres fue sacado y suprimido de la faz de la tierra".
(l) Versión siríaca: "Ardat". Versión árabe-l: "Araab". Versión árabe-2: "El Mouchir".
(ll) El pasaje que está entre corchetes y que falta en la versión etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
(m) El final del versículo falta en la Versión árabe-2.
(n) El pasaje que está entre corchetes y que falta en la versión etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
CAPÍTULO X
1. Luego, cuando entró en la habitación, cayó y murió.
2. Entonces apagamos nuestras luces y nos pusimos a llorar. Todas las gentes de mi ciudad vinieron a hablarme y me mantuve en silencio hasta el día siguiente.
3. Cuando se hubieron callado y cesaron de exhortarme (a), me levanté por la noche, y me escapé (tal como me ves) (b) y vine a este desierto.
4. He decidido no entrar más en una ciudad, permanecer aquí sin comer ni beber, ayunar continuamente y no lamentarme hasta que me muera.
5. Los pensamientos que me agitaban me abandonaron y le respondí (con enojo) (c).
6. Oh, insensata entre todas las mujeres, ¿Acaso no ves nuestro dolor y todo lo que nos ha ocurrido
7. a causa de Sión? Pues estamos todos disgustados y sentimos una fuerte aflicción.
8. ¿Es justo que ahora te aflijas y te lamentes? ¡Estamos todos afligidos y lloras por un solo hijo!.
9. Pregúntale a la tierra y te dirá: En verdad, ¡sería conveniente que se afligiera por todos aquellos que fueron engendrados antes que ella,
10. todos aquellos que fueron creados en otro tiempo en ella! He aquí que otros vinieron, y todos encontraron completamente la pérdida y la aniquilación.
11. ¿Quién tiene que afligirse más? ¿Aquellos que han sufrido grandes pérdidas o tú, que te lamentas por uno solo? (d).
12. Me dirás: Mi pena no es como la de la tierra, pues yo he perdido al fruto de mis entrañas que he engendrado en el sufrimiento y en el dolor.
13. Del mismo modo que muchos vienen a la tierra, muchos se van de ella.
14. Pero yo te digo: Del mismo modo que has engendrado en el dolor, del mismo modo la tierra, en su origen, dio sus frutos al hombre (e), según lo que había recibido de su Creador.
15. Aparta de ti tu tristeza y soporta con paciencia lo que te pasa, tu tormento y tu pena.
16. Ya que si reconoces que el Señor que te mira es justo (f), reencontrarás a tu hijo en su momento y se te nombrará entre las mujeres fieles.
17. Ve, pues, a la ciudad a encontrar a tu marido.
18. No obraré así, me dijo ella; no iré a la ciudad sino que moriré aquí.
19. Me puse de nuevo a hablarle.
20. No hagas esto, mas escúchame; compárate al juicio de Sión, consuélate en presencia de (lo que le ha ocurrido) a Jerusalén.
21. ¿Acaso no ves cómo ha sido destruido nuestro santuario, derrumbados nuestros altares, derribado nuestro templo? (g).
22. ¿Cómo han cesado nuestros salmos, se han callado nuestras alabanzas, ha caído nuestra gloria, se han apagado nuestras antorchas y nuestras luces, ha sido arrebatada el arca de nuestra ley (1) mancillados nuestros objetos sagrados, deshonrado nuestro nombre (2), humillados nuestros hombres libres, quemados nuestros sacerdotes, llevados al cautiverio nuestros levitas, reducidos a la esclavitud nuestros jóvenes, raptados nuestros niños, privados de su fuerza nuestros héroes?
23. Y lo que es aún peor, Sión ha sido marcada con el sello; su gloria la ha abandonado y hemos pasado a estar dominados por nuestros enemigos.
24. Aleja de ti tu excesiva aflicción, aparta de ti este gran dolor a fin que el Altísimo, el Fuerte, te perdone y te alivie de tu pena.
25. Mientras le hablaba, súbitamente, su cara se iluminó y su aspecto fue como el de un relámpago: tuve miedo de estar cerca de ella y mi alma se aterrorizó. ¿Qué es esto?, me dije.
26. De pronto lanzó un gran grito que resonó de un modo tan fuerte y espantoso que la tierra tembló a su voz.
27. Cuando la miré, la mujer no estaba ya allí; había una ciudad construida, vi el inmenso emplazamiento de sus fundaciones; sentí miedo y grité,
28. diciendo: ¿Dónde está el ángel Uriel (Ourâèl) que vino antes hacia mí? ¿Por qué me ha hecho buscar todo esto, para que el final de mi vida sea presa de las penas y mi oración del oprobio?
29. Mientras le hablaba así, este ángel que antes vino hacia mí, se me acercó.
30. Me encontró estirado como un cadáver privado de sentimiento; me tomó la mano derecha, me dio fuerzas, me puso derecho sobre mis pies.
31. Me interpeló: ¿Qué te ha ocurrido? ¿Qué te ha alterado? ¿Por qué has perdido el conocimiento?
32. Es porque me has dejado y abandonado; he salido al desierto como me habías dicho y he visto cosas incomprensibles.
33. Levántate, me dijo y te hablaré como a un hombre (h).
34. Le respondí: Habla, Señor mío, pero no me abandones, no sea que muera súbitamente.
35. Pues he visto lo que nunca había visto; he oído lo que no entendía (3).
36. ¿Acaso ha delirado mi espíritu? (i) ¿Quizás ha soñado mi alma?
37. Ahora te lo ruego, Señor mío, exponle a tu servidor la explicación de todo ello.
38. Me respondió: Escúchame y te instruiré sobre lo que temes, pues el Señor Altísimo te ha revelado lo que es un misterio escondido,
39. viendo tu justicia, pues te afliges mucho por tu pueblo; te entristeces mucho por Sión.
40. He aquí lo que ocurre: Esta mujer que has visto, tan afligida
41. al principio y que has empezado a consolar,
42. luego, esta mujer ha desaparecido mientras la mirabas, y que ha sido reemplazada por una fortaleza,
43. cuando te hablaba de su pena a causa de su hijo,
44. esta mujer que has visto, es Sión, que ahora se te aparece como una fortaleza.
45. Lo que te ha dicho: He sido estéril durante 30 años, significa que el mundo ha durado 3.000 años durante los cuales no se ofrecían sacrificios.
46. Después de 3.000 años, Salomón edificó una ciudad e instituyó el sacrificio. Este es el significado del hijo dado a luz por la mujer estéril.
47. Estas palabras: Lo he alimentado con mucho esfuerzo, designan el estado en el que ha permanecido Jerusalén.
48. Lo que te ha dicho: El día en que mi hijo entró en la cámara nupcial, murió y este dolor me ha alcanzado, significa la ruina de Jerusalén.
49. Cuando has visto lo que ocurría con ella y cómo lloraba a su hijo, has empezado a consolarla de su dolor.
50. El Señor Altísimo, viendo que te afligías con toda su alma por culpa de ella, te ha mostrado el brillo de su gloria y el esplendor de su belleza.
51 (j). Por eso te he dicho: Permanece en el desierto donde no hay ninguna casa construida.
52. Pues sabía todo lo que te iba a mostrar el Señor.
53. Por eso te dije: Ve allí donde no hay fundamentos de murallas.
54. Pues no podía haber habido fundación alguna de obra humana allí donde el Señor te mostraría alguna cosa (k).
55. Así pues, no temas; que tu corazón no esté asustado; ve, contempla su luz y la fuerza de sus fundaciones [en la medida en que tus ojos son capaces de verlo] (l).
56. Y escucha con tus oídos tanto como puedas,
57. Pues eres más feliz que muchos, y has sido nombrado (ll) ante el Señor como pocos lo fueron (m).
58. Pasa aquí la noche de mañana.
59. El Señor Altísimo te hará ver en sueños lo que hará según las épocas determinadas a aquellos que viven en el mundo.
60. Pasé aquella noche y el día siguiente como me había ordenado.
Notas
(1) Ver I Samuel V: l.
(2) Ver EzequieI XXVI: 20.
(3) Ver I Corintios II: 9 y 10.
(a) Las versiones siríaca y árabe-2 añaden: "Y creyeron que me había dormido".
(b) El pasaje que está entre corchetes y que falta en el texto etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
(c) Estas palabras, que faltan en el texto etíope, nos son dadas por las versiones latina, siríaca y árabe-l.
(d) Versión árabe-2: "No te conviene llorar por uno solo".
(e) El final del versículo falta en la versión árabe-2.
(f) Versión árabe-2: "Pues has resistido a Dios".
(g) El pasaje que está entre corchetes y que falta en el texto etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
(h) Versión árabe-l: "Explícate pues".
(i) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(j) Los versículos 51 y 52 así como el comienzo del 53 faltan en la versión árabe-2.
(k) El versículo 54 falta en la versión árabe-2.
(l) El pasaje que está entre corchetes y que falta en el texto etíope, nos es dado por las otras versiones consultadas.
(ll) Versión árabe-2: "Has sido llamado Esdras y has oído hablar al Altísimo".
(m) Versiones siríaca y árabe-1: "Al final de los tiempos". Versión árabe-2: "En el futuro".
CAPÍTULO XI
1. Durante la noche del día siguiente, vi, en sueños, un águila que subía del mar; tenía doce alas y tres cabezas.
2. Volaba con sus alas sobre toda la tierra; todos los santos del cielo soplaban sobre ella y las nubes se reunían alrededor de ella.
3. De sus alas nacían cabezas; y estas cabezas eran pequeñas y delgadas (a).
4. Estas cabezas estaban en reposo; la del medio era mayor que las otras, pero estaba tranquila con ellas.
5. Esta águila volaba con sus alas para reinar sobre la tierra y sobre sus habitantes.
6. De modo que todo lo que hay bajo los cielos le estaba sometido; no había nadie para oponerse a ella, nadie entre todo lo que ha sido creado sobre la tierra.
7. Esta águila se levantó, se irguió sobre sus garras, pegó un gran grito y dijo a sus alas:
8. No veléis todas juntas; dormid y velad cada una por turnos.
9. Su última cabeza era la mayor (b).
10. Mientras yo miraba, su voz no salía de su cabeza, sino del medio de su cuerpo.
11. Se contaban ocho cabezas (c) como ésta.
12. Entonces salió un ala del lado derecho y reinó sobre toda la tierra.
13. Cuando llegó el tiempo fijado para su fin, desapareció, de modo que ya no se vio su sitio; salió otra, reinó durante largo tiempo y se consolidó.
14. Luego, cuando llegó su tiempo, desapareció como la primera.
15. Una voz vino a ella y le dijo:
16. Escucha, ¡Cuánto tiempo has ocupado la tierra! (d). Te anuncio esto antes de que perezcas:
17. Nadie, después de ti, será fuerte como tú, ni siquiera la mitad del tiempo que tú has durado.
18. Una tercera salió, se consolidó, reinó como la primera, y luego desapareció.
19. Del mismo modo, todas sus alas salieron, reinaron cada una y desaparecieron.
20. Todas sus alas se levantaron del lado derecho, cada una a su debido tiempo, para fortificarse y reinar; luego desaparecieron.
21. Entre ellas hubo algunas que se levantaron, pero sin reinar.
22. Después de esto, las doce alas desaparecieron (e) así como sus dos cabezas.
23. En el cuerpo de esta águila no quedaron más que tres cabezas que dormían y seis cabezas (f).
24. Luego, dos de estas últimas se separaron, se mantuvieron en aquella que estaba en el lado derecho y cuatro se quedaron en su sitio.
25. Estas cuatro tomaron la resolución de levantarse y de reinar.
26 (g). Una se levantó, se irguió y desapareció rápidamente.
27. Ocurrió lo mismo con la segunda, y pasó más rápidamente que la primera.
28. Entonces las dos que quedaban tomaron la resolución de levantarse y de reinar.
29. Mientras deliberaban, he aquí que se despertó una de las tres cabezas que dormían: era la del medio, la mayor de todas.
30. Entonces tomó con ella a estas dos cabezas (h).
31. Se avanzó con sus compañeras y devoró estas dos cabezas (i) que habían deliberado para reinar.
32. Esta cabeza ocupó toda la tierra, hizo padecer toda clase de tormentos a aquellos que la habitaban y oprimió al mundo mucho más que las alas que se habían levantado.
33. Después de esto, esta cabeza del medio desapareció como las otras.
34. Las dos quedaron, y, como ella, reinaron sobre la tierra y sobre sus habitantes.
35. Luego, la cabeza del lado derecho devoró a la del lado izquierdo.
36. Oí una voz que me decía: Mira delante de ti y comprende lo que ves.
37. Mirando, vi un león que vino del desierto rugiendo, y le oí hablar, como con voz humana y decirle a esta águila:
38. ¡Escucha, tú, te hablaré!: He aquí lo que dice el Altísimo.
39. ¿No eres tú el que queda de estos tres animales que he hecho reinar sobre el mundo (1) para que el fin de los tiempos llegue por ellos?
40. Habiendo llegado el cuarto a vencer a todos estos animales que han hecho sufrir al mundo toda clase de tormentos y sufrimientos, todo el tiempo que ha vivido en el mundo, ha habitado con la justicia.
41. No ha juzgado al mundo con equidad.
42. Ha perseguido a los justos, oprimido a los inocentes, odiado a los hombres virtuosos. Has destruido los refugios de los justos; has hecho desaparecer los amparos de aquellos que no habían pecado contra ti.
43. Tu pecado se ha alzado hacia el Altísimo; tu orgullo hacia el Poderoso.
44. El Señor Altísimo ha mirado a sus hombres (j), y he aquí que el mundo ha llegado a su término y ha acabado.
45. Por eso desaparecerás (k), águila, así como tus alas pecadoras, tus cabezas culpables, tus garras malas y tu cuerpo perverso,
46. A fin de que la tierra esté en reposo y liberada de todos sus tormentos, respirando lejos de ti, que espere en la justicia y la clemencia de su Creador.
Notas
(1) Ver Daniel VII: 4.
(a) Versiones árabe-l y árabe-2: "Salían de los alerones".
(b) Versiones siríaca y árabe-l: "Que las cabezas sean conservadas hasta el final".
(c) Versiones siríaca, árabe-l y árabe-l: "Estas alas". Versión latina: "Estas plumas opuestas".
(d) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(e) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(f) Versiones latina, siríaca y árabe-l: "Sus seis alerones". Versión árabe-2: "No le quedaron más que dos alas, además del ala, de modo que el cuerpo del águila no tenía más que cabezas mudas".
(g) Los versículos 26 y 27 faltan en la versión árabe-2.
(h) El versículo 30 falta en la versión árabe-2.
(i) Todas las otras versiones: "Alerones".
(j) Versiones latina y siríaca: "Sus tiempos". Versión árabe-2: "El tiempo que había fijado".
(k) Versión árabe-2: "No verás lo que gustas, águila".
CAPÍTULO XII
1. Después de haber dicho estas palabras con compasión (a) a esta águila,
2. La cabeza que había quedado desapareció y las alas que se habían retirado hacia ella se enderezaron y se levantaron para reinar y sus garras se agitaron (b).
3. Luego, éstas desaparecieron; su cuerpo fue consumido; la tierra sufrió una violenta sacudida, yo mismo me aterroricé de la grandeza de mi búsqueda y me desperté con gran terror.
4. Dije a mi alma: Eres tú quien me ha atraído todo esto, examinando las vías del Altísimo.
5. Mi alma se ha vuelto débil, mi espíritu muy atormentado; no tengo ninguna fuerza en el exceso de pavor que siento esta noche.
6. Rogaré al Altísimo que me fortifique hasta el final.
7. Señor, le dije, Señor mío, si he hallado gracia ante tus ojos, si soy feliz en tu presencia, si mi plegaria ha subido ante tu faz,
8. Sálvame, fortifícame, explica a tu servidor el significado de esta visión terrible a fin de que mi alma se regocije plenamente.
9. Pues me has hecho feliz mostrándome los últimos tiempos y lo que acaecerá en el fin del mundo.
10. Me habló de este modo (c): He aquí la interpretación del sueño que has visto.
11. El águila que sube del mar es el cuarto reino que le apareció a Daniel (Danëèl) tu hermano, en sueños (1).
12. Pero no se lo expliqué (2) como voy a hacerlo para ti (d).
13. Vendrán días en los que se elevará sobre la tierra un reino más terrible que aquellos que lo han precedido.
14. Doce reyes reinarán en él.
15. Aquel que reinará en segundo lugar, reinará más tiempo que los otros.
16. He aquí la explicación de las doce cabezas (e) que has visto.
17. En cuanto a lo que has visto hablar, y la voz no salía de su cabeza, sino del medio de su cuerpo:
18. He aquí lo que es: En el seno de este reino surgirán numerosas luchas; será conmovido hasta el punto de caer; no caerá en este momento, más permanecerá en su poderío.
19. En cuanto a las cabezas (f) que has visto salir de sus alas.
20. He aquí su explicación: Se levantarán ocho reyes cuyos años serán malos y cuya duración será corta; dos de entre ellos perecerán rápidamente en el tiempo fijado.
21. Cuatro serán conservados hasta el momento en el que llegará el tiempo de su fin.
22. Las tres cabezas dormidas que has visto,
23. Significan esto: Al final de sus días, el Altísimo suscitará tres reyes; harán muchas innovaciones, y harán sufrir a la tierra.
24. Y a aquellos que viven en un gran terror, aún más que a sus predecesores; por eso se les ha llamado cabezas del águila.
25. Pues estas cabezas de reino serán el final.
26. Referente a la gran cabeza que desaparece que has visto, significa que uno de ellos dos morirá en su lecho, pero atormentado.
27. Los dos que quedan, morirán por la espada.
28. Y el último perecerá por la espada (g).
29. Las dos cabezas (h) que has visto retirarse cerca de las de la derecha,
30. He aquí su sentido: Son aquellos que el Altísimo guarda para los últimos días, en los que acaecerá el principio del final; habrá, como has visto, un gran alboroto.
31. Este león que has visto salir rugiendo del desierto, hablándole a esta águila y reprochándole sus faltas, todo lo que has oído,
32. Es aquel (i) que el Altísimo ha conservado de la simiente de David para los últimos días; es él el que saldrá, vendrá, hablará (a los hombres) de sus pecados, que les reprochará sus faltas, y que amontonará ante ellos su retribución,
33. Que al principio les hará comparecer vivos al juicio, y después de haberles hecho estos reproches, los perderá.
34. Respecto al resto del pueblo, él (el Mesías) redimirá misericordiosamente a aquellos que serán salvados en mi reino (j); los mantendrá en alegría hasta que llegue el día del juicio del que ya te he hablado antes.
35. Tal es el sueño que has visto, tal es su explicación.
36. Sólo a ti te ha juzgado digno el Altísimo de conocer el misterio,
37. Escribe en un libro todo lo que has visto y colócalo en un lugar escondido.
38. Instruye a los sabios de tu pueblo que crees capaces de guardar este misterio en sus corazones.
39. Tú, quédate aún aquí durante siete días para ver lo que el Altísimo querrá mostrarte.
40. Entonces se fue. Cuando el pueblo entero hubo sabido que habían pasado siete días y que yo no había vuelto a la ciudad, todos, grandes y pequeños, se reunieron, vinieron a mi encuentro y me dijeron:
41. ¿Qué falta hemos cometido hacia ti, en qué hemos pecado en contra de ti para que nos dejes y vivas en este lugar?
42. Pues para nosotros sólo quedas tú de todos los profetas, como el único racimo de todos los que han sido recogidos, como una lámpara en un lugar de tinieblas, como un puerto de navíos en el abismo (k);
43. ¿Acaso los males que hemos padecido no han sido suficientes?
44. Si nos abandonas, más nos habría valido quedamos en el incendio de Sión.
45. Pues no somos mejores que aquellos que murieron allí. Y lloraron con grandes gritos.
46. Les respondí: Tranquilizaos, no os aflijáis, casa de Jacob.
47. Pues nuestra memoria está ante el Altísimo, y aquel que no nos ha olvidado es fuerte.
48. No os abandonaré, no me alejaré de vosotros, pero he venido a este lugar para rezar a propósito de la desolación de Sión y buscar clemencia en la aflicción de nuestras alegrías (l).
49. Id, pues, a vuestras moradas e iré hacia vosotros después de estos días.
50. La gente se fue a sus moradas como les había dicho.
51. Permanecí en el desierto durante siete días según me había ordenado, alimentándome únicamente de frutos salvajes, comiendo hierbas salvajes durante todo este tiempo.
Notas
(1) Ver Daniel VII: 23 y ss.
(2) Ver Daniel VIII: 20.
(a) Estas dos palabras faltan en todas las otras versiones.
(b) El final de este versículo está alterado en la versión siríaca.
(c) El final de este versículo falta en la versión árabe-2.
(d) La versión árabe-2 dice, por error: "Se lo he explicado como te lo expliqué la primera vez".
(e) Versiones latina, siríaca y árabe-2: "Alas".
(f) Versiones latina y siríaca: "A los alones de sus alas".
(g) Versiones latina y siríaca: "La espada de uno devorará a su compañero, pero él mismo perecerá por la espada".
(h) Versiones latina, siríaca y árabe-l: "Alerones".
(i) Versión latina: "El Ungido". Versión siríaca: "El Mesías". Versión árabe-2: "El Rey".
(j) Versión árabe-2: "Aquellos que han conocido mis milagros".
(k) Versiones latina y siríaca: "Contra la tempestad".
(1) Versiones latina y siríaca: "Pedir gracia por la humillación de nuestro santuario”.
CAPÍTULO XIII
1. Después de siete días, durante la noche, tuve un sueño.
2. Vi un gran viento que salía del mar, cuyas olas fueron agitadas.
3. Vi que este viento salía del mar bajo la apariencia de un hombre (1) (a): este hombre se puso a volar con las nubes de los cielos; por todas partes hacia donde dirigía su cara y miraba, todo lo que estaba ante él, se iba (b).
4. Todos aquellos contra los cuales salía su voz, se fundían al oírle, como se funde la cera cuando se la acerca al fuego.
5. Luego vi una masa innumerable de hombres que se reunían a los cuatro vientos del cielo para combatir al hombre que había salido del mar.
6. Entonces se construyó una gran montaña sobre la que voló.
7. Intenté averiguar de dónde había construido esta montaña, pero no pude.
8. Entonces, todos aquellos que estaban reunidos para hacerle la guerra sintieron un gran miedo, pero osaron combatir contra él.
9. Luego, cuando le atacaron y marcharon contra él, no levantó la mano en contra de ellos, ni la espada, ni ninguna arma.
10. Pero de su boca salió una ola de fuego (2), de sus labios una llama y de su lengua (3) ardientes carbones como un torbellino; todo se mezcló: estas olas de fuego, estos carbones ardientes y fue como una tempestad.
11. Descendió contra la multitud de aquellos que le habían atacado para matarle, y los consumió a todos, de modo que nada quedó de ellos, excepto el polvo de sus cenizas y el humo de su incendio. Entonces me fijé.
12. Después de esto, vi a un hombre bajar de esta montaña y llamar a él a muchos hombres pacíficos (4).
13. Muchos vinieron a él, entre los que había felices, otros, encadenados. Como estaba muy alterado, me desperté y recé al Altísimo en estos términos:
14. Antes mostraste tu gloria a tu servidor (c) y me recordaste el escuchar mi plegaria.
15. Explícame ahora el significado de este sueño.
16. Pues, según pienso, ¡ay de aquellos que existen en estos días y más aún de aquellos que no existen! (d).
17. Están tristes, ignorando lo que les está reservado para los últimos días, lo que aún no les ha ocurrido.
18. Y ¡(Ay) de aquellos que existen, pues ya lo saben!
19. Por culpa de esto, ¡Ay de ellos!, pues padecerán grandes dolores y grandes tormentos, según lo que he visto en este sueño.
20. Pero más vale sufrir y llegar a esto que pasar por este mundo como las nubes y no saber que acaecerá al final.
21. Me respondió: Te explicaré el significado de tu sueño; te explicaré lo que me has dicho.
22. En lo que se refiere a aquellos que quedarán y que subsistirán (e), he aquí la explicación.
23. Los que verán esta aflicción en aquellos días, los guardará (como) a aquellos que haya alcanzado esta aflicción, que tendrán buenas obras y fe en el Altísimo y el Poderosísimo.
24. Has de saber que estos vivos serán mucho más felices que los muertos,
25. He aquí la explicación de tu sueño (f): El hombre que has visto salir del mar,
26. Es aquel que el Altísimo ha guardado durante mucho tiempo, a fin de liberar por él al mundo; es él quien dará la ley a los supervivientes.
27. El fuego, las llamas, los carbones que has visto salir de su boca como un torbellino;
28. Aquel que sin levantar la espada, ni ninguna otra arma, ha exterminado a la masa de aquellos que le atacaban y venían para matarle, he aquí su explicación:
29. Vendrán días en los que el Altísimo liberará a aquellos que están sobre la tierra.
30. [Los habitantes de la tierra tendrán un gran pavor] (g); entonces decidirán
3 l. Hacerse la guerra los unos a los otros, ciudad contra ciudad, país contra país, pueblo contra pueblo, reino contra reino (5).
32. Cuando esto tenga lugar y lleguen los signos que te he mostrado antes, en ese momento, aparecerá este hombre (h).
33. Cuando todos los pueblos oigan su voz, cada uno de ellos abandonará su país y las guerras en las que están.
34. Se reunirán en una masa innumerable y, como has visto, querrán combatirle.
35. Él se mantendrá en la cima de la montaña de Sión (i).
36. Sión vendrá y aparecerá, preparada y fortificada como has visto esta montaña.
37. Es el Hijo (j) que le reprochará al pueblo los pecados de aquellos que eran como un torbellino; amontonará ante ellos sus malas acciones y el grave castigo que infligirá.
38. A aquellos que eran como la llama; hará desaparecer con sus pecados a aquellos que eran como carbones ardientes (k).
39. En cuanto a la masa pacífica que has visto reunirse en torno a él,
40. Son las nueve tribus que fueron llevadas cautivas de sus países en tiempos de Salmanasar (Salmënäsor), rey de Persia (l), quien las conducía prisioneras a su reino.
41. Estos mismos concibieron el proyecto de abandonar la raza de su pueblo e ir a una tierra que no habitaba ningún hombre;
42. A fin de guardar su ley, que no habían guardado en su país.
43. Penetraron por el estrecho pasaje del Eufrates (Efrat’is).
44. Entonces el Altísimo hizo un milagro para ellos; detuvo las fuentes del río hasta que hubieron pasado (ll).
45. Su país está a una distancia de un año y medio y su nombre es Azaf (m).
46. Permanecieron allí hasta los últimos días.
47. Luego, cuando estén de vuelta,
48. El Altísimo detendrá de nuevo las fuentes del río para que puedan pasar.
49. Cuando haya aniquilado a estos numerosos pueblos que se han agrupado contra él, entonces consolidará a aquellos que han quedado;
50. Entonces les hará ver sus signos:
51. Le dije: Señor, explícame esto: ¿Por qué este hombre que he visto salir del mar?
52. Me respondió: Del mismo modo que nadie puede conocer lo que está en el abismo del mar, del mismo modo, ninguno de los que están sobre la tierra puede conocer al Hijo (n), más que cuando su tiempo y su día hayan llegado.
53. Tal es la explicación del sueño que has visto; por ello te lo he enseñado a ti solo,
54. Pues has abandonado tus asuntos para seguir los míos y buscar mi ley.
55. Has dispuesto tu vida para conocerla y has considerado a la sabiduría como a tu madre.
56. Por eso te he enseñado esto recompensándote después de pocos días, pues tengo todavía alguna cosa que decirte, y te explicaré maravillas.
57. Me fui y dejé este desierto alabando al Señor a causa de la gloria que hace brillar a diario.
58. Y porque regula los años y lo que llega a sus años (ñ). Permanecí allí durante tres días.
Notas
(1) Ver Daniel VII: 13.
(2) Ver Apoc. XI: 5.
(3) Ver Mateo XXV: 41.
(4) Ver Mateo XXV: 34.
(5) Ver Mateo XXIV: 7.
(a) Versiones siríaca y árabe-l: "Hacer salir del mar algo con apariencia de hombre".
(b) Versiones latina, siríaca y árabe-l: "Temblaba".
(c) La versión siríaca añade: "A pesar de mi indignidad".
(d) Este pasaje, hasta el versículo 20, está truncado en la versión árabe-2.
(e) Versión latina: "Que han sido abandonados". Versión siríaca: "Que no serán dejados".
(f) La primera parte de este versículo falta en la versión árabe-2.
(g) El pasaje entre corchetes, que falta en el texto etíope, nos es dado por las versiones latina, siríaca y árabe-l.
(h) Versiones latina y siríaca: "Mi hijo a quien has visto como un hombre saliendo del mar". Versión árabe-2: "Mi servidor".
(i) Versión árabe-2: "En la cima del Gólgota, que es Sión”.
(j) Versiones latina y siríaca: "Mi hijo". Versión árabe-2: "Mi servidor".
(k) Versión siríaca: "Aquel que se parece a la llama los perderá fácilmente por esta ley, comparable a la llama". Versión latina: "Los perderá así como la ley". Este versículo está alterado en la versión árabe-2.
(l) Versiones latina, siríaca y árabe-2: "En tiempos del rey Josías, y de Salbanasar, rey de Asiria". Versión árabe-l: "En tiempos del rey Sisârâm, aquellos que tomó Salmanasar, Asmonanasar, rey de Siria, a quien otros llaman rey de Mossul".
(ll) Versión árabe-l: "Les hizo manar manantiales del río (o del mar) y el agua corrió hasta el país hacia el que se dirigían".
(m) Versiones siríaca y árabe-2: "Arzal". Versión latina: "Arzareth". Versión árabe-l: "Aksarârâ Kazarawin".
(n) Versiones latina y siríaca: “Mi Hijo".
(ñ) La primera parte del versículo falta en la versión árabe-2.
CAPÍTULO XIV
1. Al tercer día (a), mientras estaba bajo un árbol,
2. Una voz que venía del lado de este árbol llegó a mí, diciéndome: ¡Esdras, Esdras! Le respondí: ¡Heme aquí! Me levanté y me enderecé.
3. La voz prosiguió: Me aparecí a Moisés y le hablé desde el espino (1), cuando mi pueblo era esclavo en Egipto (Gëbs).
4. Lo envié como mensajero; hice que mi pueblo saliera de Egipto (2), lo conduje al monte Sinaí (3) (Sinä) y lo establecí cerca de mí (b) durante mucho tiempo,
5. Le conté muchas maravillas, le expliqué el misterio de los días, le hice conocer los últimos tiempos,
6. Le di esta orden: Explica esto, esconde esto otro.
7. Y ahora te digo:
8. Los signos que te he indicado, el sueño que has visto, la explicación que has oído, guárdalos en tu corazón,
9. Pues se te raptará de en medio de los hombres, y permanecerás junto a mi Hijo (c).
10. Pues la juventud de este mundo ha pasado y sus faces han envejecido.
11 (d). En efecto, el mundo está dividido en diez partes (e) y ha llegado a la décima.
12. Se ha quedado a la mitad (f).
13. Por eso, dispón tu casa, alegra a sus afligidos, instruye a sus sabios, y despójate de esta vida perecedera;
14. Abandona los pensamientos mortales; expulsa fuera de ti el fardo humano, reviste la inmortalidad (g), abandona las ideas de tristeza y apresúrate para partir de este mundo.
15. Pues el mal que has visto empeorará aún.
16. En efecto, a medida que envejezca el mundo y se debilite, los males de sus habitantes se multiplicarán.
17. La justicia desaparecerá, la mentira se alzará; el águila que has visto se apresura en llegar.
18. Le respondí: Hablaré ante ti.
19. Señor, iré, como me has recomendado, a enseñar al pueblo lo que ocurre ahora, pero, ¿quién instruirá a los que nacerán luego?
20. Pues el mundo está en tinieblas, y no hay luz para aquellos que lo habitan.
21. Pues tu ley ha sido quemada; no hay nadie que sepa lo que has hecho, y lo que has de hacer.
22 (h). Si he hallado gracia ante ti, envía sobre mí al Espíritu Santo y escribiré todo lo que ha ocurrido en el mundo desde el comienzo y todo lo que estaba escrito en la ley (4), a fin de que todos los que quieran vivir puedan encontrar el camino de la vida.
23. La voz me respondió: Ve, reúne a tu pueblo y dile que no te busque antes de cuarenta días.
24. Prepárate muchas tablas; toma contigo a Soryä, DabrYä, Salämä, Eqänän, Asalh’ë (i), estos cinco hombres hábiles en la escritura.
25. Vendrás aquí y encenderé en tu corazón la lámpara de la sabiduría y no se apagará hasta que hayas acabado todo lo que tienes que escribir.
26. Cuando hayas acabado, hay cosas que revelarás y otras que esconderás y darás a los sabios; mañana por la mañana, empezarás a escribir.
27. Como había recibido la orden de irme, me fui y reuní a todo el pueblo.
28. Y les dije: Israelitas, escuchad estas palabras.
29. Vuestros padres permanecieron antaño en la tierra de Egipto (5) y él (Dios) los liberó.
30. Recibieron la ley de vida y no la guardaron, y vosotros, sus sucesores, les habéis desobedecido.
31. Nos ha dado la tierra, nos ha hecho heredar el país de Sión; vosotros y vuestros padres, habéis hecho el mal y no habéis seguido las vías que el Altísimo (j) os había prescrito.
32. Como es un juez equitativo (k), os ha quitado lo que en su tiempo os dio.
33. Ahora estáis aquí, y vuestros hermanos están entre vosotros (l).
34. Si os sometéis en vuestros corazones, si corregís vuestros espíritus, si guardáis vuestras vidas, no moriréis.
35. Pues el juicio vendrá después de la muerte y no os hará vivir. Entonces aparecerán los nombres de los justos; las acciones de los pecadores se descubrirán.
36. Que ninguno de vosotros venga hacia mí; no me busquéis antes de cuarenta días.
37. Tomé a los cinco hombres que se me había ordenado; fuimos al desierto y permanecimos allí.
38. Al día siguiente, la voz llegó y me llamó: Esdras, abre tu boca y bebe lo que te haré beber.
39. Abrí la boca: Me tendió una copa llena de agua cuyo color parecía de fuego.
40. La cogí y la bebí: mi corazón se llenó de sabiduría; la inteligencia pesó en mi pecho; mi espíritu conservó el recuerdo y se acordó.
41. Mi boca se abrió (ll) y ya no se cerró.
42. El Altísimo dio la ciencia a estos cinco hombres y escribieron todos estos signos que no conocían, cada uno en orden. Permanecieron aquí (m) 40 días, escribiendo durante el día.
43. Por la noche, tomaban alimentos. Durante el día, yo hablaba, pero durante la noche no me callaba.
44 (n). Durante estos cuarenta días, 94 libros (ñ) fueron escritos.
45. Cuando transcurrieron estos cuarenta días, el Altísimo me habló de este modo: Lo que habéis escrito (o), dadlo a conocer primero a aquel que es digno de ello y también a aquel que no lo es.
46. Esto, guárdalo para dado a los sabios del pueblo.
47. En ello se encuentra la lámpara de la luz, la fuente de la sabiduría y una ciencia como un río (p) (6).
48 (q). Obré así durante el cuarto año de las semanas de años (r), 4000 años después del juicio, el 10° día de las tinieblas, el tercer mes en 92 días. Entonces Esdras fue arrebatado y colocado en el país de aquellos que se parecen a él, cuando hubo escrito todo esto. Fue llamado el escribiente de la sabiduría del Altísimo por los siglos de los siglos. Amén.
Notas
(1) Ver Éxodo III: 2 y ss.
(2) Ver Éxodo XII: 50.
(3) Ver Éxodo XIX: 1.
(4) En la Torah, o sea en el Pentateuco.
(5) Ver Éxodo I.
(6) Según el testimonio de los cabalistas cristianos, esta "ciencia como un río" es la cábala.
(a) Versión árabe-l: "El cuarto día". La versión siríaca no da ninguna fecha.
(b) Versión árabe-2: "Lo tuve cerca de mí 40 días y 40 noches".
(c) Versión árabe-2: "Mi servidor, que es parecido a ti".
(d) Los versículos 11 y 12 faltan en la versión siríaca. En la versión árabe-1 están reemplazados por: "La mayor parte de su duración ha pasado ya; queda poco".
(e) Versión latina: "Doce partes".
(f) Este versículo falta en la versión árabe-2.
(g) Esta frase falta en todas las otras versiones consultadas.
(h) Hay una laguna en la versión árabe-2 a partir del versículo 22 hasta el final del 26.
(i) Versión siríaca: “Saria, Daria, Salamia, Helqana, Skiel". Versión latina: "Sarea, Dabria, Selemia, Ethamus y Asihel". Versión árabe-l: "Sarân, Dabrian, Lmyan, Qarân, Asâl".
(j) Versión siríaca: "Que Moisés, servidor del Altísimo".
(k) Esta frase falta en la versión árabe-2.
(l) Versión árabe-2: "Nos ha relegado aquí y ha expulsado a vuestros hermanos a Extremo-Oriente".
(ll) El final del versículo falta en las dos versiones árabes.
(m) Versión siríaca: "Me quedé".
(n) El resto del capítulo falta en la versión árabe-2.
(ñ) Versión latina: "904".
(o) Versión siríaca: "Estos 24 libros que habéis escrito".
(p) Versiones árabes y San Ambrosio: "Como una luz".
(q) El resto del capítulo, a partir del versículo 48, falta en la versión latina.
(r) Versión siríaca: "El 7° año de la 6a semana, 5000 años, 3 meses y 12 días, después de la creación". Versión árabe-2: "El 7° año de la 6a semana, 5000 años, 3 meses y 22 días". Versión árabe-l: "Viví 70 años, 5025 después de la creación el 12 del tercer mes".
CAPÍTULO XV
1. Repite a los oídos de mi pueblo las palabras de profecía que pondré en boca tuya, dijo el Señor.
2. Hazlas escribir sobre papel, pues son fieles y verdaderas.
3. No temas los malos designios contra ti; que la incredulidad de tus contradictores no te altere,
4. Pues todo incrédulo morirá en su incredulidad.
5. He aquí, dijo el Señor, que traigo al globo males, la espada, la muerte, el hambre, la perdición (1).
6. Porque la injusticia ha establecido su dominio sobre la tierra y ha realizado en ella obras malas.
7. Por ello, dijo el Señor,
8. No callaré sobre la impiedad de aquellos que actúan sin religión y no soportaré las injusticias que practican. He aquí que la sangre inocente y justa grita hacia mí (2), que las almas de los justos gritan continuamente.
9. Me vengaré, dijo el Señor, y les pediré cuentas por toda la sangre inocente.
10. He aquí que mi pueblo se conduce como un rebaño que va a la muerte; ya no sufriré que viva en la tierra de Egipto.
11. Lo retiraré de allí con una mano poderosa y con un brazo alzado, como antaño, enviaré plagas sobre Egipto (3) y devastaré su tierra.
12. Que llore, ella y sus fundamentos, bajo los golpes de castigo con los que la azota el Señor.
13. ¡Que lloren aquellos que cultivan la tierra, pues les faltarán las semillas y su madera será destrozada por el añublo, el pedrisco y un astro terrible!
14. ¡Ay de este siglo y de aquellos que en él habitan!
15. Porque la espada y su aplastamiento están cerca; las naciones se alzarán unas contra otras para el combate, con el hierro en las manos.
16. Los hombres serán víctimas de la confusión; luchando unos contra otros, no se inquietarán ya por su rey, ni por los jefes de los grandes en su poder.
17. El hombre deseará ir a la ciudad y no podrá.
18. Las ciudades estarán alteradas a causa de su orgullo; las casas serán destruidas; los hombres temerán.
19. El hombre no tendrá piedad de su prójimo e invadirá las moradas de los demás, espada en mano, para robar sus alimentos, a causa del hambre y de la gran desolación.
20. He aquí, dijo Dios, que reúno a todos mis reyes en la tierra de Oriente, del Sur, del Sudeste y del Sudoeste para aterrorizados, para tener represalias en contra de ellos.
21. Lo que hasta el día de hoy han hecho a mis elegidos, eso les haré y les devolveré.
22. He aquí lo que dijo el Señor: Mi mano no perdonará a los pecadores; el hierro no cesará de golpear a aquellos que han derramado sangre inocente sobre la tierra.
23. El fuego de la cólera salió y devoró los fundamentos de la tierra y los pecadores como paja encendida.
24. ¡Ay de aquellos que pecan y que no observan mis prescripciones!, dijo el Señor.
25. No los perdonaré. ¡Retiraos, hijos ingratos y no ensuciéis mi santidad!
26. Pues el Señor ha conocido a todos aquellos que le abandonan; por eso los ha entregado a la muerte y al final.
27. Ya han venido los males al globo; permanecéis en ellos, pues Dios no os liberará, pues habéis pecado contra él. .
28. He aquí una horrible visión cuya faz viene de Oriente.
29. Las naciones de los dragones de los Árabes aparecerán en masa en sus carros; sus gritos se prolongarán por la tierra desde el día de su salida para asustar y purificar a todos aquellos que los oirán.
30. En su furor ciego, los Carmonios saldrán del bosque como jabalíes, llegarán con gran fuerza les librarán batalla y, con sus dientes, devastarán una parte de la tierra de los Asirios.
31. Después de esto, acordándose estos dragones de su nacimiento, ganarán y se reunirán para perseguirlos.
32. Estos estarán desconcertados y se callarán ante su poder, se dirigirán hacia el bosque.
33. Entonces un espía, llegado del país de Asiria, los bloqueará, destruirá a uno de ellos y el miedo y el terror se propagará en su ejército, y la incertidumbre entre sus jefes.
34. He aquí una nube, que viene de Oriente y del Norte, hasta el Sur; su espíritu es horroroso, lleno de cólera y de tempestad.
35. Las nubes chocarán entre sí y derramarán sobre la tierra una masa de estrellas e incluso su estrella; la sangre derramada por la espada subirá hasta el vientre del caballo.
36. Hasta la cadera del hombre y el cincho de los camellos; sobre la tierra reinará un gran miedo y un gran terror.
37. Aquellos que verán esta cólera estarán horrorizados y sobrecogidos de espanto. Después de esto, muchas nubes
38. Se pondrán en movimiento hacia el Sur y el Norte, y otras del lado de Occidente.
39. Pero los vientos venidos de Oriente vencerán, lo rechazarán, a él y a la nube que en su furor había suscitado, y el astro que anunciaba la destrucción hacia Oriente y Occidente será oscurecido.
40. Nubes grandes y poderosas, llenas de cólera, se alzarán, así como un astro para saquear la tierra y aquellos que en ella habitan y derramarán sobre todo lo que está arriba y elevado una terrible influencia sideral,
41. fuego, granizo, espadas voladoras y masas de agua, de modo que llene todos los valles y todos los ríos con su diluvio.
42. Derribarán las ciudades, los muros, las montañas, las colinas, los bosques, las hierbas de los prados y las cosechas.
43. Llegarán, sin descansar, hasta Babilonia y la destruirán.
44. Se reunirán alrededor de ella, derramarán sobre ella la influencia sideral y su furor; el polvo y el humo subirán hasta el cielo y en los alrededores todos la llorarán.
45. Y los supervivientes servirán a sus destructores.
46. Y tú, Asia, asociada al esplendor y a la gloria de Babilonia,
47. ¡Ay de ti, miserable, porque te has parecido a ella, porque has engalanado a tus hijas para que gustaran en la fornicación y te glorificaran ante sus amantes que siempre te han deseado!
48. Has imitado en todas sus obras y en todos sus inventos a esta odiosa prostituta.
49. Te enviaré males, viudez, pobreza, hambre, la espada y la peste para saquear tus moradas y hacerte sufrir la violencia y la muerte.
50. La gloria de tu fuerza será desecada como la flor, cuando aparezca el ardor enviado contra ti.
51. Será debilitada y empobrecida por plagas, cubierta de heridas de modo que ya no podrás recibir a los poderosos y a los amantes.
52. ¿Me habría encarnizado de este modo contigo, dijo el Señor,
53. si no hubieras ahogado siempre a mis elegidos, glorificándote aplaudiendo y reclamando su muerte cuando estabas ebria?
54. Adorna tu cara:
55. La recompensa de tu fornicación está en tu seno, por eso recibirás tu remuneración.
56. Del mismo modo que has tratado a mis elegidos, dijo el Señor, así te tratará Dios; te entregará a los males.
57. Tus hijos morirán de hambre, y caerás bajo el hierro; tus ciudades serán aplastadas, todos los tuyos, que están en el llano, serán pasados a cuchillo.
58. Aquellos que están en las montañas, morirán de hambre; hambrientos de pan y sedientos de agua, comerán su propia carne y beberán su propia sangre.
59. ¡Desgraciada! Vendrás en primer lugar y experimentarás nuevos males.
60. Regresando, después de destruir Babilonia, tus enemigos, a su paso, arrasarán esta ciudad ociosa y destruirán una parte de tu gloria.
61. Destruida, serás como paja para ellos, y ellos serán para ti como fuego.
62. Te devorarán a ti, a tus ciudades, a tu tierra, a tus montañas; quemarán tus bosques y tus árboles frutales.
63. Se llevarán a tus hijos al cautiverio; cogerán tu fortuna como botín y destruirán la gloria de tu faz.
Notas
(1) Ver Mateo X: 34 y Lucas XII: 51.
(2) Ver Génesis IV: 10.
(3) Ver Génesis XII: 17.
CAPÍTULO XVI
1. ¡Ay de ti, Babilonia y Asia! ¡Ay de ti, Egipto y Asiria!
2. Cubríos de sacos y de cilicios y llorad por vuestros hijos; llorad por ellos, pues vuestra ruina se acerca.
3. Ha sido sacada la espada contra vosotros, ¿quién podría desviarla?
4. Ha sido encendido el fuego contra vosotros, ¿quién podría rechazarlo?
6. ¿Podría alguien rechazar al león hambriento, en el bosque, o apagar el fuego en la paja que comienza a quemar?
7. ¿Podría alguien esquivar la flecha lanzada por un fuerte arquero?
8. El Señor envía los males, ¿Quién podría rechazarlos?
9. El fuego saldrá de su cólera, ¿Quién podría apagarlo?
10. Brillará, ¿Quién no le temerá? Tronará, ¿Quién no se sobrecogerá de terror?
11. El Señor amenazará, ¿Quién no será triturado completamente?
12. La tierra y sus fundamentos han temblado; el mar ha desbordado fuera del abismo, sus olas y sus peces serán turbados por la faz del Señor y la gloria de su poder.
13. Pues su mano que tiende el arco es fuerte; las flechas que lanza son agudas, no yerran su blanco, incluso lanzadas en las extremidades de la tierra.
14. He aquí que los males han sido enviados; no se volverán atrás antes de haber ido sobre la tierra.
15. El fuego está encendido y no se apagará hasta que no haya consumido los fundamentos de la tierra.
16. Del mismo modo que la flecha lanzada por un fuerte arquero no vuelve atrás, así los males que han sido enviados sobre la tierra no volverán.
17. ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¿Quién me liberará en esos días?
18. Comienzo de los dolores (1) y de muchos gemidos. Comienzo del hambre y muchos perecerán; comienzo de las guerras y las potencias temerán; comienzo de los males y todos temblarán.
19. ¿Qué se hará cuando vengan estos males?
20. He aquí que el hambre, el azote y la angustia han sido enviados como el látigo para corregir.
21. Pero en medio de todo esto, no se apartarán de sus iniquidades y no se acordarán siempre de los látigos.
22. El bajón del precio será tal sobre la tierra que se imaginarán que la paz les es concedida, y entonces la tierra verá que aparecen males, la espada, el hambre y grandes disturbios.
23. La mayor parte de los que vivan en la tierra morirá de hambre; la espada destruirá a los que sobrevivirán.
24. Se tirarán a los muertos como abono y no habrá nadie para consolarlos: la tierra desierta será abandonada y sus ciudades destruidas.
25. No quedará nadie para sembrar la tierra y cultivarla.
26. Los árboles darán fruto, y ¿Quién lo recogerá?
27. Las uvas madurarán, y ¿Quién las aplastará?, pues los lugares serán abandonados.
28. El hombre deseará ver al hombre u oír su voz.
29. Quedarán diez de una ciudad; dos de un campo; estarán escondidos en la espesura de los bosques y en los agujeros de las rocas.
30. Del mismo modo que de cada plantación de olivos quedan tres o cuatro olivas en cada árbol.
31. Del mismo modo que, en una viña en la que se ha hecho la vendimia, aquellos que la han examinado cuidadosamente dejan algunas grapas;
32. Del mismo modo, en estos días, tres o cuatro escaparán a aquellos que habrán entrado en sus casas con el hierro.
33. La tierra estará abandonada y desierta; los campos estarán cubiertos de zarzas; las espinas crecerán en los caminos y los senderos, porque no se pasará por ellos.
34. Las vírgenes llorarán porque no tendrán novios; las mujeres llorarán porque no tendrán esposos; incluso las niñas llorarán porque no tendrán apoyo.
35. Sus novios serán aniquilados en la guerra y sus maridos destruidos por el hambre.
36. Escuchad estas cosas, conocedla, servidores del Señor.
37. He aquí la palabra del Señor, recogedla; no toméis como si fueran mentiras lo que os dice el Señor.
38. He aquí que se acercan los males y que no tardan.
39. Del mismo modo que en el noveno mes, cuando llega la hora del parto, la mujer encinta de un hijo siente dos o tres horas antes, terribles dolores en su vientre y cuando el niño sale sus sufrimientos no duran más que un instante,
40. Del mismo modo los males no tardarán en propagarse sobre la tierra; el siglo gemirá y los dolores lo asediarán.
41. Escuchad esta palabra, oh pueblo mío, preparaos para el combate y, en los males, sed como extranjeros sobre la tierra.
42. Que el vendedor obre como si huyera, que el comprador se parezca a alguien que va a perder.
43. Que aquel que trafica lo haga como si no tuviera que sacar provecho alguno; que aquel que construye lo haga como si no tuviera que habitar.
44. Que aquel que siembre lo haga como si no tuviera que cosechar; que aquel que trabaje en su viña lo haga como si no tuviera que hacer la vendimia.
45. Que aquellos que se casen lo hagan como si no tuvieran que engendrar hijos; que aquellos que no se casen sean como viudos.
46. Porque aquellos que trabajan, trabajan sin objetivo.
47. Los extranjeros cosecharán sus frutos, les robarán su sustento, destruirán sus casas, llevarán a sus hijos al cautiverio, pues engendran en el hambre y en la esclavitud.
48. Y aquellos que trafican y roban tanto que adornan sus ciudades, sus moradas, sus posesiones y sus personas,
49. Me encarnizaré contra sus pecados, dijo el Señor.
50. Del mismo modo que la mujer capaz y buena detesta a la cortesana.
51. Así es irritada la justicia contra la injusticia cuando ésta se adorna, y la acusa cara a cara cuando viene aquel que proscribe todo pecado sobre la tierra.
52. Por eso, no os parezcáis a ella en sus obras.
53. Esperad aún un poco y la injusticia será quitada de la tierra, y la justicia reinará sobre nosotros.
54. Que el pecador no diga que no ha pecado, pues la cabeza de aquel que diga: "No he pecado ante el Señor o ante su Gloria" será quemada por carbones ardientes.
55. El Señor conoce todas las obras de los hombres, sus inventos, sus pensamientos y sus corazones.
56. Fue él quien dijo: "Que la tierra sea" y fue. "Que el cielo sea" y fue.
57. Las estrellas se han consolidado con su voz, y él conoce su número.
58. Él sondea el abismo y sus tesoros, él ha medido el mar y lo que éste abarca.
59. Es él quien, por su palabra, ha encerrado el mar en medio de las aguas y ha suspendido la tierra sobre el mar.
60. Ha extendido el cielo como una bóveda, y lo ha hecho firme por encima de las aguas.
61. Ha colocado manantiales de agua en el desierto y lagos en las cimas de las montañas para dejar manar estos ríos desde las alturas a fin de abrevar la tierra,
62. Él ha modelado al hombre, ha puesto un corazón en medio de su cuerpo y le ha enviado el aliento, la vida y la inteligencia,
63. Y el soplo de Dios Todopoderoso que lo ha hecho todo y que sondea las cosas escondidas en los misterios.
64. Ciertamente, conoce vuestro pensamiento, y lo que meditáis en vuestros corazones. ¡Ay de los pecadores y de aquellos que quieren esconder sus pecados!
65. Pues el Señor examinará todas sus obras y los desvelará a todos.
66. Estaréis llenos de confusión, cuando vuestros pecados sean producidos ante los hombres y vuestras faltas sean acusadoras que aparezcan en aquel día.
67. ¿Qué haréis? ¿Cómo esconderéis vuestros pecados ante Dios y sus ángeles?
68. He aquí a Dios como juez; temedle; dejad de pecar, renunciad a cometer injusticias y Dios os elevará y os liberará de toda aflicción,
69. He aquí que se ha encendido un incendio sobre vosotros; numerosas hordas de hombres raptarán a algunos de vosotros y los alimentarán con las víctimas inmoladas a sus ídolos.
70. Aquellos que acepten, serán objeto de burlas, de desprecio y de malos tratos.
71. En todas partes, en las ciudades vecinas, habrá un gran alzamiento contra aquellos que temen al Señor.
72. Furiosos, no evitarán a nadie para saquear y atormentar a aquellos que aún aman al Señor.
73. Pues les combatirán, saquearán sus víveres y los expulsarán de sus moradas.
74. Será entonces la prueba de mis elegidos, como el oro es probado con el fuego.
75. Escuchad, elegidos míos, dijo el Señor, he aquí que llegarán días de aflicción y os liberaré de ellos.
76. No temáis, no dudéis, pues Dios es vuestro guía.
77. Y vosotros que guardáis mis mandamientos y mis preceptos, dijo el Señor, que vuestros pecados no os pesen con su peso, que vuestras iniquidades no venzan.
78. ¡Ay de aquéllos que están atados por sus pecados, que están cubiertos por sus faltas! Del mismo modo que el campo está embarazado por el bosque y sus caminos cubiertos por los espinos, el hombre no puede pasar por ahí, es rechazado y entregado a las llamas.
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